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viernes, 14 de enero de 2011

LA CHAPUCERA LEY ANTITABACO.

La entrada en vigor a primeros de este año de la reforma de la legislación sobre el consumo de tabaco en lugares públicos está dando mucho que hablar estos días, tanto en los medios de comunicación, como en el ámbito privado. Defensores y detractaros de la nueva regulación están enzarzados en batallas dialécticas en las que se esgrimen toda clase de argumentos, desde los más sensatos hasta los más peregrinos.

No cabe duda de que esta polémica, debidamente alentada desde todos los medios de comunicación, evita llamar la atención sobre otros problemas mucho más graves que afectan al conjunto de los ciudadanos. El caso Malaya y los famosos implicados, as prohibiciones antitaurinas, después los controladores aéreos y ahora el tabaco. Bien, pues a ello.

La línea seguida por el Gobierno no parece un muy coherente, ni muy acertada. Da la impresión de que se legisla a golpe de ocurrencia sin que exista una coherencia en las sucesivas disposiciones. Obligar a los hosteleros hace pocos años a realizar inversiones millonarias para instalar mamparas, habitáculos segregados y aparatos extractores para establecer zonas reservadas para los fumadores y disponer ahora que esas costosas inversiones son absolutamente inútiles, sin compensación alguna además, evidencia la falta de coherencia y la ausencia de ideas claras.

Hay en la nueva regulación aspectos que son francamente discutibles. Lo es la obligación de los hosteleros o responsables de locales públicos cerrados de denunciar a los infractores de la Ley. La nueva disposición convierte a estos ciudadanos en delatores, en una especie de gendarmes obligados a denunciar a sus clientes asumiendo unas funciones que, además de situarles en una posición de riesgo, deberían ser competencia exclusiva de la autoridad competente. Ahora, el empresario, además de recaudador del IVA, es también auxiliar de la policía. Discutible es también la imprecisión de la Ley en cuanto a las distancias en las que no se puede fumar en torno a los recintos hospitalarios o los colegios. Esta imprecisión es una evidencia más de la mala técnica jurídica empleada en la elaboración de esta norma.

Se supone que la finalidad de esta Ley es proteger la salud de los ciudadanos, quieran o no. Pero cuando establece excepciones a la aplicación de la misma se citan las prisiones y los centros psiquiátricos. Claro, vistas estas excepciones solo cabe preguntarse qué objetivos superiores a la salud de reclusos y enfermos psiquiátricos prevalecen para justificar la excepción. ¿Son los reclusos ciudadanos de segunda? ¿No debe el Estado velar por su salud al igual que se supone que vela por la del resto de los ciudadanos? ¿Y los enfermos psiquiátricos? ¿Ha oído hablar el Gobierno del dicho romano “mens sana in corpore sano”? ¿Y los funcionarios y personal sanitario que trabaja en estas instituciones? ¿Puede fumar? Parece que la salud física de presos y enfermos mentales no es un objetivo prioritario para el Ministerio de Sanidad.

Es evidente que debe existir una legislación que proteja la salud de todos pero ello no es incompatible con el ejercicio de la libertad individual. La alergia al ejercicio de la libertad que padece este gobierno se ha puesto especialmente de manifiesto en esta ocasión. Lo sensato es que existan establecimientos donde se pueda fumar y otros donde no se pueda y que cada ciudadano elija donde quiere estar. Tan fácil y sencillo como eso. Y si no es así, si la libertad de elección no es una opción a respetar por el legislador, prohíbase radicalmente el tabaco; que el estado renuncie a los enormes ingresos que le proporciona la venta de esta droga legal que suponen el 80 % del precio de cada cajetilla. Lo demás es pura hipocresía y afán totalitario.

Como hipocresía es que el Sr. Zapatero, responsable de esta Ley, la incumpla a los pocos días con ocasión de su entrevista en Antena 3 (http://www.elsemanaldigital.com/articulos.asp?idarticulo=112055). ¿Le han denunciado los responsables de Antena 3 en cumplimiento de la nueva Ley? ¿O van a delinquir? A que no le denuncian. Está visto, en España, para poder fumar en espacios públicos cerrados hay que ser un recluso, un paciente psiquiátrico o Presidente del Gobierno. Curioso, ¿no?

Santiago de Munck Loyola.

miércoles, 12 de enero de 2011

AZNAR Y GONZÁLEZ: IMAGEN DE UNA MISMA CLASE POLÍTICA.


Hace pocas horas ha sido noticia el “fichaje” de José María Aznar como asesor de la compañía eléctrica Endesa por 200.000.- € brutos anuales. Se trata de una nueva actividad del ex Presidente del Gobierno que se viene a añadir a otras actividades privadas que viene desempeñando desde que abandonó el poder en 2004. Hace menos de un mes, otro ex Presidente, Felipe González, era noticia por haber “fichado” por la empresa energética Gas Natural Fenosa, como consejero independiente de la sociedad, percibiendo por ello 126.500 euros brutos anuales. Se trata también de una nueva actividad privada a añadir a otras que viene desempeñando.
Es público que ambos ex Presidentes perciben, gracias a estas actividades privadas, sustanciosos ingresos económicos. Puede ser discutible la conveniencia e idoneidad de algunas de estas actividades, pero desde el punto de vista legal no hay nada reprochable en ellas.

