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miércoles, 30 de agosto de 2017

Atentados de Barcelona ¿Unidad frente al terrorismo?

Tras la enorme convulsión social generada por los atentados islamistas de Barcelona del 17 de agosto y sus consecuencias, polémicas incluidas, cualquier persona normal pensaría que el primer acto del Congreso de los Diputados, tras las vacaciones estivales, sería un debate, tal y como lo está haciendo la sociedad, sobre dichos atentados, sobre la actividad terrorista y su prevención. Pero no, no va a ser así, Podemos y Socialistas, han decidido que hoy el Congreso se dedique a hablar sobre la Gürtel a ver si pueden sacar algún rédito político del desgaste que supuestamente esperan generar al Presidente del Gobierno. Es evidente que la agenda de la clase política no coincide con la de los ciudadanos. Ellos a lo suyo.

Mientras tanto, las informaciones, las polémicas y los debates sobre los atentados terroristas continúan en los medios de comunicación y en las redes sociales. Y hay para todos los gustos, salvo para quienes hubiesen preferido, a parte de una condena unánime del terrorismo islamista y de una demostración de solidaridad generalizada con las víctimas, un poco más de reflexión y sosiego. Acontecimientos tan dolorosos como éstos tienen la virtualidad de sacar fuera lo mejor y lo peor de cada uno. Los ánimos de encrespan y las reacciones viscerales y emocionales sustituyen con rapidez a necesidad de sostener una visión analítica y reflexiva. Si a ellos añadimos la actuación y las declaraciones de determinados políticos ávidos de aprovechar la sangre de inocentes, como en el 11M, para buscar beneficios electorales o reivindicar sus causas sectarias tenemos un cóctel perfecto para ofrecer la imagen de una sociedad dividida y desarmada frente al terrorismo. Mientras nos peleamos, discutimos, denunciamos públicamente nuestros errores policiales o políticos, ellos, los terroristas toman buena nota de nuestra debilidad y se fortalecen para el siguiente golpe.

Algunos se han dedicado a proclamar consignas señalando a culpables, sin fundamento alguno que las sustente, y miles de ciudadanos se han dedicado a propagarlas y a usarlas como armas dialécticas en las redes socian muy sorprendentes los intentos de desviar la atenci
ales, generando aún más fractura social. Resultón sobre la culpabilidad de los atentados incluso rebuscando en el pasado.

Y los culpables son los que en un momento determinado de sus vidas deciden acabar violentamente con la vida de personas inocentes. Poco importan, a la hora de determinar la culpabilidad, las causas o la finalidad de su decisión. En este caso los culpables, los autores de la matanza, son inmigrantes musulmanes acogidos e integrados en la sociedad española. Y punto. Éso es lo relevante.
Los motivos o las causas pueden ayudar a explicar lo sucedido e incluso a intentar prevenir nuevos atentados. Pero no pueden servir para diluir la culpabilidad teorizando sobre otros niveles de culpabilidad indirecta.

Se trata de un fenómeno de terrorismo religioso y concretamente de terrorismo islamista que responde a una interpretación estricta, para algunos incorrecta, del Islam. Algunos dispuestos a sacar tajada de los cadáveres han puesto la lupa sobre, nada menos, que el Rey y el Gobierno por vender armas a Estados Islámicos. Seamos serios, por favor. El Rey no vende nada, el Rey no gobierna, sus actos están impulsados y refrendados por el Gobierno que, lo que hace, es allanar el camino a las empresas que comercian con otros países. Y si queremos rizar el rizo, hagámoslo. Si admitimos esta tesis, habrá que subrayar que si los países islámicos compran armas que acaban en manos de terroristas es porque tienen dinero, y si tienen dinero es por que les compramos petróleo, y si les compramos petróleo es porque usted y yo consumimos energía bien con el coche, con el transporte público o encendiendo la luz de casa. O sea que podemos llegar al absurdo de que usted y yo y los jetas que sujetaban esos carteles somos financiadores del terrorismo internacional. Lo que hay que oír y leer.

