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miércoles, 13 de noviembre de 2019

10 N una oportunidad perdida. El abismo más cerca que nunca.


Para todo aquel que hubiese ignorado las encuestas del CIS (por cierto, el Sr. Tezanos a estas horas sigue sin dimitir tras el ridículo y descrédito al que ha sometido al organismo que dirige) los resultados de las elecciones generales del pasado domingo no habrán supuesto una gran sorpresa. El PSOE con Pedro Sánchez ganó las elecciones convocadas por él mismo tras ser incapaz de aglutinar voluntades para lograr su investidura de candidato y lo hizo perdiendo casi 800.000 votos, tres escaños en el Congreso y 29 en el Senado con la pérdida, además, de la mayoría absoluta que gozaba en esta cámara. Todo un logro, sí señor. Un estratega fino el Sr. Sánchez. 140 millones de euros gastados, más otros 60 millones correspondientes a las subvenciones a los partidos políticos, para que el Sr. Sánchez pudiera mejorar los resultados de su partido y poder dormir tranquilo sin tener en el Consejo de Ministros a los podemitas.

Pero no, todo parece indicar que el Sr. Sánchez no podrá dormir tranquilo durante una larga temporada si logra los votos necesarios para su investidura tras haber firmado ayer un acuerdo para gobernar en coalición con la ultraizquierda de Unidas Podemos, con el Sr. Iglesias como Vicepresidente del Gobierno de España. Firmado este acuerdo, socialistas y ultraizquierdistas, tienen que ponerse enseguida manos a la obra para conseguir los votos necesarios para investir al Sr. Sánchez Castejón. Iglesias ya se ha puesto a ello y, cómo no, ya ha iniciado contactos con los golpistas catalanes para buscar su abstención al menos y con los proetarras de Bildu. Así, repitiendo la misma estrategia que en Navarra podrá el Sr. Sánchez salir a decir que él no ha pactado con los bilduetarras ni con los naZindependentistas catalanes.
Parece que de antemano tienen asegurado el voto de los naZionalistas racistas del PNV a los que les da igual ocho que ochenta, es decir, a los que siendo una derechona rancia y racista les importa un bledo el color económico del gobierno de España aunque tenga tintes bolivarianos. Bueno, no es que les dé igual exactamente, es que cuanto peor sea el gobierno español mejor para ellos. La ultraizquierda podemita sacudirá el árbol y ellos recogerán las nueces.

Ha ocurrido lo que algunos dijimos que iba a ocurrir si el centroderecha no concurría unido a estas elecciones convocadas en medio de una grave crisis de supervivencia nacional. El centroderecha constitucionalista volvió a mirarse al ombligo y se presentó por separado. Y el resultado de tan poco patriótica decisión es que teniendo más votos que la izquierda, ésta ha ganado en número de escaños.
Según la proyección de escaños realizada por el Diario ABC de haber articulado candidaturas únicas en torno a la propuesta de Pablo Casado, España Suma, el centroderecha habría obtenido mayoría absoluta 177 escaños en el Congreso. Ni siquiera tuvieron la generosidad ni la altura de miras para presentar candidaturas únicas al Senado perdiendo la ocasión de hacerse con una mayoría absoluta en el Senado, imprescindible para poder activar la aplicación del Artículo 155 de la Constitución.  Y esto es algo que sus votantes ni podemos ni debemos olvidar. Ninguno de los tres líderes de la derecha ocultó que la situación política española era y es de extrema gravedad con el independentismo violento en auge e incendiando las calles y con un gobierno izquierdista débil y acomplejado incapaz de articular un proyecto de cohesión nacional, pero dos de ellos, Rivera y Abascal, se negaron en redondo a aceptar la propuesta de Pablo Casado. ¿Es eso patriotismo? Pues no, por muchas banderas españolas que enarbolen, es simplemente egoísmo partidista y falta de visión de Estado.

