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jueves, 2 de enero de 2014

Ciscar ya se ha puesto la venda, por si acaso.



Recién apagados los ecos de las campanadas de fin de año, se ha reiniciado el curso político, a pesar de las largas vacaciones parlamentarias de sus señorías, con encuestas y declaraciones varias. Hay que tener en cuenta que iniciamos un año electoral que tendrá su momento culminante con las elecciones europeas que servirán, sin duda, como termómetro no sólo de las preferencias electorales de los ciudadanos, sino también del grado de afección al sistema político y a las instituciones europeas. Y entre las diferentes declaraciones de responsables políticos cabe destacar y comentar las del Presidente del PP de Alicante y Vicepresidente del Consell Valenciano, José Ciscar, que ha sido difundidas por casi todos los medios de comunicación regionales.

A la frase “en el PP no tenemos miedo al crecimiento de UPyD y Ciudadanos” le ha sucedido la afirmación de José Ciscar, destacada por la prensa, de que el Partido Popular estaría dispuesto a pactar con cualquier formación siempre y cuando “acepte los postulados que pasan por defender siempre el interés general de la Comunitat Valenciana”. Eso es ponerse la venda antes de la pedrada, porque pedrada la habrá con toda seguridad y merecida, por cierto, según vaticinan casi todas las encuestas. Parece poco coherente afirmar que no se teme la irrupción de esos dos partidos y a renglón seguido mostrar la predisposición al pacto con los mismos. Si uno no teme el crecimiento de otros partidos es porque cree que va a ser irrelevante así que carece de sentido estar planteándose la necesidad de formalizar pactos con ellos. Hay que deducir que el Sr. Ciscar da por perdidas las amplias mayorías que hasta ahora venía disfrutando el Partido Popular en una gran parte de las instituciones valencianas.

Según Ciscar a los votantes populares que están hoy en la abstención hay que convencerles de que la alternativa del PP es “la más importante para el futuro de la Comunitat” añadiendo que si se tiene en cuenta que la máxima alternativa posible al PP sería “un tripartito radical y de izquierdas”. Si sólo contempla como alternativa al PP un tripartido “radical y de izquierdas” ¿por qué se plantea pactar con partidos irrelevantes según él?

Más adelante, el Presidente Popular alicantino señala que lo que los ciudadanos quieren es “salir de la crisis, que se genere empleo y se mantengan las políticas sociales” y para ello, aseguró, “no quieren inventos de ningún tipo, solo que se gestione de forma razonada y con sentido común”. Parece que tiene claro lo que quieren los ciudadanos pero lo que no parece tener claro es que el PPCV no ha sabido ni mantener las políticas sociales, ni gestionar de forma razonada ni con sentido común. Si el Sr. Ciscar en lugar de mantenerse en su torre de marfil y de rodearse de aduladores y mercenarios de partido pisase un poco más la calle y palpase lo que a diario viven los ciudadanos no se pondría en evidencia con declaraciones como éstas.

Y para terminar de redondear sus declaraciones, el Sr. Ciscar no ha tenido inconveniente alguno en hacer gala, una vez más, del cinismo e hipocresía que viene caracterizando su gestión política al frente del PP de Alicante al que está conduciendo a un desastre electoral con su autoritarismo y falta de principios éticos. Así ha asegurado que en las listas electorales del PP valenciano “no va a haber personas imputadas por supuestos delitos que tengan que ver con la corrupción”, algo que, según ha dicho, lo dijo el presidente del Partido y de la Generalitat, Alberto Fabra, “y lo mantiene. A lo mejor podría explicar cómo se puede conciliar esa posición que además incluía la exclusión de imputados en los cargos orgánicos del PP con la fraudulenta maniobra que con la inestimable ayuda de su lacayo, el Sr. Zaplana, ha organizado en la ciudad de Alicante con el fin de poner lo que queda del PP alicantino en manos de los imputados del Ayuntamiento. Como sea tan creíble la promesa de que no habría imputados en los cargos orgánicos del PP como la de que no habrá imputados en las listas electorales, los ciudadanos pueden tener la seguridad de que, salvo milagro de última hora, sí los habrá.

