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lunes, 28 de diciembre de 2015

Incertidumbre política.


Ha pasado una semana desde la celebración de las elecciones generales y el horizonte de la gobernabilidad de España sigue tan nublado o más a como lo estaba a la luz de las encuestas electorales previas. El resultado electoral dejado por las urnas es sumamente complejo y, sea cual fuere, la combinación de partidos que sea capaz de formar un gobierno, todo parece indicar que la legislatura no se agotará. En lo que parecen coincidir los expertos económicos es en que este complejo resultado electoral, además de entorpecer la formación de un Gobierno sólido, puede ralentizar la incipiente y frágil recuperación económica y restar al crecimiento de nuestra economía entre medio punto y un punto del PIB. Algunos economistas van más lejos y calculan que hasta la mitad del avance previsto de crecimiento para el 2016,  el 3% estimado, puede perderse.

Así que los resultados de la jornada electoral nos dejan como regalo no sólo la incertidumbre de la gobernabilidad, sino también y unido a ello un frenazo económico para el año 2016. Mariano Rajoy y su equipo son los responsables del pésimo resultado electoral obtenido por el Partido Popular. Han dinamitado a la derecha española y han puesto en serio peligro la gobernabilidad de España y la recuperación de su economía. Está claro que no se trataba sólo de arreglar la economía sino de hacer Política, de cumplir el programa, de atender a las personas, de abrirse a la sociedad, de escuchar a la militancia, de democratizar el partido y de combatir la corrupción. No han sabido, querido o podido hacerlo y ésto es lo que han cosechado. Desde la soberbia no se puede gobernar. Y si no leen bien los resultados, si se duermen en la autocomplacencia terminarán por destruir lo que tantos años y esfuerzos costó a decenas de miles de honrados militantes populares. La falta de autocrítica en las filas populares es asombrosa y constituye, en todo caso, el anticipo de nuevas y mayores derrotas. “Hemos ganado” repiten machaconamente los voceros populares y se conforman con ello en lugar de ponerse manos a la obra para corregir todo aquello que les ha llevado a perder la confianza de más de 4 millones de ciudadanos. Ser los primeros no es ganar cuando se trata de poder o no gobernar. En cualquier democracia avanzada un candidato que pierde 65 escaños y 4 millones de votos presentaría inmediatamente su dimisión al frente de su partido.

Y otro tanto ocurre con el principal partido de la oposición. “Hemos salvado los muebles” dicen y no se plantean por qué un partido que ha sido un pilar básico del sistema político no ha sido capaz de rentabilizar su labor de oposición y ha perdido 20 escaños y 1,5 millones de votos. En Gran Bretaña, en Francia o Alemania un líder de la oposición que hubiese cosechado el mismo resultado que Pedro Sánchez ya habría dimitido de forma inmediata e irrevocable.

La falta de reacción de los dos grandes partidos a la hora de reconducir las estrategias y las políticas que les han llevado hasta estos malos resultados ¿querrá decir que son incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos y que son irrecuperables como instrumentos para canalizar la participación política de los ciudadanos? Sólo el tiempo lo dirá aunque los primeros signos no son alentadores. Algunos dan ya por muerto el bipartidismo imperfecto que venía imperando en nuestro sistema político pero no parece que el grado de consolidación y de cohesión de los partidos llamados emergentes sea aún lo suficientemente alto como para lograrlo.

Tenemos por delante unas semanas bastante intensas en las que observaremos los movimientos tácticos de cada partido para intentar la formación de un gobierno más o menos estable. Ya de antemano hay que resaltar el trazado de las famosas “líneas rojas” por parte de algunos. Destacan las de Ciudadanos por un lado respecto a Podemos por la voluntad manifiesta de esta formación de romper la soberanía nacional y por otro las propias de Podemos tratando de imponer al PSOE, como condición ineludible para cualquier pacto, que los socialistas traguen con la ruptura de la soberanía nacional y acepten la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Veremos donde queda todo. Mientras tanto mejor mantenerse en modo “pre-elecciones” por si acaso.

Santiago de Munck Loyola


viernes, 18 de diciembre de 2015

No votar a Adela Pedrosa, candidata del PP al Senado por Alicante, cuestión de higiene democrática.