Otros buscan culpables en la foto de las Azores y sacan a pasear a Aznar y al imperialismo yanqui, el ruso en Afganistán no ¡por Dios! Pero cuando se habla de terrorismo islamista no hay que detenerse en Al Quaeda o en ISIS hay que ir más atrás en el tiempo para saber que no es una novedad generada a raíz de la foto de las Azores. Sin irnos demasiado tiempo atrás, los islamistas degollaron a decenas de miles de civiles en Argelia en los años 80 y 90 del siglo pasado por pecar votando. Sí, por pecar votando. El vicepresidente del FIS Ali Belhadj, en febrero de 1989 dijo en un discurso que “No hay democracia porque la única fuente de poder es Alá a través del Coran, y no el pueblo. Si el pueblo vota contra la ley de Dios, no es nada más que blasfemia. En este caso es necesario matar a los no-creyentes por la buena razón de que desean sustituir la autoridad de Dios por la suya propia”. ¿Las Azores? ¿Felipe VI? ¿El Gobierno Español?

O podemos recordar a los 18 asesinados y 82 heridos por una potente bomba el 12 de abril de 1985 en el restaurante "El Descanso", cerca de Madrid. Fue reivindicado por un grupo de la Yihad islámica. El principal sospechoso como autor de este atentado, Mustafá Setmarian, pudo incluso haber tenido conexiones con los terroristas islamistas del 11M. ¿Las Azores? ¿Felipe VI? ¿El Gobierno Español?


Hay por otro lado quienes buscan culpables en el conjunto de la sociedad, ésta vez no por comprar petróleo a los países árabes, sino por mantener una estructura de clases capitalista que termina por empujar a los marginados musulmanes hacia la radicalización. Y a pesar de que el marxismo ha demostrado sobradamente su incapacidad para explicar la historia y de ofrecer soluciones se empecinan en ello. Sin embargo, no son capaces de ofrecer una sola explicación plausible para saber por qué de los millones de marginados existentes tan sólo una pequeña parte, y además musulmana, se convierte en terrorista. ¿Las Azores? ¿Felipe VI? ¿El Gobierno Español?

Es muy significativo que al amparo de esas interesadas interpretaciones en la manifestación celebrada en Barcelona el pasado 26 de agosto no hubiese pancartas de condena al terrorismo islamista y, por el contrario, floreciesen carteles de condena al Rey, al Gobierno o a la islamofobia. 


La solidaridad con las víctimas pasó desapercibida y la utilización de la manifestación para exhibir símbolos independentistas estuvo perfectamente orquestada por los mismos que no condenan el terrorismo de forma expresa. Claro, que no es posible olvidar que quienes hoy encabezan el golpe de estado a cámara lenta son los mismos que en 2004 pactaron con la banda asesina ETA que no matase en Cataluña.

De todo ello estarán tomando buena nota los terroristas. Nuestra debilidad como Nación es el reflejo de nuestra debilidad como sociedad, fruto de una progresiva pérdida de valores y principios religiosos y éticos, y que nos sitúa como blanco fácil para estos sujetos. ¿Unidad frente al terrorismo? Lamentablemente, con algunos, es imposible.

Santiago de Munck Loyola.
https://santiagodemunck.blogspot.com.es

lunes, 28 de agosto de 2017

Entrevista en Ramblalibre.com

Santiago de Munck: “La Generalidad valenciana tiene una deuda histórica con Alicante”.


28/08/2017 Comunidad Valenciana.


Santiago de Munck. /Foto: ramblalibre.com.


Josep Sansano.


Santiago de Munck enarbola con decisión la bandera del alicantinismo que el próximo mes se plasmará en el nuevo Partido Alicantino Regionalista que someterá a debate proponer que Alicante se salga de la Comunidad Valenciana y se constituya en autonomía uniprovincial. Santiago de Munck denuncia el centralismo valenciano, acusa al actual gobierno valenciano de pancatalanismo y afirma que la Generalidad valenciana tiene una deuda histórica -“cuantificable”– con Alicante. La polémica está servida:


El partido Esperanza Popular cambia de nombre por Partido Alicantino Regionalista. ¿Cuál es el motivo? Esperanza Popular sugiere una relación histórica con el PP y Partido Alicantino Regionalista una nueva etapa con relación más directa con el alicantinismo.