Es evidente que estas declaraciones del Sr. Ciscar ponen de manifiesto una tremenda falta de realismo y de sensatez política. El PP está sufriendo un enorme desgaste electoral como consecuencia no sólo de las políticas impuestas por el Gobierno de la Nación, sino también como consecuencia de los resultados de la mala gestión popular en la Comunidad Valenciana, malos resultados debidos a los sistemáticos incumplimientos de los programas y principios del PP en la gestión de la Generalitat. Y a ello hay que añadir la estela de casos de corrupción y la incapacidad de la dirección popular para frenar y atajar en seco esta situación. Si a ello se añade la incapacidad de los actuales dirigentes populares para reconocer y asumir que es imprescindible abordar un proceso de regeneración democrática del Partido Popular y de muchas de las instituciones está completándose el cóctel necesario para cosechar malos resultados electorales. Y especial responsabilidad tiene en ello el Sr. Ciscar y su equipo, enemigos acérrimos de cualquier regeneración y de cualquier proceso democrático que permita al PP volver a conectar con las necesidades reales de los ciudadanos y de convertirse en un referente de participación, de debate, de transparencia, de libertad, de honestidad y de confianza ciudadana. Pero lamentablemente esas suelen ser las consecuencias de una determinada forma de hacer política que termina entregando toda una gran y noble organización al primer chaquetero y arribista que llega, es decir, consecuencia de la ausencia de democracia interna.

Finalmente hay un dato que parece obviar el Sr. Ciscar y es que el previsible crecimiento electoral de UPyD y Ciudadanos se basará, sobre todo, en el voto de los ciudadanos descontentos con el Partido Popular. Pensar que estos partidos traicionarían a la primera de cambio a sus electores para que haya “más de lo mismo” es cuando menos ingenuo. No somos pocos los antiguos votantes del PP los que pensamos que mientras el PP siga en manos de personajes como las actuales, enemigos declarados de la honestidad, de la transparencia y de la regeneración democrática, lo mejor que le puede pasar al PP y a la ciudadanía es que el Partido Popular se marche una temporada a la oposición a ver si, lejos de las moquetas, de los asesores y de los privilegios políticos, inicia una tan profunda como imprescindible renovación y regeneración interna.

Santiago de Munck Loyola

lunes, 23 de diciembre de 2013

¿Ladran?...


Hace pocos días, D. Antonio Zardoya, periodista y colaborador del Diario El Mundo ha escrito un artículo titulado “la derecha cainita” en el que lejos de realizar un análisis sobre las discrepancias políticas que existen en el centro derecha alicantino, tal y como podría sugerir dicho título, desarrolla más bien un ajuste de cuentas, en buena medida de carácter personal, destinado a descalificar el nacimiento de una nueva opción política en la provincia como es Ciudadanos. El Sr. Zardoya expone su simplista tesis, a saber, que las escisiones en el seno del Partido Popular de Alicante, a diferencia de los que según él ocurre en la izquierda, se debe a que cuando alguien es apeado de las listas electorales, se “cabrea” y monta su propio partido. Y para justificar esta simpleza fabrica un enorme saco en el que mete a todo aquel político que haya decidido emanciparse de la pesada bota popular y explorar otras iniciativas políticas, tan legítimas como cualquier otra. Sin “cortarse un pelo”, el Sr. Zardoya mete en su saco a Domingo Soler de Torrevieja, a Sonia Castedo a la que acusa de amenazar al PP con promover su propio partido, a Carlos Fabra que anda por Castellón, a Gema Amor y a David Devesa de Benidorm o a Emigdio Tormo en el caso de Elche, recientemente elegido representante provincial de Ciudadanos y al que guarda, al parecer, extrañas y oscuras animadversiones. A todos, de una forma u otra, los califica como cadáveres políticos, los sitúa interesadamente en el difuso contexto de la corrupción y los termina por embalsamar como políticos de cuerpo presente en el, según él, tanatorio de Ciudadanos.

