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martes, 31 de enero de 2012

Espectáculo en Asturias.

Para cualquier observador de la vida política lo que está ocurriendo en Asturias es realmente sorprendente. No cabe la más mínima duda de que los votantes de centro derecha estarán tan sorprendidos como escandalizados ante el lamentable espectáculo que el Partido Popular de Asturias, como Foro Asturias están ofreciendo desde hace meses. La culminación de este circo político ha tenido lugar ahora con la convocatoria de elecciones anticipadas en el principado coincidiendo con la cita electoral de Andalucía.

Cada parte culpa a la otra de esta situación y seguramente la responsabilidad de que se haya llegado a este extremo de confrontación cainita es compartida. Quizás no se habría llegado a la actual situación de división del centro derecha asturiano y a la parálisis de todo un gobierno regional, si en su día se hubiesen impuesto en el seno del Partido Popular mecanismos de democracia interna, es decir, si los afiliados asturianos del Partido Popular hubiesen tenido la oportunidad de decidir limpia y libremente quién debía encabezar el proyecto popular en esa Comunidad Autónoma. Pero no fue así y no porque los Estatutos del Partido Popular lo impidiesen, sino porque el Génova 13 tienen más poder “los pasillos” que la voz de los afiliados.

Resulta descorazonador escuchar hoy al Sr. Pons las declaraciones tan simplistas con las que ha despachado la cuestión: que el Sr. Álvarez Cascos ha fracasado, que no ha sabido dialogar y que los asturianos van a tener que pagar el coste económico de unas elecciones anticipadas por culpa del Sr. Cascos. Y se ha quedado tan fresco. Ni un ligero asomo de autocrítica, ni un solo mensaje de preocupación por el desgobierno, que tanto el Partido Popular asturiano, como Foro Asturias, están generando. Dos no riñen si uno no quiere, pero aquí es evidente que los dos llevan meses dispuestos a reñir.

Es incomprensible que ambos partidos de centro derecha sean incapaces de ponerse de acuerdo para aprobar unos presupuestos, máxime con la que está cayendo. Pero resulta más incomprensible que el Partido Popular Asturiano prefiera que la Comunidad Asturiana se siga rigiendo por los presupuestos socialistas del anterior gobierno antes que pactar un presupuesto de transición con el Gobierno del Sr. Cascos.

Habrá que confiar en que al menos unos y otros tengan la decencia política de no contarnos la existencia de dificultades políticas o ideológicas insalvables para poder llegar a acuerdos de gobernabilidad porque todos somos conscientes de que detrás de todo este circo se esconde una larga historia de enfrentamientos personales, de mezquindad, de ruindad política, de amiguismos, de complejos, de favores, de odios y traiciones.

Aquí se echa de menos la grandeza de miras y la generosidad que se supone deberían impregnar la personalidad de quienes aspiran a ofrecer lo mejor de si mismos y de sus partidos a sus conciudadanos. Es evidente que a clásica enumeración de categorías de adversarios políticos hay que añadir una cuarta, la de excompañeros de partido. Y Asturias no se merece todo ésto.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 29 de enero de 2012

Algunos se forran con nuestros impuestos.

Hoy, el diario El Mundo, publica un artículo sobre las retribuciones de los políticos o ex políticos en las instituciones financieras que no tiene desperdicio alguno. En la mayoría de los casos, se trata de instituciones financieras que han recibido o reciben ayudas económicas del Estado, es decir, que reciben dinero proveniente de los impuestos de los ciudadanos. La presencia de los políticos en estas instituciones, Bancos y Cajas de ahorro, sólo obedece a la participación estatutaria de las administraciones públicas en sus Consejos de Administración. Es decir, que los políticos encuentran acomodo en los Consejos de Administración o en los puestos de dirección no porque reúnan especiales conocimientos financieros sino porque cubren las cuotas de los partidos políticos, aunque se trate de auténticos ignorantes del mundo económico y financiero.

He aquí, algunos de los datos aportados:

     -         Rodrigo Rato: Presidente de Bankia, 2,4 millones de euros, sin contar la retribución variable.
-          José Luis Olivas: 1,6 millones hasta su cese en Bankia.

-          900.000 € Antonio Pulido, copresidente de Banca Cívica, sin contar la parte variable.

-          900.000 € Enrique Goñi, copresidente de Banca Cívica, sin contar la parte variable.

-          526.000 Moral Santín (BFA, Bankia y Caja Madrid).

-          Mercedes de la Merced: 429.000 euros (Caja Madrid y BFA).

-          Jorge Gómez: 393.00 euros (Caja Madrid y BFA).

-          Ricardo Romero de Tejada: 316.000 euros (Caja Madrid y BFA).

-          Estanislao Rodríguez Ponga: 422.000 euros (Caja Madrid y BFA).

-          Virgilio Zapatero: 421.000 euros (Bankia, BFA y Caja Madrid).

-          Antonio Tirado: 409.000 euros (Bankia, BFA y Caja Madrid).

-          Carlos Egea: 456.000 euros (BMN).

-          Braulio Medel: 600.000 euros (Unicaja).

-          Antonio Jara: 278.000 euros (BMN).

-          Agustín González: 224.000 euros (Caja Provincial de Ávila y BFA).

-          José Antonio Asiain: 151.700 euros (Banca Cívica).

No están aquí todos los que son. Algunos, como el exalcalde de León, se han negado a facilitar sus datos al Banco de España acogiéndose a la Ley de protección de datos. Hay que tener en cuenta, además, que en algunos casos estas retribuciones se perciben simplemente por asistir a los Consejos de Administración, no por desempeñar funciones auténticamente directivas.

Es escandaloso e inmoral, se mire por donde se mire. Una empresa privada, con capital exclusivamente privado, puede fijar libremente las retribuciones de sus empleados y directivos. Pero éste no es el caso. Se trata de empresas que están usando dinero público, dinero que proviene de los impuestos de los ciudadanos. No tiene lógica alguna que el sueldo del Presidente del Gobierno, el máximo responsable del destino del dinero de los contribuyentes, ronde los 100.000 euros anuales y que el de estos señores, nutrido en parte con dinero público,  alcance niveles tan escandalosos.

Habrá quien lo justifique apelando a la “enorme responsabilidad” de estos señores en el manejo de tanto dinero y a otras estupideces. Pero más responsabilidad acumula el Presidente del Gobierno o el cirujano de la seguridad social en cuyas manos se depositan, no ya capitales, sino vidas humanas y no ganan esas cantidades ni por asomo.

