Translate

Mostrando entradas con la etiqueta Margarita Robles. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Margarita Robles. Mostrar todas las entradas

jueves, 5 de mayo de 2022

Un Gobierno “partío”.

Nunca antes un Gobierno de España había ofrecido un espectáculo tan bochornoso como el que está ofreciendo el Gobierno de Pedro Sánchez. El asunto de los espías es el último esperpento de una larga serie que protagonizan socialistas, comunistas, separatistas y proetarras. Y todo salta a raíz de un informe de “Citizen Lab”, un “laboratorio interdisciplinar” de la Universidad de Toronto, Canadá. Este laboratorio se financia a través de grandes fundaciones norteamericanas, como la “Open Society” de Soros. En dicho informe se afirma que 65 independentistas catalanes han sido espiados. Algo que, tras un intento de golpe de estado y tras toda clase de acciones delictivas vulnerando el estado de derecho y poniendo en peligro la convivencia ciudadana pacífica, cualquier demócrata entendería como algo absolutamente necesario siempre que se haga con las garantías legales necesarias. El Estado tiene que protegerse y protegernos. Es de cajón. Y para ello debe usar todos los medios necesarios para prevenir la comisión de delitos y más cuando los delincuentes están en la calle y no han renunciado a reincidir en sus propósitos ni en los medios. No, no se trata de un espionaje por motivos ideológicos, a nadie se le espía por pensar lo que le venga en gana.

 

El problema real para el conjunto de los ciudadanos es que tenemos un gobierno que tiene a los socios que tiene, un gobierno que depende para sobrevivir parlamentariamente de partidos cuyos dirigentes han delinquido tratando de pisotear la Constitución y las reglas de la democracia. Tiene su aquél escuchar al Demóstenes independentista Rufián rasgarse las investiduras y proclamar que "lo que está pasando no pone en riesgo la legislatura, pone en riesgo la democracia". Mira, payaso, lo que verdaderamente ha puesto en riesgo la democracia ha sido que tú y tus comparsas hayáis intentado romper las reglas de la democracia y os hayáis ciscado en la soberanía del pueblo español. A ver si lo entiendes, los españoles incluidos los catalanes tenemos derechos, entre ellos, el de decidir entre todos el futuro de nuestro país y va siendo hora de que todos los catanazis como tú lo asumáis. Es comprensible que toda la recua de catanazis trate de inflar el asunto del espionaje por dos razones, la primera porque el victimismo es consustancial a los independentistas, la segunda porque con ello apagarán cualquier mirada hacia sus amores pasados con el sátrapa de Putin cuya ayuda buscaron para armar su intento secesionista.

 

Y tan real como el problema anterior es el problema de la división interna del Gobierno. Es evidente que los podemitas-comunistas no han asumido aún que ellos mismos son parte del gobierno y que, por tanto, son parte de los problemas del mismo. No se puede ser gobierno y oposición a la vez. O estás dentro o estás fuera, pero las dos posiciones simultáneamente son absolutamente imposibles. No puedes estar en un gobierno que sin consultarlo con nadie se carga décadas de una posición internacional de España respecto al Sáhara y al mismo tiempo criticar y condenar ese cambio. Y cuando se trata de un asunto de tal relevancia no vale con desmarcarse de ese cambio radical con críticas más o menos indignadas, lo único que vale es presentar la dimisión y salir del gobierno. Eso es lo que haría cualquier político decente. Pero, claro, es duro renunciar a la moqueta, a los privilegios, a los coches oficiales, a los sueldos y a la corte de asesores podemitas colocados cómodamente en la administración pública. Ni por el pueblo saharaui, ¡faltaría más!

 

Pero ya en el colmo de la desfachatez los podemitas llegan a pedir la dimisión de compañeros de gobierno como la de la Ministra de Defensa, asumiendo, cómo no, las peticiones de los independentistas, pasándose por el arco del triunfo la presunción de inocencia. ¿Alguien se imagina a la ministra Belarra o a Irene Montero pidiendo en el Consejo de Ministros que dimita o sea cesada Margarita Robles? Francamente improbable.