Pero ambos ex Presidentes, al margen de los enormes ingresos económicos generados en sus actividades privadas disfrutan de sendas pensiones vitalicias pagadas por todos los contribuyentes. En el caso de Felipe González su pensión vitalicia es de 90.000 euros brutos anuales. En el caso de José maría Aznar su pensión vitalicia es de 60.000 euros brutos anuales. Ambos tienen secretaria, asistente y escolta personal con cargo a los presupuestos generales del Estado.

También gozan de pensiones vitalicias algunos ex Presidentes autonómicos con cantidades que varían entre los 40.000 y los 90.000 euros brutos anuales.

Cuando estas pensiones vitalicias se perciben en un régimen de absoluta compatibilidad con otros ingresos provenientes del ámbito privado, no queda más remedio que plantearse qué finalidad tienen estas pensiones vitalicias y, sobre todo, qué compatibilidad ética y moral con el conjunto de un sistema de pensiones públicas como el que tenemos.

Es evidente que cuanto más alto sea el puesto desempeñado por un político más fácil es su reincorporación al mercado laboral. Los contactos y la agenda generada en los años de poder abren muchas puertas cerradas para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Por tanto, terminada la etapa de gobierno, la concesión de una pensión vitalicia sólo puede ser entendida como una salida para evitar que se inicie una andadura profesional al amparo de las relaciones generadas en los años de gobierno, objetivo, por lo demás, de carácter más que saludable para la higiene democrática. Pero, si no existe incompatibilidad legal alguna entre la percepción de una pensión vitalicia y el ejercicio de actividades profesionales privadas entonces no hay razón alguna que justifique su existencia.

En cuanto al encaje moral y ético de este tipo de pensiones en el sistema público de pensiones no puede haber duda alguna: no existe. Basta para ello comprobar el panorama existente en el país para sostener esta afirmación. El sistema que soporta estas millonarias pensiones vitalicias es el mismo sistema que abona a los ciudadanos pensionistas una media de 874,97 euros al mes, cifra de enero de 2010. Es el mismo sistema que paga una pensión mínima de 587,80 euros al mes y máxima de 2.466 euros al mes. Es el sistema que abona 587,80 euros al mes a las viudas mayores de 65 años. Es el sistema de previsión pública que sólo puede abonar a los pensionistas del SOVI por vejez, invalidez o viudedad 375,70 euros mensuales.

Es el sistema de previsión de un país en el que el 20,8% de la población está por debajo del umbral de pobreza relativa, cifra que en 2009 se situaba en el 19,5%; de un país en el que tres de cada 10 hogares manifiestan llegar a fin de mes “con dificultad” o “mucha dificultad”, según los datos resultantes de la publicación provisional de la ECV del INE que ofrece información sobre los ingresos medios de los hogares durante el año 2009.

Estas son algunas de las cifras reales que describen el panorama, el estado de una sociedad que, curiosamente, sí tiene recursos para pagar pensiones vitalicias millonarias.

Parece que en estas cuestiones no hay color político, pero sí una clase política que comparte privilegios al margen del estado de la nación. Habrá quien argumente que esto es demagogia y que suprimiendo los privilegios de la clase política no se resuelven los problemas sociales de los ciudadanos. Y puede que sea cierto. Pero es evidente que desde una perspectiva ética y moral, la clase política no puede servirse de los ciudadanos, ni acogerse de forma permanente a privilegios fiscales, económicos y sociales que la aleja de la vida real que sus representados viven. O la clase política empieza a dar ejemplo o habrá que reemplazarla.

Es posible que en un futuro no muy lejano Iberdrola cuente con Zapatero como asesor. Será una excelente señal.


Santiago de Munck Loyola

lunes, 10 de enero de 2011

ETA CUMPLE EL GUIÓN.

Estaba cantado y los pronósticos se han cumplido. Ante la proximidad de un nuevo proceso electoral, la organización terrorista ETA anuncia un nuevo alto el fuego, una nueva tregua, de carácter permanente, general y verificable por la comunidad internacional. Que los asesinos dejen de matar, aunque sea temporalmente, siempre es una buena noticia. Otra cosa es la credibilidad que pueda merecer la maniobra de estos mal nacidos y el alcance real de esta tregua.

La autodenominada organización socialista revolucionaria vasca responsable de 948 asesinatos a sangre fría de hombres, mujeres y niños, de decenas de heridos y mutilados, de decenas de secuestros, de extorsiones permanentes a pequeños empresarios, de destrozos callejeros incalculables, de haber extendido el miedo y el terror por todo el tejido de la sociedad vasca, de atentar de forma permanente contra los más elementales derechos humanos dice ahora en su comunicado que hay que dar una solución democrática y justa al secular conflicto político.

La ETA que al igual que la mafia ha hecho de la violencia su única razón de ser, que ha construido un medio de vida perfectamente adecuado para individuos perturbados que se regocijan en el sufrimiento y el dolor ajeno dice ahora que la solución llegará ahora a través de un proceso democrático que tenga la voluntad del pueblo vasco como máxima referencia y el diálogo y la negociación como instrumentos.

