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miércoles, 26 de julio de 2023

¿Ser nombrado funcionario de carrera sin hacer un solo examen? SÍ SE PUEDE. En Monforte del Cid.

Pues sí, no se lo van a creer, pero sí que se puede llegar a ser funcionario de carrera sin haber realizado ni un solo examen, ni un solo ejercicio. No es fácil, no, pero en España es posible nombrar a alguien, por muy zoquete que sea, funcionario de carrera sin haber preparado una oposición, sin haber tenido que competir con otros aspirantes y sin que sus escasas cualidades intelectuales o su inexistente laboriosidad sean un obstáculo.

¿Que no se lo cree? ¿Que la Ley lo prohíbe? ¿Que es ilegal? Ya, pero es posible. ¿Ilegal? Sí, pero posible. ¿Increíble? Sí, pero real. ¿Indecente? Sí, pero a pocos les importa. Y para muestras aquí va un botón.

 

He aquí la demostración de que, hasta lo imposible, lo ilegal y lo inmoral pueden hacerse realidad en esta nuestra España. Es de suponer que podrá ocurrir en algunos sitios, pero nos centraremos en uno muy concreto donde concurren circunstancias poco comunes.

 

Monforte del Cid, municipio de Alicante, es uno de los municipios donde puede hacerse realidad que hasta un zoquete pueda convertirse en funcionario de carrera sin pasar ni un solo examen. Para ello, es preciso cumplir algunos requisitos, algunas coincidencias no siempre fáciles de encontrar. 

 

El primero de ellos es que se produzca una conjunción planetaria, que diría Leyre Pajín, entre dos corruptas, dos concejalas electas y perdedoras: la primera dispuesta a comprar votos y la segunda ávida por vender el suyo. Esto ocurrió en 2015, la conjunción entre Mª Dolores Berenguer Bello de IU y Mª Teresa de las Nieves de Ciudadanos. La primera se convirtió en alcaldesa gracias al voto de la segunda, arrebatando la alcaldía al partido ganador, el PP del que provenía la segunda. ¿El precio? Pues, entre otras cosas, hacer funcionario de carrera al marido de la segunda, José Ramón Vicente Boyer, hasta entonces pepero en proceso de transformación larvaria y funcionario interino desde 2004 que había sido nombrado sin haber pasado ningún examen, ni haber cumplido ningún requisito legal.

 

El segundo requisito es que, dado que la ahora exalcaldesa corrupta no pudo completar el pago, lo haga su sucesor, Juan José Hernández Rico de IU también, quien ha asumido la deuda como propia y prevarica tragando sin asco alguno y firmando el nombramiento del corrupto funcionario, ahora de carrera, hasta hace unos días solo in pectore. Habría que preguntarse por qué un alcalde recién designado, joven y supuestamente bien preparado, asume esta porquería con el riesgo más que evidente de terminar en los tribunales.

 

El tercer requisito es que haya una oposición municipal pusilánime, apática o cómplice. Todos los concejales saben, porque hay un reciente informe del Secretario que así lo reconoce, que el agraciado, José Ramón Vicente Boyer, es funcionario interino sin reunir los requisitos legales para ello, es decir que fue nombrado ilegalmente y que, por tanto, ellos mismos deberían haber instado la revisión de su nombramiento y su cese, tal y como se hizo en otro caso con defectos formales irrelevantes. Sin bases de selección, sin convocatoria pública, sin tribunal válido y sin pasar ninguna prueba objetiva José Ramón Vicente Boyer debía haber sido cesado y, por consiguiente, no podía haber sido admitido a participar en los procesos de consolidación de empleo para funcionarios interinos que, para serlo, sí concurrieron a pruebas selectivas.  Es llamativo además que se haya colado en la Junta Directiva del Colegio de Ingenieros como responsable del Área Profesional y Función Pública desprestigiando con su presencia a esta institución.


 

El cuarto requisito o coincidencia es que los funcionarios municipales que tengan que ejercer los controles de legalidad, como la Secretaría Accidental Soledad Megías, no cumplan con sus obligaciones bien por incompetencia o bien por complicidad.

 

El penúltimo requisito es contar con unos sindicatos domesticados más interesados en mirar por sus intereses particulares que por defender los derechos de todos los trabajadores o de la ciudadanía en general. Y, por último, hay que contar con una sociedad vecinal incapaz de luchar por los intereses colectivos, por la dignidad de su Ayuntamiento y temerosa además de meterse en problemas.

