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domingo, 20 de octubre de 2013

Esperanza ciudadana también para Alicante.


El jueves pasado se produjo un evento político de la máxima trascendencia y que influirá, sin lugar a dudas, en el desarrollo del panorama político de los próximos años. Se trata de la presentación de la plataforma Movimiento Ciudadano, impulsada fundamentalmente por Albert Rivera, Antonio Asunción y Juan Carlos Girauta, que dio a conocer su Manifiesto en el que se proponen profundas reformas para España. Se trata, según manifestaron, de devolver el protagonismo a los ciudadanos frente al inmovilismo de los grandes partidos políticos y de acabar de una vez con las tradicionales divisiones entre “las dos Españas” o con las “luchas identitarias” y territoriales.

Movimiento Ciudadano ha hecho público un Manifiesto e invita a todos los ciudadanos a firmarlo (http://movciudadano.es/).  En dicho documento se expresa el deseo de cambios para lograr que "España sea lo que quieren los españoles". Se señala que las graves crisis que atravesamos no pueden ser solucionadas mediante actitudes inmovilistas seguidas por unos partidos incapaces de abrirse a la sociedad y al ciudadano que exige, cada día más, el protagonismo que le pertenece. No es posible abordar la solución de los problemas que afectan al conjunto de la sociedad si los actores que han de abordarlos no solucionan previamente sus propios problemas, es decir, si los partidos políticos no se regeneran, algo que desde estas mismas líneas se ha venido sosteniendo con insistencia. Hace falta más democracia para resolver los problemas que afectan a la democracia. 

Así en el Manifiesto se señala que “son objetivos urgentes: democratizar los partidos políticos, abrirlos a la sociedad, someterlos al principio del mérito, hacerlos transparentes e implacables con la corrupción, generalizar el mecanismo de las elecciones primarias; conseguir un sistema de representación que devuelva el poder a los ciudadanos, pudiendo los representados escoger a partidos y también, directamente, a sus representantes a través de listas abiertas, de acuerdo con una ley electoral justa y proporcional; asegurar una efectiva división de poderes, alejando a los partidos del Poder Judicial, del Tribunal Constitucional, de los órganos reguladores y de supervisión del sector financiero y de los medios de comunicación; reformar las administraciones públicas poniéndolas realmente al servicio de los ciudadanos y las empresas, asegurando los servicios públicos esenciales y suprimiendo burocracias y duplicidades”. Propuestas todas ellas formuladas desde hace tiempo desde el Foro Esperanza Popular – Movimiento de Bases y que han merecido el rechazo y el castigo del Partido Popular de la Comunidad Valenciana, sin ir más lejos.

En su presentación, Albert Rivera, señaló que ante la situación de crisis y de desconfianza hacia los políticos y las políticas inmovilistas, es necesario pasar a la ilusión y a la acción cuidando de la Constitución y el Estado de bienestar. Es cierto que en este acto de presentación, los intervinientes expresaron que la Plataforma no es un partido político, pero tampoco descartaron que pueda llegar a serlo en un futuro no muy lejano.

No son pocos los ciudadanos que en toda España se sienten huérfanos, políticamente hablando, ante la ausencia de un partido político que enarbole sin complejos su españolidad y, consecuentemente, una política integradora, su compromiso regenerador de la propia democracia y de sus agentes políticos y su defensa del protagonismo del ciudadano y del Estado de Bienestar. Y esa orfandad se constata perfectamente en todas y cada una de las encuestas que se van publicando. La fidelidad electoral hacia los dos grandes se va derrumbando y la que se mantiene no lo es tanto por convicción, como por temor al adversario o por voto útil. Y Alicante no es una excepción. Hoy más que nunca, ante una izquierda fragmentada, rota, enfrentada, sin proyectos ni liderazgos y un centro derecha salpicado por la corrupción, anquilosado en los resortes del poder, sin renovación interna, impermeable a las demandas de mayor participación democrática y enemigo declarado de cualquier movimiento regenerador, Alicante necesita  un movimiento cargado de ilusión, de proyectos renovadores nacidos de la ciudadanía, capaz de sumar fuerzas e ideas para devolver a nuestra ciudad la dignidad, el impulso, el esplendor y el brillo que entre unos y otros le han arrebatado.

Santiago de Munck Loyola