“Democrático”, “diálogo” y “negociación” en boca de esos repugnantes asesinos. ¡Qué asco! Es imposible que estos tipos puedan llegar a entender que mientras alguien postule una idea política con un arma en la mano es imposible que haya democracia alguna. Es radicalmente imposible que estos sujetos entiendan que ellos mismos con sus armas, bombas, extorsiones y violencia son el único obstáculo para la supervivencia de la democracia y, por tanto, para la realización plena de la voluntad popular. De hecho, hoy, en el País Vasco no existe una democracia plena debido al ejercicio continuado y sistemático de la violencia de estos “marxistas revolucionarios”. En el País Vasco no se dan desde hace años los requisitos básicos e imprescindibles para que la soberanía popular pueda ser ejercida plenamente por lo que, nos guste o no, las instituciones vascas tienen un déficit de legitimidad a causa de la violencia etarra. Derechos básicos y elementales para la formación de la voluntad popular no pueden ser plenamente ejercidos en las provincias vascas: ni la libertad de expresión, ni la de asociación, ni la de reunión, ni la de residencia, ni el sufragio pasivo, por citar algunos derechos básicos, están plenamente garantizados allí.

Siempre he considerado un tremendo error las diferentes negociaciones iniciadas por los gobiernos españoles con los etarras. Negociar con una banda de delincuentes es otorgar carta de naturaleza a sus actividades delictivas. Por una parte, existen cauces legales y democráticos para que los objetivos políticos de los etarras y quienes les apoyan se desarrollen de forma pacífica y sin violencia. Por otra, negociar es admitir que el ejercicio continuado y sistemático de la violencia sirve para que a uno le atiendan y se negocien propuestas fuera de las instituciones democráticas y es señalar el camino a seguir por quienes deseen imponer sus tesis políticas cuando las urnas no les respalden. Por último, negociar es olvidar a las víctimas y a sus familias en un acto de cobardía absolutamente despreciable.

Hoy sólo puede haber un comunicado aceptable, el de su rendición definitiva, y un gesto incuestionable, la entrega de las armas. Mientras eso no se produzca hay que seguir cerrándoles el paso en las instituciones.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 6 de enero de 2011

EL SEMINARIO DE ROZAS DE PUERTO REAL.

Tenía 10 años recién cumplidos cuando ingresé en el Seminario Menor de Rozas de Puerto Real para cursar el primer curso de Bachillerato. El curso escolar había empezado hacía unos días por lo que mis padres me llevaron en coche hasta allí. Tras presentarme al sacerdote que nos recibió y despedirme, se marcharon. Empecé entonces una nueva etapa en mi vida que habría de prolongarse hasta tercero de bachillerato, después iría al seminario de Alcalá de Henares y al de Madrid, en la Calle Jerte.

Recuerdo que al llegar, a media mañana, todo el mundo estaba en clase. Me llevaron a los dormitorios y me asignaron un pequeño cuarto, no una camarilla. Los dormitorios, cada uno bajo una advocación de la Virgen, eran grandes salas divididas en pequeños espacios, las camarillas. Se trataba de tabiques en forma de U con una cortina al frente en cuyo interior había una cama y un armario. Don Leopoldo, el sacerdote que enseñaba matemáticas, fue el primero en saludarme y presentarse. Lo hizo tres veces en el mismo día: “Así que tú eres el pequeño belga que se incorpora ¿no? Yo soy Leopoldo. Bienvenido”. Era un poco despistado.

El Seminario era un inmenso edificio situado sobre una colina rodeado de prados, bosques y montañas, a unos cinco kilómetros del pueblo más cercano. Rozas de Puerto Real, Navahondilla, Sotillo de la Adrada y Casillas eran los pueblos próximos a los que nos acercábamos los miércoles cuya tarde era libre. Se trataba de un ritual: marchar deprisa en grupos de amigos, llegar al pueblo, ir al bar o a una tienda y comprar pipas o tomarse un vaso de casera y, en ocasiones, una “torera” y emprender el regreso.


El edificio principal estaba rodeado por algunas construcciones: la casa de Don Tiburcio, a la entrada, que era una pequeña casa en la que residía un sacerdote muy mayor que había sido administrador del Seminario, unas cocheras, un edificio donde vivían los trabajadores, el Tío Eugenio y el Tío Eusebio que padecía Parkingson, “los pajares” y las “cochiqueras”. El Seminario contaba con unas instalaciones ganaderas con vacas, gallinas y cerdos con los que se aprovisionaba en parte la cocina. Había personal de cocina y de limpieza con el que también trabajaban las monjas, las Hermanas de la Caridad. Recuerdo especialmente a la Sra. Concha, la cocinera, a la Hermana Altagracia, a la Sra. Carmen y a muchas otras cuyo nombre he olvidado, pero no sus caras, ni el trato siempre cariñoso que me dispensaron.

Éramos más de 200 alumnos que cursábamos 1º y 2º de bachillerato. Para todos fue una inmensa alegría cuando el Obispo decidió que íbamos a cursar 3º también en Rozas en lugar de pasar al Seminario de Alcalá. Contábamos con tres campos de fútbol, una pista de baloncesto, un campo de balonmano, un frontón y una piscina al aire libre que sólo se usaba en el último mes del curso y aún así con una agua muy fría.

Durante las primeras semanas fui “adoptado” por los de 2º con quienes pasaba la mayor parte de los recreos. Después tuve mi pandilla, mis amigos: Saúl, Manolo Ortega, Queco y Jesús Ortega principalmente. Juntos pasábamos la mayor parte de las tardes. Nuestro lugar favorito eran “las cataratas”. Un rincón del arroyo situado junto a una chopera camino del monte por excelencia de la zona, “el Pelado”.

