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jueves, 16 de febrero de 2012

Un curriculum falso más.

Existe un verdadero abismo entre la vida normal y corriente de los ciudadanos y la de los que pertenecen a la clase política. Las prácticas habituales en la vida diaria de la gente no tienen paralelismo alguno en las del mundo político. Si un ciudadano miente en su curriculum o lo falsea adornándolo en exceso y es descubierto por sus jefes lo más seguro es que lo pongan de “patitas” en la calle. Sin embargo, cuando es un político el que miente en su curriculum en España no pasa nada. No así en otros países de nuestro entorno en los que ese tipo de mentiras resulta inaceptable. No hace mucho un ministro alemán presentó su dimisión tras hacerse públicos ciertos datos inexactos sobre su curriculum. Pero España, hasta en eso, es diferente.

El último en entrar en el indecente club de los mentirosos curriculares ha sido el flamante Secretario de Estado de la Seguridad Social D. Tomás Burgos quien, ni corto, ni perezoso, se hacía pasar por médico. Y ahí sigue, en su puesto, sin presentar la dimisión y sin ser cesado fulminantemente que son las dos únicas salidas razonables para una falsedad semejante sea cometida intencionadamente o por error, como se suele argumentar en defensa de los falseadores curriculares.

Esta práctica de falsear, mentir o embellecer hasta límites insospechados los currícula no es algo nuevo. Tiene una larga tradición en nuestra democracia. Ya en tiempos de la transición D. Alfonso Guerra se presentaba como ingeniero y licenciado en filosofía cuando sólo contaba con la titulación de perito industrial, por muy “instruido” que estuviese el Sr. Vicepresidente de Felipe González.

Todo el mundo recuerda a D. Luis Roldán, Director de la Guardia Civil y máximo exponente de la corrupción felipista, que se hacía pasar por economista y que a punto estuvo de ser nombrado ministro de Interior. Más recientemente tenemos el caso de la Vicepresidenta del Gobierno de la Generalidad de Cataluña, Dª Juana Ortega que fue pillada luciendo una titulación de Licenciada en Psicología sin haber acabado los estudios y ahí sigue tan fresca. Y por las mismas tierras anda Dª Carmen Chacón que exhibía un doctorado nunca alcanzado, lo que no ha sido obstáculo para que la misma haya estado acusando a sus rivales de mentir en medio de su campaña por alzarse con la Secretaría general del PSOE. Hasta Dª Leire Pajin, ese prodigio intelectual y augur de acontecimientos planetarios, también miente en su curriculum en que puede leerse que "fue claustral y miembro de la Junta de la Facultad de Económicas y Sociología de la Universidad de Alicante", Facultad que no existe. Ya su predecesor en el Ministerio de Sanidad y conmilitón alicantino, D. Bernat Soria, también falseó su curriculum.

Otros políticos adornan su curriculum de modo que de su rápida lectura puedan deducirse conclusiones erróneas. Algunos señalan que han cursado estudios en una determinada carrera, como si matricularse en una carrera o en algunas asignaturas, sin aprobarlas, ya fuera un mérito digno de exhibición curricular. A lo mejor no han salido del bar de la facultad, pero no importa, se pone en el curriculum y en paz, que eso de los estudios universitarios viste mucho, aunque el interesado sea un indigente intelectual. Es el caso de D. José Montilla o de D. José Blanco, ambos Ministros de Zapatero, o el de D. Patxi López, Presidente autonómico vasco. Dª Elena Valenciano, mano derecha Rubalcaba, acaba de tener dificultades para explicar ciertas exageraciones en su curriculum.

Y si el afectado resulta que era un esforzado comerciante, vendedor de baterías y accesorios para automóviles, y gracias a ciertos enchufes se convierte en diputado autonómico del Partido Popular en Madrid, como D. José Cabrera Orellana, pues pasa a ser técnico en Desarrollo Comercial. Especialista en Mercado Internacional del Sector de Automoción” que viste mucho más, ¡dónde va a parar!

Cualquier caso como el de los anteriores, en el ámbito de la empresa privada habría supuesto un fulminante despido y sin indemnización. Pero no ocurre así en el mundo de la clase política. Parece que aquí el corporativismo funciona como una regla de oro: hoy por ti, mañana por mí. Da igual el partido de que se trate, todos siguen la misma regla. Sin embargo, esta actitud sólo contribuye a empeorar la imagen de la clase política y a incrementar su desprestigio. Los mentirosos curriculares son unos acomplejados incapaces de presentarse con su trayectoria vital real y, por tanto, no son de fiar. Y los que los mantienen en sus puestos una vez conocidas sus falsedades son sus cómplices y, por tanto, tampoco son de fiar. Con los mentirosos curriculares y sus cómplices o encubridores, tolerancia cero: a su p…. casa y sin indemnización alguna.