No es exactamente así. El Partido Esperanza Ciudadana nace a partir de una asociación, Esperanza Popular constituida, entre otros, por miembros de una candidatura regeneracionista que se había organizado para concurrir a las elecciones a la Presidencia Local del PP de Alicante y cuya celebración fue impedida por el Sr. Ciscar al trocear en 5 distritos al PP y colocar a dedo al frente de ellos a Sonia Castedo. El Partido Esperanza Ciudadana se ha nutrido de muchos afiliados y antiguos votantes del PP cansados de la corrupción y de la falta de democracia interna y su ideario se sustenta principalmente en la regeneración democrática y en la defensa de los intereses de la provincia de Alicante, tanto frente a la Generalidad Valenciana como frente al Estado. Ahora vamos a dar un paso más. Ante la histórica discriminación de nuestra provincia no bastan los lamentos ni las reivindicaciones periódicas. Hay que ofrecer una solución, una alternativa y ésta sólo puede pasar por el reconocimiento del carácter plural, español y singular de la Provincia de Alicante mediante su constitución como Comunidad Uniprovincial.


¿Cuál es el balance de estos cuarenta años de autonomía de la Comunidad Valenciana? ¿Ha beneficiado o perjudicado a Alicante?


Sólo un dato basta para ofrecer la respuesta: hoy los alicantinos somos más pobres respecto a los valencianos que hace 40 años. La diferencia entre la renta media alicantina y la valenciana se ha agrandado en este período. Por tanto, una Comunidad Autónoma que no es capaz de cohesionar socialmente los distintos territorios que la componen es un fracaso. Alicante es la provincia de la Comunidad Valenciana que menos recibe de la Generalidad por habitante y ésto ha sido así con el PP y ahora con la izquierda. Durante estos casi cuarenta años se ha generado un Deuda Histórica de la Generalidad Valenciana con la Provincia de Alicante, de la que nadie habla, de varios miles de millones de euros que corresponde a la diferencia entre lo que ha percibido anualmente por habitante nuestra Provincia y lo que debería haber percibido. Esa deuda es real, perfectamente cuantificable y hay que reclamarla a la Generalidad Valenciana.


¿Puede hablarse de un centralismo valenciano?



Por supuesto. Es más, yo diría que los políticos alicantinos, por muy reivindicativos que se muestren aquí, en cuanto ocupan un cargo en Valencia empiezan a padecer el síndrome de Estocolmo. Y ello es en gran parte a que no deben su cargo a los votantes alicantinos, sino al dedazo de sus partidos y, por tanto, su lealtad está con la mano que les da de comer, no con Alicante. Desde hace décadas las grandes inversiones estatales y autonómicas en comunicaciones marítimas y terrestres se concentran en Valencia y en Valencia se concentran los servicios administrativos de la Generalidad Valenciana. Dos ejemplos pueden ilustrar lo anterior, en la provincia de Alicante no hay un sólo funcionario, ni una ventanilla, de la Dirección General de Patrimonio de la Generalidad Valenciana y, de otra parte, lo recientemente ocurrido con la Agencia Valenciana de Innovación.


El Partido Alicantino Regionalista va a plantear y debatir proponer que Alicante sea autonomía uniprovincial. Hubo, un precedente, Segovia, que se quedó a las puertas…


Ésa es nuestra propuesta porque estamos convencidos de que es lo mejor para los alicantinos y más ahora ante el pancatalanismo del que hace gala el Gobierno de la Generalidad y ante su deseo de acabar con la escasa autonomía provincial de la que gozan las Diputaciones. Nuestra provincia tiene entidad suficiente por población, por PIB, por su singularidad y por su capacidad emprendedora como para tomar sus propias decisiones, en determinadas materias, sin tener que depender de Valencia. Constituir la autonomía provincial implica eliminar el peso de una administración pública de las espaldas de los ciudadanos, asumir solo las competencias que se consideren imprescindibles para el progreso de la provincia devolviendo al Estado el resto y acercar el poder político a los alicantinos. Significa menos burocracia, menos gasto, más democracia y tener voz propia, sin el filtro de los intereses de Valencia, ante el Estado. Implica, en definitiva, fortalecer la cohesión nacional al mismo tiempo que se fortalece nuestra Provincia.


