Todo este jaleo que han organizado las
informaciones sobre las cuentas suizas del Sr. Bárcenas está dando mucho juego
político aún antes de que hayan aparecido todos los cabos sueltos que parecen
existir. La corrupción siempre ha sido un arma arrojadiza entre los partidos
políticos; el “y tú más” está y ha estado siempre a la orden del día. Pero en
todo este lío aparecen algunas declaraciones y actitudes muy significativas. No
estamos ante un asunto aislado, un posible caso de corrupción en el paraíso de
la honestidad pública, sino de un caso más, cuyo alcance e implicaciones está
aún por conocer, entre una larguísima lista de casos que alcanzan a
prácticamente a todos los partidos que tocan o han tocado poder. Y por eso, porque
no es el primer caso, ni desgraciadamente el último, llaman la atención las
declaraciones de unos y otros.
Sin señalar a nadie resulta
extremadamente sospechoso el silencio de algunos en torno a las cuentas suizas
del clan Pujol o del padre del Presidente de la Generalidad catalana; o la
afonía crónica que han venido padeciendo otros respecto al fraude de los ERES
en Andalucía que han supuesto la desaparición de muchos más millones de euros
que los apuntados al Sr. Bárcenas en Suiza o del escándalo de Santa Coloma; qué
decir de la falta de petición de excusas
a los españoles por haber montado toda una trama de financiación ilegal de su
partido a través de empresas como Filesa, Malesa y Time Export; o el silencio
ante el latrocinio de fondos reservados, el BOE, los huérfanos de la Guardia
Civil; o el mirar hacia otro lado cuando se habla de la operación Campeón. En
fin que la lista de los silencios, y no de los corderos precisamente, es
interminable. Sin ir más lejos, cuando hoy mismo se preguntaba a algún
responsable socialista sobre el pago de 600.000 euros de una Fundación socialista,
nutrida con fondos públicos, a familiares y amiguetes de los más altos
dirigentes socialistas responden sin despeinarse que se trata de “pagos legales
y, por supuesto, morales”. Y se quedan tan frescos. La Sra. Soraya Rodríguez no
debe saber lo que el nepotismo. Y para qué mencionar los problemas tributarios
de la Sra. Valenciano en la Comunidad Valenciana, en Alicante sin ir más lejos.
Sin embargo, al que hoy le ha debido
traicionar el subconsciente es al Sr. Pérez Rubalcaba. Interrogado sobre la
propuesta del Presidente Rajoy para concluir un pacto contra la corrupción el
Sr. Rubalcaba se desmelena y lo rechaza diciendo que PSOE y PP no pueden dar la
impresión de que llegan ahora a un acuerdo para tapar las vergüenzas de un caso
de corrupción. No, no se trata de eso, un pacto contra la corrupción no se
formula para tapar las vergüenzas de nadie, sino para adoptar de forma conjunta
las medidas legales y políticas que conduzcan a imposibilitar que se vuelvan a
producir casos de corrupción. ¿En qué estaría pensando el Sr. Rubalcaba? ¿Qué
quiere tapar? Y tratando de sacar pecho, como lo describe algún medio de
comunicación, el Sr. Pérez Rubalcaba ha proclamado que “en el PSOE no hay un euro negro, ni cuentas en B, ni comisiones
ilegales”. Estupendo, ya era hora. Pero esa afirmación ¿qué significa? ¿Qué
en los demás partidos sí las hay? ¿Tiene pruebas de ello?
Estamos atravesando no solamente una
dura crisis económica, sino también una peligrosa crisis política e
institucional. En este contexto los partidos políticos deberían hacer un gran
esfuerzo por recuperar la credibilidad y la confianza de los ciudadanos, cada
vez más hartos de estos denigrantes espectáculos que manchan a toda una clase
política compuesta en su mayoría por gente honesta. Hoy, como ayer, hay
problemas de corrupción porque los partidos políticos no han resulto de forma
clara el problema de su propia financiación y porque no han querido adoptar
mecanismos de garantía y control en los procedimientos de contrataciones de las
administraciones públicas o las regulaciones urbanísticas, ni han querido
acabar con las grandes dosis de discrecionalidad que en ambos campos se
aprecian. Es una asignatura pendiente y no se pueden permitir el lujo de
volverla a suspender.
Le guste o no a la oposición
socialista, la respuesta que el Partido Popular ha dado ante las informaciones
publicadas sobre posibles irregularidades económicas ha sido rápida y certera.
Tanto desde un punto de vista del funcionamiento interno del partido mediante
una doble revisión de sus cuentas, como desde el punto de vista político con la
próxima comparecencia de Montoro, el Presidente Rajoy ha establecido un camino
transparente y lo ha hecho con una rapidez muy superior a la empleada por otros
años atrás. Otra cosa es, y lo estamos viendo, que con estas medidas esté
dejando sin munición a algunos francotiradores.
Santiago de Munck Loyola
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