En la mayor parte de las ocasiones, a la hora de votar, una gran parte de los ciudadanos eligen la papeleta de la candidatura que presenta el partido de sus preferencias sin conocer a los candidatos que forman parte de la misma. Por ello, muchos partidos y, en especial el Partido Popular, nos proponen listas elaboradas e impuestas desde Madrid sin contar con sus bases e incluyen en las mismas incluso a personas sin vinculación en la provincia por la que se presentan. Tienen que colocar a alguien y lo colocan sin cortarse situándolo en cualquier Provincia tenga o no vinculación con ella. Después no hay que extrañarse cuando esos diputados electos pasan olímpicamente de las necesidades de su circunscripción electoral. Al fin y al cabo su compromiso no está con los electores, sino con el partido y con quienes a base de “dedazo” les han situados en las listas.

Buen ejemplo de ello han venido siendo las sucesivas candidaturas que el PP ha venido presentando por la Provincia de Alicante. La presencia de “cuneros”, candidatos que se presentan a las elecciones por un distrito electoral al que no pertenecen, ha sido una constante en las candidaturas del Partido Popular de Alicante. Así, la candidatura popular al Congreso por Alicante estará de nuevo encabezada por un cunero, José Manuel García-Margallo y Marfil, que lo mismo vale para ser diputado por Valencia que por Alicante, y en la misma se incluye a personas como Julieta de Micheo Carrillo-Albornoz, amiga y colaboradora de otro ilustre cunero por Alicante, Federico Trillo, y cuyo paso por el Congreso en esta legislatura como diputada por Alicante se ha caracterizado por sus ausencias parlamentarias (tenía que ayudar a D. Federico en la embajada en Londres) y por no haber presentado ni una sola iniciativa sobre Alicante. Y es que la larga mano del Sr. Trillo aún llega lejos.

Y llega tan lejos la “opusina” mano de D. Federico Trillo que ha conseguido situar como nº 1 al Senado por Alicante a otra protegida suya, a Dª Adela Pedrosa, prototipo del pluriempleo político, del oportunismo y de la incompetencia. Tras perder la Alcaldía de Elda en mayo pasado, el “regenerador” del PP, Sr. Ciscar, la colocó rápidamente (no fuera que tuviese que buscar un trabajo fuera de la política) a través de la Diputación en un cargo de confianza. Todo ello con el inestimable apoyo de Ciudadanos de Alicante, otros presuntos regeneradores de la política. 

Hay que recordar que Dª Adela Pedrosa, ahora candidata al Senado por el PP, inició su vida política en 1995 como concejala de fiestas y participación ciudadana en Elda. En 1999 CC OO denunció en los tribunales que el Hospital de Elda había contratado de forma irregular a la edil, Adela Pedrosa, como auxiliar administrativa y tras varias sentencias Adela Pedrosa tuvo que dejar el trabajo que había conseguido de forma irregular. El PP la premió entonces con el puesto de Asesora de Medio Ambiente de la Diputación de Alicante, colaborando con el diputado provincial José María Rubio. No es que fuera una especialista en medio ambiente, pero eso no importa.

Sin estudios superiores ni especialidad técnica alguna Dª Adela Pedrosa ha sabido moverse, trepar, medrar y acaparar cargos a costa de las siglas del PP. Y fue capaz de simultanear los siguientes cargos públicos sin despeinarse:

-          Diputada en el Congreso por la Provincia de Alicante.
-          Vicepresidenta Segunda de la Comisión de Industria, Turismo y Comercio.
-          Alcaldesa del Ayuntamiento de Elda.
-          Vicepresidenta de la Mancomunidad intermunicipal del Valle del Vinalopó.
-          Presidenta de la “Fundación Museo del Calzado”.
-          Presidenta de la Empresa Pública IDELSA.
-          Presidenta de la Empresa Pública EMUDESA.
-          Presidenta de la Empresa Pública EMIDESA.
-          Diputada Provincial de Alicante.
-          Vicepresidenta Primera de la Diputación de Alicante.
-          Diputada Responsable del Área de Recursos Humanos de la Diputación de Alicante.

El pasado mes de junio, Pedrosa tuvo que declarar como imputada por un presunto delito de injurias y calumnias. Es una de las personas citadas en los informes de la UDEF como pagadora en dinero negro a la trama Gürtel, pero todo ello no ha sido obstáculo alguno para que siga en política activa y ahora pretenda, y lo conseguirá lamentablemente, representar a nuestra Provincia en el Senado (una razón más para promover su cierre).

