Pasados pocos días de la celebración del Día de la Comunidad Valenciana, el 9 de octubre, aún resuenan los ecos de las declaraciones de sus dirigentes políticos al respecto. Hay que resaltar que curiosamente la Fiesta de la Comunidad Valenciana conmemora el aniversario de la entrada en la ciudad de Valencia del rey de Aragón Jaime I El Conquistador en 1238. Sin embargo, la formación del Reino de Valencia no se culminó hasta 1304 y el territorio actual no adquirió la extensión presente hasta 1851 con la incorporación de Requena y Utiel. Por tanto, El 9 de octubre no conmemora un hecho histórico relevante para las tres provincias que integran la actual Comunidad Valenciana.
Esa tendencia centralista de Valencia, esa propensión a uniformar a los demás territorios que integran la Comunidad según los criterios y patrones de Valencia es el principal obstáculo para la cohesión territorial y social de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Es una tendencia que se ha mantenido constante desde la creación de la Comunidad Autónoma cualquiera que fuese el color político del gobierno regional de turno y que se ha impuesto en el campo lingüístico, el cultural, económico o administrativo. Hoy en día, la diferencia entre la renta media de los alicantinos y de los valencianos es mayor que hace 40 años. Es un dato, un hecho cierto incontestable que pone de relieve el fracaso de una administración autonómica que aleja a sus ciudadanos de la convergencia social y económica.
Nada hay más peligroso que un político incapaz de reconocer la realidad en la que vive. Reivindicar el federalismo puede ser hasta entretenido desde una perspectiva dialéctica, pero poco más. El federalismo implica por definición la igualdad de competencias entre los entes federados. ¿Es eso lo que de verdad reivindica el Sr. Puig y sus socios pancatalanistas? ¿Cree de verdad que sus amigos independentistas catalanes aceptarían una fórmula federal que acabaría con sus competencias autonómicas privilegiadas? Si lo cree es un descerebrado y si no lo cree, un cínico. Es difícil adivinar a qué reformas se refiere para “avanzar a una España más descentralizada” porque España ya cuenta con el estado más descentralizado del mundo y debería saber que cualquier paso en esa dirección sería la simple y llana disolución del Estado español. ¿Es eso lo que quiere? Tampoco parece muy coherente pedir más descentralización del Estado mientras él mismo practica la política contraria desmantelando servicios básicos en Alicante para trasladarlos a Valencia so pretexto de lograr una mayor eficacia de los mismos. Si busca eficacia en los servicios públicos ¿por qué no devuelve él mismo competencias al Estado?
En definitiva, el día de la Fiesta de Valencia ahora Fiesta de la Comunidad, los alicantinos no podemos olvidar ni la política centralizadora y uniformadora de la Generalidad Valenciana, ni la permanente discriminación presupuestaria negativa a la que, al parecer, estamos condenados. La Generalidad Valenciana es nuestro gobierno regional pero nos trata desde sus inicios como si fuésemos ciudadanos de segunda y esto tiene que acabar. Alicante no es Valencia, no somos valencianos. Somos Alicantinos, tenemos raíces plurales y plural es nuestra identidad. Nuestro bienestar y progreso dependen de poder decidir aquí nuestro futuro porque mientras lo sigan decidiendo en Valencia seguiremos perdiendo las inmensas oportunidades que nuestra tierra nos brinda.
Santiago de Munck Loyola