Las administraciones públicas tienen regulado por Ley las retribuciones que perciben los que en ellas trabajan. Tratándose de dinero público no existe arbitrariedad en la asignación de las retribuciones. La misma regla debería aplicarse a toda aquella entidad que perciba dinero público para su funcionamiento: si una empresa, sea financiera o no, recibe ayudas públicas las retribuciones de su personal deberían seguir las mismas reglas y niveles que las  que corresponden a las administraciones públicas. Así de fácil, de sencillo, de lógico y de claro. Hay empresas en nuestro país que sobreviven exclusivamente gracias al dinero público y, sin embargo, no existe una limitación, ni reglamentación a la hora de determinar las retribuciones de su personal.

Esto tiene que acabar. No es posible que se suban los impuestos a los ciudadanos para que, mientras tanto, una élite de ex cargos políticos “se forre” con el dinero proveniente de esos mismos impuestos. No hace mucho alguien abogaba por la casilla en la declaración de la renta para investigación. Puestos a ello, habría que proponer la casilla para no dar un duro a empresas y entidades cuyos directivos tengan semejantes salarios. Con mis impuestos, no. O, mejor, directamente la objeción fiscal. Un servidor, al menos, sabe que no les paga dos veces por lo mismo: se lo llevarán de mis impuestos, pero no de mi cuenta porque a estas entidades ni un céntimo.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 26 de enero de 2012

Camps inocente, de momento.

El jurado del proceso seguido contra el ex Presidente de la Generalidad Valenciana, Francisco Camps, ha declarado que tanto él, como Ricardo Costa son no culpables de los cargos por los que estaban siendo enjuiciados, es decir, por el delito de cohecho impropio. El jurado entiende que ni Camps, ni Costa recibieron regalos por razón de su cargo y que no se ha demostrado en el juicio que hubiese regalos pagados por la trama corrupta de Gürtel. Esta decisión del jurado deberá plasmarse en los próximos días en una sentencia absolutoria a partir de la cual podrán presentarse recursos ante el Tribunal Supremo por lo que el asunto no está definitivamente zanjado.

Ahora se producirá una auténtica explosión de reacciones y declaraciones de toda índole en función de la posición ideológica de cada uno. Es evidente que quienes durante estos últimos tres años han ignorado y pisoteado el derecho a la presunción de inocencia van ahora a pisar y a desacreditar esta resolución favorable a los Sres. Camps y Costa. Los impulsores o autores del escandaloso linchamiento político y moral al que durante tanto tiempo han sometido a los acusados van a seguir haciéndolo porque “su verdad” está, como siempre, por encima de los pronunciamientos de la Justicia y del respeto a los más elementales derechos tutelados en un estado de Derecho. Es su modus operandi y no van a renunciar a él ante ninguna evidencia que desmonte sus difamaciones.

Llama la atención alguna reacción inmediata, como la del Secretario general Socialista en el Congreso, Eduardo Medina, que se ha apresurado a mentir a la ciudadanía afirmando lo siguiente: "Francisco Camps absuelto de la trama Gurtel. Garzón... en el banquillo de los acusados por investigarlo”. El Sr. Medina es un mentiroso con todas las letras. De semejante afirmación puede deducirse fácilmente el nivel intelectual del personaje y su catadura moral. El Sr. Camps no ha sido enjuiciado por la trama Gürtel, no. Fue acusado de un presunto delito de cohecho impropio, recibir tres trajes de regalo, del que ha sido, por segunda vez, absuelto. Y el Sr. Garzón, por su parte, no ha sido juzgado por investigar dicha trama, no. El Sr. Garzón ha sido enjuiciado por vulnerar la Ley ordenando grabar las conversaciones de los abogados con sus defendidos cuando dichas grabaciones no tienen amparo legal para su ejecución. Es decir, por violar un derecho elemental, como el derecho de defensa, sin un amparo legal que lo justificase. Así de sencillo y de claro. Posiblemente el público afín al Sr. Medina requiera de simplificaciones, o mejor dicho de simplezas, como las que profiere el Portavoz Socialista, pero tales simplezas son falsas y manipulan la realidad. Como también constituye una falsedad monumental la afirmación tan repetida últimamente de que el Sr. Garzón también está siendo juzgado por investigar los crímenes del franquismo. No es así. Está siendo juzgado por saltarse la Ley, por tratar de instruir procesos para los que legalmente no era competente.

Y qué diferencia de tratamiento mediático entre ambos casos. Abismal. Como también ha sido muy diferente la actitud ante los tribunales de ambos acusados. Era de esperar, además, que el respeto por la Justicia que los seguidores de Garzón tienen se pusiera hoy de manifiesto al conocer la sentencia absolutoria de Camps. Coherentes con su ideología su reacción ha sido insultar al acusado absuelto y lanzar objetos contra su vehículo. Era de esperar: de tal juez, tales defensores.

Todo parece indicar que habrá recursos contra la absolución de Camps y Costa y también señalan los expertos que será difícil que tales recursos prosperen. Ahora, con la absolución “provisional” en la mano, y más adelante, si ésta deviene firme, será imposible restituir a los acusados lo que se les ha arrebatado: su dignidad. No habrá, con seguridad, reparación posible al daño causado. ¿Quién pagará los platos rotos? Seguro que nadie.

Santiago de Munck Loyola.


miércoles, 25 de enero de 2012

¿Regeneración democrática en marcha?


Hace poco más de una década participé en un Curso de Verano, en el Escorial, titulado el “Primer Gobierno del Partido Popular”. Uno de los ponentes de aquel curso era D. Mariano Rajoy Brey. Tras su conferencia se abrió el turno de preguntas y, tras presentarme, le pregunté sobre el cumplimiento de los compromisos del PP en torno a la regeneración democrática (Consejo General del poder Judicial, Tribunal Constitucional, etc.) Recuerdo perfectamente que su respuesta fue evasiva, concretó poco. Pero, girándose hacia el moderador, Bermúdez de Castro, le dijo bromeando: ¿estás seguro de que Santiago es de los nuestros?

El anuncio realizado ayer por la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, de la reforma del sistema de elección de los miembros del Consejo General del Poder Judicial y de los miembros del tribunal Constitucional, así como la recuperación del recurso previo de inconstitucionalidad constituye una excelente noticia para quienes defienden la regeneración democrática que pasa necesariamente, entre otras cosas, por la independencia del poder judicial y la separación entre los poderes del Estado. Por el contrario, se trata de una mala noticia para quienes no creen en la separación de poderes como nota distintiva y definitoria de un régimen democrático, para quienes el sometimiento de los poderes públicos al imperio de la Ley no es sino un simple enunciado carente de eficacia.