Una vez dentro de la autonomía, ¿cómo puede legalmente articularse esa propuesta? ¿cuáles serían los pasos jurídicos?



Hay que tener en cuenta de que no existen antecedentes de una propuesta como ésta y por tanto pueden plantearse interpretaciones contrapuestas sobre el procedimiento para lograr la autonomía para nuestra Provincia. En todo caso, una vez lograda de acuerdo al Título VIII de la Constitución, una asamblea compuesta por los miembros de la Diputación y por los Diputados y Senadores debería elaborar el proyecto de Estatuto y elevarlo a las Cortes Generales para su tramitación como ley. Proponemos que la Diputación Provincial pase a ser la administración autonómica y gestione las competencias que el Estatuto le asigne y proponemos igualmente que se devuelvan al Estado todas aquellas competencias que puedan suponer una quiebra del principio de igualdad entre los españoles y todas las que no sirvan directamente al progreso y desarrollo de nuestra Provincia. Es un error pensar que acumular competencias por el simple hecho de que otras autonomías las tienen es bueno para los ciudadanos. Lo que es apetitoso para la clase política no tiene por qué serlo para el ciudadano. Queremos una autonomía eficiente que sirva realmente al progreso de la Provincia, al bienestar de los alicantinos, al refuerzo de su propia identidad y a la cohesión nacional. Más Alicante es más España.
 

martes, 22 de agosto de 2017

Y otra patada a Alicante ¿Hasta cuándo?

No hay día que pase sin que la Provincia de Alicante reciba una patada a modo de desprecio político o de discriminación presupuestaria por parte de la Generalidad Valenciana. La última es la propia Generalidad quien se ha hecho cargo de publicitarla, sin rubor alguno, a través de una nota de prensa difundida el 20 de agosto de 2017 titulada “Turisme (sic) difunde entre periodistas de Estados Unidos la oferta turística de la Comunitat Valenciana”. En esta nota de prensa, la Generalidad Valenciana cuenta que ha organizado un viaje de prensa para “dos periodistas estadounidenses con el objetivo de promocionar y difundir la oferta turística de la Comunitat Valenciana. De este modo, entre el 18 y el 25 de agosto, periodistas de la revista digital "Healthyaging.net" visitarán diferentes localidades de la provincia de Valencia y Castellón donde la gastronomía tendrá una especial relevancia”.

Añade dicha nota de prensa que la directora general de Turismo, la alicantina Raquel Huete, destaca que con este tipo de acciones "fomentamos la promoción de los destinos turísticos de la Comunitat Valenciana entre los potenciales turistas norteamericanos a través de los medios de comunicación" y que es "una oportunidad exponencial para mostrar al mercado norteamericano que la Comunitat Valenciana está a la vanguardia en el campo de la restauración...” 

Queda bien claro ¿no? La Generalidad Valenciana y la alicantina Raquel Huete (Directora General de Turismo) no hablan de promocionar el turismo en una parte de la Comunidad Valenciana (Valencia y Castellón), sino en toda pero excluyen a la Provincia de Alicante, verdadero motor del turismo en la Comunidad. Este Gobierno autonómico, multipartito, de izquierdas y pancatalanista, ignora y desprecia a la Provincia de Alicante con más intensidad de lo que ya hacía el Partido Popular. Bofetada tras bofetada, patada tras patada, presupuesto tras presupuesto es evidente que la Provincia de Alicante no puede seguir así, que debe rebelarse. La Deuda Histórica generada por tanta discriminación de la Generalidad hacia Alicante es enorme, miles de millones de euros nos adeudan porque en equidad se deberían haber invertido en nuestra Provincia y, sin embargo, se han quedado en Valencia y Castellón.

La Generalidad Valenciana constituye un fracaso institucional para los ciudadanos de Alicante que lo sufren directamente en su nivel de bienestar porque la Generalidad Valenciana no ha sabido cohesionar socialmente a la población de las tres provincias que la componen, todo lo contrario. Hoy los ciudadanos de la Provincia de Alicante son más pobres respecto a los valencianos que hace 35 años, se ha agrandado la brecha entre la renta media del alicantino respecto a la del valenciano porque las políticas de la Generalidad no han propiciado la convergencia de rentas entre sus diferentes territorios. Al contrario, siendo Alicante la 5ª provincia con el Producto Interior Bruto más alto de España, los alicantinos tenemos una renta media inferior a la renta media nacional. Y éso se lo debemos a que la Generalidad Valenciana no ha invertido en nuestra Provincia lo que debía y a que ha venido influyendo para el desvío de las inversiones del propio Estado hacia el norte de la Comunidad Valenciana.