 

Como se puede apreciar es una realidad que se puede llegar a ser funcionario de carrera sin superar una sola prueba objetiva gracias a la confluencia de una serie de factores ciertamente poco frecuentes, pero no imposibles. Monforte del Cid, Alicante, y el caso de José Ramón Vicente Boyer son buena prueba de ello. No está dicha la última palabra porque la Justicia deberá aún pronunciarse sobre lo que constituye y verdadero escándalo administrativo y penal, sí, penal, porque la prevaricación del nombrador, del nombrado y de los cooperantes es más que evidente.

 

Fdo. Santiago de Munck Loyola

miércoles, 19 de julio de 2023

VADE RETRO SANCHIDAD.

 

Bueno, ya queda menos, tan solo unos días para poder votar y para, según deseamos muchos, a pesar de lo que diga el CIS, enseñarle la puerta de salida a Pedro Sánchez, a sus socios y demás acompañantes. Pedro Sánchez, Antonio para los amigos, es una mentira andante y voladora. Llegó al poder mediante una moción de censura construida sobre la falsedad de una sentencia y se ha sostenido durante su mandato usando el embuste, el engaño y el fraude de forma permanente. Ni sus compañeros de partido, ni sus votantes, ni sus socios de gobierno se han escapado de sus constantes falsedades. Un lustro negro en el que la verdad ha estado ausente de la política presidencial, el lustro del Pinocho monclovita. Probablemente no se podría esperar otra cosa cuando llega al poder un farsante que nunca ha tenido que trabajar, sin experiencia laboral fuera de la política conocida y con un doctorado tan fraudulento como el comité de expertos del Covid, pero cuesta creer la pasividad y la tolerancia de una sociedad moderna como la nuestra ante un sujeto sin escrúpulos como éste. De la pasividad y tolerancia con este sujeto de los medios de comunicación para qué hablar tras haber sido regados desde el poder con millones de euros. Porque no nos llamemos a engaño, el único valor que puede presentar un político en una democracia ante los votantes es el valor de su palabra, la fidelidad a sus compromisos. Claro que, para ello, antes hay que tener algún principio.

 

Aunque pueda resultar paradójico, durante la campaña electoral lo que más ha repetido el Sr. Sánchez y sus acólitos es que la oposición miente, y lo dice y repite precisamente él, el del comité de expertos inexistente del Covid, el de la tesis doctoral cum fraude, el del intento de pucherazo en la votaciones del comité federal de su partido, el de “y si quiere se lo repito cinco veces, no pactaré con Bildu”, el de Podemos me provoca insomnio, el de “la política sobre el Sáhara no ha cambiado”, el de “la Ley del solo sí es sí” es formidable, el de la economía va como una moto, etc. Ese mismo, la mentira personificada, acusa a los demás de mentir. De psiquiatra.

 

Y en lo que va de campaña electoral merece la pena destacar algunos asuntos. En primer lugar, el debate entre Núñez Feijóo y Sánchez. Reconozco que me sorprendió agradablemente. Vi a un Sánchez nervioso, agresivo, faltón e incapaz de enarbolar ningún logro de su gobierno. Y enfrente a un Feijóo seguro de si mismo, confiable, honesto y transmitiendo una solvencia de gobernante responsable y experimentado. Sánchez, “excusatio non petita, accusatio manifesta”, se ocupó de reivindicar su honradez, su limpieza, su peregrina justificación del abuso del Falcon o de defender a su mujer. Increíble. Y en el culmen del disparate metió en el debate en lema “que te vote Txapote”, por si quedaba algún español que no lo conociera. A pesar de sus cientos de asesores y de los 3 o 4 días que se tomó para preparar el debate, se estrelló.

 

En segundo lugar, el seguidismo de los medios de comunicación a las consignas monclovitas sobre los pactos del PP con Vox y las incomprensibles reacciones de la derecha. Que la izquierda trate de demonizar dichos pactos es normal, pero no que lo secunde los medios de comunicación y, mucho menos, que los populares entren en el juego. No es normal que los pactos del PSOE con la ultraizquierda, antes Podemos, ahora Sumar, con Bildu o con los independentistas golpistas catalanes esté asumido como aceptable y, por el contrario, los pactos del PP con Vox se demonicen. Vox es al PP lo que Sumar o Podemos son al PSOE. Así de claro. Vox es un partido constitucionalista, aunque propugne la reforma de la Constitución, como se supone que lo son Podemos o Sumar. Que se quiere calificarles de “ultras”, pues vale, pero en la misma medida a la izquierda que a la derecha. No hacerlo, es falsear la realidad, es mentir y es manipular.

