Un
nuevo informe de la policía judicial ha vuelto a poner de manifiesto la
existencia de graves irregularidades en la financiación del PPCV. No se trata
de ninguna novedad. Llueve sobre mojado y sorprende mucho la lentitud de la
justicia a la hora de enjuiciar y depurar responsabilidades de toda una trama
corrupta de la que ha formado parte el PPCV. El último informe de la policía
judicial sobre el caso Gürtel añade más acusaciones sobre las irregulares
transacciones entre la trama corrupta y la contabilidad del Partido Popular de
la Comunidad Valenciana. Según el informe policial el Partido Popular ha
manejado abundante dinero negro y con él pagó a las empresas de la trama Gürtel
numerosos actos electorales. Este informe saca a la luz también varios regalos
efectuados por los responsables de la trama corrupta a muchos políticos que no
eran ajenos, desde luego, a la formalización de contratos con las empresas de
esta trama. Es cierto que muchos de los hechos denunciados quedan ya lejos en el
tiempo como los relativos al Congreso Regional de 2002 que costó 240.582 euros y por el que el PPCV abonó a la
empresa Special Events más 150.000 euros en negro, que se dice pronto, o como
los 17.429 euros también pagados en negro en 2002 por la Convención Regional
celebrada en el Palau de la Música de Valencia. Pero no es menos cierto que la
posible prescripción de hechos delictivos o simplemente irregulares no puede en
modo alguno esgrimirse como excusa para no depurar las responsabilidades
políticas a que hubiere lugar.
Pero
sin irnos tan lejos en el tiempo todavía quedan muchas cuestiones que aclarar y
es muy importante hacerlo, no ya por la cantidades económicas manejadas, sino
porque muchos de los que han manejado dinero negro para pagar actos electorales
del Partido Popular ostentan hoy importantes responsabilidades de gobierno. Ya
en el informe de la UDEF de 2008 se realizaban importantes y graves acusaciones
que, al día de hoy, no han sido respondidas adecuadamente ante la opinión
pública. En aquel informe se mencionaban a una serie de personas como
pagadores, como personas de contacto para las empresas de la trama corrupta,
para los gastos de las campañas de las elecciones de 2007 y las generales de
2008. Entre ellos hay que destacar a los siguientes y por las cantidades en
dinero negro que se relacionan:
Adela
Pedrosa, Alcaldesa de Elda y Vicepresidenta 1ª de la Diputación: 13.997.- €.
Alfredo
Castelló, Alcalde de Sagunto y Presidente del Comité de Derechos y Garantías
del PPCV (¡Qué ironía!): 14.554.- €.
Miguel
Peralta 5.067.- €.
Mercedes
Alonso, Alcaldesa de Elche: 42.131.- €.
César
Augusto Asencio, Alcalde de Crevillente y Vicepresidente 2º de la Diputación de
Alicante: 39.900.- €.
José
Ciscar, Presidente del PP de Alicante y Vicepresidente, Consejero de Presidencia
y Hacienda y Portavoz del Consejo de la Comunidad Valenciana: 4.472.- €.
Y
respecto a la ciudad de Alicante a la que se asignan en el informe 62.495.- €
pagados en negro no figura el nombre del “pagador” de los gastos de la campaña
de 2007, aunque todos conocemos quién era la coordinadora de la campaña
electoral.
Desde
luego tiene lo suyo que el actual Vicepresidente de la Generalitat Valenciana y
Consejero de Hacienda, el Sr. Ciscar, pudiera haber manejado alegremente dinero
negro para pagar actos electorales. Pues bien, como puede apreciarse del examen
de los nombre de esta lista de políticos que manejaron dinero negro destaca el
hecho de que la mayoría ostenta en la actualidad cargos de enorme relevancia.
Se trata de personas que hoy en día manejan presupuestos públicos y el dinero
de los contribuyentes, sin que hasta la fecha se sepa si es o no cierto lo que
de ellos dice la policía. Son, en todo caso, políticos bajo sospecha y esa
sospecha no despejada debería inhabilitarles, mientras no ofrezcan a la opinión
pública una explicación plausible sobre la misma, para seguir ejerciendo
responsabilidades públicas y, desde luego, les incapacita para exigir nada a
los ciudadanos. ¿Cómo van a combatir estos señores por ejemplo la economía
sumergida y el consiguiente tráfico de dinero negro si están acusados de
manejarlo? Aquí sólo hay una alternativa: o la policía judicial miente o
mienten los políticos.
Es
cierto que la inmensa mayoría de los partidos políticos tiene sus “pecadillos”
en cuanto a su financiación. Pero también es cierto que si los ciudadanos somos
permisivos o tolerantes con estas prácticas la espiral de la corrupción será
inacabable. Hace no mucho, algunos afiliados del PP de Alicante tuvimos
conocimiento de denuncias de irregularidades en la campaña de las municipales de
2007: actos pagados por empresas, deudas impagadas al día de hoy, etc. Y como
en el PP nunca se da cuenta a los militantes de la contabilidad, tuvimos el
“atrevimiento” de pedir por escrito información al respecto. ¿Respuesta?
Silencio sepulcral. Bueno, silencio del todo, no, algunos fuimos rápidamente
expulsados mediante un procedimiento ilegal y leninista.
Mientras
los partidos políticos no respondan ante sus afiliados y ante los
contribuyentes que son los que ponen el 80 % del presupuesto oficial de los
partidos políticos, las prácticas corruptas seguirán siendo el pan nuestro de
cada día. Y mientras los partidos políticos sigan funcionando gracias al dinero
público y no de las cuotas de sus afiliados seguirán viviendo por encima de sus
posibilidades sin tener que responder ante nadie. Siempre vendrán con el cuento
chino de que sus cuentas están fiscalizadas por el Tribunal de Cuentas. ¡Claro!
¡Faltaría más! Y se quedan tan anchos. ¿Fiscaliza el Tribunal de Cuentas la
contabilidad B, el dinero negro con el que, al parecer y según la Policía
Judicial, el Sr. Ciscar y sus conmilitones pagaban a la trama Gürtel?
Una
democracia sana necesita instituciones sanas y unas instituciones sanas
necesitan partidos políticos sanos, partidos políticos democráticos, limpios y
transparentes. Y desgraciadamente el PPCV hoy por hoy y con estos dirigentes no
lo es. Un partido que hace trampa en las elecciones es como un deportista que
se dopa. Su triunfo está viciado y cualquier análisis terminará por
demostrarlo. Los ciudadanos no debemos mirar para otro lado, ni admitir
prácticas semejantes bajo la excusa del mal menor. O somos firmes contra estas
prácticas o seguirán arruinando nuestra democracia. Mirar para otro lado,
minimizar estos problemas, colaborar con estas personas bajo sospecha o
votarles es amparar y proteger la corrupción. Y viendo a dónde nos han
conducido no nos lo podemos permitir. Va siendo hora de abrir las ventanas para
que el olor a podrido desaparezca.
Santiago
de Munck Loyola
http://santiagodemunck.blogspot.com.es/
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