La Vicepresidenta anunció que la intención del Gobierno es impulsar las reformas legislativas necesarias para volver al sistema vigente hasta 1985, cuando el PSOE, por sorpresa y mediante una enmienda de última hora, reformó el procedimiento existente, sin ningún tipo de diálogo ni consenso con la oposición, para que los miembros del Consejo General del Poder Judicial fueran elegidos por los parlamentarios y no por los componentes de dicho poder. Con aquella decisión se quebró la separación de poderes consagrada en la Constitución y el legislativo, dominado ampliamente por el Partido Socialista, se convirtió en el poder hegemónico del Estado. Es entonces cuando el vicepresidente del Gobierno, Alfonso Guerra, proclamó ufano que “Montesquieu había muerto”. Pues bien, como no hay mal que cien años dure, todo parece indicar que Montesquieu puede resucitar pronto en nuestro país.

Es evidente que la actual configuración y ordenación de uno de los poderes básicos del Estado es claramente deficiente y manifiestamente mejorable. Son muchas las anomalías que aquejan al poder judicial y, seguramente, algunas de ellas derivan de un sistema de autogobierno, previsto en el Art. 122 de la Constitución, que ha sido adulterado por el contenido de la Ley Orgánica que lo desarrolla. La politización de la Justicia en los últimos años ha sido más que evidente.

Constituye una anomalía, inaceptable en cualquier país democrático, que en España se pueda adivinar con gran precisión el sentido y la orientación que una sentencia futura habrá de tener en función de la etiqueta del magistrado o magistrados juzgadores, determinada por el color del partido que los haya propuesto o promovido para su puesto. Del mismo modo, es una anormalidad democrática que, poco a poco, el Tribunal Constitucional, conceptuado primitivamente más como un órgano político que judicial, haya terminado por imponerse en algunos asuntos a la cúspide de la pirámide judicial, al mismo Tribunal Supremo, enmendándole la plana en temas como los relativos a ilegalizaciones de partidos terroristas. Y qué decir de jueces que salen de la magistratura, se meten en política, fracasan ahí, vuelven a la magistratura e investigan a sus ex jefes políticos o de magistrados que recaudan fondos para universidades y después se permiten el lujo de dictar resoluciones judiciales que afectan a sus generosos donantes. Y qué decir de la actitud partidista y sectaria de la fiscalía que, en estos últimos años, se ha convertido en muchos lugares de España en un auténtico aparato inquisidor al servicio descarado del partido del gobierno.

La justicia en España necesita un buen repaso y no sólo se trata de dotarla de los medios económicos y personales necesarios para agilizar su funcionamiento, sino de proporcionarle la independencia, la profesionalidad y los principios éticos para que su configuración como poder básico del estado, garante de los derechos y libertades de los ciudadanos, sea la propia de un estado sometido siempre al imperio de la ley.

Queda mucho por hacer en este sentido y no lo va a tener fácil, tampoco en este campo, el nuevo Gobierno de España. Pero, aún no teniéndolo fácil por la actitud de socialistas y nacionalistas, cuenta con el respaldo de una sólida mayoría parlamentaria para impulsar propuestas como las anunciadas por la Vicepresidente y que se encaminan hacia la regeneración democrática de nuestro sistema democrático.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 22 de enero de 2012

Sierra Nevada: una estación bajo mínimos.

Hace seis años empecé a esquiar. Como mis hijos son unos incondicionales de la montaña y del esquí, decidimos pasar las Navidades en la estación de “La Molina”. Junto a Pablo, Luz y Marcos, mis nietos, me inscribí en un curso de iniciación al esquí. Pasamos mucho frío, me torcí un tobillo, pero disfruté de la montaña, del aire libre y del deporte como hacía mucho tiempo. Y me enganché. Y lo hice de tal forma que cada quince días nos íbamos a Sierra Nevada a esquiar. Allí, tras algunas clases particulares, empecé a disfrutar de las pistas rojas y después de las negras. Si algo tiene de especial la estación de Sierra Nevada es el sol. Un sol fuerte, limpio y deslumbrante que hace olvidar el intenso frío que, en ocasiones, podría desalentar la práctica del esquí. Y cuando el mal tiempo impide esquiar se puede disfrutar, en poco tiempo, de los tesoros y la belleza de una ciudad como Granada, de un paseo por las playas de Motril o por los encalados pueblos de la Sierra.

Cuando empezamos a frecuentar la Estación de Sierra Nevada, hace cinco años, muchos fines de semana o en Navidades estaba colapsada. Era muy difícil encontrar un hueco para aparcar en sus calles o una mesa para comer en la plaza de Pradollano. En muchas ocasiones había que esperar más de una hora para poder coger el telecabina para poder subir a las pistas y una vez arriba la mayor parte de los remontes se encontraban colapsados con esperas medias superiores a los veinte minutos. En los restaurantes de las pistas siempre había mucha gente y nadie se libraba de guardar cola durante bastante tiempo para poder tomar un simple café.

Ahora, el panorama es muy distinto. Desde hace casi dos años, no hay problemas de aparcamiento, no hay colas ni para tomar los telecabinas, ni para comprar los forfaits, ni para conseguir una mesa para comer. La crisis se ve, se palpa. El esquí es un deporte caro, eso es evidente y la crisis se lo está llevando por delante.

Sin embargo, llama mucho la atención la falta de capacidad de adaptación de los responsables de la Estación para afrontar una situación económica tan difícil como la que estamos viviendo. La Estación de Sierra Nevada es, casi con seguridad, la estación más cara de España. Dada su ubicación es, fuera de Andalucía,  el destino más cercano para los esquiadores de Alicante y Murcia. Pero, en las actuales circunstancias, son cada vez más los deportistas de estas provincias que optan por destinos más lejanos. ¿La razón? Los exagerados precios de Sierra Nevada. Parece que los responsables de la Estación, amarrados a la ventaja de su ubicación, no están dispuestos a mejorar sus tarifas para competir con otras ofertas más atractivas. ¿El resultado? La Estación medio vacía. Prefieren mantener unos precios altos aún a costa de perder usuarios. Puede que las cuentas les salgan, a pesar de esta pérdida de usuarios, rentables, pero a quienes no beneficia es a hosteleros y comerciantes de la zona.

