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miércoles, 27 de diciembre de 2017

Carta abierta a Francisco José Lifante Martínez, asesor de la Alcaldesa de Monforte del Cid.

Estimado Fran:

Hace ya más de 14 años que tú y yo nos conocemos. 14 años en los que, aun cuando dejaste de ser concejal, seguimos manteniendo una estrecha relación. Durante estos años tú y yo hemos compartido muchas confidencias, hemos mantenido extensas y enriquecedoras conversaciones sobre política, sobre religión o sobre Monforte del Cid. Fuiste de las primeras personas que me llamó a finales de 2009 cuando supiste que estaba gravemente enfermo. Y desde que empezaste a trabajar en 2015 como asesor de la Alcaldesa hemos venido manteniendo una relación más estrecha aún. Durante estos dos años has sido testigo de primera fila de la persecución a la que sido sometido, de las humillaciones, de las discriminaciones, de los ataques a mi dignidad profesional, del entorpecimiento de mi trabajo y culpabas siempre al Concejal de Personal, Vicente García Saiz, me decías que tus compañeros de partido y la Alcaldesa no eran los responsables, que eran buenas persona, que tú estabas siempre en medio intentando apaciguar las relaciones, buscando consensos, suavizando posiciones y yo, ingenuo de mí, te creía porque confiaba en ti, en tu amistad y en tu integridad personal.

Muchos me decían que no me fiara de ti, que tú solo ibas a lo tuyo, que tras tus buenas palabras solo había falsedad y oquedad moral. Y yo, erre que erre, que no, que no era así, que eras mi amigo, que eras, ante todo, buena persona y que estaba seguro que siempre prevalecerían tus principios de libertad, igualdad y fraternidad sobre las conveniencias partidistas o las flagrantes injusticias… Y resulta que, al final, tenían razón. No, ni eras mi amigo, ni tus autoproclamados principios eran tales. Y si lo eras me has traicionado ¿por 30 monedas? No sólo no has impedido que se siguieran cometiendo injusticias contra mí, sino que, además, has sido y eres colaborador necesario de las mismas. Desde mediados de septiembre estoy de baja porque tras dos años continuados de acoso laboral habéis quebrado seriamente mi salud. Y tú, que te decías mi amigo, no es que no me has llamado para interesarte por mi estado de salud en estos largos meses, es que ni te has atrevido a enviarme un simple mensaje con un protocolario ¿qué tal estás? ¿Por qué? ¿Por vergüenza? ¿Quizás porque ya no te intereso como persona? ¿Por disciplina de partido? Mira, Fran, sigo siendo la misma persona, con los mismos defectos y virtudes de siempre, la misma persona que, independientemente de las distancias ideológicas, te brindó su amistad, su confianza, su apoyo y su afecto.

Los tuyos, la Alcaldesa, los concejales de IU, junto a los concejales del PSOE y los ex de Ciudadanos están intentando rematar su objetivo: conseguir echarme del Ayuntamiento, haciendo que pierda mi condición de funcionario, dejándome sin trabajo, sin sueldo, sin prestación por desempleo y poniendo en riesgo mi pensión de jubilación. Es así de claro y nítido el objetivo: destruir a una persona en todos los ámbitos, en el profesional y en el económico, sólo porque no es de vuestra cuerda ideológica. Y tú, Fran, eres tan responsable como los demás o quizás más, porque has sido testigo de primera mano de la evolución de este acoso y, sobre todo, porque tu simple testimonio público sería suficiente para invalidar todo este proceso. Tu palabra, Fran, la verdad de lo ocurrido durante estos dos años sería suficiente para acabar de un plumazo con esta deleznable situación. Y lo sabes. No sé Fran cómo puedes dormir tranquilo, qué clase de conciencia puedes tener para no impedir semejante atropello a la verdad y a la justicia.

Me conoces bastante, Fran, y sabes que soy una persona de mentalidad abierta, tolerante, capaz de comprender y de justificar muchas acciones u omisiones pero te puedo garantizar que me es prácticamente imposible encontrar una justificación que no sea abyecta para entender que una persona como tú, abanderada de valores universales, pueda abstenerse de impedir daños injustos e irreparables a un tercero.

Que tengas unas felices fiestas, Fran, y que Dios te ilumine.


Fdo. Santiago de Munck Loyola

viernes, 22 de diciembre de 2017

Relato de una purga ideológica en Monforte del Cid (Capítulo 9).

