
Y si grave es la actitud de los controladores no lo es menos la del Gobierno. Preguntado el Ministro de Fomento, Sr. Blanco, sobre las razones que han impulsado al Gobierno a aprobar el decreto causante del conflicto la víspera de un puente, se ha limitado a decir que los controladores llevaban tiempo saltándose los acuerdos y que “no acetaban (sic) la ley”. Ha añadido el inefable Ministro que hacían barbaridades tales como “computar como jornada trabajada las bajas por enfermedad”. Ignoraba yo que el tiempo que uno está de baja enfermo haya que trabajarlo una vez dado de alta, pero en fin, lo dice el Sr. Ministro. Desde luego no sé si los controladores “acetan o no acetan” la normativa en vigor y me es completamente indiferente para poder saber por qué el Gobierno ha elegido precisamente estas fechas para su decretazo, cuestión a la que no ha querido responder el Sr. Blanco. Del mismo modo, ignoro el “ojeto esato” (sic) de las negociaciones entre AENA y los controladores, pero me preocupa saber por qué este Gobierno no previó las consecuencias que podían acarrear sus decisiones. ¿Cómo es posible que el Gobierno no supiese que se iba a montar este jaleo? Si lo sabía y no hizo nada, mal y si no lo sabía peor.
Que por primera vez en la Democracia un Gobierno haya tenido que acudir a decretar el estado de alarma suspendiendo así derechos constitucionales es tremendamente significativo del estado de deterioro de la situación. Y que el Sr. Rodríguez Zapatero no salga a dar la cara lo es aún más. Por primera vez un Gobierno suspende derechos constitucionales y ¿no tiene nada que decir a los ciudadanos el Presidente del Gobierno? Es absolutamente increíble. El Portavoz del Partido Popular, Sr. Pons ya se ha ocupado en el día de hoy de recordárselo a la ciudadanía.

Santiago de Munck Loyola