Al día de hoy es fácil encontrar ofertas de esquí en Andorra, Pirineos y Alpes franceses que incluyen alojamiento, desayuno y forfait para seis días por menos de 190 euros, mientras que en Sierra Nevada sólo el forfait de seis días cuesta ya 230 euros. Súmese a esa cantidad el alojamiento y desayuno y será muy fácil deducir la falta absoluta de competitividad de Sierra Nevada. Por tres horas más de viaje no son pocos los que se animan a ir a Andorra donde, además, se puede disfrutar de muchos más kilómetros esquiables. Precios altos y pocos usuarios podrán salvar la cuenta de resultados de Cetursa, empresa explotadora de la estación, pero no así la de los cientos de comerciantes y hosteleros del lugar. Están matando la gallina de los huevos de oro como en tantos otros sectores turísticos de nuestro país. Y, lo peor de todo, es que lo está haciendo una sociedad pública dependiente de la Junta de Andalucía. La Estación de Sierra Nevada está mal gestionada, se mire por donde se mire, y no hay más que hablar con los residentes para comprobarlo.

Santiago de Munck Loyola

miércoles, 18 de enero de 2012

De Guindos y Carmen vela ¿harina del mismo costal?

El nombramiento de la socialista y pro abortista Carmen Vela como Secretaria de Estado por parte del nuevo gobierno del PP ha abierto una polémica que aún está lejos de cerrarse. El ministro de Guindos, en lugar de guardar silencio sobre este tema al igual que le ha pedido que haga el ministro Montoro sobre otros asuntos en los que su incontinencia verbal ha ocasionado problemas de comunicación al nuevo ejecutivo, ha salido ahora en defensa de su patrocinada afirmando que es una  "persona de confianza" a la que hay que valorar "por la forma en que realiza su trabajo" y ha asegurado que tiene "un currículum muy importante".

Quizás el Ministro de Guindos debería empezar por ilustrarse un poco más y estudiar o, al menos, leer los estatutos del Partido Popular para hacerse una ligera idea de qué tipo de partido es el que le ha hecho Ministro y repasar las ponencias de carácter ideológico debatidas y aprobadas en los Congresos Nacionales del Partido Popular.

Es muy posible que D. ª Carmen Vela Olmo sea una “persona de confianza” del Ministro. Él sabrá por qué. Pero esa circunstancia no implica que lo sea de los miles de militantes y votantes del PP que hemos pedido el cese de esta señora. Y lo hemos pedido porque entendemos que existen sobradas y lógicas razones para pedirlo. No se trata de ningún capricho. Que el Sr. De Guindos tenga “plena confianza”, se supone que confianza política, en una persona que hace poco más de dos meses no creía en el programa electoral del Partido Popular ni le merecía confianza alguna Mariano Rajoy para gobernar España y que, consecuentemente pedía el voto para Rubalcaba, constituye no sólo todo un misterio político, sino una actitud francamente sospechosa. La actitud política de la Sra. Vela, pedir el voto para uno y gobernar con el contrario, pone de manifiesto una evidente falta de principios éticos y políticos. Si la ausencia de principios éticos merece la plena confianza del Ministro para un cargo de tanta relevancia, quien sobra entonces además es el propio Ministro. D. ª Carmen Vela Olmo es un claro caso de transfuguismo. Se ha vendido al mejor postor y eso no puede tener cabida en un Gobierno del Partido Popular a no ser que se quiera trasladar un mensaje tan denigrante como éste a la ciudadanía. ¿Alguien ha escuchado a la Sra. Vela decir que se equivocó hace dos meses pidiendo el voto para el PSOE? ¿Alguien la ha escuchado pedir perdón por los insultos y descalificaciones vertidos contra los populares y sus votantes en aquel acto público de 2008 en el que ella participó como portavoz de los “zejateros” subvencionados? A que no. ¿Quiere decir ésto que el Sr. De Guindos comparte la actuación de la Sra. Vela?

Miente el Sr. De Guindos al justificar el nombramiento de esta socialista esgrimiendo el supuesto “curriculum importante” de la misma. Miente y lo sabe. La Sra. Vela será una excelente investigadora. Eso no se discute. Pero del mismo modo que el excelente curriculum deportivo de Rafa Nadal no le habilita para dirigir la Dirección General de Urbanismo, por ejemplo, el supuesto excelente curriculum científico de D.ª Carmen Vela Olmo no la habilita para dirigir la Secretaría de Estado, porque una Secretaría de Estado no es un laboratorio, ni una empresa subvencionada como la de esta Señora, sino un departamento político del Gobierno que debe dirigirse, además, conforme a un programa votado por la mayoría de los ciudadanos entre los que, por si fuera poco, no se encuentra la Sra. Vela.  Es más, ni siquiera en ese curriculum se refleja experiencia alguna en el ámbito de las administraciones públicas. ¿O acaso piensa el Ministro que la experiencia en administraciones públicas y los estudios universitarios específicos no tienen valor alguno? Si es así, dígalo claramente, que cualquiera puede valer para ocupar una Secretaría de Estado con tal de que en su profesión, sea cual sea, sea bueno y, por supuesto, cuente con la confianza exclusiva de quien le promociona.

Este nombramiento carece de justificación racional alguna y responde, a la luz de lo anterior, a un claro y evidente caso de amiguismo. Es un insulto y un desprecio a todos cuantos han, o hemos, trabajado estos años por un cambio en el Gobierno de España y entre los que no ha brillado, evidentemente, el Sr. De Guindos que andaba muy atareado en las historias de Lehman Brothers de España. Este nombramiento es un error, un despreciable error. Podrán empeñarse en no rectificarlo, pero eso pasará factura. Un servidor con todo el dolor de corazón, por primera vez en su vida, dejará de votar a su Partido mientras esta señora siga ahí. Sé que no es significativo, pero es una cuestión de principios.

Santiago de Munck Loyola

martes, 17 de enero de 2012

D. Manuel Fraga Iribarne.

Esta tarde ha sido enterrado en el pueblo de Perbes Manuel Fraga Iribarne cerrando una etapa pública de 60 años. Desde muy pequeño escuchaba su nombre en casa. Mi padre, profesor de idiomas, daba clases particulares a algún colaborador directo del entonces Ministro de Información y Turismo y a algún familiar muy cercano al mismo, si no recuerdo mal.

Desde los años 70 seguí constantemente su trayectoria política. Leía sus libros, sus artículos y desde la fundación de Alianza Popular me convertí, primero en seguidor de la misma, y más tarde en afiliado. En 1977, en la zona de Chamartin, existía una sede de AP, en un chalet cerca de la Av. De Pío XII, en la que se distribuía una gacetilla que se titulaba curiosamente “fragancia popular”.

