Lo que hasta hace poco era solo
una conjetura, se convirtió en certeza hace unos días cuando el Presidente
Rajoy anunció en una entrevista televisiva, y no en un formato más solemne, que
las elecciones generales serán el próximo 20 de diciembre. Nos esperan dos
meses moviditos con toda la coctelería propia de unos comicios de esta
naturaleza. Encuestas, alianzas, traiciones, discursos, promesas, videos, hasta
acabar con la paciencia del Santo Job. Es inevitable y hasta puede llegar a ser
entretenido.
Sea como fuere es evidente que
nos jugamos los próximos cuatro años. Los grandes nos venden ya que sólo hay
una alternativa: o el PP o el PSOE y que el resto sólo serán meros comparsas,
votos inútiles que terminarán respaldando o al PP o al PSOE. Pero todo parece
indicar que la fragmentación del voto de la izquierda también se ha instalado
en el campo de la derecha. La hegemonía absoluta popular parece que ha llegado
a su fin más por deméritos propios que por méritos de los adversarios unidos en
esa estupidez del “todos contra el PP”. Pero la política y las políticas no se
reducen al blanco o al negro, al conmigo o contra mi. Hay y debe haber una
amplia gama de posiciones y sensibilidades políticas que están esperando su
oportunidad electoral y cuya presencia política contribuye a enriquecer la
pluralidad y, por consiguiente, las posibilidades de elección de los votantes.
En la Comunidad Valenciana
y en nuestra Provincia de Alicante, los resultados electorales de las últimas
elecciones autonómicas y municipales nos permiten extraer algunas conclusiones ya
y prever lo que puede ocurrir en las elecciones generales. Hay que destacar que
el PP, tras su derrumbamiento en nuestras tierras, ha sido incapaz de depurar
responsabilidades y de rectificar sus errores. Por ello va a concurrir a las
próximas generales con el mismo plantel de personajes que, en Alicante por
ejemplo, han sido los culpables de una mala gestión y de haber traicionado a su
electorado. A más de uno lo veremos en las próximas listas si sale vivo del
actual navajeo por entrar en ellas. Esas listas las deciden en Madrid, no lo
olvidemos.
El PSOE ha demostrado que le vale
cualquier compañero de viaje con tal de hacerse con el poder. Da igual que se
trate de podemitas, de catalanistas o de riveristas. Por ello no es de extrañar
que algunas consecuencias de esa promiscuidad política se empiecen a notar en
Alicante y eso que no han hecho más que empezar su andadura. Han empezado por
los símbolos y terminarán por y con las arcas públicas que ya el PP dejó
tiritando. Ya han puesto en cuestión el futuro del español en la educación,
como lo han hecho con la persecución de los símbolos identitarios españoles en
las fiestas patronales de distintas localidades y algunos de sus socios de gobierno
en Valencia se muestran abiertamente favorables a las tesis independentistas y
anexionistas de los separatistas catalanes.
Por su parte, Ciudadanos, los
riveristas, un partido que se autodefine de centro izquierda y que en Alicante
se ha nutrido de cuadros ripollistas y zaplanistas, pretende ir de detergente
blanqueador de la política. Es curioso, participan en las elecciones pero no se
quieren “pringar” entrando en gobiernos y se nutren de votos de centro derecha
para en muchos casos favorecer a la izquierda. ¿Cabe mayor corrupción política?
Pero ninguno de estos partidos
políticos pone al frente de sus propuestas a la Provincia de Alicante, a
las necesidades de su gente. Alicante corre el riesgo, una vez más, de ser una
simple pieza del tablero electoral en la que se disputan unos cuantos diputados
para sumar a la causa de Rajoy o de Pedro Sánchez. Así ha sido elección tras
elección: una competencia entre partidos y no una competencia por nuestra
Provincia.
Es hora de que Alicante gane. Es
hora de denunciar con toda la fuerza posible su histórica discriminación por
parte del Estado y de Valencia. Es hora de exigir y cobrar la deuda histórica
de Alicante y de reclamar para la provincia un nuevo papel, acorde a su peso e
importancia, en el encaje del Estado de las Autonomías. Es hora de iniciar un
nuevo camino por el que en Esperanza Ciudadana hemos apostado, porque creemos
en la capacidad de nuestra provincia y porque sabemos que más Alicante es más
España.
Santiago de Munck Loyola