Que
hablen mal de uno aunque sea mal dicen con no poco cinismo algunos políticos
que prefieren los titulares al ostracismo de los medios de comunicación aunque,
con la que está cayendo, es posible que no sea esa precisamente la preferencia
de los dirigentes del Partido Popular de la Comunidad Valenciana y, en
especial, de PP de la Provincia de Alicante. Y es que 127 cargos públicos del
PPCV imputados o procesados por casos de corrupción dan para mucho.
En
pocos días se han sucedido noticias relacionadas con las investigaciones
judiciales que afectan al PP de Alicante en nuestra ciudad y, en concreto, en
nuestro Ayuntamiento. Produce sonrojo y vergüenza que un día sí y otro también el
nombre de nuestro Ayuntamiento se vea arrastrado por las salas judiciales como
consecuencia de las acciones de unos políticos y las omisiones de otros, más
prestos a ser tolerantes y complacientes con los imputados que con quienes
exigen honradez y limpieza en la vida pública.
Así,
en pocos días hemos sabido que el Vicealcalde de Alicante, Andrés Llorens ha
sido procesado por los presuntos delitos de prevaricación y falsedad documental
por un supuesto caso de obras amañadas y que el fiscal acaba de pedir tres años
de prisión por esos hechos. Y como era de esperar, la Alcaldesa de Alicante,
Sonia Castedo, imputada en el caso Brugal por cohecho, tráfico de influencias y
revelación de secretos en el supuesto amaño o apaño, vaya usted a saber, del
PGOU de Alicante, se ha apresurado a apoyar en el presente y en futuro al Sr.
Llorens en su decisión de no abandonar sus cargos en el consistorio alicantino tras
su procesamiento.
Hay que subrayar que la actitud política de la Alcaldesa
apoyando a su Vicealcalde pese a su situación procesal no es ninguna novedad en
el PP alicantino ya que ella misma recibió el apoyo del propio secretario
general provincial del PP, José Juan Zaplana, que presidió una cena de homenaje
a la Alcaldesa cuando se conoció su imputación. Hoy por ti, mañana por mí.
Actitud congruente también con la mantenida, por ejemplo, por el concejal
popular Luis Barcala quien tras la imputación declaró que los concejales
estarían del lado de la Alcaldesa pasase lo que pasase. Es evidente que para el
PP de Alicante las líneas rojas de Fabra no existen, aunque ello le esté
costando al PP alicantino un auténtico varapalo electoral como el recibido hace
pocos días.
Y,
por si fuera poco lo anterior, hoy un medio de comunicación ha publicado que “La Policía detecta una red para amañar
contratos en Alicante” y ha hecho públicos extractos de los “pinchazos”
telefónicos del caso que investiga sobornos en el Plan E. Nótese que cuando se
habla de una red para amañar contratos en Alicante se está haciendo referencia,
desgraciadamente, al Ayuntamiento de Alicante. ¿En qué han convertido estos “señores”
nuestra Casa Consitorial? El informe de la Policía relata cómo se adjudicaban
obras sin concurso y cómo se inflaba su precio.
Según este informe los contratos
se adjudicaban después de haberse empezado a ejecutar, los precios que se
incrementaban arbitrariamente por los técnicos y se fraccionaban los contratos
para no superar el límite legal de 18.000 euros y poder concederlos así a dedo.
Todo ello forma parte de un sumario que investiga una presunta trama de
sobornos en Alicante para amañar contratos millonarios, entre ellos tres del
Plan E. Y en las conversaciones grabadas, además de algún técnico, aparece
también el Vicealcalde de Alicante.
Y
para completar las noticias sobre el panorama judicial que salpica a nuestro
Ayuntamiento, los medios también se han hecho eco de la decisión de la Sala de
lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad declarándose
incompetente para continuar con la causa
abierta contra el ex alcalde de Alicante y ex diputado autonómico Luis Díaz
Alperi por presuntos delitos fiscales, al no ser ya aforado, e inhibiéndose en
favor de los juzgados de Alicante.
Se
trata de un panorama desolador de nuestro Ayuntamiento que dura ya demasiado
tiempo. La desesperante lentitud de la Justicia es inaceptable porque el daño a
la imagen de las instituciones de nuestra ciudad es enorme. Es inaceptable
porque, además, en el caso de que los acusados resultasen finalmente inocentes
se les ha habría sometido a una larga presión injusta. Y es inaceptable porque,
finalmente, si resultasen culpables habrían seguido manejando la administración
demasiado tiempo. Pero aún aceptando que la Justicia en España tiene sus
tiempos y que los implicados han podido contribuir intencionadamente a la
prolongación de las causas, lo cierto es que el daño a la imagen de nuestro
Ayuntamiento y a la de la clase política, en general, está hecho. Alicante no
se merece tanto paseíllo judicial. Alicante se merece un Ayuntamiento
transparente y libre de sospechas, un Ayuntamiento digno de confianza y unos
regidores dispuestos a sacrificar sus intereses personales por los de la
ciudad. Tan es así que los electores se han dado cuenta de ello y ya han dado
un serio aviso al principal responsable de esta situación, al Partido Popular
de Alicante, que ha sido castigado el pasado 25 de mayo con más fuerza que el
resto del PPCV al bajar un 4 % más que la media.
La
Asociación Esperanza Popular de Alicante, desde su nacimiento, ha venido
denunciando esta penosa situación y ha reivindicado la necesidad de una
profunda regeneración política que se traduce en más transparencia, más ejemplaridad,
más honradez y más eficacia en la gestión pública. Y pronto dará un paso más
pasando de la denuncia y la reivindicación a las propuestas concretas y a las
alternativas, porque ni la Provincia de Alicante, ni la ciudad de Alicante, ni
quienes han visto defraudado su voto se merecen este lodazal.
Santiago
de Munck Loyola
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