Y llegamos al año 2017, el año en que el acoso y la discriminación llegan a su máxima expresión. A primeros de febrero de 2017 estuve de baja 8 días por una infección pulmonar. Cuando a final de mes percibí mi retribución comprobé con sorpresa que me habían descontado casi 300 euros como consecuencia de la baja. Presenté un escrito adjuntando las normas de aplicación que prohibían dicha minoración de la retribución. Lo hablé con la Alcaldesa de IU, Mª Dolores Berenguer Belló, y me dijo que si no me habían devuelto ese dinero era culpa de la tesorera que estaba muy liada. Mentía, como es habitual en ella. En agosto me notificaron un decreto de la Alcaldesa, fechado en julio, en el que reconocía mi derecho a percibir el sueldo íntegro de febrero y en el que ordenaba que se me devolviera dicho dinero. Pues bien, estamos acabando el año y la Sra. Alcaldesa que también es concejala de hacienda todavía no ha tenido tiempo de disponer que se me devuelva mi dinero. Sólo este hecho refleja perfectamente la forma de actuar y de mentir de la Alcaldesa. Debe pensar que con mentiras, medias verdades o culpando siempre a un tercero de sus errores es como debe comportarse un “político” y es evidente que le queda grande intelectual y moralmente esa palabra.

Pero no es ésta la única anécdota que pone de relieve la catadura moral y política de este personaje. Tengo que decir que pocas veces en mi vida me he topado con una persona tan mala y tan falsa. El 5 de noviembre de 2015 el Pleno del Ayuntamiento había acordado modificar la plantilla de personal suprimiendo la plaza de Gerente de Servicios Municipales que tenía el nivel 30 y que yo había venido ocupando y modificando el nivel de la Plaza de Técnico de Administración General (TAG), la plaza que ostentaba en propiedad, y la del Ingeniero de Caminos, Canales y  Puertos (ICCP), de D. Ignacio Gutiérrez Hernández, para que ambas plazas pasasen al nivel 30. Sin embargo, en el Pleno del Ayuntamiento de 4 de mayo de 2017 el gobierno social-comunista acordó anular el anterior acuerdo, volviendo ambas plazas al nivel original que tenían asignado, el nivel 22, con un recorte salarial de 464 euros mensuales. Aunque recurrí el acuerdo y sin que fuera por tanto firme la Alcaldesa se apresuró a ordenar que ya a partir de la nómina de mayo se me quitasen esos 464 euros, pero sólo a mí, ya que aunque el acuerdo afectaba también a la plaza de D. Ignacio Gutiérrez a él le empezó a abonar mensualmente una productividad de 540 euros para que no sufriera pérdida económica alguna. Y un par de meses después le subió el nivel de su complemento de destino al 28, a mí no, evidentemente.


El 5 de mayo se publicó en el Boletín de la Provincia la aprobación inicial del Presupuesto municipal del año 2017. Cuando examiné el documento publicado aprecié muchos errores y algunas posibles ilegalidades en el Capítulo correspondiente al personal, único capítulo que en mi condición de representante del sindicato CSIF examiné en profundidad. Redacté ocho posibles reclamaciones que directamente podría haber presentado y registrado sin decir nada en la fase de exposición pública de dicho documento. Hacerlo es un derecho que asiste a cualquier ciudadano. No obstante, no metí por registro dichas reclamaciones y se las entregué a la Alcaldesa y al Secretario para que las estudiasen y corrigiesen si fuere preciso el documento. El 23 de mayo, la Alcaldesa me llamó a su despacho y, desde luego, la transcripción de la conversación no deja ninguna duda sobre su integridad ética, moral y política. Me vino a decir que si presentaba formalmente alegaciones al presupuesto como representante sindical me ganaría más enemigos y que, claro, estando pendiente de resolver algunas solicitudes mías profesionales como el reconocimiento de trienios o el reconocimiento del nivel 28 que había solicitado, no me convenía hacerlo. Llegó incluso a ofrecerme ser el interventor Accidental del Ayuntamiento, algo que rechacé. Y lo más llamativo es que mientras me hacía ese inusitado ofrecimiento me ocultaba que ya un mes antes había firmado un decreto para iniciar un expediente con el fin de intentar anular mi nombramiento como funcionario y dejarme en la calle.

Así se las gasta. Ese es su nivel de sinceridad. Luego con culpar de todo al Concejal de Personal tiene suficiente. Y no es la única que usa esa táctica, no es la única que se envuelve en la bandera de la progresía para su propio beneficio y el de su entorno a costa de sacrificar cualquier principio ético. Pero tiempo habrá de detallar más hechos que revelan su auténtica naturaleza.

Accedí en esa reunión con la Alcaldesa a mantener una posterior reunión para estudiar las reclamaciones al presupuesto que les había entregado. Días después se celebró dicha reunión a la que asistieron la Alcaldesa, el Concejal de Urbanismo, D. Ángel Gutiérrez, el asesor de la Alcaldesa, D. Francisco José Lifante, el Secretario Accidental D. José Fernando Mullor y el Interventor Accidental, D. José Manuel González. No fue una reunión de estudio, fue un auténtico consejo de guerra destinado, no a detectar los errores del presupuesto, sino a fusilarme. Y dejaron el presupuesto tal cual, plagado de incorrecciones.

Pero ya el colmo del disparate fue la propuesta que en el mes de julio me hizo llegar el asesor de la Alcaldesa, Francisco José Lifante, que siempre había fingido ser mi amigo. Lo dejo para el siguiente capítulo.

Santiago de Munck Loyola