Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Isabel Bonig. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Isabel Bonig. Mostrar todas las entradas

viernes, 31 de julio de 2015

Más incompetentes en la cúpula del PP.




Han pasado más de dos meses desde las últimas elecciones municipales y autonómicas que se saldaron, entre otras cosas, con el mayor desastre electoral de las historia del Partido Popular de Alicante. 140.000 votos perdidos en la Provincia de Alicante y con ello decenas de Alcaldías como la de la propia capital o la de Elche, un desastre que se veía venir desde 2012 y cuyo origen radicaba en unas prácticas y maneras de hacer política muy alejadas de la ética, le regeneración y las necesidades del ciudadano. Encerrados en su torre de marfil y paseándose por sus mullidas moquetas, los dirigentes provinciales populares actuales persiguieron con saña cualquier crítica interna y desde la prepotencia e ignorancia sembraron la parca cosecha del pasado mes de mayo.

Han pasado más de dos meses desde el naufragio popular y nadie en la cúpula de la organización alicantina ha tenido la decencia de asumir responsabilidades y de dimitir, todo lo contrario, se han afanado en buscarse huecos institucionales para aferrarse a su modus vivendi e incluso el máximo culpable, José Ciscar, Presidente Provincial del PP, se ha empleado a fondo para intentar presidir la Diputación de Alicante, como si los sufridos ciudadanos de esta provincia no hubiésemos tenido bastante con su desastrosa gestión en la Generalidad Valenciana o para situarse como sucesor del Alberto Fabra. Cualquier persona con un mínimo de vergüenza torera, con un mínimo sentido de la decencia, cuando no del ridículo, habría presentado su dimisión de todos los cargos acumulados, que no son pocos, y se habría ido a su casa, habría vuelto a sus actividades privadas para ganarse la vida. Pero, claro, para eso hay que saberse ganar la vida fuera de “la teta” pública.

Tampoco ha presentado su dimisión su escudero, el Secretario General provincial de los populares, ese dechado de lealtades que se llama José Juan Zaplana y al que no se le conoce otro oficio que el vivir de la política. Sí, el mismo que acudió a presidir la cena de homenaje a Sonia Castedo cuando se conoció que se le imputaban varios delitos. Y no sólo no ha presentado su dimisión sino que, además, en premio por el desastre electoral que este individuo ha ayudado a cocinar, se le premia ascendiéndole para formar parte del equipo de la nueva Presidenta Regional del PP, Isabel Bonig. Ya puede ir guardándose las espaldas Doña Isabel con Don José Juan cerca.

Y es que el Partido Popular de la Comunidad Valenciana es así, premia a los malos y castiga a los buenos. Asciende a los incompetentes y prescinde de los válidos. Y mira que tiene gente válida este Partido en la Provincia de Alicante, pues no. Si es así como entiende la dirección nacional del PP la regeneración del partido, la gente de derechas de Alicante lo lleva claro. Regeneración no es “dedazo” y “dedazo” ha sido el nombramiento de Isabel Bonig como líder regional. Y “dedazos” son los nombramientos como el de este tipo en el nuevo organigrama popular. Regeneración no es nada de lo que están haciendo, pero allá ellos.

Los alicantinos de centro derecha deben saber, al menos, que los mismos métodos y los mismos culpables de que la izquierda haya arrasado en nuestra Provincia siguen plenamente vigentes en el Partido Popular. Deben saber que con ellos no hay cambio posible, que seguirán traicionando los principios y programas y que nuestra Provincia seguirá siendo una víctima de sus políticas si esta misma gente lograse recuperar el poder. Y no es que la ensalada de izquierdas gobernante vaya a apostar por devolver a Alicante el puesto que le pertenece porque ya hemos comprobado como en los primeros gestos del Gobierno del Sr. Puig y sus socios, Alicante desgraciadamente no cuenta.

Santiago de Munck Loyola


sábado, 19 de julio de 2014

Ppandilla de mentirosos.


Para cualquier persona decente y medianamente informada, la catarata de declaraciones de distintos cargos del Partido Popular de la Comunidad Valenciana sobre la corrupción, sobre la regeneración o sobre la ridícula línea roja del Sr. Fabra son sencillamente vomitivas. Tras el varapalo sufrido por el PPCV en las elecciones europeas, toda una pandilla de colocados, desinformados, embusteros o hipócritas se está dedicando a realizar manifestaciones de distinta índole, tomado de paso a los ciudadanos por idiotas, a ver si consiguen lavar la cara de un partido que ellos mismos han ensuciado con su actitud, con su cobardía o con su complicidad.

