Durante los últimos días los
ciudadanos estamos asistiendo a un nuevo espectáculo político, el cruce de
navajas entre distintos dirigentes políticos a propósito de las elecciones
municipales que habrán de celebrarse en mayo de 2015. Los medios de
comunicación están recogiendo casi diario las declaraciones de unos y otros
sobre quién habrá de encabezar determinadas candidaturas o sobre quién se
postula para ello. Y en el Partido Popular hay, por su peculiar sistema de
designación de candidatos, verdaderos especialistas en estas lides. Desde hace
semanas en Madrid se están lanzando globos sobre la candidatura popular a la Casa de la Villa madrileña. La
designación de Ana Botella parece estar en el aire y el entorno de la Secretaria General ,
Mª Dolores de Cospedal, ha filtrado que la preferida para encabezar el cartel
electoral es nada menos que la Vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de
Santamaría.
Más cerca, en nuestra Comunidad,
hemos contemplado con cierta diversión el primer escarceo entre la alcaldesa de
Alicante Sonia Castedo y el Secretario General del PPCV Serafín Castellano a
propósito de quién habrá de encabezar el cartel electoral en la ciudad de
Alicante. Serafín Castellano ha dejado claro que entre sus preferencias no está
el que repita Sonia Castedo habida cuenta sus problemas judiciales. Y Sonia
Castedo, que según el Presidente Provincial Popular y enemigo político de
Serafín Castellano, José Ciscar, es el mejor activo electoral del PP, le ha
respondido, vía Twitter, con su ya conocida frase sobre el retorno de los
esputos lanzados al cielo. La respuesta del Secretario General ha sido poner de
manifiesto su aprecio personal por Sonia Castedo y, simultáneamente, filtrar
que su preferido para encabezar la candidatura popular al Ayuntamiento de
Alicante es el exvicepresidente de la Diputación y actual director de la Cámara de
Comercio, Carlos Mazón, “ripollista” de pro. Así que todo parece indicar
que las espadas, mejor dicho, las navajas están en alto mientras que el
Presidente Fabra anda autoproclamándose candidato a la Generalitat y
promoviéndose a si mismo.
Pero si uno va más allá de estos
juegos de esgrima político descubre algo profundamente preocupante. En ninguno
de los casos en los que se está debatiendo quién ha de encabezar o no las
candidaturas se habla de las preferencias de los militantes, de los afiliados
quienes en buena lógica democrática deberían ser en última instancia los que
eligiesen a los candidatos. Pero no, no es así. En el Partido Popular siguen
anclados en los rancios y antidemocráticos métodos de designación de candidatos
que tan malos resultados han proporcionado y a la vista está en las sedes
judiciales y en los resultados de la gestión de nuestra Comunidad. Y los medios
de comunicación participan con toda naturalidad de esta manera de entender la
política. Parece que lo único que importa es saber quién es el preferido por el
Presidente Provincial o por el Secretario General para ser candidato y no quién
es el preferido por las bases del partido. A nadie le importa, al parecer, qué
piensan los afiliados o a quien prefieren. Al fin y al cabo, todo el mundo da
por sentado que tragarán, como siempre, apoyarán y votarán a cualquiera que
desde la cúpula sea impuesto como candidato. No es de extrañar pues que las
listas electorales estén plagadas de falsos liderazgos, de incompetentes y de
arribistas y cuanto más sumisos con los de arriba, mejores puestos obtendrán en
las candidaturas.
A un demócrata debería importarle
poco a quien prefiere como candidato un alto cargo del partido y mucho lo que
las bases del partido prefieren. Pero lamentablemente no es así con los
resultados que todos padecemos. Una vez más la regeneración democrática y junto
a ella la democracia interna brillan por su ausencia en estos “juegos florales”
de nuestros presuntos políticos.
Santiago de Munck Loyola
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