 

Los españoles padecemos un gobierno dividido y enfrentado, un gobierno sostenido parcialmente por grupos políticos enemigos de la unidad del Estado y un gobierno torpe en sus reacciones y sin escrúpulos. Un gobierno que para aplacar a sus socios es capaz de poner en riesgo el prestigio internacional del Estado y la seguridad interna desvelando aspectos secretos de las estrategias contra la delincuencia institucional, capaz de incluir a los enemigos del estado en la Comisión de Secretos oficiales o capaz de condicionar la aprobación de importantes medidas económicas al acuerdo y al voto de los herederos de la ETA. Para llorar, de verdad.

 

Santiago de Munck Loyola

martes, 19 de marzo de 2019

Los fichajes electoralistas.



O el nivel de imbecilidad entre buena parte de la clase política y de la periodística está rebasando los límites de lo tolerable o bien su desprecio al nivel medio de la inteligencia de los ciudadanos raya el insulto. Me inclino a pensar que las dos posibilidades son compatibles porque todo imbécil suele pensar que los demás somos tontos.

Hay muchas cosas que se pueden criticar de Vox pero que tantos políticos y periodistas fijen ahora su mirada y lancen sus críticas sobre el hecho de que esta formación haya fichado a militares retirados para encabezar algunas de sus candidaturas provinciales no sólo es ridículo, sino que también es mentar la soga en la casa del ahorcado, además de regalarle a Vox más propaganda.

Así, el inefable secretario organización del partido ultra Podemos y ex afiliado de Ciudadanos, Pablo Echenique, se ha despachado con la siguiente frase “El 23-F entraron al Congreso disparando. El 28-A quieren entrar votando. Se dejarán la pistola en casa, pero es lo mismo”. Su sesudo comentario político no tiene desperdicio, pero olvida que Podemos presentó en 2015 como candidato al general del Ejército del Aire José Julio Rodríguez  como número dos de la lista electoral de Podemos al Congreso de los Diputados por Zaragoza y que en las generales de junio de 2016, lo volvió a presentar como candidato, en esa ocasión como cabeza de la lista de Unidos Podemos por Almería, cosechando por cierto en ambas ocasiones un sonoro fracaso. Con este militar parece que no había problema alguno. Debe ser que no tenía pistola que dejar en casa.

Y como siempre hay quien tiene que opinar de todo, también ha salido ese portento de Ministra de Defensa, la ex juez Margarita Robles a contar lo suyo. Margarita Robles, en un acto reciente. "Las decisiones personales que cada uno pueda tomar son respetables", ha dicho este lunes comentando los fichajes de Vox. ¡Faltaría más! Y a continuación otra obviedad “las Fuerzas Armadas están al margen de cualquier discusión política… la neutralidad política…es la clave de su labor…Si por algo se caracteriza el Ejército es por su carácter apolítico. Defienden a todos los españoles sin excepción para garantizar sus derechos y libertades. Que nadie venga a dar ejemplos a nadie de lo que es España". En primer lugar, cuando un alto responsable político suelta obviedades es mejor que guarde silencio. En segundo lugar hay plantearse si existe alguna necesidad de pronunciarse públicamente sobre el libre ejercicio de los derechos políticos de ciudadanos que en su día fueron miembros de las Fuerzas Armadas cuando, al mismo tiempo, parece que no existe la misma necesidad de pronunciarse sobre los jueces, como ella misma, que entran y salen del mundo partidista de la política sin ningún problema. Y, como cuestión de fondo, constituye un error monumental decir que el Ejército tiene un carácter apolítico. No se puede confundir apolítico con apartidista.

Este debate sobre los fichajes concretos de los partidos políticos de cara a unas elecciones generales está soslayando el problema de fondo. Algo falla en la estructura y organización de los partidos políticos cuando no son capaces de generar en su interior liderazgos políticos suficientemente atractivos y capacitados como para optar a cargos representativos en unas elecciones y se ven obligados a recurrir a personajes, más o menos conocidos, con el reclamo de suculentos cargos y en detrimento de los siempre abnegados militantes cuyas legítimas aspiraciones políticas se ven truncadas por el mercadeo electoral. Porque no hay que olvidar que estos fichajes, ex militares, jueces, periodistas o deportistas, nunca se han “pringado” en el duro trabajo de la militancia política. Sólo están disponibles para los partidos a pocas semanas de unas elecciones para optar a un cargo retribuido. Veni, vidi, utinam vici y a cobrar.

Santiago de Munck Loyola