El PP se ha quedado con 88 escaños en el Congreso, Vox con 52, Ciudadanos con 10 y Navarra Suma con 2. Podrán estar satisfechos, salvo en el caso de Ciudadanos, por aumentar su representación parlamentaria, pero no porque esos resultados sirvan para mejorar la situación política de España.
Resulta llamativo que el electorado haya castigado a Ciudadanos, según los comentaristas políticos más asiduos en los platós televisivos, por cumplir precisamente su compromiso electoral de abril, es decir, no facilitar la investidura de Pedro Sánchez y “su banda”. Quizás la explicación haya que buscarla en el hecho de que la radicalización del ambiente político no favorece las posiciones moderadas y en el incesante bombardeo crítico de la Secta y los medios afines por haber facilitado gobiernos regionales en Madrid, Andalucía, Murcia o Castilla y León. 

En todo caso si finalmente el PSOE y la ultraizquierda podemita logran la investidura del insomne de la Moncloa el centroderecha dispondrá de un período de quizás un año o dos para, además de cumplir su obligaciones como oposición, tratar de refundar un espacio político de cara a las siguientes elecciones, sea bajo la fórmula de coaliciones electorales, sea bajo unas nuevas siglas unitarias. Creo sinceramente que la situación crítica de España lo exige. Está en juego la defensa de la soberanía del pueblo español y, por tanto, la vigencia de la Constitución y de la unidad de España. El reto merece la pena. Superar diferencias políticas, personalismos y antiguos rencores es una obligación patriótica.

Santiago de Munck Loyola

lunes, 4 de noviembre de 2019

10-N una fecha para el cambio.



Ya solo quedan 6 días para que se celebren las elecciones generales convocadas tras el fracaso del líder socialista, Pedro Sánchez, para alcanzar un pacto de investidura con otras fuerzas políticas. Hay que recordar lo que el Sr. Sánchez dijo respecto a la fallida investidura de Rajoy: "La responsabilidad de que el señor Rajoy pierda la investidura es exclusiva del señor Rajoy por ser incapaz de articular una mayoría". Pues eso, el único responsable ahora de que repitamos las elecciones generales se llama Pedro Sánchez por haber sido incapaz de articular una mayoría. Y no será por falta de experiencia porque Pedro Sánchez es el único candidato de nuestra historia democrática a la investidura que por dos veces ha perdido la votación. Todo parece indicar que el problema para alcanzar acuerdos de gobierno no está en los demás, sino en el propio Pedro Sánchez.

Quedan seis días para la repetición de las elecciones y llueven las encuestas que parecen coincidir al menos en las tendencias, excepción hecha, claro está, de la macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas dirigido por el inefable Sr. Tezanos que, por cierto, tuve como profesor en la UNED. Pero si hay algo significativo en todas las encuestas es que a seis días de las elecciones casi un tercio de los votantes no tiene aún decidido su voto por lo que esta semana puede resultar decisiva para que se pueda producir un vuelco electoral. Todas las posibilidades están abiertas desde que se reproduzca un triunfo insuficiente del PSOE para poder intentar formar gobierno sin el apoyo de los independentistas hasta que el centro derecha, a pesar de su fraccionamiento, logre sumar los escaños suficientes como para poder formar gobierno.

Seis días de campaña pueden servir para mucho, para inclinar la balanza en favor de un lado u otro del espectro político. Atrás queda la farsa de las negociaciones del PSOE con los podemitas y su lamentable espectáculo suplicando la abstención de los demás “gratis total” para que el Sr. Sánchez fuera investido Presidente del Gobierno por su “cara bonita” sin tan siquiera ofrecer a cambio un pacto de estado para tratar de reconducir el problema más grave que afronta nuestra nación, el desafío independentista;
atrás queda la utilización electoralista del traslado del cadáver de Francisco Franco, único compromiso cumplido por el Sr. Sánchez de todos los que desgranó en la moción de censura y que ha servido, entre otras cosas, para desenterrar viejos odios y rencores y para que afloren toda clase de mentecatos y embusteros, como la Sra. Irene Montero, pregonando la falacia de que España es el segundo país del mundo con más fosas comunes en las cunetas;

atrás queda la indecencia política de los socialistas puesta de manifiesto en sus pactos locales y autonómicos al ponerse de acuerdo con los independentistas o con los herederos de la ETA para copar el gobierno de instituciones públicas; atrás quedan muchas otras cuestiones pero sus ecos van a resonar durante estos próximos días como los  pésimos datos del empleo o la progresiva desaceleración económica que nos aboca a otra crisis económica sin que el Gobierno de España haya adoptado ni una sola medida para corregir el rumbo económico.