Nos despertaban por la mañana con música: “Bendita sea la luz del día…” era la estrofa inicial de una de las canciones. Mozart, Beethoven, los arreglos de Waldo de los Ríos o María Ostiz eran nuestros 40 principales matutinos. Tras asearnos y hacer la cama (había que deshacerla entera y volverla a hacer) había que bajar y pasar la inspección de los zapatos limpios. Estaba prohibido bajar a la planta baja por el último tramo de la escalera principal. Había que dar un rodeo y bajar por la escalera del campanario.


El desayuno podía ser, en pleno invierno, una incógnita pues en más de una ocasión la nieve impedía llegar al panadero. De todos modos, invariablemente, se empezaba a desayunar tostadas de pan del día anterior seguido de pan del día.

Por las mañanas clases. Por las tardes dos largos recreos interrumpidos por una hora de clase y por la merienda. Al anochecer, estudio en una gran sala donde teníamos nuestros pupitres y vigilados por alguno de los sacerdotes. Misa voluntaria en medio del estudio. Después la cena, algo de tiempo libre que mis amigos y yo aprovechábamos muchas veces para ir con linternas a las cochiqueras para ver nidos de golondrinas y, sobre todo, porque estaba prohibido y era una aventura hacerlo. Paso por la Capilla y a la cama. En 1º, ducharse era una aventura. Las duchas, situadas en el sótano, no contaban que llaves individuales para regular la temperatura del agua. El tío Eugenio, un hombre muy mayor, estaba encargado de regular la temperatura con dos llaves principales. Los gritos se sucedían: “más caliente”, “más fría”, así hasta alcanzar una temperatura aceptable.

En 2º se organizó un Grupo Scout y fuimos encuadrados en patrullas. Cada Patrulla disponía de un pequeño habitáculo en el pajar y de una pequeña parcela en el bosque, junto al arroyo, en la que construimos cabañas. El día que le tocaba de “servicio” a tu Patrulla, nos ocupábamos de vigilar la limpieza de zapatos, de que todo el mundo saliera al recreo en chándal, de tocar la campana para señalar el fin de las clases, de tocar la sirena y de hacer un mural informativo.

Jugar al frontón, a la “bigarda”, al clavo, recorrer aquellos montes, los bosques de pinos, seguir el curso del arroyo, cazar grillos, renacuajos, culebras, recoger castañas y níscalos en otoño, espárragos trigueros en primavera, plantas aromáticas, hacer carreras con barcas de corcho por las acequias eran actividades con las que disfrutaba constantemente.

Rozas de Puerto Real, el Seminario, fue mucho más que un colegio. La gran familia de la alegría rezaba una pintada en el frontón. Y para mi lo fue. Es cierto que los domingos por la tarde me costaba y entristecía dejar mi casa para volver al seminario. Cogíamos el autobús a las 8 en las Vistillas, en Madrid y llegábamos casi a las 11 a Rozas donde nos esperaba un vaso de leche con galletas. Me costaba el trayecto. Me entristecía. Pero aquellos religiosos y seglares que nos cuidaban, enseñaban y educaban hacían del Seminario algo muy parecido a una familia. Don Francisco, el Rector, D. Eduardo, D. Tomás, D. Fermín, D. Carlos, La “Seño”, D. Vicente, D. Antolín, D. Manuel, D. Javier y tantos otros fueron más que simples profesores. Fueron formadores y nos transmitieron valores que en mayor o menor medida calaron en nuestras vidas. Para todos ellos no puedo tener más que palabras de cariño y de profundo agradecimiento. Tuve mucha suerte por haberles conocido. Tuve mucha suerte por haber estado en el Seminario de Rozas. Fueron siempre un testimonio de esa Iglesia comprometida y que desgraciadamente nunca es noticia. Siempre les he tenido y les tendré presentes.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 2 de enero de 2011

Álvarez Cascos: otro que se va.

La baja de militancia en el Partido Popular de Francisco Álvarez Cascos no es una buena noticia para los populares, como no lo fueron en su día las bajas de militantes tan significativos como José Ortega Lara o de María San Gil. Es muy posible que al amparo de las encuestas tan favorables para el Partido Popular la mayoría de los afiliados y de los dirigentes de la formación política no le den la más mínima importancia a este hecho, como parece ponerse manifiesto con el escueto comunicado emitido al respecto.

