Uno empieza a estar más que harto de aprovechados, incompetentes,
inútiles, espabilados, caraduras, soplagaitas, inmorales, lameculos,
arrebatacapas, majaderos, ineptos, mangantes, chorizos, pedigüeños, gorrones,
rastreros, bellacos, parásitos, vividores, arribistas, chaqueteros, tránsfugas,
tramposos, truhanes, embaucadores, charlatanes, farsantes, desertores,
mezquinos, innobles, inoperantes, mentirosos, troleros, mendaces, hipócritas,
falsos, inefectivos, insensatos, descarados, simples, memos, mostrencos,
metepatas, sectarios, intolerantes, fanáticos, dogmáticos, jetas,
sinvergüenzas, frescos, canallas, miserables, informales, ruines, peseteros,
infames y abyectos que, metidos a políticos, a banqueros o a sindicalistas, o a
todo a la vez, han arruinado a España; que nos engañaron cuando nos contaban
que todo iba bien y que la crisis estaba lejos; que no supieron, no pudieron o
no quisieron ver que se avecinaba un desastre mientras dilapidaban el dinero de
todos los españoles; que no supieron, no pudieron o no quisieron ver la
realidad y nos hicieron promesas que no pueden cumplir; que se pusieron a
dirigir el Banco de España y dejaron que los bancos se arruinasen sin
vigilarlos como debían; que se instalaron en las Cajas de Ahorro, se pusieron
sustanciosos sueldos e indemnizaciones millonarias y las dejaron como unos
zorros, en bancarrota; que no han sabido encontrar aún una solución para las
más de 60.000 familias al año que pierden su casa por no poder hacer frente a
sus hipotecas y que “pierden el culo” para encontrar una solución para tapar
los agujeros de la banca con el dinero de todos; que nos suben los impuestos
mientras en sus escaños gozan de beneficios fiscales propios de una isla
caribeña; que nos hacen cotizar 35 años para poder cobrar una pensión de
jubilación mientras que con sólo siete años ellos la cobran; que nos suben las
tarifas del metro, de los autobuses y del tren mientras usan el mayor parque de
vehículos oficiales de Europa; que recortan las prestaciones sanitarias
mientras mantienen seudo embajadas por todo el mundo; que organizan pitadas a
los símbolos de todos los españoles mientras exigen respeto para los suyos
propios; que recortan o congelan el sueldo de los empleados públicos mientras
que ellos pueden cobrar de varias administraciones públicas disfrazándolo de
sueldos, dietas, complementos o pagos en especie; que construyen aeropuertos en
los que no aterrizan ni los aviones de papel; que construyen puertos en los que
no hay barcos; que construyen autopistas que no van a ningún lado o que no usa
nadie; que nos hacen pagar la electricidad más cara de Europa para subvencionar
a las poderosas empresas eléctricas;
que pagan a arquitectos más de 15.000
millones de las antiguas pesetas por sus faraónicos proyectos; que permiten que
casi dos millones de españoles no tenga ningún ingreso mientras reparten
cientos de millones de euros a los sindicatos, al las patronales y a sus
partidos políticos; que organizan huelgas políticas, desangrando aún más al
país, cuando durante años han sido cómplices del mayor despilfarro económico de
nuestra historia reciente; que cobran pensiones vitalicias millonarias mientras
la gente llena los comedores sociales de la Iglesia; que gozan de impunidad
ante la desastrosa gestión que han realizado; que indultan a banqueros mientras
se mete en la cárcel por décadas a ladrones de poca monta; que dictan
sentencias con inusitada rapidez para que los amigos del Rey no tengan que
pagar las consecuencias penales de sus delitos; que corrompen hasta el lenguaje
y politizan hasta la sopa; que consienten que unos españoles tengan más o menos
derechos que otros según el territorio donde vivan; que consienten que los
españoles no puedan estudiar en español en muchas zonas de España; que permiten
que los etarras en Venezuela puedan votar por correo mientras los exiliados por
culpa de ETA no pueden hacerlo; que quieren que la Iglesia pague unos impuestos
que ellos mismos no pagan; que hacen de la confrontación ideológica su modus
vivendi; que usan los muertos por terrorismo, por la violencia machista o por
cualquier causa para la generación de réditos electorales; que justifican con
cortesana pleitesía los errores de un Rey que se lo pasa pipa mientras su
pueblo las pasa canutas; que necesitan, ante su propia ineptitud, rodearse de
miles de asesores y cargos de confianza;

que utilizan las administraciones
públicas como agencia de colocación para familiares, amiguetes y compañeros de
partido o como instrumento para la generación de sucios y espurios negocios;
que no creen en la división de poderes, ni en la independencia judicial, sino
en el reparto de cuotas politizando siempre la Justicia que ya no es ciega,
sino estrábica; que, en definitiva, carecen, salvo algunas excepciones, de la
más mínima autoridad política y moral para pedirle a los españoles ni un
sacrificio más.
La mayor parte de esta clase política y sindical no es ejemplar, no es
capaz de arrimar el hombro tal y como nos lo pide a los demás. Uno ya está
harto. Es lo que hay. Y el que se dé por aludido ya sabe: el que se pica… Y perdón por el desahogo.
Santiago de Munck Loyola