Como respuesta escueta a tal cúmulo de desatinos, a esa ensalada seudoperiodística aliñada con buenas dosis de inquinas personales bastaría un “ladran, luego cabalgamos”. Sin embargo, parece mucho más adecuado, sobre todo para argumentar racionalmente el debate público, destacar algunos aspectos del citado artículo.

Según el Diccionario de la RAE, cainita significa “perteneciente o relativo a Caín. Se dice especialmente del odio o enemistad contra allegados o afines”. Y anda muy desorientado el Sr. Zardoya si piensa que las discrepancias o el fraccionamiento de la derecha alicantina se deben a odios o enemistades contra allegados o afines. Más sólidas son las divisiones en el campo de la izquierda y a nadie se le ocurre la simpleza de atribuirlas a odios o enemistades personales. La existencia de corrientes o de grupos ideológicos dispares en el campo del centro derecha no debería ser contemplado como algo negativo o condenable por un demócrata observador de la realidad y generador de opinión pública. Todo lo contrario, por lo que parece fuera de lugar, desde una perspectiva democrática y pluralista, encuadrar las discrepancias ideológicas en el ámbito de las guerras cainitas o simplemente personalistas.

Lo que llama la atención en el discurso del comentarista es la ausencia de un análisis, por superficial que fuera, de las causas que favorecen la fractura del centro derecha cuya unidad, por cierto, tanto esfuerzo costó. A modo de apunte, baste indicar que una de las principales causas se encuentra en la ausencia de canales de participación de la militancia en los órganos de gobierno del Partido Popular provincial, la falta de talante dialogante y democrático de muchos de sus dirigentes y en un elevado déficit de democracia interna que impide que sea la propia militancia la que decida quiénes deben o no representarles en las instituciones democráticas.

Pero parece que al Sr. Zardoya no le interesa hablar de eso, no. Ha construido un escrito y una tesis utilizando el método de la coctelera. Un “totum revolutum” que, en definitiva, busca descalificar a determinadas personas, quizás para saldar viejas cuentas, y, de paso, a una nueva opción política que le guste o no cada día tiene más seguidores. Y. lo que es peor, monta su tesis faltando a la verdad. Habrá a quien le guste más o menos la trayectoria del nuevo dirigente provincial de ciudadanos Emigdio Tormo o quien cuestione su reciente elección, pero no se debe mentir para expresar ese disgusto. Es falso que Tormo “se haya colocado como coordinador provincial”, ha sido elegido, importante matiz que a un demócrata no se le debería escapar, como también es falso que en 2011 “se quedara en el paro político”, a no ser que el periodista tenga constancia fehaciente de un parón en la actividad política del Sr. Tormo. No parece muy ético, intentar mezclar el cese en el desempeño de una responsabilidad política con el “paro” en estos tiempo que corren para intentar transmitir una idea equivocada o unos móviles poco ejemplares sobre su nueva actividad política. Por cierto que Emigdio Tormo tiene la suerte de estar en activo laboralmente.

Por último, es posible que quien sólo quiere construir una tesis sobre la base de prejuicios personales no pueda ver el nexo de unión entre muchas personas con sensibilidades políticas diferentes y que les conduce hacia Ciudadanos. Pues bien, es algo tan sencillo como la regeneración política, la necesidad imperiosa de que los partidos e instituciones sean regenerados democráticamente. Cada uno, de derechas o izquierdas, podrá tener un rumbo, un destino pero si el autobús que ha de conducir a los pasajeros no pasa la ITV, si falla su mecánica, dará igual el destino que la mayoría elija, el viaje se frustrará. Pues bien, de eso se trata, de regenerar el autobús, los partidos y las instituciones, porque tal y como están no se puede viajar con garantías. Y eso tan simple, tan elemental, es lo que puede y de hecho une a mucha gente, a muchas personas, que no cadáveres políticos, con inquietudes sociales y políticas que, aunque con destinos diferentes, coinciden en que lo primero que hay que hacer es garantizar el viaje. Y esa garantía, desgraciadamente, no se puede encontrar en los actuales dirigentes del Partido Popular de la Provincia de Alicante. No se pongan nerviosos, no descalifiquen, aparquen prejuicios y fobias personales porque queda un largo recorrido por delante. Ciudadanos está dando sus primeros pasos en Alicante y hay mucho por definir y construir, pero es evidente que hay quien prefiere poner sobre el tapete del debate nombres y no ideas ni proyectos. Esa apuesta puede que sea la de los partidos tradicionales y sus servidores mediáticos, pero no es la de la ciudadanía.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 12 de diciembre de 2013

Ciutadans quiere presentarse en 2015 en la Comunidad Valenciana.