Santiago de Munck Loyola

sábado, 4 de febrero de 2012

Gana Rubalcaba y pierde Pajín.

Despejada la incógnita después de tantas semanas de pugna interna por el liderazgo del PSOE: Alfredo Pérez Rubalcaba ha sido elegido por un estrecho margen de votos nuevo Secretario general del partido, derrotando a su contrincante Carmen Chacón. Poco más del 51 % de los delegados socialistas ha dado su respaldo a Rubalcaba para suceder a Rodríguez Zapatero lo que quiere decir que de salida no cuenta con el apoyo de casi la mitad del partido. No cabe la menor duda de que su primera tarea deberá ser gestionar con inteligencia esa falta de apoyos para evitar que puedan consolidarse en una rémora a la nueva etapa que quiere poner en marcha. Los habituales y consabidos mensajes de todo ganador apelando a la unidad y a la integración deberán transformarse en realidades concretas para evitar fracturas que a medio plazo podrán poner en peligro su recién iniciado liderazgo.

No son pocos los analistas políticos que traducen la victoria de Rubalcaba como el fin del zapaterismo y como una vuelta al socialismo de los años 80 en los que el recién estrenado líder socialista empezó a desarrollar su carrera política. Flaco favor hacen al Sr. Rubalcaba si identifican su victoria como el entierro del zapaterismo, como el final de una estrategia política y el inicio de una diferente. Esta interpretación conlleva la consideración del triunfo de Rubalcaba como la aparición de una figura política nueva, desvinculada o enfrentada a la última etapa del Partido Socialista. Es evidente que no es así. Pérez Rubalcaba ha sido uno de los pilares básicos del zapaterismo, de una determinada forma de entender y desarrollar el proyecto socialista que ha imperado durante la última década. Presentarlo hoy como algo diferente, como una alternativa al proyecto político del que ha formado parte es tanto como una estatua impávida que, aunque estuvo en los Gobiernos de Zapatero, ni participaba del proyecto, ni de las políticas desarrolladas o que fingía la sintonía política suficiente con el ex Presidente aunque no comulgase lo más mínimo con él. Y no era sí.  Rubalcaba era y es parte del zapaterismo y la notable ausencia de críticas a la gestión política, económica y social que durante la última década ha protagonizado el socialismo español sólo puede interpretarse como una complacencia con el fracasado proyecto zapaterista. Con Rubalcaba el zapaterismo sobrevive y lo seguirá haciendo debajo de todos los retoques cosméticos que seguramente se producirán hasta que el socialismo español inicie un verdadero proceso interno de regeneración y renovación ideológica.

De igual modo, el zapaterismo habría sobrevivido, aunque de forma más evidente, si el congreso lo hubiese ganado Carmen Chacón. En todo caso, la derrota de esta última es la derrota de la inconsistencia intelectual, de la primacía de la imagen sobre el contenido y de la incongruencia política, rasgos, por otra parte, más que identitarios del zapaterismo más puro. Cuando se formulan expresiones como la de “el concepto de nación es discutido y discutible” sin aportar ninguna reflexión adicional es fácil ser nacionalista catalana y después nacionalista española. Se puede aplaudir a los que ofenden a los españoles y después enrollarse en la bandera española y pretender ser, algún día, presidenta del Gobierno de la Nación española sin despeinarse lo más mínimo y sin ofrecer una explicación de tan fulgurante cambio ideológico.

Ha perdido Chacón y, de paso, ha perdido el socialismo alicantino representado por Pajín, Elena Martín y Ana Barceló. Con esa especial inteligencia que le permite vislumbrar conjunciones de liderazgos planetarios, Leyre Pajín y sus amigas han apostado por el caballo perdedor. Pronto se verá la traducción que esa fallida apuesta tiene para el fragmentado y desorientado socialismo alicantino.

Santiago de Munck Loyola

lunes, 18 de abril de 2011

GALLARDÓN CALIENTA A DIESTRA Y A SINIESTRA.

Si hay algo que caracteriza al Alcalde de Madrid es que la mayor parte de sus intervenciones públicas no suelen pasar desapercibidas. En esta ocasión, Alberto Ruiz Gallardón ha abierto una polémica al anunciar su intención de proponer al Partido Popular que incluya en el programa electoral la creación de una Ley que faculte a los Ayuntamientos para poder retirar de la vía pública a los “mendigos”, es decir, facultar a los ayuntamientos para que puedan llevar a albergues, siempre y cuando cuenten con los medios económicos para ello, a las miles de personas que en nuestro país duermen en los parques, debajo de los puentes, en los callejones o en los cajeros automáticos, en condiciones de absoluta miseria y en medio de la general indiferencia.

