“Adoro a España”, “amo a Cataluña”, ¿cuántas veces
hemos escuchado a famosos, artistas, políticos o empresarios expresar así su “amor”
por su tierra? Muchas ¿verdad? Y ¿Cuántas veces nos hemos encontrado con que
estos enamorados de su tierra tienen su domicilio fiscal o su dinero a buen
recaudo en el extranjero o en paraísos fiscales? Pues más de lo que nos
gustaría a la gente normal y corriente. Son “amores”, cuando menos, curiosos. A
estos famosos les encanta España, su tierra, lo proclaman casi a voz en grito;
son más españoles o más catalanes, en su caso, que los demás. De boquilla lo
que haga falta. Pero su peculiar patriotismo llega hasta donde llega hacienda,
o sea, hasta donde llegamos todos porque no hay que olvidar que hacienda somos
todos. Aman a su “patria” pero aman mucho más a su dinero. Su especial
patriotismo les impide contribuir con su dinero al sostenimiento de su patria.
¡Faltaría más! La pasta a buen recaudo fuera de la patria y que sean otros los
que con sus impuestos contribuyan al sostenimiento de la patria. Son unos
farsantes. Así de claro. Sus proclamas son sólo eso, palabras huecas y vacías, un
“engañabobos”. Son los hechos los que cuentan, las obras y no las palabras.
Me he acordado de esos farsantes al leer las
declaraciones del Presidente Provincial del PP de Alicante, Sr. Císcar para quien “ha llegado la hora de que los alicantinos digamos alto y claro por qué
nos enamora nuestra tierra, y que nos sentimos orgullosos de ella y el PP lo va
a hacer”. Como si se lo creyera, José Císcar dijo ayer, día de los
enamorados, que el PP “va a poner a
Alicante en valor” porque “cree en
esta tierra, en su gente, en sus proyectos y en lo que representa”. Y
terminó su alucinante alocución señalando que “nosotros sí creemos que esta es la 'millor terreta del món'. La
izquierda, al parecer, no”. No, no se ría el lector por favor que estas
declaraciones son ciertas. Sí, las ha realizado el Presidente del PP alicantino
y Vicepresidente del Gobierno de la Generalidad Valenciana, el mismo Gobierno
que lleva años y años marginando y discriminando a la Provincia de Alicante a
la que viene relegando por sistema al último lugar en las inversiones de la
Generalidad Valenciana.
El amor del Sr. Císcar y del PP por Alicante se
traduce en que este año 2015 cada alicantino recibirá en inversiones de la
Generalidad Valenciana una media de 25 euros, frente a los 31,5 de media, es
decir, que la provincia deja de recibir
12,52 millones de euros según criterio poblacional lo que supone una merma de
inversiones territorializadas de 252,9 millones de euros entre los años 2008 y
2015. Gracias a este proclamado enamoramiento del Sr. Císcar y sus palmeros Alicante
es la octava provincia con menos médicos en relación a su población lo que
sitúa a nuestra provincia en el puesto 45 con una tasa de 328 médicos por cada
100.000 habitantes. Gracias al amor del PP, el Gobierno de España priva a los
municipios de la provincia de grandes inversiones en 2015 y, así, los
Presupuestos Generales del Estado apenas incluyen nuevas obras para Alicante,
mientras que Elche solo dispondrá de 8,5 millones para la Ronda Sur. Tanto aman
los populares a la Provincia de Alicante que el Gobierno de Rajoy destina en
2015 187,50 euros por ciudadano en las comarcas alicantinas frente a los
1.968,99 euros que ha invierte, por ejemplo, en Orense. Tan sublime amor por
esta tierra hace que el Gobierno del PP condene el trasvase Júcar-Vinalopó tras
gastarse 400 millones para enviar 8 hm3 y olvide el prometido Plan Hidrológico
Nacional, que la inversión estatal en el litoral alicantino se hunda un 98% en
siete años o que hayan relegado a nuestra provincia al puesto 26 de toda España
en inversiones para el mantenimiento de carreteras. Y ¿para qué seguir? El amor
de los Sres. Císcar, Fabra, JJ Zaplana y tantos otros líderes populares por
Alicante se traduce en cifras y hechos incontestables que relegan a la 5ª
provincia española en población y PIB al furgón de cola de las inversiones de
la Generalidad Valenciana y del Estado, ambas administraciones gobernadas por
el Partido Popular.
Los políticos pueden decir lo que les venga en
gana, hasta la última estupidez que se les pase por la imaginación, pero, por
favor, un poco de respeto a los ciudadanos, Sr. Císcar. No Insulte a nuestra
inteligencia, el patriotismo como el amor se demuestra con hechos, no con
palabras y menos aún tan cursis como huecas. Obras son amores y no buenas
razones.
Santiago de Munck Loyola
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