Mucho se ha escrito estos días sobre D. Manuel, mucho y para todos los gustos. Quizás haga falta que el tiempo transcurra más para poder tener una visión más objetiva del alcance y significado de una figura tan controvertida como la de Fraga, pero es inevitable que cada uno, desde su perspectiva, desde su simpatía o su fobia, plasme sin objetividad sus sentimientos. Si hay algo indiscutible es que una personalidad tan fuerte como la de de Fraga no deja indiferente a nadie.

Desde la admiración que me produce la inteligencia, la capacidad de trabajo y la honestidad indiscutible de Manuel Fraga no puedo, por menos, que rechazar de plano muchas descalificaciones que se han vertido desde el sectarismo, el revanchismo y el odio, en muchos casos fundamentadas en la ignorancia oi en la manipulación grosera de la historia. Para reivindicar la memoria histórica no hace falta prostituir los hechos que conforman nuestro pasado reciente.

Prueba de ese sectarismo contumaz y de ignorancia supina es el siguiente ejemplo extraído de un blog refiréndose a Fraga: “…si un tipo es capaz de estar bajo gobiernos de Franco, con el cargo de ministro, durante los años sesenta, y además sentarse en un consejo de ministros que decidió, de forma corresponsable, el asesinato de Julián Grimau, simplemente por ser comunista, sólo puede ser lo que fue. Un tipo despreciable.” Cuando lo cierto es que ningún Gobierno decidió ningún asesinato, ni el de Grimau, ni el de nadie. Julián Grimau, enviado desde el exilio a España por Carrillo en los años 60 pese a la advertencias de personas como Claudin o Semprún que entendían que esa misión equivalía a enviarle a una encerrona, fue responsable, como todo el mundo sabe, de decenas de casos de tortura y asesinatos de civiles cometidos en una checa de Barcelona durante la guerra civil y como tal fue juzgado y condenado por un tribunal, no por ningún Consejo de Ministros. No fue condenado por ser comunista, sino por los crímenes que había cometido. Y para qué mencionar las constantes referencias a los sucesos de Vitoria en los que el Ministro de Gobernación en funciones era Adolfo Suárez ya que Fraga estaba de viaje oficial en Alemania. No importa, la verdad a algunos no les importa mucho.

Pero, claro, que con tal de enfangar y reabrir heridas todo vale, hasta simplezas como la anterior que descalifican a quien las profiere aunque siempre habrá otros simples dispuestos a aceptarlas como dogmas con tal de alimentar odios ancestrales y reafirmar convicciones instintivas más que racionales. Allá ellos, pero qué pena.

Lo cierto es que se ha ido un gran hombre, un hombre de estado, un pensador político, un animal político de los pies a la cabeza, una persona tremendamente honesta, el artífice de la democratización y modernización de la derecha española que contribuyó en gran medida, lo quieran reconocer o no, a que la transición fuera posible. Descanse en Paz Don Manuel.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 15 de enero de 2012

Ellos despilfarran, nosotros lo pagamos.

“El dinero público no es de nadie”  dijo hace unos años la inefable ministra de Zapatero, Carmen Calvo, y aunque parezca mentira semejante estupidez parece que es compartida, aunque nunca lo admitirían, por una buena parte de la clase política española, a la luz de los resultados y la forma en que lo manejan. El despilfarro del dinero público, del dinero de todos, estos últimos años ha sido evidente y generalizado, a pesar de que el exministro Sebastián sólo lo admitiese como una excepción en algunos casos de los Planes E. La realidad es muy distinta a lo que la clase política está dispuesta admitir y la responsabilidad en estos despilfarros está muy repartida entre todos los colores de las formaciones políticas, aunque algunos son más responsables que otros por la sencilla razón de que han tenido la oportunidad de manejar más y mayores presupuestos públicos.

Hace tan sólo dos días Antena 3 emitió un programa en el que se daba cuenta de algunos de los despilfarros en obras públicas más escandalosos de estos últimos años: aeropuertos cerrados, aeropuertos con 9 pasajeros al día, autopistas sin vehículos, trenes ruinosos, estaciones para el AVE sin usar o completamente infrautilizadas, gigantescos complejos culturales inacabados y ruinosos y un largo etcétera de obras públicas sin sentido. En los últimos diez años, nuestros gobernantes han dilapidado más de 15.000 millones de euros en este tipo de obras que carecen de rentabilidad económica y social y que constituyen un pesado lastre pues al coste de su construcción hay ahora que sumar los gastos de mantenimiento.

Un pozo sin fondo al que las arcas públicas deben seguir suministrando millones de euros para que dichas obras se mantengan en pie, aunque nadie las utilice.

Los famosos Planes E no sirvieron al objetivo principal para el que fueron diseñados: reactivar la economía y crear empleo. Su puesta en marcha significó para muchas corporaciones locales la oportunidad de dotarse de infraestructuras necesarias pero que, ahora, en tiempos de crisis, hay que mantener lo que supone un incremento de los gastos corrientes de dichas corporaciones precisamente cuando los ingresos corrientes han caído en picado.

El error de aquellos Planes fue rápidamente imitado por muchas Comunidades Autónomas. Nada menos que 5.000 millones de euros destinó la Junta de Andalucía a su particular Plan E y 2.500 millones de euros destinó la Generalitat Valenciana al suyo, el Plan Confianza. Ahora recogemos lo sembrado: muchas obras del Plan Confianza están paralizadas por la sencilla razón de que la Generalitat Valenciana no paga a los promotores de las obras aprobadas. Y no son pocas las empresas las que están en situación de quiebra por culpa de los impagos de las administraciones públicas.

Da la sensación de que como “el dinero no es de nadie” se ha venido gastando sin el cuidado y la responsabilidad que cualquier persona normal pone cuando se trata de su propio dinero. ¿Se han hecho estudios de viabilidad para todas estas inversiones? ¿O se decide construir, por ejemplo, un aeropuerto sin los estudios económicos que avalen y justifiquen la inversión? ¿No deberíamos conocer el nombre de la empresa o de los técnicos que informaron favorablemente para la construcción de un aeropuerto en Huesca que cuenta con sólo 9 pasajeros al día? Y si se decidió en su día acometer estas millonarias inversiones sin los pertinentes estudios de viabilidad ¿no deberían incurrir en algún tipo de responsabilidad los políticos que adoptaron tales decisiones? Habrá quien sostenga que esa responsabilidad se determina en las urnas. Pero no, no basta. Además de la responsabilidad política hay una responsabilidad económica que debería ser depurada.