Si esta es la regeneración política que el Sr. Ciscar, Presidente Provincial del PP, y los demás líderes populares pretenden vender a los ciudadanos, que venga Dios y lo vea. Sólo por decencia e higiene democrática, los alicantinos que no somos de izquierdas tenemos que tener especial cuidado a la hora de elegir a los senadores y no olvidar que lo mejor que podemos hacer es, desde luego, no votar a la candidata nº 1 al Senado por el Partido Popular, Dª Adela Pedrosa Roldán. Se merece un buen descanso en su casa y los alicantinos también.

Santiago de Munck Loyola


miércoles, 16 de diciembre de 2015

Un debate poco edificante.


No es que hubiese demasiadas expectativas en torno al debate entre el aspirante a Presidente, Pedro Sánchez, y el Presidente en funciones, Mariano Rajoy pero los ecos del mismo no son precisamente edificantes. Ni el moderador, ni el formato del debate contribuyeron a que se desarrollase de una forma constructiva. ¿Qué ha quedado tras el debate? Sobre todo, de un lado, los insultos, la mala educación y la negra visión de España del aspirante Pedro Sánchez. Y, del otro, la falta de reflejos, “la linde” de la economía y la aparente ausencia de ilusión y de capacidad de ilusionar del Presidente en funciones, Mariano Rajoy.

Lo peor del debate fueron las continuas interrupciones sobre todo de Pedro Sánchez que vinieron a subrayar su falta de estilo y su mala educación. No se trataba del ardor juvenil de un contendiente, sino de simple y puro “macarrismo político” como bien ha dicho la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. Ha sido el empleo de una estrategia dialéctica premeditada, perfectamente calculada que no ha considerado el imprescindible respeto a los espectadores. Resulta cansado y tedioso tratar de escuchar los argumentos de una persona si su interlocutor le está interrumpiendo a cada momento y no de le deja acabar ninguna frase. Se ha devaluado tanto la política con las apariciones de los políticos en cualquier programa de variedades que el Sr. Sánchez debió de confundir el debate con las tertulias de “Sálvame”. No se trata ya de una falta de respeto al adversario político, sino, sobre todo, de una falta de respeto a los ciudadanos que estamos presenciando el debate. España no se merece a un Presidente con tan poca educación y tan bajo perfil intelectual.

Tampoco parece que se merezca a un Presidente incapaz de rebatir con agilidad las continuas falsedades esgrimidas por su oponente, incapaz de explicar la diferencia entre un rescate a España, como el padecido por nuestros vecinos portugueses o por los griegos, y un rescate a parte de la banca. Mariano Rajoy fue fiel a lo que ha venido haciendo a lo largo de la legislatura, seguir “la linde” de la economía y olvidarse de que también existe “la política”. Parece como si su capacidad de gobernar fuera limitada, o la economía o la política, pero no las dos cosas a la vez. Si algo ha distanciado al Partido Popular de muchos de sus votantes a lo largo de estos cuatro años no ha sido sólo el tener que aplicar duras recetas económicas en contra de todo lo prometido para tratar de arreglar los destrozos del Sr. Zapatero, sino “los Bolinaga”, la reforma de la legislación sobre el aborto, el Plan Hidrológico Nacional, la Memoria Histórica o el mantenimiento del estatus autonómico, amén de la corrupción en todos los niveles. La falta de ejemplaridad de la clase política se ha reflejado especialmente en líderes populares por simple cuestión de número ya que nunca un partido político había ostentado tanto poder como el PP hasta mayo de este año.

En definitiva, hemos presenciado un debate malo, poco constructivo, sin propuestas novedosas, sin críticas constructivas y con poco nivel. Pasará a la historia como el debate del insulto y del “y tú más”.  No sólo estará muy contenta Susana Díaz por el resultado, como apuntaba Pablo Casado, sino que lo más preocupante es que también estarán muy contentos el Sr. Iglesias y el Sr. Rivera. Es muy probable que este haya sido el último debate del bipartidismo, pero también es muy posible que haya sido el preludio de una venidera inestabilidad gubernamental y de la legislatura más corta de nuestra democracia.

Santiago de Munck Loyola

viernes, 11 de diciembre de 2015

Votar nulo, una opción razonada y razonable.


