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jueves, 19 de agosto de 2010

EL CINISMO DE PEPIÑO BLANCO.



Con su nombramiento como Ministro parecía que el Sr. Blanco había abandonado sus modales mitineros y había adoptado cierta pose de hombre de estado. Hasta parecía haber descubierto el significado del diálogo como instrumento indispensable de todo buen político. Pero no, se trataba de un espejismo, de una simple ilusión. El auténtico Pepino Blanco, el dirigente socialista de insulto rápido y de simplezas grandilocuentes, el orador “perfeto, correto y exato” ha reaparecido en pleno verano para deleitar al respetable con sus ocurrencias estivales.

No se le ha ocurrido otra cosa al insigne político que calificar de deslealtad la visita del Sr. Aznar a Melilla y a afirmar sin rubor alguno que el ex presidente nunca visitó las ciudades africanas durante su mandato. ¿O es un ignorante o es un mentiroso el Sr. Blanco? ¿O las dos cosas a la vez? Dos veces visitó Melilla el Sr. Aznar siendo Presidente del Gobierno de España y ahí están las hemerotecas para confirmarlo. El Ministro José Blanco ha mentido sin rubor alguno y ya se sabe lo que decía su compañero ministerial, el Sr. Rubalcaba, cuando violó la jornada de reflexión del 13 de marzo de 2004, “España no se merece un gobierno que miente”. Ya sabe lo que le toca por mentiroso y si no ha mentido, sino que ignoraba la realidad, lo mismo. No se puede ser ministro del Gobierno de España acumulando tanta ignorancia a sus espaldas. España no se merece ministros tan ignorantes, ¿o sí?

Pero es que además, las declaraciones del Sr. Blanco son una muestra de un cinismo sin límites. Calificar de deslealtad al Gobierno de la Nación el hecho de que un ex presidente visite Melilla, una ciudad española, podría ser entendible si quien formula la crítica hubiese mantenido en el pasado una actitud similar a la que hoy reclama. Pero no es así. Si esta visita a tierras españolas en medio de un conflicto con Marruecos es calificada de desleal, ¿cómo hay que calificar las visitas del Sr. Zapatero en medio de un conflicto con Marruecos no a ciudades españolas, sino al mismo Marruecos? ¿Cómo traición? Porque en medio de las tensas relaciones con Marruecos a principios de esta década, con el conflicto del islote de Perejil por medio, el Sr. Zapatero visitó Marruecos y se reunió con el adversario de España en ese momento. El Sr. Zapatero no fue a Ceuta o a Melilla a expresar su apoyo a los españoles de esas ciudades, sino que fue a mostrarle su comprensión al tirano de Marruecos, en lugar de apoyar la política exterior del Gobierno de España respaldado por el Parlamento español.

Sólo desde el más puro cinismo se puede decir lo que el Sr. Blanco ha expresado. Debe pensar que los ciudadanos somos tontos o muy simples y que con poner mucho énfasis en las consignas que suelta éstas se van a convertir en realidad y nos va a convencer. O quizás piense que la mejor defensa es un buen ataque. Pero para desarrollar un buen ataque hay que tener mejores armas intelectuales que las que el Sr. Blanco luce. Y sus mentiras son tan cortas como sus argumentos.

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