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miércoles, 18 de enero de 2012

De Guindos y Carmen vela ¿harina del mismo costal?

El nombramiento de la socialista y pro abortista Carmen Vela como Secretaria de Estado por parte del nuevo gobierno del PP ha abierto una polémica que aún está lejos de cerrarse. El ministro de Guindos, en lugar de guardar silencio sobre este tema al igual que le ha pedido que haga el ministro Montoro sobre otros asuntos en los que su incontinencia verbal ha ocasionado problemas de comunicación al nuevo ejecutivo, ha salido ahora en defensa de su patrocinada afirmando que es una  "persona de confianza" a la que hay que valorar "por la forma en que realiza su trabajo" y ha asegurado que tiene "un currículum muy importante".

Quizás el Ministro de Guindos debería empezar por ilustrarse un poco más y estudiar o, al menos, leer los estatutos del Partido Popular para hacerse una ligera idea de qué tipo de partido es el que le ha hecho Ministro y repasar las ponencias de carácter ideológico debatidas y aprobadas en los Congresos Nacionales del Partido Popular.

Es muy posible que D. ª Carmen Vela Olmo sea una “persona de confianza” del Ministro. Él sabrá por qué. Pero esa circunstancia no implica que lo sea de los miles de militantes y votantes del PP que hemos pedido el cese de esta señora. Y lo hemos pedido porque entendemos que existen sobradas y lógicas razones para pedirlo. No se trata de ningún capricho. Que el Sr. De Guindos tenga “plena confianza”, se supone que confianza política, en una persona que hace poco más de dos meses no creía en el programa electoral del Partido Popular ni le merecía confianza alguna Mariano Rajoy para gobernar España y que, consecuentemente pedía el voto para Rubalcaba, constituye no sólo todo un misterio político, sino una actitud francamente sospechosa. La actitud política de la Sra. Vela, pedir el voto para uno y gobernar con el contrario, pone de manifiesto una evidente falta de principios éticos y políticos. Si la ausencia de principios éticos merece la plena confianza del Ministro para un cargo de tanta relevancia, quien sobra entonces además es el propio Ministro. D. ª Carmen Vela Olmo es un claro caso de transfuguismo. Se ha vendido al mejor postor y eso no puede tener cabida en un Gobierno del Partido Popular a no ser que se quiera trasladar un mensaje tan denigrante como éste a la ciudadanía. ¿Alguien ha escuchado a la Sra. Vela decir que se equivocó hace dos meses pidiendo el voto para el PSOE? ¿Alguien la ha escuchado pedir perdón por los insultos y descalificaciones vertidos contra los populares y sus votantes en aquel acto público de 2008 en el que ella participó como portavoz de los “zejateros” subvencionados? A que no. ¿Quiere decir ésto que el Sr. De Guindos comparte la actuación de la Sra. Vela?

Miente el Sr. De Guindos al justificar el nombramiento de esta socialista esgrimiendo el supuesto “curriculum importante” de la misma. Miente y lo sabe. La Sra. Vela será una excelente investigadora. Eso no se discute. Pero del mismo modo que el excelente curriculum deportivo de Rafa Nadal no le habilita para dirigir la Dirección General de Urbanismo, por ejemplo, el supuesto excelente curriculum científico de D.ª Carmen Vela Olmo no la habilita para dirigir la Secretaría de Estado, porque una Secretaría de Estado no es un laboratorio, ni una empresa subvencionada como la de esta Señora, sino un departamento político del Gobierno que debe dirigirse, además, conforme a un programa votado por la mayoría de los ciudadanos entre los que, por si fuera poco, no se encuentra la Sra. Vela.  Es más, ni siquiera en ese curriculum se refleja experiencia alguna en el ámbito de las administraciones públicas. ¿O acaso piensa el Ministro que la experiencia en administraciones públicas y los estudios universitarios específicos no tienen valor alguno? Si es así, dígalo claramente, que cualquiera puede valer para ocupar una Secretaría de Estado con tal de que en su profesión, sea cual sea, sea bueno y, por supuesto, cuente con la confianza exclusiva de quien le promociona.

Este nombramiento carece de justificación racional alguna y responde, a la luz de lo anterior, a un claro y evidente caso de amiguismo. Es un insulto y un desprecio a todos cuantos han, o hemos, trabajado estos años por un cambio en el Gobierno de España y entre los que no ha brillado, evidentemente, el Sr. De Guindos que andaba muy atareado en las historias de Lehman Brothers de España. Este nombramiento es un error, un despreciable error. Podrán empeñarse en no rectificarlo, pero eso pasará factura. Un servidor con todo el dolor de corazón, por primera vez en su vida, dejará de votar a su Partido mientras esta señora siga ahí. Sé que no es significativo, pero es una cuestión de principios.

Santiago de Munck Loyola