Diario El Mundo. Edición Comunidad Valenciana. 12-12-2013.
Consolida tres direcciones provinciales y ya ha abierto sedes en algunos municipios


H. SANJUANValencia
H. FERNÁNDEZAlicante
Actualizado: 12/12/2013

La hoja de ruta de Ciutadans empieza a aclararse. «Trabajamos para presentar en 2015 una lista autonómica en la Comunidad y varias candidaturas a nivel municipal», confesaba ayer a este periódico el vicesecretario y responsable de Organización de la formación, José Manuel Villegas.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, junto al responsable de Organización, José Manuel Villegas. D. UMBERT

El partido que lidera Albert Rivera ha consolidado tres direcciones provinciales y ve como, de forma espontánea, van naciendo grupos de trabajo municipales con la intención de estar en los próximos comicios locales. Hace unos días se inauguró una sede del partido en Elche y esta misma semana afiliados de Vinarós, Traiguera, Moncofa, Vila-real y Burriana se reunían para constituir formalmente la Agrupación de la provincia de Castellón.
La formación medirá sus aspiraciones reales este sábado en Valencia donde Rivera, acompañado por el ex ministro socialista Antoni Asunción y el escritor Juan Carlos Girauta, presentarán la plataforma cívica Movimiento Ciudadano: una herramienta que aspiran a convertir en un partido con presencia en toda España.
Tras Madrid y Barcelona, Valencia es la tercera parada de esta tournée porque en Ciutadans están convencidos que cualquier salto a la política nacional pasa ineludiblemente por Valencia, donde consideran que su marca tiene más un aterrizaje más sencillo «por la necesidad de que aparezcan alternativas a los partidos antiguos», explica Villegas.

Una idea que corrobora Santiago de Munck, ex del PP: «Se percibe que hay hambre por militar en otras opciones políticas, sobre todo de personas tradicionalmente votantes del PP que están hartos de la corrupción y de la falta de democracia interna». De Munck es el fundador del movimiento 'Esperanza Popular' de Alicante, que puede proporcionar a Ciutadans 60 estructuras locales en la Comunidad desde las que lanzar a la nueva estructura política.
Desde que EL MUNDO informara de los contactos entre Esperanza Popular y Ciutadans para trabajar de forma conjunta se han incrementado exponencialmente las afiliaciones a la primera por toda la provincia y especialmente en la ciudad de Alicante donde en la última semana casi se ha duplicado el número de adscritos contando ya con 300 personas.
Comer con Albert Rivera
Desde principios de diciembre se ha distribuido vía email un correo que bajo el título «¿Quieres comer con Albert Rivera en Valencia?» pretende organizar las reservas para un encuentro más distendido con el líder catalán tras el acto del sábado. Según reza en la convocatoria «puedes acompañarnos en la comida después del acto de presentación del Movimiento Ciudadano en Valencia con Albert Rivera, Antoni Asunción, Carolina Punset, Albert Castillón, Beatriz Pino, Juan Carlos Girauta, entre otras personalidades». Será en el hotel Barceló a las 14 horas, con un menú de Milhojas de ensaladilla y salmón ahumado con salsa tártara; Paella Valenciana; y Tarta Santiago con helado de chocolate. El precio de la comida es de 30 euros por asistente y el plazo para las reservas (limitadas), terminaba el pasado lunes.


domingo, 20 de octubre de 2013

Esperanza ciudadana también para Alicante.


