Hay
que lo que está dando de si todo el asunto de los supuestos papeles de Bárcenas
tan aireados por el Grupo Prisa y tan aplaudidos los socialistas. Y lo que te
rondaré, morena, como decía aquel. Acusaciones, desmentidos, pruebas
caligráficas, contra pruebas caligráficas, ruedas de prensa, comparecencias,
declaraciones, ruedas de prensa y lo que queda por venir. Hay que resaltar
algunas cosas en medio de tanto lío, de esta ceremonia de la confusión y de
este ensayo de deslegitimación y derribo callejero del Gobierno de España.

De
una parte, la irresponsable actuación del principal partido de la oposición, el
PSOE, y de su líder, con mando pero sin liderazgo, Sr. Pérez Rubalcaba. Hay
lujos que se pueden permitir los líderes de los grupos minoritarios, siempre
dispuestos a la algarada y a los exabruptos, como el Sr. Cayo Lara que no tiene
sobre su formación excesivas acusaciones de corrupción por la sencilla razón de
que no gobierna en muchos sitios pero que si lo hiciera le pasaría como en
Rivas-Vaciamadrid, donde el dinero público se usa de forma poco escrupulosa y
donde procesan a algún que otro concejal de su formación política por actitudes
poco ejemplares y presuntamente ilegales, eso sí, con el silencio cómplice de
la prensa local. Pero el Sr. Pérez Rubalcaba al que la presunta vacunación
recibida con ocasión de Filesa no le ha debido hacer ningún efecto visto el
caso de la Fundación Ideas y de los EREs andaluces (1.000 millones de euros
saqueados por un entramado organizado en la Junta de Andalucía) no se puede
permitir esos lujos, ni mucho menos. No se trata sólo de que no está libre de
pecado, sino que, además, demuestra una baja catadura moral quien sobre la base
de pruebas más que dudosas pone en cuestión la honorabilidad de muchas personas
y, nada menos, del propio Presidente del Gobierno cuya trayectoria, en este
campo, ha sido siempre ejemplar. La inocencia no hay de demostrarla. Al revés,
quien acusa debe probar sus acusaciones y sin haberlo hecho no de puede ir
pidiendo la dimisión de nadie cuando ni siquiera hay acusaciones o imputaciones
sobre ninguna persona de la cúpula del Partido Popular. Hacerlo además cuando
hay tanto en juego en el exterior, repito, sin indicios sólidos, es, además,
una muestra del que “todo vale” con tal de volver a la Moncloa. Todo suena
demasiado a lo ocurrido hace casi 9 años, fabricación de pruebas falsas,
testimonios inverosímiles, agitación en las redes sociales, algarada callejera,
asedio a las sedes de Partido Popular,… típico del “comando Rubalcaba”. Claro
que quien no ha querido reabrir las investigaciones pendientes de aclaración,
tampoco está ahora en condiciones de quejarse de que se repita, sin sangre esta
vez, la historia. A lo mejor el Sr. Rubalcaba debería estar explicando ahora de
donde proviene su fabuloso patrimonio ( 1.223.154.- €) amasado durante el mismo tiempo que Rajoy se ha
dedicado a la política o cómo bajo su mandato algunos policías colaboraron con
banda armada en el llamado caso “Faisan” o por qué bajo su mandato desaparecían
cientos de kgs. de cocaína de la Comisaría de Sevilla o muchos otros
interrogantes dejados sin responder tras su paso por la política y por
diferentes Gobiernos.
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De
otra, hay que destacar que algunos estarían mejor calladitos en vez de decir
estupideces a la hora de defender la actuación del Partido Popular. Si uno no
sabe qué decir, mejor callarse, Si uno no sabe de qué se habla, mejor no abrir
la boca. Y si uno tiene que mentir, mejor no hacerlo. Es el caso del Sr.
Floriano. Hoy se ha cubierto de gloria y ha hecho un espantoso ridículo ante
los medios de comunicación. Cuando le han preguntado por qué el ex marido de
Ana Mato seguía estando contratado por el Partido Popular pese a estar imputado
en el caso “Gürtel” no se le ha ocurrido otra cosa que decir que “es funcionario de esta casa” que tiene derecho
a seguir cobrando un sueldo mientras no se le despida y que “a partir de ahí no podemos hacer más, los
imputados no pueden ser despedidos legalmente”. Vamos a ver, Carlitos, ¿por
qué mientes? El Partido Popular no es, por si no lo sabes, una administración
pública y por tanto no tiene funcionarios, sino contratados laborales. Y como
cualquier contratado puede ser despedido, esté o no imputado. Cuestión muy
distinta es que dicho despido sea declarado procedente o improcedente y que en
este último caso, y no readmitiéndole, se le hayan de abonar las cantidades que
le Ley señala. Pero no cuentes películas, no tomes por idiotas a los
ciudadanos. Si hay una cosa clara es que, en las actuales circunstancias, Jesús
Sepúlveda debería haber sido despedido hace tiempo y si no lo ha sido es por
puro amiguismo. Exactamente por la misma razón por la que fue promovido en 2003 a candidato a la
Alcaldía de Pozuelo de Alarcón.
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Haciendo
memoria hay que recordar que Jesús Sepúlveda desplazó como candidato a Martín
Crespo que llevaba 19 años como Alcalde de Pozuelo de Alarcón, mayoría absoluta
tras mayoría absoluta, y que fue una imposición de las alturas de Génova
pasándose, como suele ser habitual, la opinión de los militantes de Pozuelo de
Alarcón por el arco del triunfo. ¿Sus
méritos? Ser el marido de Ana Mato, nepotismo puro, y pertenecer al llamado
Clan de Valladolid, amiguismo puro. Los resultados de tan brillante elección a
la vista están, imputado en el caso “Gürtel” y presunto beneficiario de pagos
hechos por Bárcenas. Una vez más se demuestra que mientras no se abra paso la
democracia interna en el seno del Partido Popular y en los demás partidos se
seguirán repitiendo estos escándalos. Y si no que nos pregunten en Alicante qué
militante pudo votar a los ediles que hoy nos representan en el Ayuntamiento de
Alicante, cuya Alcaldesa también está imputada.
Lo
dicho al principio, desgraciadamente ésto va para largo y cuando la tormenta
pase, empezará otra porque nuestra clase política no parece estar por erradicar
las verdaderas causas de la corrupción y porque para algunos todo vale cuando
pierden el poder.
Santiago
de Munck Loyola