Sin embargo, el hecho que tras 34 años de militancia todo un exsecretario general se vea en la necesidad de tomar una decisión tan seria debería mover a la reflexión a los militantes populares. Es muy posible que Francisco Álvarez Cascos haya cometido muchos errores de bulto a la hora de plantear su candidatura para encabezar el cartel electoral del Partido Popular en el Principado de Asturias, al igual que es cierto que Cascos ha sido víctima de un procedimiento estatutario para la designación de candidatos que él mismo refrendó y utilizó durante años, un procedimiento de designación en el que la voluntad de los afiliados es permanentemente ignorada por los órganos de decisión del Partido. Hay quienes justifican el método de designación sobre la base de una especie de democracia delegada: los militantes eligen al dirigente del Partido y éste, en virtud del mandato recibido, designa a los candidatos o se designa, en su caso, a si mismo. Pero no es lo mismo un Congreso Regional para elegir a los rectores del Partido para el día a día que elegir a quien deba representarlo en las instituciones, aunque en la mayoría de las veces coincidan los elegidos. Y es evidente que cuando se plantean distintas candidaturas, cuando las circunstancias que concurren hacen difícil conocer el sentir de la mayoría es preciso, si se quiere hacer realidad el principio constitucional relativo al funcionamiento democrático interno de los Partidos, acudir a la fórmula del Congreso extraordinario o a la fórmula de las primarias que ha utilizado el PSOE. El caso asturiano es sumamente complejo en el ámbito del Partido Popular, a la existencia de numerosas fracciones y personalismos había que sumar el impacto de la personalidad de Cascos y su proyección pública que, se quiera o no, era la que en las encuestas realizadas aseguraba la mayoría absoluta para el Partido Popular, ahora en entredicho por la decisión personal de Mariano Rajoy. Y haber mantenido una herida abierta durante tantos meses no parece la mejor estrategia para afrontar unos comicios autonómicos y locales.

Prescindir de la opinión y voluntad de los afiliados no es un signo de fortaleza en el liderazgo, sino todo lo contrario. La toma de decisiones de aparente fortaleza al abrigo de encuestas favorables constituye un signo más de debilidad que se traducirá, sin ningún género de dudas, y así lo podremos ver en una mayor indefinición programática. No “mojarse”, no comprometerse, no explicar demasiado serán consignas que se acentuarán en los mensajes a medida que nos aproximemos a las elecciones generales. El Partido Popular va a ganar “por descarte” por lo que no será necesario transmitir un plan de acción demasiado detallado a los electores.

En todo caso, insisto en que la marcha de personas relevantes no es un buen camino. Los que llevamos muchos años en el Partido Popular hemos visto cómo a medida que los vientos electorales se tornaban favorables, muchos de los que nos combatían se incorporaban a nuestras filas y han venido ocupando puestos relevantes. Ocurrió en 1982 con el trasvase de cuadros de la UCD hacia Alianza Popular. Volvió a ocurrir en 1996 y está ocurriendo de nuevo. Sumar siempre es positivo, pero prescindir de quienes han sido referentes políticos de la organización, de quienes han trabajado de forma ejemplar para la misma con el fin de dejar paso a los recién llegados o exhibir una presunta renovación no lo es, (por cierto, resulta muy llamativo que los que llaman a la renovación nunca se sienten aludidos por la misma). Porque de bien nacidos es ser agradecidos.

Santiago de Munck Loyola

martes, 28 de diciembre de 2010

PARAISO FISCAL ESPAÑOL: LAS CORTES GENERALES.


Dice Wilkipedia que un paraíso fiscal es un territorio o Estado que se caracteriza por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a los ciudadanos y empresas no residentes, que se domicilien a efectos legales en el mismo. Típicamente estas ventajas consisten en una exención total o una reducción muy significativa en el pago de los principales impuestos. Las autoridades europeas señalan entre los paraísos fiscales a los siguientes países o territorios: Andorra, Anguila, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Islas Cook, Islas Marshall, Liberia, Montserrat, Nauru, Niue, Panamá, San Cristóbal y Nieves, San Vicente y las Granadinas, Santa Lucía y Vanuatu. A ellos habría que añadir, entre otros, a Mónaco o San Marino por sus ventajosas reglas fiscales.

Y sin llegar a tanto, tenemos los españoles unos territorios muy pequeños y céntricos que se caracterizan por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a ciertos ciudadanos. Se trata del Congreso y del Senado, de las Cortes Generales. Allí donde reside la soberanía nacional se aplica un régimen especialmente favorable para sus señorías que contrasta poderosamente con el régimen aplicable al resto de los contribuyentes, los que pagan el sueldo a sus señorías.


Bien es cierto que el Reglamento del Congreso en su Artículo 8.3 señala que todas las percepciones de los Diputados estarán sujetas a las normas tributarias de carácter general. Pero esta disposición sólo se cumple formalmente porque las normas tributarias de carácter general establecen la excepción para sus señorías que así resultan especialmente beneficiadas. Es lo que se dice legislar para uno mismo. Así, en su artículo 17.2, apartado b, de la Ley del IRPF se dejan exentas de tributación las cantidades que los parlamentos y otras instituciones públicas "asignen para gastos de viaje y desplazamiento" a los representantes públicos. Según los expertos fiscales entre el 40% y el 75% del sueldo real de diputados, senadores y, en general, de cualquier cargo de representación pública, goza de exención fiscal, es decir, que no tributa a Hacienda gracias a las abultadas dietas que cobran sus señorías.

Con la suma total de sus ingresos, un diputado o senador, si tributase como cualquier ciudadano, podría llegar a hacerlo fácilmente al tipo máximo marginal del IRPF, establecido en el 43%. Pero ésa no es la realidad, sino otra muy distinta. Sus señorías incluyen como dietas de gastos por manutención, transporte o alojamiento cantidades muy superiores a las reales disminuyendo así sus ingresos sujetos a imposición. Con esta técnica quedan libre de impuestos entre el 40 y el 75 por ciento de su renta real y tributan a un tipo marginal de entre el el 10 y el 25 por ciento, es decir, igual que los contribuyentes de renta media o baja.

