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jueves, 28 de septiembre de 2017

Religiosos catalanes: zapatero a tus zapatos.

Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), como bien es sabido, es una de las tres formaciones que lidera la vía golpista para lograr la independencia de Cataluña. ERC fue fundada en 1931 y sus actuales dirigentes se proclaman herederos de aquella Esquerra de los años 30 de tan funesto y siniestro recuerdo.

Resulta muy llamativa la nula memoria histórica de esos 400 sacerdotes catalanes que se han sumado la causa del referéndum secesionista y, por tanto, se han aliado con los señores de Esquerra Republicana de Cataluña. Estos sacerdotes pertenecientes a la Iglesia Católica (es decir universal) han decidido apostar políticamente por un movimiento que pretende imponer sus tesis a la mitad, al menos, de la población catalana. De la universalidad evangélica han saltado al provincialismo político sectario y excluyente sin despeinarse. 

Han decidido con la firma de un manifiesto apoyar a quienes defienden dinamitar las leyes, desde la Constitución hasta el Estatuto de Autonomía, y adherirse al llamado derecho de autodeterminación o derecho a decidir que a lo mejor se encuentra recogido en los tratados teológicos, no lo sé porque no soy experto en la materia, pero que de ningún modo se encuentra en ninguna Constitución democrática. Claro, que estos curas tienen todo el derecho del mundo a expresar libremente su opinión sobre cuestiones políticas, afortunadamente España no es el Vaticano donde expresar libremente la opinión sobre cuestiones religiosas puede acabar en los tribunales de la sucesora de la Inquisición como les ocurrió a Kung o a Lefèvre por citar dos extremos, pero lo que no parece ya moralmente aceptable es que usen los sagrados púlpitos para posicionarse en una cuestión estrictamente partidista. ¿Acabarán por imponer penitencias más severas a los constitucionalistas confesos?

Es evidente que lo mismo que estos curas pueden pedir públicamente, aunque sea desde los púlpitos de las Iglesias, que se reconozca el derecho a decidir, que se viole el orden constitucional o la independencia de Cataluña los demás ciudadanos podríamos pedir a la Iglesia Católica que reconozca el divorcio, que bendiga el adulterio, que legalice la poligamia en el derecho canónico o que los curas se metan en sus asuntos.

Volviendo al inicio de estas líneas, es llamativa la falta de memoria de estos sacerdotes cuyos sueldos, por cierto, pagamos en su mayor parte los constitucionalistas, a la hora de alinearse políticamente porque van de la mano de los señores de Esquerra Republicana de Cataluña. Hay que recordarles a estos pastores sectarios de la Iglesia Universal que bajo el control de ERC funcionaron entre 1936 y 1939 46 checas del terror tan sólo en la ciudad de Barcelona y centenares en toda Cataluña. Hay que recordarles a estos curas que 8.148 civiles fueron asesinados en Cataluña durante este periodo y que de éstos, más de 2.000 fueron religiosos, unos 1.190 curas, unos 795 monjes y 50 monjas. Sólo entre julio y septiembre de 1936 el número de personas asesinadas fue de 4.682. ¿Ha pedido perdón la Esquerra Republicana de Cataluña? No lo ha hecho nunca, ni lo hará. Pero ello parece que no es ningún obstáculo para que 400 sacerdotes de los casi 2000 que hay en Cataluña vayan de la mano con estos señores cuyo anticlericalismo está más que acreditado. Y basta ver las pintadas actuales que se gastan para adivinar el futuro que les espera a los religiosos con estos independentistas en el poder.

Curas cargados de odio contra España y los españoles, sacerdotes que fomentan la confrontación civil es lo último que necesita nuestra sociedad y, por supuesto la Iglesia católica. ¡Zapatero a tus zapatos!

Santiago de Munck Loyola.