El principal problema que tenemos por delante es resolver, o por lo menos poner las bases necesarias para su futura resolución, la situación de Cataluña. Una minoría independentista está usando todos los medios a su alcance, legales o ilegales, para imponer sus objetivos sobre más de la mitad de la población catalana y sobre el conjunto del pueblo español. No tienen ni siquiera el respaldo electoral suficiente pero ello no ha sido obstáculo para que empleen incluso la violencia para alcanzar sus propósitos. No se trata del “problema catalán”, no. Se trata de un problema español, nacional. Y no se puede seguir jugando con el lenguaje, ni disfrazando la realidad.
No cabe diálogo alguno con quienes pretenden, desde posiciones racistas y xenófobas, destruir la soberanía del pueblo español. No cabe diálogo alguno con quienes no respetan la democracia, con quienes nos niegan la existencia como Nación para poder reivindicar la suya. Cuando dicen diálogo, quieren en realidad decir rendición. Pues bien, este grave problema requiere ideas claras y firmeza democrática. Quienes edulcoran la realidad enarbolando un diálogo imposible no sirven; quienes ignoran la realidad hablando de “nacionalidades”, sacando el término del contexto histórico en el que se introdujo en la Constitución, tampoco.

Siendo éste el principal problema, tampoco podemos olvidar el desempleo, la economía. Los datos más recientes son más que preocupantes. La desaceleración es más que evidente y se refleja en la pérdida de la capacidad de creación de empleo, salvada en el último trimestre por la creación de empleo público.
Europa ya le ha tirado de las orejas al gobierno sanchista: sus previsiones presupuestarias son tan sólidas como la tesis doctoral del titiritero de la Moncloa y hay que recortar 7.000 millones de euros que, como siempre, terminarán afectando sobre todo a la clase media.

Ante este panorama, los ciudadanos de centro derecha tenemos tres opciones electorales significativas: PP, C´s y Vox. Cada uno de nosotros debemos hacer en primer lugar un esfuerzo por promover la participación en nuestro entorno electoral afín. Y en segundo lugar valorar cuál de estos partidos puede afrontar mejor el problema del independentismo y el problema económico. Ojalá que el centro derecha hubiera concurrido con un mayor grado de integración a estas elecciones porque la situación de España lo requería, pero no ha sido posible. Con las encuestas en las manos, aún estarían a tiempo de retirar aquellas candidaturas sin posibilidades de obtener representación en las circunscripciones electorales más pequeñas, pero lamentablemente no lo harán. Así que nos toca a los electores votar con más inteligencia y eficacia para no regalar escaños a la izquierda al dispersar nuestro voto en opciones políticas sin posibilidad de éxito. Y en cada provincia será distinto.

Yo esta vez lo tengo más claro aún. En Alicante la izquierda está entregada al pancatalanismo desde el PSOE hasta los podemitas, pasando por los errejonistas de la mano de Compromís. Y por el centro derecha sólo el Partido Popular, con el que he sido muy crítico, me ofrece la confianza suficiente, por su potencia, por su programa y por sus candidatos como para darle mi apoyo el próximo 10 de noviembre. Sé que con ellos la Provincia de Alicante estará mejor representada que con sus rivales electorales.

Santiago de Munck Loyola


martes, 24 de septiembre de 2019

MOTIVOS PARA VOTAR Y PARA CAMBIAR EL VOTO.



