Translate

miércoles, 25 de febrero de 2015

PP-Podemos: No con nuestro dinero.


En diciembre de 2012, los diputados del Partido Popular en la Asamblea de Madrid Bartolomé González y María Isabel Redondo alcanzaron una notable relevancia informativa y se convirtieron de golpe en protagonistas en los temas de conversación de las redes sociales. La razón de su éxito mediático no estaba en su ingente trabajo en favor de los madrileños ni en la calidad de sus iniciativas parlamentarias, sino en que fueron pillados con las manos en la masa, mejor dicho, en la Tablet jugando a “apalabrados”, sentaditos en sus escaños mientras en el Pleno de la Asamblea madrileña se discutía algo tan intrascendente, al parecer, como era la privatización de seis hospitales y de una parte de los centros de salud. Estos dos sinvergüenzas pasaban así el rato en lugar de trabajar que es para lo que se les estaba pagando. ¿Y qué pasó? Pues nada, que estos dos caraduras se limitaron a balbucear unas excusas y han seguido en sus puestos cobrando del erario público.

Ayer, en el transcurso del debate sobre el estado de la Nación, la que fue “pillada” fue otra veterana diputada del Partido Popular, Dª Celia Villalobos, otra profesional de la política, quien presidiendo la sesión del Congreso, en ausencia del Sr. Posadas, se entretenía en jugar con su Tablet al “Candy Crusch” mientras el Sr. Rajoy intervenía en la tribuna de oradores. ¿Y qué va a pasar? Pues seguramente lo mismo que pasó con las “dos perlas” madrileñas, que, con suerte, emitirá algún tipo de excusa y a seguir cobrando de los sufridos contribuyentes. La indecencia y la falta de ejemplaridad de una buena parte de la clase política parece no tener límites. Los ciudadanos no pagamos los sueldos a sus Señorías para que se entretengan jugando, leyendo o durmiendo en las sesiones parlamentarias. Les pagamos para que trabajen y punto. Si tienen la suficiente cara dura como para entretenerse así delante de los medios de comunicación, a la vista de todo el mundo, bien podemos imaginarnos lo que harán, lo que trabajarán fuera de la vista pública. Mejor no pensarlo.

Claro que estas impresentables actitudes, estas manifestaciones de desprecio hacia los ciudadanos que algunos identificarían como propias de la “casta” son muy contagiosas. Hoy mismo, se ha celebrado en Estrasburgo un Pleno del parlamento europeo en el que, a instancias del Grupo Popular, se debatía la grave situación de los derechos humanos en Venezuela, la patria adoptiva de los ultraizquierdistas de Podemos. Y resulta que el Sr. Pablo Iglesias, en vez de cumplir con sus obligaciones para las que se le paga generosamente con cargo a los contribuyentes europeos, hace “novillos” y se planta en un mitin en Madrid en el que, por cierto, pasándose las urnas por el “arco del triunfo” se autoproclama jefe de la oposición. Dejando al margen esta “querencia” bolivariana y totalitaria del Sr. Pablo Iglesias y su, por supuesto, proverbial complacencia con la violación de los derechos humanos en Venezuela, lo cierto es que su actitud es exactamente la misma que la de los miembros de la “casta” que él tanto critica. El Sr. Iglesias cobra por un trabajo que no hace. ¿Cómo Monedero? Puede ser. ¿Cómo Villalobos, González y Redondo? Desde luego que sí. Un sinvergüenza más. Y disfrazado de profeta.

Santiago de Munck Loyola


domingo, 15 de febrero de 2015

Sr. Ciscar: Obras son amores y no buenas razones.