No conviene olvidar que el montante de estas inversiones ruinosas es muy superior, sin sumar el coste de su mantenimiento actual, a los recortes que el Gobierno de la Nació se vio obligado a adoptar el pasado 31 de diciembre. La clase política nos sube los impuestos porque ha despilfarrado, así de sencillo. Sin estos despilfarros no sería necesario ni subir los impuestos, ni congelar salarios a los funcionarios, ni recortar en educación, sanidad, defensa, … Y, hablando de recortes, llama la atención que haya dirigentes políticos que prefieran recortar en la sanidad de sus ciudadanos antes que suprimir seudo embajadas en el extranjero o antes de eliminar canales de TV ruinosos. Pero eso es harina de otro costal que habrá que analizar en otra ocasión.

Santiago de Munck Loyola


viernes, 13 de enero de 2012

Otegui y Hitler en la misma categoría.

El Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua ofrece sobre la palabra absurdo, da las siguientes definiciones:
(Del lat. absurdus).
1. adj. Contrario y opuesto a la razón; que no tiene sentido. (Usado también como sustantivo).
2. adj. Extravagante, irregular.
3. adj. Chocante, contradictorio.
4. m. Dicho o hecho irracional, arbitrario o disparatado.

Y es ésta la palabra que me viene a la mente al enterarme de algunos acontecimientos o al escuchar algunas de las noticias de actualidad difundidas por los medios de comunicación. Vivimos en una sociedad y en un mundo plagado de absurdos, de situaciones contrarias y opuestas a la razón, que no tienen sentido, que son extravagantes, irregulares, chocantes y contradictorias.

Durante décadas el mundo ha estado dividido en dos grandes bloques enfrentados y en el seno de la confrontación subyacía, como causa última justificativa de la misma, diferentes concepciones sobre la forma de organizar las relaciones económicas y el alcance de las libertades públicas. Dicho de otra forma y simplificando, en un bloque se defendían las libertades incluida la de explotar económicamente a los semejantes y, en el otro, primaba la defensa de los explotados quienes teóricamente administraban también las libertades públicas. Millones de seres humanos murieron en este período a causa de este enfrentamiento. Cada bloque intentaba imponer sus posiciones a lo largo y ancho del mundo.

Hoy, del segundo bloque, el comunista, sobreviven poco más de tres estados y uno de ellos es el estado chino. Y lo absurdo es que la República Popular China, con un 1.333.000.000 de habitantes, último gran exponente del comunismo es uno de los mayores bastiones de la explotación económica entre seres humanos. Conviven allí ejemplos de inmensas fortunas con niveles de extrema pobreza ampliamente extendida. Es decir, que en nombre de la igualdad, de la justicia proletaria y del anticapitalismo, 1.333 millones de seres humanos sufren las consecuencias de un sistema económico explotador, capitalista, y sin los más esenciales derechos políticos y libertades públicas. Absurdo ¿no?

Y qué decir ya del régimen de Corea del Norte, otro de los supervivientes del mundo comunista. Allí, la economía sigue fiel a los cánones estalinistas con la consecuencia de hambrunas y miseria. Pero el régimen coreano se identifica además por ser una “monarquía semidivina” comunista. En este reducto del materialismo histórico, “los cielos” se alegraron el día que nació su actual líder y presidente, Kim Jong-un, uno de los pocos “gorditos” que habita en aquellas lejanas tierras. La proletaria igualdad entre los seres humanos tiene una excepción, la jefatura del estado, que se hereda de padre a hijo en este paraíso comunista. Absurdo ¿no?

Sin ir tan lejos uno puede toparse con muchos otros absurdos, algunos más relevantes y significativos que otros. Circula por ahí la iniciativa de unos cuantos descerebrados, con no sé qué RH, para solicitar la concesión del Premio Nobel de la Paz al terrorista Arnaldo Otegui.

Para los promotores de semejante idea, el hecho de que este individuos forme parte de una organización responsable del asesinato de cientos de ciudadanos españoles no es “óbice, obstáculo o valladar infranqueable” para elevarle a la misma categoría que a la de la Madre Teresa de Calcuta o de Martin Luther King. Claro que puestos a recordar absurdos ya hubo en 1934 un diputado sueco al que se le ocurrió proponer para el mismo galardón a Adolf Hitler, iniciativa que evidentemente no prosperó.

Para no caer en lo absurdo, bueno será que la iniciativa a favor de Otegui también se quede en una propuesta frustrada, como la de Hitler, y permanezcan los dos consecuentemente en la misma categoría.

La verdad es que este mundo está lleno de absurdos y no tenemos que irnos muy lejos para observarlos.

Santiago de Munck Loyola.

jueves, 12 de enero de 2012

Mentiras y cinismo socialistas.

Aunque es muy habitual en el PSOE, el debate de ayer en el Congreso entre el Ministro Montoro y el Portavoz Socialista Alonso evidenció una vez más la técnica permanente de los socialistas de reescribir el pasado, aunque éste sea tan reciente que tal pretensión se exprese como lo que es en toda su extensión: una burda mentira.

“Miente que algo queda” debe ser la consigna impuesta en las filas socialistas y a ello se aplicó con fingido convencimiento el Sr. Alonso. Tiene lo suyo que los autores de la mayor estafa política de los últimos años se atrevan de acusar al Partido Popular y al actual Gobierno de haber cometido un tremendo engaño para llegar al poder a propósito de las medidas económicas de carácter de urgencia adoptadas el pasado 31 de diciembre.

Dijeron a finales de 2007 que no había crisis y era antipatriótico mencionarla. En 2008 afirmaban, cubriéndose de ridículo internacional, que España se encontraba en Champion League de las economías y que los franceses nos miraban con envidian y hasta con temor porque España iba a superar ya a Francia en los niveles de renta. Después, ya instalados en medio de una tremenda recesión, anunciaron la aparición de los famosos brotes verdes que, al menor un servidor, nunca ha visto. Y, mientras tanto, a gastar el dinero a manos llenas: Planes E, millonarias subvenciones repartidas a diestra y siniestra (más a siniestra que a diestra), etc. Y se fueron, diciendo a los españoles el pasado 18 de diciembre por boca de la Ministra Salgado que el déficit público no superaría el 6 % cumpliendo así los compromisos internacionales del Gobierno de España. Ya.

En el “modélico traspaso de poderes” los socialistas ocultaron al nuevo Gobierno la realidad del déficit y ésta no se conoció oficialmente hasta el pasado 27 de diciembre de mano de los técnicos del Ministerio de Economía.

