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jueves, 20 de enero de 2011

RIVAS: DEMOCRACIA Y CANDIDATURA MUNICIPAL DEL PP.

Parece ser que los rumores se confirman: el Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid tendrá, si los afiliados locales no lo impiden, como candidata a la Alcaldía de la localidad a la Sra. D. ª Inmaculada Sánchez Ramos que, en breve, será presentada públicamente como tal.

Esta decisión se ha tomado al margen y a espaldas de los afiliados de Rivas-Vaciamadrid. La candidatura del PP a la Alcaldía no ha sido propuesta, al día de hoy, ni por el Comité Ejecutivo Local, ni por el Comité Electoral Local en clara vulneración de los Estatutos Nacionales del Partido Popular. De prosperar esta peregrina iniciativa se “vestirá” formalmente, es de suponer, pero lo que resulta innegable es que se tratará de una “operación de salón” diseñada prescindiendo del funcionamiento democrático de la organización.

Es especialmente destacable la incoherencia política que supone el hecho de que hace tan solo unos días la Presidenta Regional, Esperanza Aguirre, se manifestase a favor de que en Asturias se pudiera celebrar un congreso extraordinario para que los afiliados de esa Comunidad pudieses elegir a su candidato y que esa posibilidad se niegue a los afiliados de Rivas-Vaciamadrid. ¿Son acaso éstos menos dignos de consideración que los afiliados asturianos a pesar de depender de la organización que preside Esperanza Aguirre?

La democracia interna precisa para ser una realidad de la aplicación de los principios de mérito, igualdad y capacidad. Lamentablemente, ninguno de estos principios aparece en la designación de esta candidata. Se trata de una persona que no acredita mérito alguno para representar a la organización local en las próximas elecciones. Ni pertenece a dicha organización, ni ha trabajado para ella, al contrario que decenas de militantes que se “han partido la cara” durante años en condiciones muy difíciles, inimaginables para quien se ha acostumbrado a pisar las “moquetas oficiales” gracias a sus relaciones y buenos contactos. Tampoco concurre el principio de igualdad pues su designación proviene de condiciones a las que el resto de los afiliados no tiene acceso. De confirmarse esta candidatura se hará en términos de inexistencia de otros posibles candidatos a los que se cierra por decreto el paso y la posibilidad de postularse para el puesto. Y tampoco concurre en este proceso ni en la candidata “in pectore” el principio de capacidad. Y no se trata de una afirmación relativa a sus capacidades profesionales, que podrán ser muy brillantes, sino a su capacidad política de liderazgo local, a la capacidad de implicación con los problemas y circunstancias de los ripenses. No se trata de una vecina de la localidad, ni siquiera trabaja en ella. Quien acepta ser candidato/a vulnerando estos principios básicos ¿qué discurso ético va a desarrollar? ¿Qué credibilidad va a tener?

¿Qué aporta pues esta posible candidata a la política local y al PP de Rivas? Nada, sencillamente nada. Ni se merece el honor de encabezar la candidatura local, ni los ripenses se merecen este trato por parte de la organización regional. Porque ¿a quién beneficia su candidatura? Posiblemente a ella únicamente. Imponer lo que en términos coloquiales se denomina un “paraca” a la cabeza de la lista del PP ¿quiere decir que no hay ningún afiliado de Rivas, ni ningún simpatizante, ni ningún votante popular con conocimientos y capacidad para ser candidato? ¿De verdad que piensan eso los promotores de esta cacicada? Pues, si es así y los hechos parecen confirmarlo, se equivocan completamente y tendrá un serio coste electoral.

Ser candidato del PP a la Alcaldía de Rivas es un honor y un privilegio que hay que ganarse en la calle, mano a mano con los afiliados, conociendo los problemas de la localidad y compartiendo día a día la realidad política y social de los vecinos. No se puede ganar este honor de la mano del “enchufe”, de la política de pasillos y del tráfico de relaciones e influencias. Ese es el peor aval para comparecer en las urnas.

Normalmente suele coincidir en la misma persona la Presidencia local del Partido y la candidatura a la Alcaldía por simple lógica derivada del liderazgo político. Es posible que la actual Presidente esté agotada y no quiera ser candidata y menos aún considerando las malas expectativas que las encuestas anuncian. Ya decía Aldo Moro que el poder desgasta, pero la oposición mucho más. Y en caso de cansancio lo normal es irse a casa. La dedicación política es vocacional, voluntaria. Pero sería inadmisible desde un punto de vista ético que este cansancio fuera usado para mercadear con la candidatura a cambio de un cómodo retiro político.

Han pasado siete desde mi marcha como Presidente y Portavoz Local. En este período el Partido Popular ha sufrido dos escisiones en 2007 y ha empeorado sus resultados electorales. Las viejas heridas están con seguridad olvidadas y cerradas. Hoy es posible recomponer el centro derecha local con generosidad y comparecer unido en las próximas municipales. Aún es posible, es cuestión de voluntad y valentía política. Y es posible presentar una candidatura propia, sin paracas a la cabeza, capacitada y comprometida con los problemas de los ciudadanos ripenses. El Partido Popular de Rivas se lo merece y los electores aún más. Ojala sea así.

Santiago de Munck Loyola