Hoy se publica en el BOE la convocatoria de nuevas elecciones generales tras el fracaso del PSOE de Pedro Sánchez para lograr acuerdos parlamentarios que apoyasen su investidura como Presidente del Gobierno. Detrás de todo el ruido preelectoral (reparto de culpas, acusaciones, desencanto ciudadano, miedo a la abstención, etc.) lo cierto es que los actuales partidos con representación en el Congreso han sido incapaces de formar gobierno. Y lo cierto es que ello implica consecuencias negativas directas para todos los ciudadanos: se paralizan las reformas, no hay transferencias a las Comunidades Autónomas y no llegan los recursos para atender a la sanidad, la educación, los servicios sociales, etc. Pero es que, además, los problemas se agravan.


En unas elecciones generales no votamos sólo para que los diputados elijan a un Presidente del Gobierno sino para que durante la legislatura nos representen, se ocupen de nuestros problemas, fiscalicen al gobierno y propongan soluciones. El pasado 28 de abril los alicantinos elegimos 12 diputados (4 del PSOE, 3 del PP, 2 de C’s, 2 de Podemos y 1 de Vox) y 4 senadores (3 del PSOE y 1 del PP). 

Desde entonces hasta ahora, los medios de comunicación han recogido muchos titulares exponiendo los graves problemas que afectan a nuestra Provincia. Éstos son algunos de ellos:


