Una cosa es la historia que nos
enseñan en los colegios, la versión oficiosa de nuestra historia y otra muy
distinta la real. Buena prueba de ello es el libro de José María de Mena, Los reinos olvidados de España, en el
que el autor pone el foco de atención sobre la existencia de algunos reinos de
España que la historia que se imparte ignora o que, en el mejor de los casos,
pasa de puntillas sobre ellos. La existencia de reinos como el de Reiyo,
Estella, Sobrarbe, Canarias, Os Guedes o Todmir es para la mayor parte de la gente
una auténtica sorpresa. Por ejemplo, la mayoría recordamos la versión escolar
de la invasión musulmana: el general musulmán Tariq desembarca el frente de unos 7.000 bereberes
en la bahía de Algeciras el año 711, derrota a Don Rodrigo, rey visigodo, en
Guadalete y en poco más de 10 años los musulmanes se habían hecho con toda la
península llegando hasta Francia donde serían expulsados progresivamente tras
ser derrotados en la batalla de Poitiers en el año 732 por Charles Martel.
Mientras, en España, Don Pelayo derrotaría a los musulmanes el año 722 en Covadonga
iniciándose oficialmente la larga reconquista que acabaría en el año 1492 con
la toma de Granada por los Reyes Católicos.
Pero poco o nada se nos cuenta de
la supervivencia de un pequeño reino cristiano en medio de la nueva España
musulmana: el reino de Todmir o Tudmir. Lo cierto es que al margen de los
pequeños focos de resistencia al invasor musulmán en las montañas asturianas o
en la cordillera pirenaica, en el interior de la zona invadida sobrevive desde
el año 711 al 780 un pequeño reino cristiano que se extiende por lo que hoy es
Murcia, buena parte de Alicante y alguna localidad de la provincia de Valencia.
El gobernador cristiano de esta zona Teodomiro, al conocer la derrota de Don
Rodrigo, movilizó un ejército y lo concentró en Orihuela para defender dicho
territorio. Las tropas musulmanas dirigidas por el hijo de Muza, Abdelaziz, se
dirigían desde el sur hacia el norte para conquistar Zaragoza y al encontrarse
con la resistencia de las tropas de Teodomiro decidieron no combatir para poder
continuar hacia su objetivo del norte y, para ello, formalizaron un tratado con
Teodomiro quien, por cuestiones representativas y ante la ausencia de un poder
regio, hubo de asumir las funciones reales pasando a ser el único rey cristiano
en ese momento en la España musulmana. A Teodomiro le sucedería su hijo
Atanagildo y la independencia de este curioso reino cristiano acabaría en torno
al año 780. Además, durante los 69 años de existencia del reino de Todmir su
territorio inicial creció. Formaban parte de este reino en el momento de su
máxima expansión 19 ciudades repartidas en dos comarcas, Murcia y Alicante:
Valentela, Begastro, Lorca, Anaya, Orihuela, Caravaca, Cartagena, Mula, Petrel,
Chibchilla, Águilas, Ferez, Alhama, Aspe, Librilla, Alcantarilla, Isla Grosa,
El Mar menor y el Cabo de Palos.
Así que lo cierto es que mientras
los cristianos se sublevaban en Asturias y se abría oficialmente el período
conocido como la Reconquista, en Alicante, nuestra provincia, y en Murcia
subsistía desde diez años antes un reino cristiano que sobreviviría en medio de
la España musulmana durante casi 70 años. Una notable proeza que
incomprensiblemente no ha sido prácticamente objeto de estudio y de mención en
los libros de texto de las últimas décadas.
El libro de José María de Mena
saca a la luz igualmente la existencia de otros reinos que también han venido
siendo sistemáticamente ignorados en la historia oficial de nuestro país pero
que fueron una realidad viva. Merece la pena leer este libro y comprobar así
hasta qué punto la historia de España no es sólo como nos la cuentan, que hay
otra historia escondida, olvidada o marginada que está ahí y que forma parte,
se quiera o no, de nuestro patrimonio histórico como Nación.
Santiago de Munck Loyola
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