El ejemplo de Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana es el camino a seguir: actuar sin complejos y con sentido común en armonía con lo deseado por la inmensa mayoría de los votantes de derechas. Además, la experiencia histórica en nuestro país enseña que la incorporación a un gobierno de coalición implica a la larga la absorción del partido pequeño por el partido mayoritario.

 

En tercer lugar, la campaña está sirviendo para hacer aún más patente y visible la oquedad intelectual de Yolanda Díaz. Es un producto artificial, su retórica es forzada y antinatural, sus ideas inexistentes o, en el mejor de los casos, simples clichés sin capacidad de desarrollo. Y, paradójicamente, este personaje surgido de la factoría monclovita para cargarse a los podemitas más incómodos cuenta, según las encuestas, con un alto grado de aceptación entre los votantes, lo que, sinceramente, dice muy poco sobre los que aprueban su supuesto liderazgo. ¿Se han parado a analizar sus discursos, sus soflamas, sus ideas? Seguramente no. La Fashionaria no va a obtener un gran resultado a pesar de contar con mucha benevolencia de los medios de comunicación que no han subrayado suficientemente el componente estalinista de una formación que pretendía en su borrador de programa acabar con la libertad de expresión en España. Los comunistas, por mucho que cambien de siglas, no cambian.

 

Por último, parece que la campaña de Vox ha quedado empañada por los ecos producidos por sus negociaciones con el PP en las que se ha puesto de manifiesto más el hambre por ocupar sillones que por acabar con el sanchismo. Sus propuestas, su programa no está llegando a los votantes, pero su estrategia y sus fines lamentablemente sí. Resulta un poco cómico que Abascal se queje o lamente por los esfuerzos del PP por captar votantes de Vox. ¿Y qué esperaba el dirigente de Vox? ¿De dónde se cree que proceden sus propios votantes? Pues del PP, como él mismo. Cualquier partido que aspire a gobernar aspira a conseguirlo obteniendo el mayor número de votos y, en el caso de los populares, es que lógico que intenten ensanchar su base electoral por su izquierda y por su derecha.

 

No parece haber más opción para poner punto final al lustro negro de la mentira que apoyar con el voto al partido con más posibilidades reales de conseguirlo, el Partido Popular. Es relativamente fácil imaginar un gobierno presidido por Feijóo, un gobierno respaldado por el PPE y no por partidos dudosamente europeístas y amigables con Putin, como los que frecuenta el líder de Vox, algo que facilitará la posición de España en la compleja dinámica europea. Nos jugamos mucho el 23 de julio, nos jugamos sobre todo la libertad individual y colectiva que se sustenta sobre el respeto a la Constitución, a la separación de poderes, a la libertad de prensa y al consenso que hizo posible la transición. Para muchos de nosotros los supuestos avances esgrimidos por los sanchistas no son tales: el guerracivilismo no es un avance, la compra de voluntades mediáticas no es un avance, la catástrofe jurídica sobre los delincuentes sexuales no es un avance, el fortalecimiento de los derechos de los okupas no es un avance, la desaparición de la Guardia Civil en determinadas regiones y tareas tampoco, como tampoco son avances los disparates de género, la sumisión a Marruecos, el despilfarro constante con café para todos al renunciar a la progresividad en las ayudas, la colonización de todas las instituciones, etc. Y sí, estos supuestos avances son auténticas lacras que deterioran la calidad democrática de nuestra política y por ello deben ser derogados sin complejos y con la misma rapidez que la usada en el pasado por el PSOE para derogar todo lo que se les puso por delante.

 


A Sánchez, al PSOE, a SUMAR y a la Fashionaria que les voten Txapote, Tito Berni, los violadores y pederastas, los malversadores, los de los EREs, Mohamed, Maduro, los independentistas, Fernando Simón, el director de Correos y los alumnos y clientes de Begoña. Yo lo tengo claro.

 

Santiago de Munck Loyola