Y por si no tuviéramos suficiente los habitantes de esta Provincia con la marginación presupuestaria practicada durante décadas por la izquierda y la derecha no enfrentamos ahora a otro ataque directo a las libertades de los alicantinos y a su personalidad histórica plural y diferenciada. Es el ataque de los pancatalanistas instalados en el Gobierno de la Generalidad que con la colaboración de los socialistas atentan contra el idioma mayoritario de la provincia, contra el derecho de igualdad de los ciudadanos y contra la libertad de educación. Es el primer y decisivo paso en ese aberrante proceso de construcción de los Países Catalanes tan querido para la Vicepresidente Oltra y sus conmilitones.

No es hora de seguir lamentándose, no es tiempo ya de quejas y reclamaciones. Es hora de tomar conciencia de la realidad, de decir ¡Basta! y de actuar, de formular propuestas y acciones políticas concretas que salvaguarden la identidad de nuestra provincia y el derecho de los alicantinos a ser tratados con justicia y a decidir su propio futuro en los cauces de la Constitución Española.

Santiago de Munck Loyola.

https://santiagodemunck.blogspot.com.es

jueves, 17 de agosto de 2017

El Partido Alicantino Regionalista propone ir a la autonomía uniprovincial – Rambla Libre

El Partido Alicantino Regionalista propone ir a la autonomía uniprovincial – Rambla Libre

Josep Sansano.
El partido Esperanza Ciudadana, del que es presidente Santiago de Munck, que se constituyó en diciembre de 2014, celebrará su Congreso a finales de septiembre, con la propuesta de cambiar su nombre por el Partido Alicantino Regionalista (PAR) y señalar como objetivo político que Alicante sea autonomía uniprovincial, desgajándose de la Comunidad Valenciana.
Esperanza Ciudadana, que presentó candidaturas, a pesar de no contar con más de cinco meses de existencia, a las municipales y autonómicas de 2015, tiene entre sus fundamentos básicos “promover el protagonismo de los ciudadanos de Alicante para reformar,  transformar y remover los obstáculos que impiden el desarrollo de una sociedad más democrática, más justa y más honrada”. 
Así como “defender los intereses de la Provincia de Alicante ante la administración autonómica y estatal, reivindicando el protagonismo económico, social y político que por su peso y capacidad le corresponde”.
Partido provincialista y regeneracionista, los objetivos principales marcados para un Congreso ambicioso y renovador son:
1º Redefinir su Ideario y proyecto político acentuando su carácter alicantino y español. Si se aprueba pasará a llamarse Partido Alicantino Regionalista (PAR).
2º Renovar su dirección hasta ahora provisional.
3º Preparar su crecimiento e implantación en más municipios de la Provincia con el fin de ir confeccionando candidaturas en el mayor número de pueblos en las próximas elecciones municipales y autonómicas.
Se trata, pues, de “promover la constitución de la Provincia de Alicante como Comunidad Autónoma Uniprovincial de modo que recupere su propia identidad, reciba financiación para su desarrollo de forma autónoma, asuma sólo aquellas competencias que se considere imprescindibles para su desarrollo económico y social, elimine el peso de una administración pública (la Generalidad Valenciana) sobre los ciudadanos transformando a la Diputación provincial en el Gobierno Regional y en definitiva entregue a los alicantinos la capacidad de decisión sobre los asuntos que a ellos únicamente competen. Reivindicar de forma permanente y mientras no se alcance ese objetivo un tratamiento presupuestario del Estado y de la Generalidad Valenciana para la Provincia de Alicante basado en principios de equidad y solidaridad”.

miércoles, 16 de agosto de 2017

Lo peor de la política ya tiene partido político.