“Adoro a España”, “amo a Cataluña”, ¿cuántas veces hemos escuchado a famosos, artistas, políticos o empresarios expresar así su “amor” por su tierra? Muchas ¿verdad? Y ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con que estos enamorados de su tierra tienen su domicilio fiscal o su dinero a buen recaudo en el extranjero o en paraísos fiscales? Pues más de lo que nos gustaría a la gente normal y corriente. Son “amores”, cuando menos, curiosos. A estos famosos les encanta España, su tierra, lo proclaman casi a voz en grito; son más españoles o más catalanes, en su caso, que los demás. De boquilla lo que haga falta. Pero su peculiar patriotismo llega hasta donde llega hacienda, o sea, hasta donde llegamos todos porque no hay que olvidar que hacienda somos todos. Aman a su “patria” pero aman mucho más a su dinero. Su especial patriotismo les impide contribuir con su dinero al sostenimiento de su patria. ¡Faltaría más! La pasta a buen recaudo fuera de la patria y que sean otros los que con sus impuestos contribuyan al sostenimiento de la patria. Son unos farsantes. Así de claro. Sus proclamas son sólo eso, palabras huecas y vacías, un “engañabobos”. Son los hechos los que cuentan, las obras y no las palabras.

Me he acordado de esos farsantes al leer las declaraciones del Presidente Provincial del PP de Alicante, Sr.  Císcar para quien “ha llegado la hora de que los alicantinos digamos alto y claro por qué nos enamora nuestra tierra, y que nos sentimos orgullosos de ella y el PP lo va a hacer”. Como si se lo creyera, José Císcar dijo ayer, día de los enamorados, que el PP “va a poner a Alicante en valor” porque “cree en esta tierra, en su gente, en sus proyectos y en lo que representa”. Y terminó su alucinante alocución señalando que “nosotros sí creemos que esta es la 'millor terreta del món'. La izquierda, al parecer, no”. No, no se ría el lector por favor que estas declaraciones son ciertas. Sí, las ha realizado el Presidente del PP alicantino y Vicepresidente del Gobierno de la Generalidad Valenciana, el mismo Gobierno que lleva años y años marginando y discriminando a la Provincia de Alicante a la que viene relegando por sistema al último lugar en las inversiones de la Generalidad Valenciana.

El amor del Sr. Císcar y del PP por Alicante se traduce en que este año 2015 cada alicantino recibirá en inversiones de la Generalidad Valenciana una media de 25 euros, frente a los 31,5 de media, es decir, que  la provincia deja de recibir 12,52 millones de euros según criterio poblacional lo que supone una merma de inversiones territorializadas de 252,9 millones de euros entre los años 2008 y 2015. Gracias a este proclamado enamoramiento del Sr. Císcar y sus palmeros Alicante es la octava provincia con menos médicos en relación a su población lo que sitúa a nuestra provincia en el puesto 45 con una tasa de 328 médicos por cada 100.000 habitantes. Gracias al amor del PP, el Gobierno de España priva a los municipios de la provincia de grandes inversiones en 2015 y, así, los Presupuestos Generales del Estado apenas incluyen nuevas obras para Alicante, mientras que Elche solo dispondrá de 8,5 millones para la Ronda Sur. Tanto aman los populares a la Provincia de Alicante que el Gobierno de Rajoy destina en 2015 187,50 euros por ciudadano en las comarcas alicantinas frente a los 1.968,99 euros que ha invierte, por ejemplo, en Orense. Tan sublime amor por esta tierra hace que el Gobierno del PP condene el trasvase Júcar-Vinalopó tras gastarse 400 millones para enviar 8 hm3 y olvide el prometido Plan Hidrológico Nacional, que la inversión estatal en el litoral alicantino se hunda un 98% en siete años o que hayan relegado a nuestra provincia al puesto 26 de toda España en inversiones para el mantenimiento de carreteras. Y ¿para qué seguir? El amor de los Sres. Císcar, Fabra, JJ Zaplana y tantos otros líderes populares por Alicante se traduce en cifras y hechos incontestables que relegan a la 5ª provincia española en población y PIB al furgón de cola de las inversiones de la Generalidad Valenciana y del Estado, ambas administraciones gobernadas por el Partido Popular.

Los políticos pueden decir lo que les venga en gana, hasta la última estupidez que se les pase por la imaginación, pero, por favor, un poco de respeto a los ciudadanos, Sr. Císcar. No Insulte a nuestra inteligencia, el patriotismo como el amor se demuestra con hechos, no con palabras y menos aún tan cursis como huecas. Obras son amores y no buenas razones.