Hace unos días era la Sra. Bonig la encargada de mentir a la ciudadanía. Ayer mismo, le tocaba el turno a la portavoz del Consell y titular de Educación, Cultura y Deporte, María José Català, quien, a propósito de las duras críticas realizadas por empresarios alicantinos a la alcaldesa de la ciudad, Sonia Castedo,  se apresuraba a señalar que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha aplicado la línea roja en los cargos que dependen orgánicamente de él. Es decir, que ha aplicado la estrambótica línea roja a los cargos que él mismo, con el Diario Oficial en la mano, ha nombrado. Y, claro, como él no ha nombrado a Sonia Castedo no puede hacer nada ya que su trata un cargo municipal cuya acta de concejal le pertenece. Para remachar su engaño añadía que respecto a los cargos que no dependen orgánicamente del jefe del Consell es una circunstancia distinta, porque compete al ámbito del partido. Y uno se pregunta ¿acaso no es el mismo el Jefe del Consell que el jefe del partido (el PPCV) en este caso? Y sin pestañear terminó afirmando que “el Ejecutivo valenciano es el más comprometido con la tolerancia cero contra la corrupción”. Un ejecutivo que llega incluso a cargar la factura de “los arreglos del cocido” a los contribuyentes.

Fabra es el Presidente de la Generalidad Valenciana y simultáneamente Presidente del PPCV al igual que el Sr. Ciscar es vicepresidente de la Generalidad y Presidente Provincial del PP de Alicante. Así que mejor que no nos vengan con cuentos de desdoblamientos de personalidad según el cargo de que se trate. Y la actitud de uno y otro ante la corrupción es igual de falsa, complaciente y tolerante. No nos engañemos. En Alicante lo han demostrado y lo siguen demostrando con creces. Solo hay que remitirse a “la prueba del algodón” y no la pasan ni en sueños. ¿De qué nos sirve a los alicantinos que al Sr. Fabra le gusten o no las grabaciones entre Sonia Castedo y el Sr. Ortiz, “la polla insaciable”, si no hace nada al respecto? Porque hacer, claro que puede hacer. ¡Ya está bien de mentir a los alicantinos! Es cierto que no puede obligar a la Sra. Castedo a dejar la Alcaldía o a dejar su acta. Pero el Sr. Fabra sí que puede, en tanto que Presidente del PPCV, abrir un expediente disciplinario a la afiliada Castedo por conductas contrarias a los Estatutos del PP, puede ordenar a los concejales populares del consistorio alicantino que la expulsen, en compañía del vicealcalde procesado, del Grupo Municipal Popular del Ayuntamiento de Alicante y puede, además, destituirla como Coordinadora de los distritos del PP en Alicante, ese cargo que los Sres Ciscar y JJ Zaplana se inventaron para sortear la famosa línea roja del propio Fabra. Y al margen de grabaciones tiene sobrados motivos para intervenir de forma contundente: un gobierno municipal en Alicante bajo sospecha judicial y al servicio de un empresario, concursos millonarios fraudulentos, pelotazos por doquier, amaños en las contratas públicas y en el PGOU, destituciones ilegales de funcionarios, arbitrariedades por doquier, abandono de los intereses generales, facturas de campaña electoral pagadas con dinero negro por el Sr. Ciscar según la Guardia Civil, financiación paralela de las sedes populares, contabilidad opaca a la militancia, nepotismo, despilfarro,… ¿Qué más necesita?

Con ello, sí que podría empezar a tener cierta credibilidad esa supuesta tolerancia cero con estas conductas absolutamente deleznables. Y para reforzar su credibilidad podría destituir o promover la destitución de los cargos orgánicos del PP de Alicante, al Presidente Provincial, Sr. Ciscar, y al Secretario general, Sr. Zaplana, por haber permitido y favorecido esta situación tan poco edificante hasta el punto de haber destruido al PP de la Ciudad, para dividirlo en distritos y poder finalmente situar en la cúspide a la alcaldesa plurimputada.

Pero ni lo ha hecho, ni lo va a hacer. El Sr. Fabra, sin liderazgo político y sin credibilidad ciudadana, responsable de la expulsión de los afiliados populares que hace tiempo empezaron a denunciar la deriva pestilente de la corrupción, no va a ser capaz de dar un golpe de timón semejante. Hay demasiado en juego y su debilidad política no le va a permitir reflejar con hechos contundentes su presunta apuesta por la honradez y por la ejemplaridad ante los ciudadanos. D. Alberto Fabra se va a seguir conformando con las continuas y patéticas declaraciones de sus voceros. Pero las palabras, sin hechos que las avalen ya no sirven. Los ciudadanos no quieren seguir creyendo a quienes no son capaces de poner orden en su propia casa que, cada día que pasa, huele peor.

Santiago de Munck Loyola