Enseguida se han alzado voces críticas. De una parte, algunos compañeros de Partido que le tienen “ganas” al Alcalde de Madrid. De otra, los adversarios ideológicos del Partido Popular que se ha apresurado a lanzar sus diatribas contra el Alcalde de Madrid, contra el Partido Popular y contra todo aquello que sea sospechoso de desviacionismo de lo políticamente correcto.

«La libertad individual de los ciudadanos es lo primero para el PP», ha dicho Dª Ana Mato, vicesecretaria general de Organización, rechazando la propuesta del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Supongo que en los últimos años algo habrá aprendido Dª Ana, pues aún recuerdo con vergüenza ajena la ignorancia de la que hizo gala en cierta ocasión en la que debía explicar a un grupo de militantes la reforma del IRPF del gobierno de Aznar y no sabía distinguir los conceptos elementales de dicho tributo. Sus chascarrillos de rueda de prensa no valen como argumentos sólidos. Por su parte, como no, la presidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, discrepó: «No me gustan las prohibiciones». Supongo que la libertad individual de la mayoría de los ciudadanos también cuenta para el PP. No creo que se trate de prohibir por prohibir, pero en toda sociedad democrática hay reglas que deben obligar a todos. Uno no puede, aunque le apetezca, ir desnudo por la calle, ni acampar en un parque público, ni bañarse en la fuente de Los Luceros o en la Cibeles, ni montarse una barbacoa en la Explanada o en el Paseo de Recoletos y del mismo modo uno no puede dormir donde quiera o donde pueda. Es evidente que se trata de un tema espinoso. No todo aquel que duerme en la calle, que hace sus necesidades en cualquier sitio lo hace por las mismas razones que los demás. Hay gente que se ve en la calle porque ha perdido el piso o porque se encuentra con problemas psicológicos o porque el alcohol o las drogas han minado su personalidad o por mil razones diferentes. Pero una sociedad que se precie no puede mirar para otro lado, no puede seguir en la indiferencia. Tiene que tomar medidas porque la libertad individual no es ilimitada.

Para la ministra de Sanidad, Leire Pajín, el movimiento de Ruiz Gallardón es «populista y estético», y critica al consistorio madrileño por no incrementar las «medidas inclusivas» para los mendigos. Los datos cantan, aunque la insigne ministra no los conozca: desde que su partido gobierna el número de españoles bajo el umbral de la pobreza ha crecido sin parar, al igual que el número de los sin techo hasta el punto de que los albergues municipales no dan abasto, como tampoco lo dan los comedores de Caritas. No es una cuestión de estética, ni de populismo (sabrá ella lo que es populismo) es una cuestión de solidaridad. Claro que, puestos a terciar en la polémica, no han podido faltar los osados ignorantes de izquierdas que se han apresurado a comparar la propuesta con la “franquista” la ley de vagos y maleantes, cuando lo cierto, como ya ha recordado por el propio Gallardón, es que dicha ley fue aprobada en agosto de 1933 por un gobierno con participación socialista. Y para qué mencionar las declaraciones del procastrista Llamazares que acusa al regidor madrileño de no ir contra las causas que provocan la mendicidad.

Podrá ser o no oportuna la medida propuesta por Gallardón, pero nadie puede negar de que se trata de una propuesta valiente que intenta abordar un problema real, de muy complejas causas y en el que no cabe una solución simple. El debate está abierto y algo hay que hacer. Lo que es indudable es que los Ayuntamientos tienen la obligación moral y política de atender a los más necesitados y que para ello necesitan muchos más recursos que el Estado les niega, como también es indudable, al menos para mi, que no todo se puede hacer, que no todo puede estar permitido o tolerado en una sociedad en la que la convivencia debe ser preservada.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 20 de febrero de 2011

LA MINISTRA PAJIN EN SU SALSA.