Santiago de Munck Loyola


domingo, 8 de febrero de 2015

Los yihadistas españoles están de enhorabuena.


Entre el “buenismo” pseudoprogresista  del PSOE y el acomplejamiento bobalicón del Partido Popular, los españoles lo tenemos claro. Y ello sin mencionar al resto de los partidos políticos más preocupados en mirarse su ombligo que en garantizar la seguridad de los españoles. PP y PSOE han parido la semana pasada, con tanta solemnidad como inutilidad, un pacto para luchar contra el yihadismo, el terrorismo islamista, y entre los complejos de unos y el tontismo de otros han parido un bodrio. Muchas de las medidas pactadas, vendidas como novedades, ya existían en la legislación y, por el contrario, otras medidas que ya aplican británicos o franceses han sido intencionadamente excluidas del parto, perdón, el pacto. Y a diferencia de los franceses ni una mención a cuánto dinero se pone encima de la mesa para luchar contra esta plaga en ciernes.

Es el caso, por ejemplo, de la posibilidad de retirar la nacionalidad española a los condenados por actividades ligadas al yihadismo. Los franceses ya lo hacen y los británicos no se esperan para hacerlo ni siquiera a la existencia de una condena. Dicen los expertos policiales, que de esto deben saber algo más que los políticos, que se trata de una de las medidas más importantes para combatir el terrorismo islámico “la retirada de la nacionalidad sí es algo que considerábamos eficaz puesto que conlleva en muchos casos la pérdida del empleo y dificultades para seguir residiendo en España con los mismos derechos que siendo español”. Los socialistas se oponen porque según ellos “Las leyes españolas son de las más garantistas y hay que tener en cuenta que retirar a alguien la nacionalidad no solo perjudica al individuo afectado, sino a toda su familia, algo que consideramos injusto”. ¡Hay que fastidiarse! Y ¿meter en la cárcel a un delincuente no perjudica a su familia? Tanta simpleza y tanta demagogia, la verdad es que aburre.

Pues nada, lo dicho, gracias a socialistas y populares, con la complicidad silenciosa de los demás partidos, más de cien españoles de origen fundamentalmente magrebí que actualmente se adiestran o combaten en los territorios controlados por los yihadistas y que se perfeccionan en las técnicas más salvajes e inhumanas de muerte y tortura podrán regresar a España, el país que los acogió y otorgó en su día la nacionalidad española, para, si no los atrapan, poder aplicar aquí sus sanguinarias técnicas aprendidas en los territorios controlados por los execrables islamistas del llamado estado islámico. Y lo podrán hacer como ciudadanos españoles de pleno derecho. ¡Faltaría más!

Mucho han cambiado las cosas. El tontismo buenista y los complejines tratan de anestesiar a la sociedad española y de poner sordina al ruido de un peligro latente que terminará por causar profundos daños y mucho dolor. En la década de los 80, un ciudadano comunitario, criado en España e hijo de española, tenía que sufrir un largo proceso administrativo de varios años para adquirir la nacionalidad española en el que debía demostrar con documentos y testigos su arraigo, su integración y su aceptación de los valores y legalidad de la sociedad española. Hoy da la sensación de que todas esas exigencias, sobre todo cuando se comprueba el nivel de “españolidad” de muchos de estos nuevos españoles, parece que han desaparecido. Algunos deberían asumir que alguien que cree que sus normas religiosas deben ser impuestas a través de la legislación civil, que es lícito y normal concertar el matrimonio de sus hijas menores de edad, que la mujer es inferior al hombre y que no puede gozar de los mismos derechos, que la violencia, hasta la ejercida en el seno de la familia, es lícita y exigible o que la libertad de expresión debe ser reprimida, no está integrado, no participa de los principios y valores constitucionales y que, por tanto, no puede ni adquirir ni conservar la nacionalidad española.

Dice el Artículo 25 del Código Civil que “1. Los españoles que no lo sean de origen perderán la nacionalidad:
b) Cuando entren voluntariamente al servicio de las armas o ejerzan cargo político en un Estado extranjero contra la prohibición expresa del Gobierno”. ¿Tan difícil es, si hace falta, retocar ligeramente este artículo para proteger mejor a los ciudadanos?