Una reciente encuesta realizada por el Instituto DYM arroja unos curiosos resultados sobre la intención de voto considerando la ideología de los entrevistados.  A nueve días de las elecciones generales parte del electorado sigue dudando, sin saber qué hacer o por quién optar.

Según esta encuesta la mayor parte de los indecisos se encuentra entre quienes se consideran de centro. El 53,6% de ellos todavía no manifiesta su voto frente a un 46,4% que sí lo tiene decidido. De éstos, los que ya lo tienen decidido, el 15,2% apuesta por Ciudadanos y el 10,2%, por el PSOE.

Entre los que se definen como de centro-derecha un 66,4 % ya tiene decidido su voto. Parece que lo tienen más claro: un 30,8% para el PP y casi un 20% para Ciudadanos. Y de los que se etiquetan como votantes de derechas, el 65,3% ya tiene claro su próximo voto: el 42,5% se inclina por el PP y un escaso 6,6% por Ciudadanos. Resulta cuando menos llamativo que un partido que se autodefine como de centro izquierda coseche tan buenas expectativas entre los votantes, sobre todo, de centro-derecha. O bien el partido naranja es muy camaleónico o bien buena parte de su electorado carece de escrúpulos ideológicos o programáticos.

Pero, si uno se identifica con posiciones políticas de centro, de centro-derecha o de derechas, si vive en la Provincia de Alicante, si cree en la regeneración política y si además quiere ejercer su voto el próximo 20 de diciembre con coherencia y con responsabilidad, la verdad es que lo tiene bastante difícil porque las ofertas electorales que finalmente concurren son bastante limitadas y adolecen de bastantes defectos y carencias como para poder elegir una de ellas con plena satisfacción. Eliminada de forma arbitraria e injusta la candidatura de Esperanza Ciudadana, la única candidatura alicantinista y regeneradora, algunos nos tenemos que plantear a quién votar en las elecciones generales. No se trata de elegir a unos para evitar que otros ganen, sino de elegir la opción política que por su trayectoria y sus propuestas pueda defender mejor los intereses de los alicantinos desde unos principios ideológicos concretos, los que no comparte la rancia izquierda que ahora gobierna nuestras tierras.

Desde esta perspectiva, es decir, desde la coherencia con determinados principios y valores, la opción de Ciudadanos es plenamente descartable. Su posicionamiento ideológico, sus propuestas fiscales, su intervencionismo, sus tics autoritarios internos y su compadreo con el Gobierno Socialista en una de las Comunidades Autónomas más castigada por la corrupción no son elementos suficientes como para poder compensar los aspectos positivos de su programa, que los tiene. Y este descarte se reafirma, además, si se tiene en cuenta el posicionamiento de los concejales de Ciudadanos a lo largo y ancho de la Provincia de Alicante en la que desgraciadamente este partido se ha nutrido en muchos casos de un aluvión de oportunistas sin escrúpulos.

Por el lado derecho, tampoco parece que VOX sea una opción válida para los ciudadanos comprometidos con Alicante, con la regeneración y con los valores del centro-derecha. En un tiempo record, lo que nació como un proyecto ilusionante al servicio de unos determinados valores se ha convertido en un instrumento de supervivencia personal del prototipo de la casta política, en un experimento fallido en el que la democracia interna agoniza y en un proyecto escorado cada vez más hacia posiciones ultraconservadoras. Un partido en el que sus máximos dirigentes no predican con el ejemplo personal.

Y la última opción a valorar es la que representa el Partido Popular. Dejando al margen consideraciones personales hay una serie de hechos objetivos que no invitan precisamente a votarle. Hacer un repaso de los sistemáticos incumplimientos del programa del año 2011 y de sus propios principios llevaría páginas enteras: el Plan Hidrológico Nacional, la Ley de Memoria Histórica, la regulación del aborto, la bajada de impuestos, la lucha contra el endeudamiento público, la independencia de la Justicia, los recortes de prestaciones públicas, la hoja de ruta de ZP respecto a ETA, etc. La lista de incumplimientos sería tan larga como la lista de casos de corrupción que salpican a cargos públicos del PP. A ello se podría añadir la falta de democracia interna cuyo mejor reflejo es la propia candidatura popular al congreso por la Provincia de Alicante, impuesta desde Madrid y con un paraca a la cabeza, o la candidatura al Senado encabezada por una acaparadora de empleos públicos, como Adela Pedrosa, prototipo de los profesionales de la política en el peor sentido de la expresión. Nada pues invita a otorgar el voto al PP que en nuestra provincia sigue siendo dirigido por los responsables de su hundimiento electoral, por los protectores de los comportamientos políticos más indignos y por los enemigos declarados de la regeneración democrática como son el Sr. Ciscar y su acólito el Sr. JJ Zaplana. Un partido que utiliza los escaños de nuestra provincia, no para defenderla, sino para colocar a sus dirigentes sin sitio en su propia circunscripción electoral, no merece la confianza de los ciudadanos alicantinos ni de centro, ni de centro-derecha, ni de derechas.

