Ante las injusticias, la
corrupción y ante todo aquello de la vida política que no nos gusta podemos
resignarnos o dar un paso al frente y decidir implicarnos para cambiar las
cosas. Hoy, afortunadamente, los ciudadanos podemos cambiar las cosas. El poder
está ahí y es nuestro, pero tenemos que saber utilizarlo. Para transformar
nuestra sociedad, para mejorar nuestro pueblo o nuestra ciudad no debemos
seguir esperando cómodamente a que alguien venga a hacerlo, a que alguien nos
ofrezca soluciones mágicas. Somos nosotros mismos los que podemos y debemos
intentar elaborar las recetas necesarias, porque somos nosotros los que mejor
conocemos los ingredientes que hay en nuestro entorno, en nuestra vida diaria.
Nos han engañado, nos han traicionado y nos han vendido no se sabe muy bien por
qué, porque aquí nadie da la cara y nadie explica nada.
No somos pocos los ciudadanos de
Alicante que desde hace tiempo nos venimos sintiendo políticamente huérfanos
ante tanta promesa incumplida, ante el triste y corrupto panorama político
diario y ante las negras perspectivas que, como consecuencia de lo anterior,
las encuestas anuncian. En una situación como ésta hay varias posibilidades de
actuación. Uno puede conformarse con lamentarse y criticar la situación en las redes sociales,
en el bar o con los amigos y en las próximas elecciones municipales, que están
a la vuelta de la esquina, abstenerse o taparse la nariz y volver a votar al
candidato que, una vez más, vuelva a imponer la dirección provincial del PP,
con tal de impedir el triunfo de cualquier aventura populista. Una segunda
posibilidad es optar por alguno de los partidos regeneracionistas minoritarios,
aunque son prácticamente inexistentes en el campo del centro derecha. Y otra
opción, mucho más comprometida y difícil es dar un paso más y colaborar activamente
en la construcción de un proyecto político nuevo y diferente con el que
sentirse identificado y trabajar por su triunfo electoral.
La inexistencia de un partido de
centro derecha con una auténtica vocación regeneradora y que defienda los
intereses de nuestra provincia y de sus municipios es la razón que nos ha impulsado
a un grupo de ciudadanos a fundar Esperanza Ciudadana. La regeneración política
en su más amplio significado y la Provincia de Alicante son las notas que
diferencian a este nuevo proyecto político de todos los demás. Nos hemos unido
personas que compartimos muchos principios y valores, personas que se definen
como liberales, centristas o conservadoras, que amamos a España y que, por
ello, entendemos que hace falta un Alicante fuerte y políticas nacidas en las
calles de los municipios alicantinos. No queremos que desde Madrid, Barcelona o
Valencia nos digan quiénes tienen que representarnos. No necesitamos que desde
Valencia, Barcelona o Madrid nos dicten los programas o las políticas que
Alicante necesita porque llevan décadas haciéndolo y los resultados están a la
vista, peores imposible. Nos hemos unido y estamos construyendo un proyecto
político alicantino porque queremos que desde las calles de Denia, de Orihuela,
de Alcoy, de Villena o de Alicante se decida quién ha de representarnos y se
diga a Valencia y a Madrid qué necesitan nuestros municipios y qué exigimos
para nuestra Provincia. Nos hemos unido porque queremos construir un proyecto
político distinto, en el que el afiliado y el simpatizante tengan siempre voz y
voto, en el que la participación y la transparencia sean constantes y en el que
la conexión con la sociedad sea permanente. Un proyecto que se ocupe en primer lugar de buscar soluciones a los problemas inmediatos: paro, desahucios, derecho a la vivienda, pobreza, alimentación infantil, dependencia, libertades públicas, etc.
Los ciudadanos podemos, si
queremos, cambiar las cosas. Y dentro de seis meses podremos intentarlo con el
voto si somos capaces de presentar propuestas regeneradoras, programas creíbles
y candidatos solventes. Esperanza Ciudadana está en ello. Esperanza Ciudadana
es ya una realidad, pero también es un proyecto de cambio; un proyecto porque
se está construyendo con el concurso y ayuda de ciudadanos comprometidos con la
sociedad e ilusionados con el objetivo de legar un futuro mejor para sus hijos.
Pero la consolidación y el éxito de una empresa como ésta dependen de la ayuda
y del compromiso de mucha más gente, de la gente que ya nos conoce y nos sigue
en las redes sociales y de la gente que aún no sabe de nuestra existencia.
No es tarea fácil. No tenemos
prácticamente acceso a los medios de comunicación. No contamos financiación
pública ni la queremos. Dispondremos de lo que los ciudadanos quieran, de lo
que la gente aporte. En definitiva Esperanza Ciudadana llegará hasta donde los
vecinos quieran que llegue. No, no es tarea fácil y los obstáculos son muchos
pero defender a nuestra Provincia y trabajar por una sociedad mejor y más
limpia merece la pena de verdad. Tú puedes hacerlo, no te resignes y ¡actúa!
Santiago de Munck Loyola