-       El Gobierno declara la Vega Baja zona catastrófica sin concretar las ayudas. El Consejo de Ministros diluye las compensaciones por la gota fría en un real decreto que destina 774 millones de euros a repartir entre 20 provincias afectadas por catástrofes naturales - Regantes ven «decepcionantes» las medidas urgentes y el PP, «muy poco dinero»
-        La CHS desoyó la exigencia de los regantes de vaciar el río y revisar las motas 48 horas antes de que se desbordase.
-    Los agricultores cargan contra la "dejadez" del Gobierno durante la gota fría. Acusan al Ministerio de no preocuparse por limpiar el cauce ni mantener las motas del río.
-       El curso escolar arranca en la provincia de Alicante con 10.000 alumnos sin profesor. Secundaria y Formación Profesional son los ciclos más afectados por la falta de 500 docentes. Los sindicatos critican que Educación cubrió en Valencia un mayor número de plazas que en Alicante.
-       Los casos de discriminación lingüística se duplican en la provincia.
-      La olla a presión de la Sanidad en Alicante. Las consultas en los centros de salud de la provincia crecen en 154.000 en solo un año y las de especialistas, en 160.000, con el mismo personal de hace 15 años. La dimisión del jefe de Urología en la Marina Baixa pone en evidencia las carencias.
-        El cerco al castellano se amplía este curso y afecta ya a toda Primaria. En el actual modelo lingüístico la mitad de los colegios tienen enseñanza en valenciano y el 33% en castellano.
-       Marzà defiende que Valencia debe sumarse al proceso independentista catalán.
-       La Diputación mantiene el talante negociador y pide al Consell otro reparto de los fondos FEDER. Alejandro Morant considera «sectaria y vergonzosa» la distribución de ayudas para vías ciclopeatonales pero quiere consensuar posibles soluciones.
-        El Consell adjudica a Alicante el 1% de un fondo de la UE y deriva el 98% a Valencia. La Generalitat destina a municipios valencianos 36,5 millones del programa Feder para vías ciclopeatonales e invierte 450.000 euros en un tramo entre Elche y Santa Pola.
-       El Gobierno valenciano «espía» qué idioma hablan los alumnos en el recreo.
-   Barceló descarta tomar medidas para paliar la saturación de hospitales y centros de salud.
-      Sanidad deja con la mitad de plantilla los centros de salud y hospitales para atender a un millón más de personas. La provincia incrementa la población en verano de 1,9 a 2,9 millones de habitantes.
-       Camas en los pasillos del Hospital de Sant Joan.
-      Sanidad presta una deficiente atención en Urgencias en los pueblos por falta de personal. En Agost, Pinoso, Muro, Banyeres o Sax el servicio cierra cada vez que el médico acude a una visita a domicilio.
-         Nueva lluvia de subvenciones a los 'soberanistas' de la Comunidad Valenciana.
-         Los médicos, obligados a utilizar su coche al seguir sin conductor los 109 de Sanidad.
-         El helipuerto cerrado del General obliga a trasladar a cuatro pacientes por carretera en nueve días.
-        El Gobierno de Puig presiona a los alumnos que no quieren valenciano: “Estarás en desventaja".
-     Caos y retrasos de hasta 13 meses en la renta valenciana de inclusión.
-    Más de 137.300 alicantinos emigraron a otras provincias en 2018 tras encontrar un empleo.
-      Los municipios «antitrasvase» del Tajo decidirán sobre el agua que se envía a la provincia.
-       Los centros de salud de la provincia soportan la mayor carga asistencial de la Comunidad. Cada médico llega a atender hasta 32 pacientes al día cuando la media del conjunto autonómico es de 25 consultas.
-       Quejas por el retraso de hasta una hora en las ambulancias que cubren urgencias en la costa.
-         La provincia sufre el peor mes de julio para el empleo en once años.
-          Sanidad cierra las 30 camas extra que reabrió en julio.
-          Universidades deniega el doble de becas de las que adjudica en la provincia.
-         Los hoteles, a favor de una AP7 gratis pero solo entre Valencia y Tarragona.
-          Alicante ciudad recibe la mitad de dinero del Estado que Málaga.
-          Más inmersión lingüística en Baleares y Comunidad Valenciana.
-         El Consell descarta Medicina para Alicante porque supondría un «sobrecoste».
-          Sánchez se 'olvida' de invertir en obras públicas en Alicante. El Gobierno sólo inyecta en la provincia el 0,41% de toda la inversión en infraestructuras realizada por el Estado en España durante los últimos 12 meses. La Administración central ha licitado proyectos por 7.184 millones de euros. A las comarcas alicantinas han llegado apenas 29,7 millones de todos estos fondos.
-         Más de seis meses de espera para una cita médica en Rehabilitación.
-         El AVE Alicante-Madrid abandona el podio de los más rápidos de España.
-        El Ayuntamiento y la Cámara exigen un proyecto digno para unir el Puerto con el Corredor Mediterráneo.
-        La inestabilidad en Madrid deja a Alicante con la inversión del Estado más baja de la historia.
-         Reparto 'asimétrico' de la inversión en la Comunidad. El Botànic dio a Valencia el 58% de toda la inversión en obras públicas en su primera legislatura, y a Alicante el 26,8%. Los empresarios alicantinos creen que es hora de corregir este desequilibrio.
-          El 20% de la población de la provincia está en riesgo de exclusión social.
-        El Hospital Vega Baja está a la cola en inversión y gasto de personal en la Comunidad Valenciana.
-      ¿Qué hemos hecho los alicantinos para que el ninguneo de Madrid y València sea crónico?
-          Fomento excluye a la provincia del plan exprés para construir pisos con alquileres baratos.
-         La red viaria se aproxima a la saturación sin mejoras a la vista por la ausencia de presupuestos.
-     Acció Cultural lleva recibidos 30 millones para implantar el catalanismo en Valencia.
-      La Comunitat Valenciana pierde en 3 meses 34 empresas de más de 250 trabajadores.
-    Puig destierra el español: subvenciona a los ayuntamientos que rotulen "exclusivamente en valenciano".


Los titulares de prensa de tan solo los últimos 5 meses son más que elocuentes. Y la pasividad de nuestros actuales parlamentarios más que escandalosa. Estos titulares y la actividad de nuestros actuales parlamentarios son razones más suficientes para demostrar la necesidad de que los alicantinos cuenten con voz propia en las próximas Cortes Generales. Desde una perspectiva alicantinista y española es evidente que ninguno de los actuales partidos políticos con representación en las Cortes atiende de forma directa a los intereses de Alicante. 

Alicante se juega mucho en estas elecciones generales. No es cuestión de izquierda o derecha. Es cuestión de defender el futuro, el progreso y la propia identidad en medio de un escenario muy complejo. Mantenerse al margen no puede ser una opción para quienes quieren que la voz de Alicante sea tenida en cuenta de una vez.

Santiago de Munck Loyola