
Sin
embargo, la celebración de hoy no puede ser compartida, ni muchos menos, por
quienes siendo republicanos no se sienten identificados con un modelo
republicano como el del año 31 construido por media España contra la otra mitad
y que fue un absoluto fracaso de convivencia. Una buena parte de la izquierda
española, sobre todo la más radical, postula el advenimiento o la instauración
de una tercera República en España sobre la base y la nostalgia del modelo
republicano de 1931, con todo lo que ello conlleva de identificación con los
errores y aciertos de mismo. Así, una vez más, se vuelve a cerrar la puerta
política a quienes aspiran a la construcción de un modelo republicano desde
posiciones de centro, de derechas o de izquierda moderada.
España
cuenta hoy con la Constitución más abierta y democrática de su historia. Una
Constitución nacida al amparo de la Monarquía, cuya contribución a su
nacimiento es innegable, en circunstancias políticas y sociales tremendamente
difíciles y que ha permitido a la sociedad española alcanzar niveles de
convivencia pacífica y cotas de bienestar social nunca antes logradas. Sin
embargo, es muy probable que la Monarquía, en las actuales circunstancias, haya
agotado su papel en el desarrollo político de nuestra sociedad. Es evidente que
una situación coyuntural no puede servir de argumento para un cambio de modelo
tan profundo como podría ser el paso de la Monarquía hacia la República. Las
tendencias de opinión fluctúan enormemente en breves espacios de tiempo y más
hoy con la influencia de las redes sociales. Pero sí podría ser aconsejable
reflexionar serenamente sobre la vigencia del papel de la Monarquía y sobre
todo sobre su utilidad a la sociedad española. Lo que no cabe duda es que este
debate debería plantearse sobre criterios de objetividad y no sobre criterios
emocionales, sobre planteamientos de objetivos de futuro y no sobre nostalgias
y planteamientos trasnochados.
Y
si algo en las celebraciones del día de hoy podría poner en guardia a cualquier
demócrata, sea republicano o monárquico, es el desfile paramilitar que se ha
celebrado en Madrid para rememorar la II República. Banderas de la II República
(que no republicanas ya que la I República mantuvo la bandera de España) con
una estrella roja en el centro eran portadas marcialmente en paralelo con
banderas comunistas. Esta identificación entre la II República, y al parecer
con la futura III República, y la ideología comunista es todo un síntoma, un
peligroso síntoma del triste fin que tendrían las libertades públicas que hoy
disfrutamos, esas “libertades burguesas” que según los comunistas sólo son
respetables en cuanto transitorias y como mero instrumento para la consecución
del poder.
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Bandera de España II República. |
![]() |
Bandera de España I República. |
Santiago
de Munck Loyola