El jueves pasado se produjo un evento político de la máxima trascendencia y que influirá, sin lugar a dudas, en el desarrollo del panorama político de los próximos años. Se trata de la presentación de la plataforma Movimiento Ciudadano, impulsada fundamentalmente por Albert Rivera, Antonio Asunción y Juan Carlos Girauta, que dio a conocer su Manifiesto en el que se proponen profundas reformas para España. Se trata, según manifestaron, de devolver el protagonismo a los ciudadanos frente al inmovilismo de los grandes partidos políticos y de acabar de una vez con las tradicionales divisiones entre “las dos Españas” o con las “luchas identitarias” y territoriales.

Movimiento Ciudadano ha hecho público un Manifiesto e invita a todos los ciudadanos a firmarlo (http://movciudadano.es/).  En dicho documento se expresa el deseo de cambios para lograr que "España sea lo que quieren los españoles". Se señala que las graves crisis que atravesamos no pueden ser solucionadas mediante actitudes inmovilistas seguidas por unos partidos incapaces de abrirse a la sociedad y al ciudadano que exige, cada día más, el protagonismo que le pertenece. No es posible abordar la solución de los problemas que afectan al conjunto de la sociedad si los actores que han de abordarlos no solucionan previamente sus propios problemas, es decir, si los partidos políticos no se regeneran, algo que desde estas mismas líneas se ha venido sosteniendo con insistencia. Hace falta más democracia para resolver los problemas que afectan a la democracia. 

Así en el Manifiesto se señala que “son objetivos urgentes: democratizar los partidos políticos, abrirlos a la sociedad, someterlos al principio del mérito, hacerlos transparentes e implacables con la corrupción, generalizar el mecanismo de las elecciones primarias; conseguir un sistema de representación que devuelva el poder a los ciudadanos, pudiendo los representados escoger a partidos y también, directamente, a sus representantes a través de listas abiertas, de acuerdo con una ley electoral justa y proporcional; asegurar una efectiva división de poderes, alejando a los partidos del Poder Judicial, del Tribunal Constitucional, de los órganos reguladores y de supervisión del sector financiero y de los medios de comunicación; reformar las administraciones públicas poniéndolas realmente al servicio de los ciudadanos y las empresas, asegurando los servicios públicos esenciales y suprimiendo burocracias y duplicidades”. Propuestas todas ellas formuladas desde hace tiempo desde el Foro Esperanza Popular – Movimiento de Bases y que han merecido el rechazo y el castigo del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, sin ir más lejos.

En su presentación, Albert Rivera, señaló que ante la situación de crisis y de desconfianza hacia los políticos y las políticas inmovilistas, es necesario pasar a la ilusión y a la acción cuidando de la Constitución y el Estado de bienestar. Es cierto que en este acto de presentación, los intervinientes expresaron que la Plataforma no es un partido político, pero tampoco descartaron que pueda llegar a serlo en un futuro no muy lejano.

No son pocos los ciudadanos que en toda España se sienten huérfanos, políticamente hablando, ante la ausencia de un partido político que enarbole sin complejos su españolidad y, consecuentemente, una política integradora, su compromiso regenerador de la propia democracia y de sus agentes políticos y su defensa del protagonismo del ciudadano y del Estado de Bienestar. Y esa orfandad se constata perfectamente en todas y cada una de las encuestas que se van publicando. La fidelidad electoral hacia los dos grandes se va derrumbando y la que se mantiene no lo es tanto por convicción, como por temor al adversario o por voto útil. Y Alicante no es una excepción. Hoy más que nunca, ante una izquierda fragmentada, rota, enfrentada, sin proyectos ni liderazgos y un centro derecha salpicado por la corrupción, anquilosado en los resortes del poder, sin renovación interna, impermeable a las demandas de mayor participación democrática y enemigo declarado de cualquier movimiento regenerador, Alicante necesita  un movimiento cargado de ilusión, de proyectos renovadores nacidos de la ciudadanía, capaz de sumar fuerzas e ideas para devolver a nuestra ciudad la dignidad, el impulso, el esplendor y el brillo que entre unos y otros le han arrebatado.

Santiago de Munck Loyola