Todo dentro de la más estricta legalidad y, a mi juicio, de la más estricta inmoralidad. No hay razones políticas, económicas o sociales que justifiquen esta nueva quiebra al principio de igualdad de los ciudadanos ante la Ley. Del mismo modo que sus señorías deberían renunciar a sus privilegios en materia de pensiones e indemnizaciones y someterse al régimen general, cada vez más exigente, que imponen al resto de los ciudadanos, también deberían hacerlo en el ámbito fiscal. Sus señorías y los demás cargos públicos beneficiados con estas triquiñuelas fiscales deberían pensar y asumir que son, ante todo, servidores públicos y que están ahí para servir a los ciudadanos y no para servirse de los ciudadanos. La dedicación política puede ser dura y sacrificada, pero es voluntaria y, por tanto, no puede tener mejor compensación que la de la satisfacción por servir lo mejor posible a los ciudadanos. Sin ejemplaridad de la clase política no es posible ni ético pedir a los ciudadanos asumir sacrificios en tiempo de crisis.

Una ventaja sí que tienen nuestros parlamentarios por sul nivel de renta y es que no pueden tener acceso a determinadas subvenciones como las que se otorgan para la adquisición de VPO. Y es que si tuvieran acceso a las mismas verían que cuando uno recibe una subvención para comprar una casa porque su renta es baja, después tiene que declarar esa subvención como renta y tributar a hacienda por ella. Eso que se ahorran sus señorías.



Santiago de Munck Loyola.

domingo, 19 de diciembre de 2010

RIVAS: IU REPITE AGITACIÓN.

El pasado 14 de diciembre, Izquierda Unida de Rivas-Vaciamadrid ha lanzado una campaña de recogida de firmas para reclamar una mejora de las condiciones en que se desarrolla el servicio de metro en la localidad. Para ser más concreto, las reivindicaciones que plantea en esta campaña Izquierda Unida son exactamente las mismas que planteó el partido Popular de Rivas-Vaciamadrid hace 11 años: ampliación de horario, equiparación de precio del billete e inclusión de todo el municipio en la misma zona tarifaria. Lástima que entonces estas propuestas no fueran apoyadas por IU aunque también las reivindicaba por su cuenta.

Cada vez que se aproxima una cita electoral, IU encuentra siempre una causa para enarbolarla, promover el victimismo entre la población ripense y fortalecer así los signos identitarios e identificadores son su candidatura. El victimismo siempre le ha venido bien a IU. Fomenta siempre el agravio comparativo, se erige como fuerza salvadora y cataliza los sentimientos ciudadanos con un solo objetivo, lograr su voto. Después, si te he visto no me acuerdo. Recuerdan bastante en sus tácticas a los gobernantes que en los momentos difíciles siempre encuentran un enemigo exterior al que culpar, sea una confabulación judeo masónica o una conjura de los especuladores internacionales que se ceban ahora en nuestra deuda pública. A veces se asemejan a los nacionalistas que, ante la más mínima crítica a su gestión, se envuelven en la bandera e identifican la crítica con un insulto a los sentimientos y valores de su región.

En 1991, lo hicieron con la incineradora, aunque años después no tuvieron inconveniente en pactar la supresión de ayudas a los movimientos contra la misma a cambio de una abstención en los presupuestos municipales de 1996. En 1995, lo hicieron con los asentamientos gitanos de la Cañada y, en menor medida, también con la incineradora. En 1999 la causa estaba en el régimen de funcionamiento del Metro. En 2003, la Guerra de Irak y el Prestige. Agitación, movilización, criminalización del discrepante y votación. Siempre el mismo proceso y siempre con buenos resultados. Por ello, no sorprende que vuelvan a la carga a cinco meses de las elecciones. Aunque esta vez les ha faltado imaginación, se repiten. Este tema ya lo agitaron en 1999.

Claro que, pasados 11 años desde la inauguración del metro cabe preguntarse sobre la honestidad y credibilidad de esta campaña. Porque, vamos a ver, ¿en 11 años no han tenido tiempo de sentarse a negociar con la Comunidad de Madrid, con el Consorcio de Transportes, para encontrar una solución a estas justas reivindicaciones? Es evidente que cuando IU quiere ponerse el traje institucional y sentarse a negociar con la Comunidad de Madrid lo sabe hacer y de hecho lo hace. Ahí está el ejemplo del nuevo Colegio concertado Hipatía. Ha negociado tanto y tan bien que el municipio cuenta ya con este colegio concertado a pesar de que esta iniciativa va en contra de lo más significativo de los principios y programas de IU. Y el Sr. Alcalde estaba radiante el día de la inauguración. Y muy complacido. ¿O será que negocia aún en contra de los principios programáticos de IU cuando hay algún beneficio para cierto sector social? También se ha puesto el traje institucional para el nuevo centro de salud. Por tanto, ¿a qué viene ponerse ahora el traje de la barricada?

Todo apunta a que no se trata de una iniciativa honesta ni necesaria para lograr la mejora del funcionamiento del metro. Todo apunta a que se trata, una vez más, de la habitual campaña de agitación pre – electoral y que las firmas de los ciudadanos, en realidad, importan muy poco a los dirigentes locales de IU, como les ha importado poco durante estos 11 años cómo venía funcionando el metro.

