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martes, 12 de noviembre de 2024

Mi muerte civil frustrada.

El lunes 4 de noviembre, recibí una llamada de mi abogado y buen amigo José María Bueno Manzanares.

Jose Maria Bueno Manzanares

Se trataba de una llamada que llevaba esperando casi un año, cuando acabó visto para sentencia el procedimiento penal que se inició a primeros de 2018 contra la exalcaldesa de Monforte y contra mí, como exsecretario del Ayuntamiento. Inmediatamente se me encogió el estómago y se me aceleró el pulso. Absuelto de todos los cargos, por los que se me pedían casi 20 años de cárcel y 200.000 € de indemnización, me dijo y empezó a relatarme algunos datos de la Sentencia que por unanimidad habían dictado tres magistrados de la Audiencia Provincial. Pero ya casi no podía escucharle, las lágrimas se me saltaron y la sensación de despertar de una larga pesadilla me inundó. Se acababan casi siete años de persecución política, de humillación publica, de difamaciones e injurias promovidas por una administración pública mal gobernada por comunistas, socialistas y tránsfugas quienes han empleado para ello decenas de miles de euros de los contribuyentes.

La querella fue promovida por la Alcaldesa de Monforte, Mª Dolores Berenguer Bello, 
Mª Dolores Berenguer Bello

una persona claramente marcada por su ambiente familiar, una resentida social cargada de odio, de complejos y vengativa, muy engreída, con escasa formación intelectual y menos modales. Su profundo odio hacia mi era político y personal. Y necesitaba imperiosamente hacerme daño, a mí, a mi familia, a amigos y compañeros de trabajo que simpatizaban conmigo y echarme del Ayuntamiento para eliminar un molesto testigo de todas las tropelías que estaba haciendo y por las que le espera un largo paseíllo por los tribunales penales. Contó con tres aliados necesarios: el jefe local del PSOE y concejal de personal, Vicente García, más aficionado al alcohol que al trabajo, con menos formación aún que la alcaldesa; con la concejala de Ciudadanos, Maite de las Nieves Alberola, tránsfuga después,

y conocida como la lideresa del Partido de la tapia, casada con José Vicente Boyer, un técnico municipal colocado a dedo por el PP, partido al que traicionó obedeciendo bovinamente a su mujer y a su suegro;

Vicente Garcia, Berenguer Bello y Jose Fernando 
Mullor Ortiz
por último, el Secretario Interino, José Fernando Mullor Ortiz, exsecretario de triste recuerdo en Hondón de las Nieves, acusado por la fiscalía por corrupción por aquel entonces y un jeta pedante, lameculos, embustero redomado y con tan poca vergüenza como escasa dignidad personal y profesional. 













Estas cuatro calaveras estaban acompañados y coordinados por el asesor de la alcaldía, Francisco José Lifante Martínez, alias “Flipante”,
Flipante a la izquierda.

exconcejal comunista que, vividor de lo público, tras su paso por la concejalía de juventud, dejó en su ordenador un historial de búsquedas en internet sonrojante, masón militante, con ínfulas intelectuales, dedicado al cotilleo político y a hacer negocios desde el ayuntamiento o con el ayuntamiento, conspirador, manirroto y tan digno de confianza como una zorra vigilando un gallinero.

En 2017, tras casi dos años de un implacable acoso laboral durante el que me aislaron en un edifico de tres plantas en el que yo era el único empleado municipal, me recortaron el sueldo arbitrariamente, me aislaron de mis compañeros a los que prohibieron relacionarse conmigo castigando a quienes desobedecían, me difamaron e intentaron humillar, decidieron, a la vista de que, como cumplía con mi trabajo no podían expedientarme, expulsarme del Ayuntamiento anulando la oposición que había aprobado en 2008. Y para ello, aprobaron en Pleno un expediente de revisión de oficio de mi selección y nombramiento en 2008, elaborado por el inefable Fernando Mullor, plagado de falsedades, con testimonios de funcionarios cuyas respuestas habían sido escritas previamente por el Sr. Mullor y, lo que es peor vulnerando mi derecho a examinar el expediente de 2008. Anularon mi condición de funcionario, algo reservado por ley a un juez, me expulsaron, me dejaron sin seguridad social y sin derecho al desempleo o a cualquier tipo de prestación pública.
La alcaldesa, la transfuga y el concejal de personal
celebrando mi expulsión mientras perpetran la
canción Mamma mía.

Como presenté un recurso contencioso administrativo decidieron paralizarlo presentando ellos una querella contra mí y la exalcaldesa del PP acusándonos de toda clase delitos. Faltó que nos acusaran de la muerte de Manolete. Y todo ello aderezado con toda una serie de difamaciones ampliamente esparcidas por el pueblo y redes sociales por la alcaldesa comunista, alias “la albondiguilla”, muy dada al chismorreo, y por sus acólitos. Tras cinco años de instrucción, que se dice pronto, de toda la sarta de acusaciones (más de nueve hechos distintos) la jueza instructora decidió imputarnos tres presuntos delitos: por una supuesta falsedad documental en una resolución de alcaldía que ni siquiera había firmado yo en la que había un baile de fechas, por haber ejercido las funciones de secretario accidental sin nombramiento escrito en algunos días en los que el secretario titular no había acudido a su puesto de trabajo y por haber sido nombrado gerente de servicios municipales. El juicio oral iniciado en octubre de 2023 y finalizado en noviembre del mismo año, sirvió, entre otras cosas, para acreditar la miseria moral de algunos de los testigos que mintieron con descaro ante los jueces como la exconcejala popular Remedios Agulló, como el administrativo José Manuel González, “el Lecher”, como la administrativa María José Benito Salas, la “Poro”, o como el Sr. Mullor, alias el “tres mil”. Aún estoy deseando conocer las múltiples propiedades inmobiliarias que en sus falsos testimonios me adjudicaron.

Y lo más llamativo fue que la denunciante principal, la promotora de esta querella, la “albondiguilla”, se negó a ir a declarar. Toda una valiente que empleó casi 30.000 euros de los vecinos en abogados para acusarnos falsamente y no tuvo la decencia de ni siquiera ir a ratificar sus acusaciones. Pura basura comunista.

Tantos años y dinero empleado y no consiguieron convencer a los tres magistrados de la audiencia provincial de nuestra culpabilidad. Nos absolvieron con todos los pronunciamientos favorables. Esta banda de sinvergüenzas había decretado mi muerte civil porque ya lo del paseíllo no se lleva. Pero erraron el tiro. El sufrimiento, la incertidumbre y la angustia padecida estos casi siete años tanto por mí, como por mis seres queridos, no nos los quita nadie. Pero pagarán por ello, por la vía judicial o por la de la vida. Estoy más que seguro. 

Fdo. Santiago de Munck Loyola