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lunes, 2 de abril de 2012

Mal arranca el Congreso regional del PPCV.

Tiene bemoles que los afiliados del Partido Popular se tengan que enterar por la prensa de cómo y cuando se va desarrollar el próximo Congreso Regional de su partido. Hay algunos dirigentes populares, como el Secretario General, D. Antonio Clemente, que tienen un concepto muy particular sobre lo que supone el respeto a los militantes y sobre el significado del concepto de democracia interna. Los populares de la Comunidad Valenciana están de enhorabuena. Pueden enterarse por los medios de comunicación de los procedimientos que el Comité organizador está regulando para que puedan ejercer sus derechos políticos en el próximo Congreso Regional. ¿Tanto trabajo cuesta enviar un correo electrónico a los militantes? ¿O una simple carta? Concepto, por cierto, tan particular el del Sr. Clemente como el del actual Presidente local de la ciudad de Alicante, bajo cuya presidencia se vulneraron los estatutos del partido a la hora de designar a los compromisarios al Congreso Nacional, evitando que los afiliados tuvieran conocimiento por escrito de los plazos y procedimientos, y que, además, no tiene ni la decencia, ni la vergüenza suficiente para contestar a las reclamaciones que por escrito se le presentaron el pasado mes de febrero. Sr. Presidente Local de Alicante, ya que no responde por los cauces internos, habrá que planteárselo en público ¿se respetaron los estatutos del partido? ¿Sí o no? ¿Se remitió la preceptiva carta a los afiliados para que pudieran ejercer su derecho? ¿Sí o no? No es tan difícil ofrecer una respuesta, Sr. Presidente local de Alicante. Y los afiliados no están sólo para rellenar mítines, acudir a cenas y eventos varios en campaña o para ejercer de apoderados e interventores el día de las elecciones. No, los afiliados están para algo más y así lo dicen los Estatutos del Partido. ¿Le suena de algo la democracia internan o la participación?

Los populares de la Comunidad Valenciana tenemos un Presidente Regional no elegido por nosotros, sino impuesto. Es un Presidente que, independientemente de sus aptitudes y valía, carece de la legitimidad interna necesaria y que, por tanto, no ostenta liderazgo alguno. Tiene mando en plaza, sí, pero no liderazgo y seguirá siendo así hasta que no se lo gane en el próximo Congreso Regional y, siempre y cuando, no se lo arrebate otro posible candidato. Flaco favor al surgimiento de ese liderazgo democrático hacen quienes se están ocupando estos días de despejar la aparición de posibles candidatos alternativos. Es muy posible que no se presente ningún otro candidato a la Presidencia del Partido tal y como están las cosas y considerando la estructura interna de poder y el delicado equilibrio existente. Pero de esa constatación a empezar a enviar avisos al navegante hay un abismo. Se trata de elegir a un Presidente Regional, no de ratificar en plan referendum al único candidato posible. Flaco favor se hace a la construcción de un verdadero liderazgo cuando desde la cúpula del Partido se empieza a vigilar cualquier movimiento que pueda suponer un debate interno rico y profundo y una pluralidad entre la que los afiliados puedan libremente elegir.

Ya sabemos por la prensa cuantos compromisarios podrán asistir al Congreso regional. Ahora falta que no se repita lo de la ciudad de Alicante respecto a los compromisarios para el Congreso nacional del PP. Ahora falta que se envíen cartas a todos los afiliados y que no se coarte la libertad de nadie para presentar su candidatura de modo que no vuelvan a repartir los puestos entre cuatro amiguetes. Y si se vuelve a hacer que alguien tenga la vergüenza torera de dar las explicaciones pertinentes antes de dimitir e irse a su casa. ¡Qué utópico!

Santiago de Munck Loyola