Tantos aspavientos, tanta moralina de la Srta. Pepis, tantos fingidos remilgos y al final lo han hecho: proclamar candidato a la Alcaldía de Benidorm por el PSOE a un tránsfuga, a Agustín Navaro. http://www.elpais.com/articulo/Comunidad/Valenciana/Alarte/Pajin/bendicen/Benidorm/alcalde/transfuga/elpepuespval/20110220elpval_5/Tes

Se veía venir pese a todo. Se veía venir desde el primer día. El clan Pajín con la inefable ministra a la cabeza (la de “oiga, no sabe usted con quien está hablando”, la intelectual y fallida augur de acontecimientos planetarios) se ha salido con la suya, se ha pasado el cadavérico Pacto antitransfuguismo por el arco del triunfo y ha logrado que el PSOE, con el derrotado Sr. Alarte a la cabeza, proclame a un tránsfuga convicto y confeso candidato del PSOE a la Alcaldía de Benidorm. Estaban todos en su salsa. Con ello contribuyen sin duda a aumentar la densidad y la profundidad de la charca apestosa de purines en la que tantos y tantos “chanchos” tránsfugas se revuelcan a placer. Les encanta revolcarse y están más encantados aún de haberse conocido, no hay más que verlos en las fotos. Siempre encontrarán en las filas adversarias un ejemplo, un caso que les sirva para justificar su repugnante baño. Da igual. Que otros también gusten de las charcas no puede ser justificación alguna para agrandar el lodazal.

Llama la atención la distancia existente entre el discurso pretendidamente ético de los Pajines y similares y sus acciones. Ya no es que solamente cansen y aburran con su permanente “y tú más” sino que ahora, además, producen un profundo asco, una repugnancia tremenda causada por esas simplistas y escasamente naturales intervenciones públicas con que nos vienen obsequiando. Su artificiosidad se hace aún más patente cuando se hace exactamente lo contrario de lo que se proclama. Va siendo hora de que cambien el manual de retórica o al menos que lo diversifiquen para que sus falsos y simplistas mensajes no resulten ya ni tan monótonos, ni tan huecos. Carecen de credibilidad. Menos hablar de trajes y más decencia Sra. Ministra & Cía.

Santiago de Munck Loyola

sábado, 13 de noviembre de 2010

COSPEDAL Y PAJÍN: ¿DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA?


En estos días viene siendo noticia la polémica levantada por los ingresos de la Secretaria General del PP, Mª Dolores de Cospedal. A los socialistas manchegos les parece escandaloso que acumule dos sueldos: uno público como senadora autonómica del PP y otro semipúblico como Secretaria General del Partido Popular. Su indignación es tal que incluso van a reformar una Ley autonómica para impedir que Cospedal pueda seguir percibiendo simultáneamente estas dos retribuciones. Es una iniciativa acertada e insuficiente, aunque también hay que decirlo es una medida hipócrita porque los proponentes, los socialistas castellano manchegos, a juzgar por su silencio, estaban muy contentos con que Leyre Pajín percibiera no dos, sino tres retribuciones simultáneas provenientes del erario público.

Cospedal recibe dos retribuciones: como senadora unos 44.000 euros, como Secretaria General del PP 167.864 euros. Además, percibe otros 3.560 euros del Ministerio de Justicia en concepto de trienios por su trabajo como abogada del Estado y otros 25.538 euros también del Senado como indemnización por gastos para el desempeño de su función. Pajín percibió durante mucho tiempo tres retribuciones: como secretaria de Organización del PSOE, como ex secretaria de Estado de Cooperación Internacional y como senadora por la Comunidad Valenciana, cerca de 240.000 euros anuales también. Aunque existe mucha más opacidad en su caso es de suponer que ahora percibirá dos retribuciones públicas simultáneas, como senadora y como ministra. Habrá quien argumente que las retribuciones percibidas de un partido político no son públicas, pero de todos es sabido que los ingresos económicos de los partidos políticos tienen en un 90 % su origen en las subvenciones públicas. Por tanto, hay que considerar estos ingresos a efectos prácticos y, sobre todo, éticos como de carácter público.

Pero éstos no son los únicos casos de cargos políticos con varias retribuciones públicas simultáneas. La lista puede ser interminable. Piénsese además el enorme número de empresas públicas, incluidas las financieras, en cuyos Consejos de Administración están sentados cargos políticos y que cobran sustanciosas dietas por asistencia a los órganos de representación de dichas entidades, dietas que se acumulan sin problema alguno a otras retribuciones salariales públicas. Es posible que los políticos españoles no estén entre los mejor pagados de la Unión Europea, pero muchos están pagados varias veces para compensar.