Cuando todo o casi todo parecía que ya se había visto antes en política, algunos profesionales de la política de la Comunidad Valenciana están impulsando un nuevo partido político muy peculiar: “Contigo somos Democracia” (CSD). Algo verdaderamente novedoso y sin parangón porque constituye la institucionalización en forma de partido de una de las lacras de nuestro sistema político, de una forma de corrupción política como lo es el transfuguismo, es decir, el robo de las actas de cargos públicos y el secuestro del voto de los ciudadanos.

El transfuguismo es desde hace décadas un lastre de nuestro sistema político, un problema que a pesar del Pacto Antitransfuguismo firmado por las principales fuerzas políticas en 1999 y renovado por última vez en mayo de 2006, sigue sin ser resuelto y que sirve no sólo para torcer la voluntad popular, sino para que los vividores y estafadores de la política encuentren sustento público. La renovación en 2006 de dicho pacto señalaba que “la celebración de dichos Acuerdos permitió fomentar y consolidar la conciencia social del carácter inadmisible y la naturaleza políticamente patológica de tales comportamientos, incompatibles con el sano funcionamiento de una democracia representativa en el nivel local”.

Nuestra democracia ha padecido la actuación de centenares de tránsfugas, algunos muy célebres como Nicolás Piñeiro que en 1988 abandonó el Grupo de AP en la Asamblea de Madrid cerrando el paso a una moción de censura de AP y CDS, como José Luis Barreiro en 1987 en la Junta de Galicia, como Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez quienes en 2003 impidieron el gobierno de izquierdas en la Comunidad de Madrid y más cerca como Agustín Navarro, la madre de Leire Pajin y 8 concejales socialistas más en Benidorm. La lista podría ser interminable.

A este grupo de políticos sin escrúpulos pertenecen los impulsores de este nuevo partido entre los que destaca su principal valedor José Enrique Aguar (PSOE, CDL, Ciudadanos y ahora CSD). Pero no es el único, junto a él en “Contigo somos Democracia” hay medio centenar de cargos públicos entre concejales, diputados provinciales y autonómicos, aunque todas las actas las obtuvieron con las siglas de otro partido político. Es decir, “Contigo somos Democracia” cuenta ya con representación institucional sin pasar por las urnas, todo gracias a los votos de los ciudadanos otorgados a otros partidos, a otros proyectos políticos. Lo que evidentemente constituye todo un record de indecencia.

Según el tránsfuga Enrique Aguar las siglas que representan al partido tienen una evidente intencionalidad: "Nuestro principal objetivo es ocupar ese centro político que se comió el CDS de Adolfo Suárez, después el PSOE de Felipe González, luego el PP de José María Aznar y que ahora ha intentado comérselo sin éxito Ciudadanos". Y se queda tan ancho.

Pero la desfachatez de esta gente parece no tener límites. Los Estatutos de este partido, institucionalizador de la corrupción política, empiezan así: “Nuestro país necesita un nuevo compromiso social, político y ético, donde las personas participen activamente en la toma de decisiones y donde su voz esté realmente representada”. No se puede tener más cara dura cuando quienes esto proclaman son los que han impedido e impiden a las personas participar activamente en la toma de decisiones a través del partido al que votaron. Eso sí, ni una palabra en sus Estatutos de la idea de Regeneración Política. No es de extrañar.

Conviene recordar que el concepto de democracia es inseparable de la idea del respeto a la voluntad popular expresada en las urnas. Si hay algo que une a un vulgar golpista bananero y a un tránsfuga es su más absoluto desprecio a la voluntad del pueblo. El primero pisotea la democracia, la voluntad del pueblo, mediante el empleo ilegítimo de la fuerza. El segundo, el tránsfuga, pisotea la democracia, la voluntad del pueblo, mediante el uso forzado de la Ley. El golpista obtiene el poder de forma ilegal e ilegítima. El tránsfuga lo hace de forma legal pero ilegítima.

Ojalá los ciudadanos y los medios de comunicación ejerzan su capacidad de influencia para desenmascarar esta impresentable opción política y entre todos seamos capaces de ir limpiando nuestra democracia de arribistas, aprovechados y personajes sin el mínimo talante ético para ejercer el noble arte de la Política.

Santiago de Munck Loyola
https://santiagodemunck.blogspot.com.es