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martes, 24 de julio de 2012

Ha muerto el Profesor Peces-Barba.




Hoy ha muerto D. Gregorio Peces-Barba que fue Presidente del Congreso de los Diputados, ponente constitucional y profesor universitario entre otras muchas cosas. Tuve la suerte de ser su alumno en el primer y en el último curso de Derecho, en la Universidad Complutense de Madrid. Entre los profesores de Derecho Natural que impartían esa disciplina destacaban dos nombres: Joaquín Ruiz Giménez y Gregorio Peces Barba. En 1977, la primera clase, el primer día en la Facultad de Derecho, a las ocho de la mañana, fue la suya. Entró en aquella inmensa aula, acompañado por sus ayudantes, con un puro encendido en la boca cuyo aroma, a tan tempranas horas, no era precisamente lo más estimulante.

Éramos cerca de 200 alumnos y nos fue preguntando uno a uno nuestro nombre y apellidos y la razón por la que habíamos decidido estudiar la carrera de Derecho. Cuando me llegó el turno respondí que me había matriculado en Derecho porque me interesaba la política y aquella respuesta le dio pie para esbozar la relación existente entre el Derecho y el poder. A lo largo de sus clases eran constantes las referencias que hacía a Norberto Bobbio o a Kelsen y subrayaba siempre el logro que en la evolución política supuso el reconocimiento de los derechos fundamentales de la persona. Sus clases eran amenas, sabía explicar y desarrollar las materias y siempre tenía un talante dialogante. 

Ya en el último curso, volví a tenerle como profesor, en esta ocasión, de Filosofía del Derecho. Entonces ya era Presidente del Congreso de los Diputados y acudía a clase con la correspondiente escolta. Le gustaba conversar con los alumnos en la cafetería de la facultad pero en este último curso era más difícil poder acceder a él. Fue, sin duda, uno de los mejores profesores que tuve en la Facultad de Derecho.

Quizás por el hecho de haberle conocido y tratado en la Facultad, siempre he seguido su trayectoria política con sumo interés. Sin compartir muchos de sus posicionamientos políticos, su opinión en tantas y tantas cuestiones en las que ha terciado me ha merecido consideración y respeto. Quizás uno de los períodos más discutibles de su actividad política sea su labor como Comisionado para las Víctimas del Terrorismo que no cuajó en un entendimiento y una colaboración estrecha con la principal Asociación que las representa, lo que le valió agrias y duras críticas de una parte de los afectados y de determinados medios de comunicación.

Tuve la inmensa suerte de conocerle, de tenerle como profesor y lamento su pérdida. Se ha ido joven todavía Peces-Barba. Descanse en Paz y que Dios le reciba en su seno.

Santiago de Munck Loyola