Del mismo modo que acumulan diferentes ingresos pero con un mismo origen, el erario público, bajo fórmulas distintas (sueldos, dietas, indemnizaciones, pensiones, etc.) también se produce otro fenómenos que distorsiona claramente el funcionamiento del sistema democrático, su limpieza y transparencia. Se trata de la acumulación de cargos institucionales que, además, están retribuidos. Es muy frecuente encontrarse con políticos que forman parte del poder ejecutivo, como alcaldes o concejales, y del poder legislativo, como diputados autonómicos, nacionales o senadores. Al margen del debate que podría abrirse sobre la independencia de los poderes y de su propia virtualidad en nuestra realidad, lo cierto es que se trata de una práctica cuando menos anómala. No existe incompatibilidad y, si bien es cierto que algunos partidos la establecen en sus reglamentos internos señalando excepciones, lo habitual es que la excepción se convierta en la norma. Es materialmente imposible desempeñar adecuadamente las funciones de Alcalde y, al mismo tiempo, las de Diputado y cuando se simultanean los dos puestos es evidente que uno de ellos no se desempeña con la dedicación, eficacia y responsabilidad que es exigible en puestos de esa relevancia. O la alcaldía está mal atendida o el escaño mal representado. Y lo que es indecente es cobrar íntegramente las retribuciones de los dos cargos porque se está percibiendo una retribución íntegra por un cargo que no se desempeña con dedicación absoluta.

El perfeccionamiento de nuestras instituciones democráticas exige la adopción de medidas que contribuyan a mejorar la percepción que de las mismas tenemos los ciudadanos y, entre ellas, están el establecer unos criterios claros y ejemplarizantes sobre el uso del dinero de los contribuyentes en cuanto a las retribuciones de los cargos públicos y el delimitar muy claramente las incompatibilidades para el ejercicio de varios cargos públicos simultáneamente.

Es una cuestión de principios y de sentido común que debería ser asumida por todos los dirigentes políticos con independencia de su militancia. Los criterios son sencillos y fáciles de llevar a la práctica mediante las reformas legislativas precisas:

- Prohibir la percepción de más de una retribución proveniente del erario público sea en forma de sueldo, dieta, compensación o indemnización.

- Prohibir el desempeño de dos o más cargos públicos simultáneamente.

Con ello, nuestras instituciones y nuestros representantes ganarían credibilidad y respaldo social. Seguro.

Santiago de Munck Loyola

sábado, 23 de octubre de 2010

¡Cuánta hipocresía!

Hay que ver la que ha montado el Alcalde de Valladolid con sus desafortunadas declaraciones sobre el nombramiento de Leire Pajin como Ministra de Sanidad, Igualdad y Políticas Sociales. Según recogen todos los medios de comunicación el Sr. Alcalde del PP León de la Riva se despachó a gusto al dar su opinión sobre el citado nombramiento y, como cierre a su intervención sobre Pajín, apostilló: "Tengo que decir que cada vez que le veo la cara y esos morritos pienso lo mismo, pero no lo voy a decir aquí". Es cierto que el alcalde se ha disculpado por activa y por pasiva por sus declaraciones a las que él mismo ha calificado como un "exceso verbal". A mi no me gusta nada este nombramiento y no por “los morritos” de la Ministra, algo que entiendo no viene a cuento, sino por la parca preparación intelectual de la misma, su inexperiencia y su trayectoria política y personal.

Descalificarla por su aspecto físico está fuera de lugar. Pero, claro, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid el PSOE y los de la ceja han salido en tromba para pedir su dimisión acusándole de machista y, de paso, para descalificar a los 700.000 afiliados del PP aludiendo a su genética (Rubalcaba dixit). Y, sinceramente, no creo que se trate de un asunto de machismo, sino de buena educación, ¿o acaso sería admisible una crítica sobre el físico en el caso de que el criticado fuera un hombre? Evidentemente, no.

El Alcalde de Valladolid no ha estado acertado. No, señor. Tendría que haber copiado al Alcalde de Getafe y Presidente de la Federación Española de Municipios, Pedro Castro, que el 3 de diciembre de 2008 dijo: "¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que votan a la derecha?". (http://www.youtube.com/watch?v=vzVIufLNG98)

Y no pasó nada. Ningún socialista pidió su dimisión ni él se disculpó con los 10.500.000 de españoles que votan a la derecha. Tampoco los de la farándula, los de la ceja abrieron la boca para mostrar su indignación, ni se rasgaron las vestiduras como ahora. Políticamente es mucho más correcto insultar a diez millones y medio de españoles que a una ministra. ¡Dónde va a parar!. A lo mejor, si el Alcalde de Valladolid se hubiese referido a Leire Pajín como “tonta de los cojones” o, perdón, “tonta del c…” no habría pasado nada. Sería mucho más progresista y políticamente mucho más correcto. Es que estos del PP no aprenderán nunca.
¡Por Dios, cuanta hipocresía!

Santiago de Munck Loyola