Hay que ver la que se ha organizado a
cuenta de los viajes a las Islas Canarias del Sr. Monago, Presidente de la
Junta de Extremadura, realizados cuando era senador y pagados por los sufridos
contribuyentes. Y a cuenta también de los viajes a la misma isla y para estar
con la misma señorita realizados también por el diputado popular por Teruel, Carlos
Muñoz, quien, por cierto, ha anunciado que va a dimitir como diputado y como
secretario provincial del Partido Popular. Por su parte el Sr. Monago ha
pasado, entre lagrimita y homenaje, del yo no he hecho nada malo y puedo
justificar “documentalmente” cada viaje que he hecho al pagaré los viajes y
devolveré hasta el último céntimo de los que no se correspondan con las labores
propias del cargo.
Esto
de los viajes pagados por los contribuyentes no es nada nuevo, ni nada raro. Es posible que se haya armado tanto revuelo por cierta morbosidad que las coincidencias han levantado entre algunos comentaristas pero hay otros gastos de sus señorías mucho más escandalosos y que parecen pasar desapercibidos. Los viajes forman parte de la larga lista de abusos y privilegios que nuestra clase
política se dota a si misma para hacer más llevadera su abnegada función de
representarnos a los ciudadanos. Aunque esté mal citarse uno mismo, no queda
más remedio que hacer referencia a dos artículos publicados en estas páginas ya
en el año 2012 a cuenta de los viajecitos y los demás privilegios de sus
señorías. http://santiagodemunck.blogspot.com.es/2012/06/una-de-viajes.html
En estos artículos, escritos a raíz de
los viajes del Sr. Divar, se ponía en cuestión la práctica de abonar los viajes
tanto públicos como privados de sus señorías y se demandaba que les fuera
aplicados a todos el mismo rasero que entonces se aplicó al Presidente del
Consejo General del Poder Judicial.
Un servidor presentó un escrito al Congreso
de los Diputados denunciando la inmoralidad de ciertas prácticas, entre ellas
las de los viajes, y recibió como respuesta un escrito cuya copia se adjunta en
el que tan sólo se señalaba que “la
Cámara sufraga exclusivamente los viajes previstos en el Artículo 8.2 del
Reglamento del Congreso de los Diputados”. ¿Y qué dice ese artículo 8.2?
Pues lo siguiente: Artículo 8.2. (los Diputados) Tendrán igualmente derecho a las ayudas, franquicias e indemnizaciones
por gastos que sean indispensables para el cumplimiento de su función.
A lo que se ve, los viajes de los señores Monago y Muñoz a las islas Canarias
eran indispensables para cumplir con sus funciones de senador y diputado
respectivamente. Pero, no conviene cargar las tintas sobre estos dos ilustres
parlamentarios porque si existiera la más mínima transparencia en las Cortes
Generales y pudiéramos conocer la relación de viajes gratis total de sus
señorías nos llevaríamos una tremenda sorpresa.
Parece mentira que en estos tiempos en
los que se habla de regeneración, de ejemplaridad y de austeridad la página web
del Congreso sea un ejemplo de burla a la transparencia. Sus señorías ni
siquiera tienen la decencia de “colgar” el presupuesto detallado de la
institución lo que, sin duda, constituye una prueba más de los múltiples
privilegios en los que vive instalada nuestra clase política. Privilegios que pasan por:
- Sueldos muy por encima de la media. Un
diputado cobra como mínimo 2.813,87 euros a los que hay que sumar dietas,
ayudas y otra serie de complementos.
- Gastos por alojamiento. Todo
diputado de una circunscripción fuera de Madrid recibe 1.823,86 euros en
concepto de ayuda para pagar los gastos de hotel o alquiler en la capital y en
comidas y los de Madrid 870,56 euros. Eso sí estas cantidades están exentas de tributación
en el IRPF. Por cierto, cerca de 70 diputados cobran mensualmente los 1.823,86
euros pese a tener vivienda en propiedad en Madrid y aquí no pasa nada.
- Además de no pagar billetes de avión,
tren o barco tienen 250 euros al mes para taxis. Si usan su propio coche se les
paga el kilómetro a 0,25 euros previa justificación.
- El Congreso les sufraga además un
plan de pensiones. La Cámara ingresa el 10% del sueldo base mensual de un
diputado a un fondo de pensiones para que cuando se jubilen reciban un
complemento de pensión.
- Los casi 3.000 euros de sueldo base
se complementan con otras ayudas: los vicepresidentes del Congreso, portavoces,
portavoces adjuntos, presidentes de comisión y otros altos cargos reciben un
complemento de como mínimo 1.000 euros mensuales por gastos de representación y
el Presidente del Congreso 3.327, 89 euros. También existe un complemento
mensual por gastos de libre disposición que cobra el Presidente, el Vicepresidente,
los Secretarios y Portavoces, entre otros, ayuda que oscila entre los 600 y los 2.728
euros.
- Si viajan al extranjero en misión
oficial reciben 150 euros por día y 120 euros si el viaje es dentro del territorio
nacional.
- Además, sus señorías reciben un ‘kit
tecnológico’ que les da derecho a que el Congreso les facilite, un teléfono, un
Ipad y el pago de la conexión Adsl de su casa.
- Pueden además sus señorías compatibilizar
varios sueldos públicos así como compatibilizar su escaño con algunas actividades
privadas. Y todo ello sin control del absentismo laboral.
Todo ello parece indicar que el asunto
de los viajecitos de marras puede que tan sólo sea “el chocolate del loro” o la
punta del iceberg del coste de la casta. Lo cierto es que nuestros
parlamentarios gozan de una situación de privilegio que pagamos todos los
ciudadanos a los que nos han sometido a toda clase de recortes sin que ellos
hayan sido capaces de hacer un mínimo ejercicio de austeridad y de ejemplaridad.
Y visto lo visto, cuando sale a la palestra el vicesecretario general de
Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, para decir que los
diputados y senadores pueden viajar, a cargo del contribuyente, por todo el
territorio nacional y que cuando termina su jornada tienen el viaje pagado
"al lugar donde tienen su vida privada ese fin de semana" da la
sensación de que se está, sencillamente, burlando de los ciudadanos o tomándonos
por tontos.
Santiago de Munck Loyola