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jueves, 6 de junio de 2013

¡Vaya con los ERES y vaya con el PSOE!


El levantamiento del secreto del sumario del caso de los ERES está poniendo al descubierto muchas informaciones escandalosas y hasta sorprendentes. Estamos hablando del robo de más de mil millones de euros que estaban destinados a los parados por parte de una compleja y, a veces, chapucera trama que durante más de diez años estuvo operando con total impunidad. Se trata posiblemente del mayor fraude, del mayor desvío ilegal de fondos públicos, del mayor escándalo de corrupción de la historia de la democracia española. Y sorprende que tratándose de un latrocinio de semejantes proporciones tenga tan escasa repercusión en muchos medios de comunicación que prefieren abrir sus ediciones, por ejemplo, con inmensos titulares sobre los sobresueldos repartidos por Bárcenas, sobre el Sr. Urdangarín o con programas y reportajes especiales sobre la trama Gürtel cuyos organizadores ni en el mejor de sus sueños se habrían imaginado metiendo la mano hasta los codos en un cajón de dinero como el de los ERES.

Este escándalo es de unas proporciones tales, por la cuantía del dinero robado, por el largo período en que se ha perpetrado, por la cantidad de personas, empresas e instituciones que han participado o se han beneficiado directa e indirectamente del mismo que no es posible comprender la benevolencia e indulgencia con la que está siendo objeto de seguimiento, de información y divulgación por una buena parte de los medios de comunicación que se autoproclaman progresistas. No es comprensible, claro está, si no se tiene en cuenta en qué ámbito y de qué entorno nace, se desarrolla y se consiente este monumental latrocinio. Todo sería absolutamente distinto si fuese el Partido Popular el que gobernase la Junta de Andalucía. Entonces sería otra cosa, no habría sólo información sino que tendríamos una auténtica campaña de agitación.

Y tampoco comprensible como la actitud de ciertos medios de comunicación empeñados en mitigar y dulcificar el mayor escándalo de corrupción de nuestro país es la actitud de los dirigentes socialistas de la Junta de Andalucía que durante más de diez años no detectaron absolutamente nada anormal a pesar de los informes existentes de los funcionarios de la propia Junta. Hay que empezar por el propio Presidente de la Junta quien a través de los argumentarios de su partido tiene la poco vergüenza y la inmensa cara dura de afirmar que este escándalo fue descubierto gracias a una denuncia de la propia Junta de Andalucía. ¿Cómo se puede tener tanta desfachatez? Es público y notorio que este escándalo estalla a través de una conversación de unos empresarios durante un partido de fútbol que se quejaban porque estaban siendo extorsionados y chantajeados, como lo es también que las primeras informaciones parten de ABC y las primeras denuncias del Sr. Zoilo por el escándalo de Mercasevilla. Pero lo más intrigante, a la vista de las revelaciones del sumario, es saber cómo era posible ignorar que el dinero de la Junta estaba siendo malversado cuando los sobres repletos de billetes volaban de un sitio a otro pasando por las puertas de la propia Junta de Andalucía.

En la trama de los ERES han participado, de una forma u otra, los sindicatos que llegaron a ingresar más de 7 millones de euros por no hacer nada. Las sociedades mercantiles vinculadas a UGT y CC.OO. (Grupo Atlantis, Temiqui SA, ITG y FQT Asesores) y varias federaciones sindicales cobraron hasta 7,64 millones de euros procedentes de “sobrecomisiones” que obtuvieron las consultoras Uniter (3,25 millones) y Vitalia (4,29 millones), así como el despacho de abogados Estudios Jurídicos Villasís (104.400 euros). El concepto por el que se facturaban los supuestos servicios realizados por los sindicatos (recogida de datos o cálculos actuariales) es el de “asesoramiento”. Han participado o se han beneficiado multitud de cargos y militantes socialistas, unas veces como falsos beneficiarios de unos ERES sin haber trabajado jamás en las empresas afectadas y otras como cargos públicos que percibían enormes comisiones. Un entramado con tantos actores, tantos implicados y tanto dinero circulando y nadie se enteraba de nada.

Eso sí, ahora la información vuela. Acabamos de ver cómo, gracias a las nuevas tecnologías, un tertuliano como el Sr. Carmona puede expresar “su” opinión sobre el escándalo en las tertulias televisivas leyendo los mensajitos que le envían sus compañeros de partido. ¡Qué vergüenza! ¿No tiene criterio propio el diputado socialista Carmona? ¿No tiene información suficiente para acudir a debates y tertulias? Parece que no. Aquí vale todo con tal de no hacer autocrítica, de no reconocer los errores del partido y de proteger a los jefes. Y si hay que engañar a la audiencia haciéndola creer que uno expone opiniones propias y no lo que le dictan, pues se hace y tan fresco. Vaya compañeros que tiene el Sr. Carmona que han filtrado el video inculpatorio. Pero hay que reconocer que han hecho un gran favor a los ciudadanos.

Santiago de Munck Loyola