Santiago de Munck Loyola


miércoles, 4 de febrero de 2015

Esperanza Ciudadana con los enfermos de Hepatitis C.

COMUNICADO.
Esperanza Ciudadana con los enfermos de Hepatitis C.

Los pacientes afectados por la infección del virus de la Hepatitis C llevan meses exigiendo a las Administraciones Públicas la financiación del nuevo fármaco  (Sofosbuvir) que ha demostrado gran eficacia en la curación de la enfermedad. El precio abusivo impuesto por la multinacional que lo comercializa (entre 25.000 y 65.000 € el tratamiento por persona), impide el acceso universal al mismo. Ni las Comunidades Autónomas con competencia para ello, ni el Ministerio de Sanidad están financiando de forma suficiente el tratamiento. Hoy sólo un máximo de 5.000 personas, de las 30.000 que según las asociaciones médicas requieren el tratamiento, tendrán acceso al mismo. Tan sólo en la Provincia de Alicante se calcula que existen más de 5.000 afectados por esta enfermedad. Resulta paradójico que un país que financia el aborto sin problemas encuentre tantas dificultades económicas para salvar la vida de los enfermos de Hepatitis C.

Ante este drama que se cobra vidas a diario, ni el Gobierno de España ni los Gobiernos Autonómicos han hecho lo suficiente para garantizar el tratamiento a todos los afectados. Es una emergencia sanitaria y el Gobierno español podría autorizar la producción de genéricos con el fin de dar tratamiento a precio sostenible a los afectados por Hepatitis C sin vulnerar las disposiciones internacionales.

Por todo ello, Esperanza Ciudadana de Alicante manifiesta la siguiente:

1º Su apoyo y solidaridad con los enfermos de Hepatitis C así como con sus familias.

2º Exigir al Gobierno de España, a la Generalidad Valenciana y a todas las administraciones públicas con competencias a que realicen los esfuerzos presupuestarios necesarios para financiar de forma inmediata, hasta que se articulen otros mecanismos, los tratamientos médicos prescritos.

3º Instar al Gobierno español a que:
a) Declare la situación de los pacientes afectados por Hepatitis C como emergencia sanitaria.
b) Realice urgentemente los trámites necesarios para la emisión de licencia obligatoria de Sofosbuvir, autorizando el abastecimiento del mercado interno de este producto mediante la fabricación de genéricos garantizando el tratamiento para todos los que lo necesitan según los criterios médicos.
c) Inste a los organismos internacionales y a los países miembros de la UE a la modificación de la legislación de las patentes farmacéuticas para evitar los efectos perniciosos de la especulación financiera, como en el presente caso.
d) Incremente los fondos destinados a la investigación farmacéutica.


3 DE FEBRERO DE 2015.

martes, 3 de febrero de 2015

Comunicado de Esperanza Ciudadana de Alicante.

COMUNICADO.
Esperanza Ciudadana de Alicante denuncia una vez más las políticas discriminatorias del PP hacia nuestra Provincia.

El sábado pasado, 31 de enero de 2015, el Ministro de Hacienda, Sr. Montoro, ante un auditorio compuesto por empresarios y cargos públicos del Partido Popular reconoció públicamente, por fin, que la Comunidad Valenciana está infrafinanciada, que es deber del Gobierno corregir esta situación y que el Gobierno del Partido Popular no ha tenido, ni va a tener tiempo en esta legislatura de acabar con esta discriminación que venimos sufriendo los ciudadanos de la Comunidad Valenciana y, en especial, los ciudadanos de la Provincia de Alicante.

Esperanza Ciudadana de Alicante, como partido comprometido con la defensa de los intereses de los alicantinos, desea manifestar su repulsa por el cinismo y la clara falta de voluntad política del Partido Popular de acabar con una situación profundamente injusta e insolidaria para los ciudadanos de Alicante. Igualmente quiere resaltar la falta de peso y la ausencia de compromiso con los ciudadanos de la Provincia de Alicante de los cargos públicos del Partido Popular que manifiestan una sumisión indigna ante los dictados y políticas de su partido en detrimento de los ciudadanos que con su voto los auparon para defender sus intereses y no los de su partido.