A la luz de estas consideraciones parece evidente que la Sra. Salgado, o sea el Gobierno socialista, mintió con todo descaro a la opinión pública en plena campaña electoral al anunciar un déficit que sabía perfectamente que no era real. E igualmente parece evidente que ahora miente el Sr. Alonso al afirmar que el Partido Popular sabía en campaña electoral que el déficit era mayor y que engañó a los electores al no explicar que se iban a tomar, en caso de ganar las elecciones, las medidas presupuestarias y fiscales que se han adoptado el pasado mes de diciembre. Porque si fuera como dice el Portavoz socialista nos encontraríamos ante una situación surrealista: la Ministra comunicando un déficit falso a la opinión pública y simultáneamente dando el déficit correcto al PP en plena campaña quien, según esta descabellada tesis, se lo callaría para no explicar cómo afrontarlo en caso de ganar las elecciones.

El problema del Sr. Alonso es que ayer hizo un gran esfuerzo por dotar a sus palabras de una credibilidad imposible de sostener. Un cursillo de teatro no le vendría mal. Si además, hubiese esperado unos meses para hacer sus peregrinas afirmaciones quizás habría podido engañar a algún incauto, pero tan cerca de los hechos no cuela. Por mucho que se suban a la escalera para reescribir la historia reciente en las paredes de la granja, no cuela.

Y a esta afición o técnica basada en la mentira hay que añadir un posible desdoblamiento de personalidad o una sobredosis de cinismo: criticar unas medidas cuando ellos mismos impulsaron otras muy similares, aunque más injustas desde una perspectiva social, tiene su aquel. Que los que hace tan sólo unos meses subieron el IVA para todos, ricos o pobres, subrayen que un incremento de impuestos diseñado con criterios de progresividad sólo sirve para crear más paro es mencionar la soga en casa del ahorcado. Ahora va a resultar que los socialistas españoles están en contra de las subidas de impuestos progresivas y que el desempleo les quita el sueño. Vivir para ver.

Santiago de Munck Loyola

miércoles, 11 de enero de 2012

Carta abierta a Dª. Carmen Vela Olmo, Secretaria de Estado.

11-01-2012

Señora Vela:

Permítame que inicie esta carta sin encabezarla con la habitual y protocolaria felicitación que, en otros casos, sería de obligado cumplimiento pero que en el suyo sobra.

Deseo trasladarle mi estupor e indignación por el nombramiento de Secretaria de Estado que ha sido perpetrado sobre su persona por parte del Gobierno de la Nación recientemente constituido. La vida es así, una caja llena de sorpresas a veces francamente desagradables. Tanto esfuerzo, tanto sacrificio, tanta dedicación a la promoción de la causa y de los valores socialistas para nada, para que ganen al final las elecciones estos del PP y la nombren a usted Secretaria de Estado, nada menos, del Ministerio de Economía. Una injusticia. Comprendo perfectamente cómo debe sentirse. Alguien que, como usted, en 2008 leyó aquel Manifiesto de la Plataforma Paz en defensa de la gestión del gran estadista Zapatero, rodeada de tantos y tantos queridos compañeros de la ceja, debe encontrase en estos momentos postrada por la nostalgia y cargando con esta injusta cruz de la Secretaría de Estado recién estrenada. ¡Qué tiempos aquellos! Seguramente aún resonaran en sus oídos las valientes palabras de su amigo, aquel director de cine José Luis Cuerda, llamando imbéciles a los del PP, a esa turba de ignorantes que finalmente ha llegado al poder en España pese a todos sus esfuerzos para evitarlo. Y no será porque usted, como una auténtica heroína, no ha permanecido hasta el final en la trinchera de la vanguardia zapateril. No, todos la hemos visto.

Usted, Señora Vela, ha permanecido firme en el barco sociata hasta su hundimiento blandiendo como sólo sabe hacerlo alguien como usted las banderas de su amiga Aido y de las subvenciones millonarias y pidiendo hace poco más dos meses el voto para Rubalcaba. Su voto para Rubalcaba, su odio hacia el pp y sus votantes, su desprecio hacia al programa de Rajoy no han valido de nada. Han ganado y encima le han nombrado Secretaria de Estado. ¿Cabe mayor injusticia? No, claro que no.

Con lo bien que estaba usted en su empresa recibiendo millones de euros en subvenciones ahora a cargar con este “marrón”. No hay derecho, Señora Vela. Si hubiese tenido usted algún mérito para que la nombraran, sería lógico y razonable que lo hubiesen hecho, pero todos somos conscientes de que no ha sido así y comprendemos de sobra cómo debe sentirse. Tener que gobernar tapándose la nariz debe ser muy fuerte: sin experiencia previa en la administración pública, con un partido al que odia, rodeada de gente a la que desprecia, aplicando un programa en el que no cree e inspirado en unos principios con lo que no comulga debe ser insufrible, Señora Vela.

La comprendo Señora Vela pero quiero decirle que no hace falta que se sacrifique de esta forma en contra de sus nobles ideales y altos principios. No hace falta, váyase a casa y a sus verdaderos amigos. España seguramente podrá sobrevivir sin su desinteresada contribución. No se preocupe por quien desvergonzada y misteriosamente la propuso para este puesto que, a buen seguro, encontrará recambio más adecuado. Hágase un favor Sra. Vela y hágaselo a las personas coherentes y decentes que en España son muchas: dimita y váyase a casa.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 8 de enero de 2012

La política económica del Gobierno: ¿Más de lo mismo?

Las recientes medidas económicas de carácter urgente adoptadas por el Gobierno de Rajoy han producido desconcierto más entre los propios que entre los extraños. En efecto, entre el importante paquete de medidas iniciales el Gobierno ha aprobado un incremento “temporal” de determinados impuestos. Reducción del gasto con la aprobación de algunos recortes presupuestarios e incremento de la recaudación con el visto bueno a determinados incrementos impositivos constituyen las dos principales bazas para atajar el déficit existente que, según parecen haber descubierto, es mayor del que venía anunciando el Gobierno socialista saliente.

Llama la atención, en primer lugar, que en un exceso de cortesía política, evidentemente inmerecida, los portavoces del nuevo Gobierno hayan hablado de la existencia de un traspaso de poderes ejemplar. ¿Dónde está la ejemplaridad? ¿En que los ministros cesantes no se han atrincherado tras las mesas de los despachos ministeriales? Si ejemplar es mentir sobre el déficit del Estado a los ministros entrantes, que venga Dios y lo vea. Hablar de un traspaso ejemplar en estas condiciones es, desde luego, engañar a la opinión pública y lo cortés no quita lo valiente. El Gobierno saliente se ha ido mintiendo una vez más. Así de claro y así de poco ejemplar.