Parece que las ideas se han agotado en el politburó y por eso retoman esta antigua bandera. Y es que el poder tan prolongado apoltrona a cualquiera, hasta al más revolucionario.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 16 de diciembre de 2010

¿REFORMA DE LAS PENSIONES? SÍ, PERO LAS DE LOS POLÍTICOS PRIMERO.

Ayer, 15 de diciembre, se reunió la Comisión del Pacto de Toledo y según apuntan casi todos los medios informativos parece que hay un amplio consenso para introducir dos importantes modificaciones en el actual sistema de pensiones: Por una parte, retrasar la edad de jubilación lo que parece indicar que, si bien no se han atrevido a concretar una edad, es muy posible que se retrase la jubilación hasta los 67 años, por otra, ampliar el período de cotización computable pasando de los 15 años actuales a 20 o 25 años.

Sobre este asunto parece que hay dos cuestiones fuera de toda duda: la necesidad de abordar una reforma del actual sistema de pensiones para garantizar su viabilidad futura y la legalidad y legitimidad política de quienes deben llevar a cabo tal reforma.

Sostengo que nuestros parlamentarios y nuestro gobierno carecen de la legitimidad moral suficiente para abordar esta reforma que implica necesariamente un retroceso en los derechos sociales adquiridos por los ciudadanos. Y ello es así por la sencilla razón de que nuestros políticos están anclados en privilegios que blindan su situación personal en lo relativo a las pensiones, indemnizaciones y subsidios de toda índole una vez que cesan en su actividad pública. Es de cajón que quien no está dispuesto a renunciar a sus privilegios, quien no está dispuesto a asumir sacrificios carece de toda legitimidad moral para exigirlos a los demás. Y eso es precisamente lo que le pasa a la clase política española.

El Art. 14 de la Constitución de 1978 señala que los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Por su parte, en el Capítulo III, bajo el epígrafe “DE LOS PRINCIPIOS RECTORES DE LA POLÍTICA SOCIAL Y ECONÓMICA.”, el Art. 50 determina que los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Y, en cuanto a los Parlamentarios, el Art. 71 de la C.E. establece la inviolabilidad por sus opiniones y la inmunidad parlamentaria, como únicas diferencias para garantizar el ejercicio de sus funciones. Nada señala nuestra Constitución sobre la existencia de privilegios económicos de los parlamentarios por el ejercicio de su cargo, ni establece un Régimen Especial de previsión social para los mismos. Es evidente que los parlamentarios españoles se ha dado a si mismos un trato especial y diferenciador en materia de pensiones que vulnera directamente el principio constitucional de igualdad y que supone una grave afrenta comparativa con el resto de los ciudadanos, los contribuyentes.

Estos parlamentarios que ahora mismo debaten sobre si nos retrasan o no la jubilación a los demás, pueden jubilarse a los 60 años si han cotizado a la Seguridad Social durante 40. Estos mismos parlamentarios que ahora discuten sobre si nos amplían el período de cálculo para la determinación de la cuantía de la pensión de 15 a 20 o 25 años tienen garantizada la pensión máxima (2.466,20.- €) con 11 años de actividad parlamentaria. Estos mismos parlamentarios son los que tiene regulados toda una serie de disposiciones que permiten complementar, vía Presupuestos públicos, las cantidades necesarias para lograr la pensión máxima en el caso de no contar con los 11 años señalados. Y no son éstos los únicos privilegios con los que cuentan como las indemnizaciones por transición, cuando dejan el escaño, o las indemnizaciones por cese.

Para qué hablar de las indemnizaciones o “pensiones” de cargos públicos como los 129.000.- € anuales del ex - presidente de la Generalidad Catalana, de los ex – presidentes del Gobierno de la Nación o las pensiones e indemnizaciones de los cargos públicos regionales, diputados autonómicos, etc. Estos privilegios económicos de los políticos se justifican siempre o bien aludiendo a la necesaria homologación con los políticos europeos (como si al resto de los ciudadanos ya estuviéramos homologados en cuanto a salarios, pensiones o derechos sociales) o la dificultad de reintegración al mercado laboral una vez terminada la dedicación política. A nadie se le obliga a asumir responsabilidades políticas y ya el propio desempeño de las mismas conlleva suficientes privilegios como para que sea necesario su prolongación una vez concluidas. La dedicación a la política no puede justificar el establecimiento de cómodos colchones de por vida.

Hoy por hoy, nuestros parlamentarios, nuestros gobernantes carecen de autoridad moral, de legitimidad moral para exigir sacrificios al conjunto de los ciudadanos. Es condición indispensable y previa que renuncien a sus privilegios económicos, que hagan realidad el principio constitucional de igualdad ante la Ley y que se sometan al Régimen General en materia de pensiones, indemnizaciones o subsidios al igual que el resto de los ciudadanos. En cualquier tiempo y momento la ejemplaridad es la mejor pedagogía política, pero en tiempos de crisis lo es aún más. Sólo así podrán conseguir que la clase política no sea considerada cada vez más como un problema por parte de la ciudadanía, en lugar de la solución a los problemas que nos agobian.

Santiago de Munck Loyola

jueves, 9 de diciembre de 2010

LA HUELGA DE LOS CONTROLADORES (2).

