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domingo, 3 de marzo de 2013

Bárcenas interno, externo o mediopensionista.



Desconcertados, confusos, desconfiados y asombrados es como nos encontramos la mayoría de los votantes populares ante el asunto Bárcenas y, sobre todo, ante las explicaciones que sobre el mismo vienen ofreciendo los diferentes portavoces del Partido Popular. No tengo la menor duda de que Mariano Rajoy, al igual que la inmensa mayoría de los dirigentes del Partido Popular son personas honradas, como tampoco tengo ninguna duda de que hay posibles irregularidades en torno al Sr. Bárcenas, a su papel en el Partido Popular, a la financiación del mismo y a la forma con que se está gestionando la crisis desatada por el ex tesorero del PP.

El asunto Bárcenas no se podía gestionar peor de lo que se está haciendo y prueba de ello es que la respuesta de los populares no está convenciendo ni a los propios militantes del partido. Da la sensación de que aquí cada dirigente va por libre, de que no saben muy bien a qué se enfrentan y de que, sobre todo, no existe una respuesta coordinada sobre el asunto. Cada semana aparece una sorpresa y siempre hay algo que matizar, puntualizar o corregir sobre la respuesta ofrecida en la anterior sorpresa. Primero nos dicen que el Sr. Bárcenas dejó de trabajar para el partido popular a raíz de su imputación en el caso Gürtel. Después resulta que estaba cobrando 250.000 € anuales, el sueldo más alto pagado por el PP. Más tarde que no era un sueldo, sino una indemnización pactada. Posteriormente resulta que seguía contratado y fue despedido el 31 de enero de 2013. Hace pocas horas Pons insistía en una entrevista en ABC Punto Radio que la relación laboral con el ex tesorero terminó en 2010, lo que evidentemente no cuadra con que siguiera dado de alta hasta el 31 de enero de este año. Si seguía contratado, entonces no podía estar cobrando una indemnización. Y si se le estaba pagando de forma fraccionada una indemnización pactada tampoco podía seguir estando de alta y cotizando a la Seguridad Social, salvo que se tratase de un fraude a la misma.

Con Bárcenas pasa lo mismo que pasó con Sepúlveda: primero que no se le podía despedir porque era “funcionario” de la casa, según el Sr. Floriano, después porque sería un despido improcedente y, al día siguiente, a la calle que ya sí se podía despedirle. Así no hay quien se crea nada. No es posible que lo que hoy es blanco, mañana sea negro y pasado gris. Al día de hoy, no se sabe si Bárcenas estaba contratado, despedido o era mediopensionista popular. Las contradicciones, las constantes rectificaciones no contribuyen a poner luz sobre un asunto tan turbio, todo lo contrario, no hacen más que acrecentar las sospechas de que aquí hay algo o muy “gordo” o pésimamente gestionado.

Hay cosas absolutamente incomprensibles e inaceptables que exigen una explicación pública como lo es saber por qué se contrata como asesor a un ex alcalde que tiene que dimitir por estar imputado en el caso Gürtel o al Sr. Bárcenas tras dejar su escaño en el Senado tras ser imputado también. ¿Quién decidió contratarlos? ¿Quién decidió que había que pagar o indemnizar al Sr. Bárcenas con 250.000 € salidos en su mayoría de los contribuyentes? ¿Quién considera ético tomar estas decisiones? La verdad, uno empieza a pensar que los códigos éticos o los manuales de buenas prácticas deben estar en blanco porque sino no se entiende esta forma de proceder que, a la postre, sólo sirve para manchar el buen nombre de los miles de afiliados del Partido Popular que no tienen nada que ver, ni aprueban, estas prácticas.

Al margen del enriquecimiento personal de algunos, las informaciones periodísticas sustentadas en informes policiales, parecen señalar que los mismos se han llevado a cabo al amparo de operaciones irregulares en torno a la financiación del propio Partido Popular. Hay que ponerlo todo en cuarentena hasta que los procedimientos judiciales en curso lo aclaren, de eso no hay ninguna duda. Sin embargo, también nos sorprende a los votantes que algunas de estas informaciones sólo tengan el silencio por respuesta. Por ejemplo, el informe de la UDEF de 2008 que analiza la contabilidad de Orange Market en relación a las campañas de 2007 y 2008 en la Comunidad Valenciana, sacado a la luz nuevamente estos días, es más que preocupante y exige una aclaración cuando menos.

La opinión pública necesita saber exactamente qué ha pasado y quiénes son los responsables del asunto Bárcenas y de la financiación del Partido Popular en todos sus niveles. Y los militantes, a los que nos intentan sacar los colores con ello, también. Queremos y tenemos derecho a saber, a que se den explicaciones veraces y concretas, a que se exijan y se depuren las responsabilidades a que hubiere lugar y, sobre todo, a que se acaben con unos modos y prácticas políticas indeseables. Queremos claridad y contundencia. Y no nos puede consolar lo que pase en otros partidos, que también pasa, queremos poder seguir sintiéndonos orgullosos de nuestro partido y no podemos seguir confiando en que mañana no aparezca ningún nuevo sobresalto, ninguna sorpresa que nos vuelva a hacer agachar la cabeza. No nos lo merecemos.

Santiago de Munck Loyola