En segundo lugar, las medidas adoptadas, por mucho que se alegue la existencia de un déficit superior al previsto o al anunciado por el Gobierno saliente, desconciertan profundamente a quienes desde hace años venimos sosteniendo la existencia de una política económica diferente. Los recortes presupuestarios son absolutamente necesarios y los inicialmente adoptados por el Gobierno son, con seguridad, la punta del iceberg, pero son, en todo caso, claramente insuficientes y, en algunos casos, tienen un carácter más bien simbólico. Hay mucho más campo donde meter la tijera y, según parece, en el segundo paquete de medidas adoptadas por el Gobierno, se ha avanzado algo más en esa dirección.

Sin embargo, lo que chirría desde una perspectiva liberal conservadora es el incremento de la fiscalidad. Recortes y aumento de impuestos eran, al parecer, las dos únicas técnicas usadas hasta ahora por el anterior gobierno para reducir el déficit y de su carácter socialdemócrata nadie duda. Y las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno de Rajoy parecen señalar que el Gobierno ha apostado por profundizar en esa línea de carácter socialdemócrata rompiendo así con una trayectoria y unas perspectivas que configuraban una auténtica alternativa económica.

La reducción del déficit exige recortar gastos y aumentar los ingresos. En el recorte de gastos queda mucho campo por explorar. A título de ejemplo, recortar las subvenciones a partidos, sindicatos y patronal en un 20 % es claramente insuficiente. ¿Por qué no el cien por cien? ¿Tiene lógica alguna aumentar los impuestos para poder seguir pagando el 80 % restante? ¿Y el gigantesco parque móvil? ¿Y las televisiones públicas deficitarias? ¿Y los salarios de sus Señorías, los móviles, las dietas, los viajes,…? ¿Por qué no se minoran las transferencias a las Comunidades Autónomas en proporción al coste de los servicios públicos duplicados con los del Estado?

En cuanto al ámbito del incremento de ingresos, un incremento “temporal” de los impuestos conllevará irremediablemente a una nueva reducción del consumo. Con menos dinero en el bolsillo, los ciudadanos reduciremos nuestro consumo y a menos consumo, menos actividad productiva y, por tanto, más desempleo. Es de cajón. La denostada curva de Laffer demostró su efectividad en los Gobiernos de Aznar: la recaudación tributaria del Estado se incrementó con menores tipos impositivos. No tiene, por tanto, mucha lógica ni coherencia alguna con los antecedentes el anunciado incremento de impuestos. El aumento de ingresos puede lograrse ampliando las medidas anunciadas de lucha contra el fraude fiscal. Centrarse como se ha anunciado en el control de los pagos en efectivo constituye el “chocolate del loro” en la persecución del fraude fiscal. Según los técnicos de hacienda la puesta en marcha de otras medidas podría hacer incrementar la recaudación en más de 30.000 millones de euros. Puede también lograrse un aumento de ingresos con la venta de activos de las administraciones públicas, del Estado, tales como participaciones en sociedades, empresa pública y bienes inmuebles. Y, desde luego, se produciría un incremento de la recaudación de ingresos con una bajada de impuestos que reactivara el bajo consumo existente, incentivara la inversión y generase la creación de puestos de trabajo: a más empleados, más contribuyentes, más consumo y más recaudación.

Es de suponer, a falta de explicaciones públicas, que el incremento “temporal” de impuestos obedece a la imperiosa necesidad de obtener liquidez con la que reducir drásticamente el déficit y contentar, de paso, a los mercados y a la Señora Merkel y que, se ha acudido a esta incoherente medida porque no era posible apostar por su reducción como motor de la reactivación económica a medio plazo. En todo caso, conviene recordarlo, no se trata de medidas programáticas anunciadas previamente y suponen un cierto continuismo que podrá de momento aliviar algo las maltrechas arcas públicas, pero que a medio plazo no servirá para generar empleo, que es o debería ser la principal prioridad del Gobierno.

Santiago de Munck Loyola

martes, 3 de enero de 2012

Rajoy nombra a una sinvergüenza Secretaria de Estado.

Cuando esta mañana me he desayunado con la noticia no me lo podía creer: Rajoy ha nombrado Secretaría de Estado de investigación, desarrollo e innovación a una destacada socialista a propuesta del Ministro de Economía, Luis de Guindos.Y de la sorpresa he pasado a la perplejidad y, después, a la indignación. ¿Tanto esfuerzo durante tantos años para esto? Es seguramente lo que se preguntará cualquier militante del PP, lo que se preguntará cualquier persona normal y decente.

La flamante Secretaría de Estado, Doña Carmen Vela Olmo, ha sido hasta hace poco más de un mes una relevante postulante de la causa socialista. En 2008 fue la encargada de dar lectura pública al manifiesto de los de la zeja en apoyo del inefable Zapatero. Ahí están los vídeos en los que esta conversa de último minuto leía el llamamiento de los subvencionados zejateros para que no volvieran al poder los tristones peperos con Rajoy a la cabeza.

Y no hace ni dos meses que esta señora andaba apoyando a Rubalcaba para evitar que el que ahora la acaba de nombrar Secretaria de Estado llegase a Presidente.

No cabe mayor despropósito que este nombramiento. De esta elección parece deducirse que en todo el Partido Popular no hay ningún militante o simpatizante capaz de desempeñar esta Secretaría de Estado. Bueno es saberlo, pero nos lo podrían haber dicho antes de ir a votar. La designación de esta señora es todo un desprecio a los militantes populares que durante los últimos ocho años se han estado partiendo la cara para lograr que Rajoy fuera Presidente mientras que esta señora los insultaba y despreciaba.

Y este nombramiento es, como no, un insulto y un desprecio a todos los votantes que el 20 N optaron por el cambio y no para que se subieran al carro gente sin escrupulos, sin moral y sin vergüenza. Porque si hay una cosa clara y evidente es que Doña Carmen Vela Olmo no tiene vergüenza, ni pizca.

Claro que como es química pertenece al gremio de Freddy y, a lo mejor, le conviene estar en este Gobierno por si necesita hacerle algún favor desde dentro. El Ministro de Guindos nos ha traicionando a los militantes populares y mucho me temo que Rajoy también. Más vale que deshagan rápidamente este entuerto.

Santiago de Munck Loyola