Recién
apagados los ecos de las campanadas de fin de año, se ha reiniciado el curso
político, a pesar de las largas vacaciones parlamentarias de sus señorías, con
encuestas y declaraciones varias. Hay que tener en cuenta que iniciamos un año
electoral que tendrá su momento culminante con las elecciones europeas que
servirán, sin duda, como termómetro no sólo de las preferencias electorales de
los ciudadanos, sino también del grado de afección al sistema político y a las
instituciones europeas. Y entre las diferentes declaraciones de responsables
políticos cabe destacar y comentar las del Presidente del PP de Alicante y
Vicepresidente del Consell Valenciano, José Ciscar, que ha sido difundidas por
casi todos los medios de comunicación regionales.
A
la frase “en el PP no tenemos miedo al crecimiento de UPyD y Ciudadanos” le ha
sucedido la afirmación de José Ciscar, destacada por la prensa, de que el
Partido Popular estaría dispuesto a pactar con cualquier formación siempre y
cuando “acepte los postulados que pasan por defender siempre el interés general
de la Comunitat Valenciana”. Eso es ponerse la venda antes de la pedrada,
porque pedrada la habrá con toda seguridad y merecida, por cierto, según
vaticinan casi todas las encuestas. Parece poco coherente afirmar que no se
teme la irrupción de esos dos partidos y a renglón seguido mostrar la
predisposición al pacto con los mismos. Si uno no teme el crecimiento de otros
partidos es porque cree que va a ser irrelevante así que carece de sentido
estar planteándose la necesidad de formalizar pactos con ellos. Hay que deducir
que el Sr. Ciscar da por perdidas las amplias mayorías que hasta ahora venía
disfrutando el Partido Popular en una gran parte de las instituciones valencianas.
Según
Ciscar a los votantes populares que están hoy en la abstención hay que
convencerles de que la alternativa del PP es “la más importante para el futuro
de la Comunitat” añadiendo que si se tiene en cuenta que la máxima alternativa
posible al PP sería “un tripartito radical y de izquierdas”. Si sólo contempla
como alternativa al PP un tripartido “radical y de izquierdas” ¿por qué se
plantea pactar con partidos irrelevantes según él?
Más
adelante, el Presidente Popular alicantino señala que lo que los ciudadanos
quieren es “salir de la crisis, que se genere empleo y se mantengan las
políticas sociales” y para ello, aseguró, “no quieren inventos de ningún tipo,
solo que se gestione de forma razonada y con sentido común”. Parece que tiene
claro lo que quieren los ciudadanos pero lo que no parece tener claro es que el
PPCV no ha sabido ni mantener las políticas sociales, ni gestionar de forma
razonada ni con sentido común. Si el Sr. Ciscar en lugar de mantenerse en su
torre de marfil y de rodearse de aduladores y mercenarios de partido pisase un
poco más la calle y palpase lo que a diario viven los ciudadanos no se pondría
en evidencia con declaraciones como éstas.
Y
para terminar de redondear sus declaraciones, el Sr. Ciscar no ha tenido
inconveniente alguno en hacer gala, una vez más, del cinismo e hipocresía que
viene caracterizando su gestión política al frente del PP de Alicante al que
está conduciendo a un desastre electoral con su autoritarismo y falta de
principios éticos. Así ha asegurado que en las listas electorales del PP
valenciano “no va a haber personas imputadas por supuestos delitos que tengan
que ver con la corrupción”, algo que, según ha dicho, lo dijo el presidente del
Partido y de la Generalitat, Alberto Fabra, “y lo mantiene. A lo mejor podría
explicar cómo se puede conciliar esa posición que además incluía la exclusión
de imputados en los cargos orgánicos del PP con la fraudulenta maniobra que con
la inestimable ayuda de su lacayo, el Sr. Zaplana, ha organizado en la ciudad de
Alicante con el fin de poner lo que queda del PP alicantino en manos de los
imputados del Ayuntamiento. Como sea tan creíble la promesa de que no habría
imputados en los cargos orgánicos del PP como la de que no habrá imputados en
las listas electorales, los ciudadanos pueden tener la seguridad de que, salvo
milagro de última hora, sí los habrá.
Es
evidente que estas declaraciones del Sr. Ciscar ponen de manifiesto una
tremenda falta de realismo y de sensatez política. El PP está sufriendo un
enorme desgaste electoral como consecuencia no sólo de las políticas impuestas
por el Gobierno de la Nación, sino también como consecuencia de los resultados
de la mala gestión popular en la Comunidad Valenciana, malos resultados debidos
a los sistemáticos incumplimientos de los programas y principios del PP en la
gestión de la Generalitat. Y a ello hay que añadir la estela de casos de
corrupción y la incapacidad de la dirección popular para frenar y atajar en
seco esta situación. Si a ello se añade la incapacidad de los actuales
dirigentes populares para reconocer y asumir que es imprescindible abordar un
proceso de regeneración democrática del Partido Popular y de muchas de las
instituciones está completándose el cóctel necesario para cosechar malos
resultados electorales. Y especial responsabilidad tiene en ello el Sr. Ciscar
y su equipo, enemigos acérrimos de cualquier regeneración y de cualquier
proceso democrático que permita al PP volver a conectar con las necesidades
reales de los ciudadanos y de convertirse en un referente de participación, de
debate, de transparencia, de libertad, de honestidad y de confianza ciudadana.
Pero lamentablemente esas suelen ser las consecuencias de una determinada forma
de hacer política que termina entregando toda una gran y noble organización al
primer chaquetero y arribista que llega, es decir, consecuencia de la ausencia
de democracia interna.
Finalmente
hay un dato que parece obviar el Sr. Ciscar y es que el previsible crecimiento
electoral de UPyD y Ciudadanos se basará, sobre todo, en el voto de los
ciudadanos descontentos con el Partido Popular. Pensar que estos partidos
traicionarían a la primera de cambio a sus electores para que haya “más de lo
mismo” es cuando menos ingenuo. No somos pocos los antiguos votantes del PP los
que pensamos que mientras el PP siga en manos de personajes como las actuales,
enemigos declarados de la honestidad, de la transparencia y de la regeneración
democrática, lo mejor que le puede pasar al PP y a la ciudadanía es que el
Partido Popular se marche una temporada a la oposición a ver si, lejos de las
moquetas, de los asesores y de los privilegios políticos, inicia una tan
profunda como imprescindible renovación y regeneración interna.
Santiago
de Munck Loyola
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