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lunes, 23 de mayo de 2011

Rivas: Inmaculada Sánchez Ramos, la PParaca que hizo crack. Lo dije.

Los resultados electorales obtenidos por el Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid el pasado 22 de mayo no han deparado sorpresa alguna. El 26, 70 % de los votos obtenidos por la candidata paracaidista sitúan al Partido Popular local en los niveles de voto del año 2003 cuando las tendencias electorales generales eran, a causa de la guerra de Irak, absolutamente desfavorables para el PP.

En al artículo publicado en este blog el pasado 10 de mayo, predije un porcentaje de voto para Esperanza Aguirre de un 36,5 % y el resultado final ha sido de un 35,43 % debido a que el resultado en la Comunidad ha sido menor del que vaticinaban algunas encuestas sobre las que basé la estimación y a que el diferencial medio entre el voto al PP de la Comunidad en Rivas y en la Comunidad ha disminuido un 1,19 %. En todo caso la diferencia es irrelevante. Baste señalar que el techo electoral de la candidatura autonómica del PP lo sigue conservando Alberto Ruiz Gallardón lo que debería a más de uno reflexionar sobre cómo y en qué circunstancias consiguió Alberto aquel resultado.

En aquel artículo también señalé que el PP de Rivas obtendría, en el mejor de los casos, un 30,26 % de los votos, basando esta estimación en que se mantuviese el diferencial medio entre el voto a la lista local y la autonómica y en que los electores no tuviesen en cuenta todos los aspectos negativos que contenía la lista de candidatos del PP de Rivas. Sin embargo, D.ª Inmaculada no ha sido capaz de mantener el diferencial medio que era del -6,24 y lo ha incrementado pasando al -8,73 %, es decir, casi 2,5 puntos más de diferencial negativo. Predije un 30, 26 % en el mejor de los casos y evidentemente no ha sido así. Caso tenía razón Esperanza Aguirre sobre D. ª Inmaculada Sánchez Ramos, no es que fuera una crack, sino que iba a hacer crack.

A pesar de todo el apoyo institucional que ha recibido la candidata, a pesar de todos los vientos favorables para el Partido Popular y a pesar de la enorme generosidad de los abnegados militantes del Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid, D. ª Inmaculada Sánchez Ramos ha obtenido un mal resultado, lo pinte como lo pinte. Ha hecho una pésima campaña, soltando en los foros de Internet a unos cuantos forofos que han escrito toda clase de estupideces políticas mezclando a la Iglesia Católica, la corrupción, las jineteras cubanas, la incineradora inexistente y cuanto les ha venido bien en una espantosa ensaladera que los vecinos se han negado a poner en su mesa.

Mantengo lo dicho: la designación de esta candidata ha sido un tremendo error por todas las razones que en su día expuse y por los resultados que ha obtenido. Una candidata que ha venido cuestionando públicamente a Mariano Rajoy no era la cara más amable para encabezar una lista en Rivas. Una representante del llamado tea party español, pintaba en Rivas lo mismo que Leire Pajin en la beatificación de Juan Pablo II. Y a las pruebas me remito.

Hace ya unos años, el diputado popular autonómico José Cabrera Orellana, politólogo fino donde los haya que se transformó súbitamente de comerciante de baterías en “Técnico en Desarrollo Comercial, especialista en Mercado Internacional del Sector de Automoción” en cuanto ocupó un escaño, nos recriminaba a los militantes de Rivas que no obtuviéramos mejores resultados porque según él “con tanto chalet en Rivas, el PP tenia que ganar”. Pero, la realidad era y es que su sesudo análisis de la realidad ripense no le permitía percibir una realidad sociológica y política tan compleja como la que existe.

Va siendo hora de que en los despachos de la regional madrileña se apeen del burro, que analicen de verdad y a fondo el municipio, que aprendan a valorar y a comprender la gestión de quienes gobiernan el municipio y que se dejen de simplezas semejantes. Han tenido muchos años para apoyar al PP de Rivas y muy pocas veces, excepción hecha de Ruiz Gallardón, lo han hecho. Unos resultados electorales no se mejoran colocando a una panda de amiguetes, sin vinculación alguna con el pueblo, en los primeros puestos de la candidatura municipal. En esta ocasión lo que han hecho ha sido transmitir una imagen de arrogancia, prepotencia, desconocimiento y de desprecio a la militancia y al electorado.

Sinceramente y a la vista del resultado ¿ha merecido la pena vulnerar la democracia interna del Partido Popular de Rivas-Vaciamadrid? ¿Ha merecido la pena despreciar y humillar a sus militantes? Yo creo que no.

Santiago de Munck Loyola