Si alguien pensaba que en el fraccionado Partido Popular de Alicante sus militantes iban a poder acudir a las urnas para elegir a los dirigentes de las Juntas de Distrito ilegalmente creadas por José Ciscar y se equipo, se ha equivocado. José Ciscar y su sicario político, José Juan Zaplana, padecen una profunda alergia a las urnas, a la libre y democrática concurrencia de alternativas y candidaturas en las organizaciones locales. Siempre han expresado públicamente su preferencia por eso que, en un alarde de ignorancia política, denominan “consenso” sobre la libre elección de los cargos orgánicos del PP mediante votaciones en las que los afiliados puedan con absoluta libertad elegir a sus líderes. Con ese profundo talante antidemocrático que les caracteriza, cada vez que se abre un proceso electoral interno intentan por todos los medios, incluidos los menos éticos, que no haya más de una candidatura y presionan y coaccionan a los posibles candidatos a presidentes locales para que renuncien a presentarse o a que se integren como segundones en las listas oficialistas.

Es muy decepcionante comprobar cómo
los arribistas, los chaqueteros y los mercenarios de la política pueden hacerse
con el control de una importante organización política y la mansedumbre,
sumisión y cobardía de muchos honestos e históricos militantes populares con
que lo aceptan.
Hace poco más de un año que los
dirigentes provinciales decidieron impedir que el Partido Popular de Alicante
pudiera resurgir como una organización local fuerte y renovada y que pudiese
adquirir el protagonismo y la importancia que le corresponde en la Provincia. Y para lograrlo no
dudaron en violentar los Estatutos del Partido Popular, en ocultar sus
maniobras a los militantes populares, en perseguir, coaccionar y finalmente
expulsar a quienes denunciaban sus enredos y en mentir con absoluto descaro a
los medios de comunicación, a los militantes y a la propia sociedad alicantina.
Baste recordar que el 12 de octubre de 2012, el Secretario Provincial compareció
ante los medios de comunicación para anunciar que la Junta de Alicante había sido
disuelta, que su Presidente Julio de España había cesado y por ello se le
nombraba vocal del Comité Ejecutivo, que se creaba una Gestora y que se
sustituía dicha junta por Juntas de Distrito. Y alguien debió mentir cuando
Julio de España ha convocado hace unas semanas por escrito las elecciones a
dichas juntas firmando en su calidad de “Presidente de la Junta de Alicante”. O bien
el Sr. Zaplana mintió a los medios de comunicación el 12 de octubre del año
pasado o bien D. Julio de España ha usurpado funciones o ha enviado un documento
falso a los afiliados. Pronto se sabrá en los Tribunales de Justicia. Sea como
fuere el talante democrático de los personajes queda perfectamente retratado
con estas maniobras.
Ayer, tras forzar la retirada de
los candidatos a presidir cuatro de las Juntas de Distrito del PP de Alicante
han quedado proclamados los candidatos oficiales que no son otros que los de la Alcaldesa , Sonia
Castedo, que por estar imputada por diversos delitos no podía aspirar a
presidir ningún cargo orgánico popular. Estos presidentes de Juntas de
Distrito, sin someterse a votación alguna, formarán parte del ilegal Consejo de
Dirección del PP que estará presidido por Sonia Castedo sin tampoco pasar por
las urnas populares. Con ello se cierra la operación diseñada por José Ciscar:
el PP de la ciudad de Alicante queda dividido, cautivo y desarmado una vez que
las tropas castedistas han alcanzado sus últimos objetivos. Cualquier
posibilidad de una regeneración democrática en el PP de Alicante queda
definitivamente alejada y el Sr. Ortiz podrá, además de ejercer su influencia
sobre el Ayuntamiento de Alicante, extenderla sobre los anestesiados restos del
Partido Popular alicantino. Los alicantinos contamos ahora con un PP en pijama.
¡Chapeau!
Santiago de Munck Loyola