Alicante no sólo sufre la discriminación histórica de la Generalidad Valenciana que siempre relega a la provincia al último puesto en cuanto a transferencias e inversiones, sino también la discriminación del Gobierno de la Nación que prima a otras comunidades autónomas a pesar de la histórica lealtad de Alicante con el proyecto común que es España.

Esperanza Ciudadana quiere hacer un llamamiento no sólo al tejido empresarial, sino al conjunto de los colectivos sociales que tienen que soportar este continuo desprecio para que tomen conciencia de esta realidad y, en consecuencia, actúen y exijan lo que por justicia corresponde a los alicantinos.


2 DE FEBRERO DE 2015.

lunes, 2 de febrero de 2015

El PP sin propósito de enmienda.


Cuando de pequeños nos enseñaban el catecismo nos decían que para hacer una buena confesión, y por tanto para obtener el perdón de los pecados, era necesario y por este orden empezar por hacer examen de conciencia, sentir dolor de los pecados, hacer propósito de enmienda, confesarse y cumplir la penitencia.

El sábado pasado, la alegría de la huerta, el Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se personó por fin, tras seis meses de retraso, en un acto con empresarios de la Comunidad Valenciana y líderes regionales y locales del Partido Popular. Los socialistas habían interpretado este acto como una “contraprogramación” del PP al cónclave socialista que los “barones”, excepción hecha de Susana Díaz, celebraban también en Valencia, pero en el fondo la comparecencia del simpático Ministro de Hacienda les ha venido bien, sobre todo a los socialistas valencianos.

Y es que parece que Cristóbal Montoro ha debido decidir que es hora de obtener el perdón de los ciudadanos de esta Comunidad que, dicho sea de paso, no están representados por los empresarios, ni mucho menos. Ha debido hacer examen de conciencia y hasta podría parecer que siente dolor por sus “pecados”. Por fin, se ha dignado a reconocer tarde y mal que la Comunidad Valenciana está “infrafinanciada” con el actual sistema de financiación autonómica. El ministro tras reconocer lo que todos sabíamos menos él y sus subordinados ha señalado que la obligación de un Gobierno es corregirlo y, a renglón seguido, no tuvo empacho alguno en admitir que el Gobierno del Partido Popular, conociendo esta injusticia, no lo ha hecho porque ha estado centrado en “salir de la crisis” y que, ahora, ya no hay “tiempo” para reparar el daño que se está haciendo a los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Ya se sabe, el Gobierno del Partido Popular no puede hacer dos cosas a la vez, no puede trabajar por “salir de la crisis” y resolver las injusticias en la financiación autonómica, no puede ocuparse de la economía y hacer política simultáneamente y por ello ha aparcado promesas electorales como la de la reforma de la Ley del Aborto. No dan para más.

Es evidente que el Ministro Montoro y sus silentes acompañantes Fabra, Ciscar, Bonig, etc. quieren hacer trampa. Buscan el perdón de sus pecados pero sin propósito de enmienda alguno y, por supuesto, sin cumplir ninguna penitencia. Con ellos, los alicantinos no estamos de enhorabuena ni mucho menos. Porque a la infrafinanciación de nuestra comunidad, discriminación pura y dura, sumamos la infrafinanciación y discriminación que desde hace años recibimos desde Valencia. Gobierne el PPCV o el PSPV, Alicante sigue siendo la provincia que menos recursos recibe de la Generalidad Valenciana. Es un hecho cierto y constatado por numerosos informes que Alicante no percibe ni del Estado ni de la Generalidad Valenciana lo que, por su población y economía, en justicia le corresponde y es una realidad incontestable que nuestros paniaguados representantes no levantan la voz contra ello, no sea que pierdan el asiento. En Esperanza Ciudadana queremos acabar con ello y lo haremos si contamos con el respaldo de los alicantinos.

Santiago de Munck Loyola