Ante este triste panorama, abstenerse no es una solución. Votar en blanco supone que el voto terminará sumando como resto a alguno de los partidos mayoritarios gracias a la denostada ley electoral. No queda, por tanto, otra salida responsable que la del voto nulo para la gente que no es de izquierdas, para los ciudadanos que quieren que nuestra provincia recupere el protagonismo y la importancia que le han robado durante tantos años y para todos cuantos quieren una regeneración profunda del sistema político. Una regeneración desde los valores de la libertad, la democracia, la transparencia, la ejemplaridad, la defensa de la familia, la vida, la defensa del medio ambiente, la solidaridad, la igualdad de derechos entre los españoles y la unidad de España. No queda otra opción sensata y responsable que la del voto nulo. Y un servidor lo hará el próximo 20 de diciembre. No me van a engañar más.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 3 de diciembre de 2015

IMPIDEN A ESPERANZA CIUDADANA PARTICIPAR EN LAS ELECCIONES GENERALES.




Finalmente la candidatura de Esperanza Ciudadana al Congreso por Alicante no podrá participar en las próximas elecciones generales. El pasado 23-11-2015 la Junta Electoral Provincial de Alicante acordó lo siguiente: “NO PROCEDE PROCLAMAR las siguientes Candidaturas: …Y la denominada ESPERANZA CIUDADANA, por insuficiencia de avales a la vista del certificado emitido por el Sr. Delegado del Censo, en el que aparece “verificadas 1397, número de firmas válidas 1.199, y número de firmas inválidas 198”. Dicho acuerdo fue recurrido ante la propia Junta Electoral, aportando 65 avales adicionales más, y ante la Jurisdicción Contencioso Administrativa no prosperando ninguno de los dos recursos. Presentado el pertinente recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional al haberse vulnerado los derechos constitucionales recogidos en los Artículos 23.2 y 24.1 de la C.E. éste ni siquiera lo admitió a trámite excusándose en un inexistente defecto formal.

Hay que destacar, en primer lugar, que la Oficina del Censo Electoral no ha acreditado, ni certificado en ningún momento la relación nominal de avalistas anulados, la mayoría, al parecer, por haber avalado simultáneamente a otra candidatura.

En segundo lugar, que la Junta Electoral Provincial de Alicante acordó no proclamar la candidatura de Esperanza Ciudadana a falta de tan sólo 26 avales al no alcanza los 1.225 exigidos, conociendo que la Oficina del Censo había anulado más de 125 firmas sin presentar la relación nominal de las mismas y sin acreditar esa supuesta duplicidad.

En tercer lugar, resulta altamente sospechoso que el Juzgado Contencioso Administrativo recibiese el expediente administrativo de la Junta Electoral Provincial de Alicante media hora antes de hacer entrega de la sentencia desestimatoria del recurso de Esperanza Ciudadana.


Y, en cuarto lugar, hay que destacar y censurar, la actuación caciquil, desvergonzada e inadmisible del Tribunal Constitucional que, en lugar de entrar a conocer el fondo del asunto, la flagrante vulneración de derechos constitucionales de ciudadanos alicantinos, se despacha con no admitir a trámite el recurso usando la excusa de un supuesto defecto formal inexistente. Llama poderosamente la atención que el mismo Tribunal que enmienda la plana al Tribunal Supremo para legalizar a Bildu, el partido de los proetarras, y permitir así su participación electoral impida a la gente normal y pacífica de Alicante poder participar en las próximas elecciones generales. No cabe mayor desvergüenza política y jurídica.