Ya se ha pasado el caos aeroportuario del fin de semana causado por la huelga salvaje de los controladores y la ineptitud chulesca de este gobierno. Y toca ahora realizar toda clase de comentarios y debates en torno a dicha huelga. No hacía falta que el Sr. Zarrías, conocido como el pulpo multivoto, culpara al Partido Popular de este desastre. Conociendo su talla intelectual era de esperar tan fino diagnóstico por parte del reputado político socialista.

Hoy se ha celebrado Pleno en el Congreso para debatir sobre este asunto. Y, como no podía ser menos, desde las filas socialistas han vuelto a adjudicar responsabilidades a la oposición. Era de esperar que repitiesen, con menos zafiedad que la del Sr. Zarrías, los mismos argumentos. Todo menos asumir responsabilidades. El convenio colectivo suscrito por el Gobierno de Partido Popular con los controladores expiró en diciembre de 2004 y es normal, habida cuenta la brillante capacidad gestora delictual gobierno, que en seis años no haya tenido tiempo material de negociar uno nuevo, ni de reformar el sistema, ni de legislar lo necesario para evitar un desastre como éste. No señor, los socialistas no han tenido tiempo y toda la culpa es del Sr. Aznar que está compinchado con los controladores. Lo peor de todo es que seguramente ellos mismos y quizás alguno de sus votantes se lo creen.


Mariano Rajoy ha tenido hoy una buena intervención, responsable y crítica a la vez con este “desgobierno”, Pero quizás ha pecado de excesiva cortesía parlamentaria, una cortesía que los gobiernos del Partido Popular no recibieron nunca de la entonces oposición socialista. «El ministro de Fomento es un inútil total con dosis importantes de caradura porque siempre encuentra una excusa para no asumir sus responsabilidades» ha recordado el líder de la oposición citando a Alfredo Pérez Rubalcaba quien dedicó esta frase en 1999 al Ministro de Fomento Arias Salgado por unos retrasos en el aeropuerto de Barajas. Rajoy ha añadido que no sería él quien se las dedicase al Ministro Blanco porque él no es así. Pues eso último creo que le ha sobrado, yo sí creo que el Sr. Blanco es, como Ministro de Fomento, un inútil total con dosis importantes de caradura porque siempre encuentra una excusa para no asumir sus responsabilidades. Y en estos días ha dado importantes pruebas de ello al igual que sus conmilitones. El Sr. Blanco ha estado mintiendo a la sociedad al afirmar en agosto que los problemas con los controladores estaban resueltos y ha mentido en repetidas ocasiones al afirmar que ya existía la homologación para los controladores militares. Y ha sido un auténtico chapucero por acudir al decreto y a la imposición el pasado mes de febrero en lugar de a la negociación y al acuerdo. ¡Vaya con el gobierno del talante! Desde otras posiciones tanto Llamazares como Rosa Díez han tenido unas acertadas intervenciones.

Hay dudas más que fundadas sobre la legalidad del decreto de militarización y de la declaración del Estado de Alarma. El Gobierno ha acudido a estos instrumentos jurídicos excepcionales para resolver un conflicto laboral, no hay que olvidarlo. Se trata de una huelga tan salvaje como la de los empleados de Metro del pasado mes de julio tan aplaudida por la izquierda ya que el choque frontal era con el Gobierno de la Comunidad de Madrid. En ambas se vulnera la ley y se pisan claramente los derechos de los ciudadanos. La diferencia estriba en el volumen económico de los daños causados y en el estatus de los huelguistas, pero la esencia es la misma. En la huelga de Metro se impedía fundamentalmente a los trabajadores usar ese medio de transporte para ir a trabajar. En la de controladores el perjuicio principal ha sido para quienes no han podido usar los aviones, no para trabajar, sino para disfrutar de unas vacaciones. Dos varas de medir a la hora de analizar, justificar y solucionar conflictos laborales. Pero, desde luego, la solución a estos conflictos no pasa por esgrimir como una estaca los instrumentos constitucionales. No quiero ni pensar lo que habría ocurrido si fuese el Sr. Aznar el que hubiese decretado el estado de alarma. ¡Cuanta hipocresía!



Santiago de Munck Loyola

domingo, 5 de diciembre de 2010

San Nicolás.

Mañana, 6 de diciembre, es San Nicolás en Bélgica y hoy, allí, es la noche mágica para los niños. El Santo Obispo, recién llegado de Valencia tal y como manda la tradición, recorre las casas belgas dejando los regalos soñados por los más pequeños.

Afortunadamente, una de las costumbres de su Bélgica natal que mi padre había conservado era celebrar la fiesta de San Nicolás, así que en casa se celebraba esta fiesta y la de los Reyes Magos. Juguetes y regalos por partida doble, al empezar las fiestas navideñas y al finalizar las mismas. Aún recuerdo perfectamente a mi padre relatándonos la vida de San Nicolás y los milagros que había realizado. Los hermanos escuchábamos atentamente la historia del Santo y especialmente, al menos en mi caso, el episodio en el que el viejo Obispo resucitaba a los tres hermanos descuartizados y conservados en sal para servir de alimento en una posada. La verdad es el episodio tiene su miga y contado con todo género de detalles no es que sea de lo más apropiado como relato infantil, pero nos gustaban las historias que mi padre nos contaba. Lo hacía con mucha seriedad y captaba toda nuestra atención. La verdad es que era muy bueno contando historias, a veces, demasiado bueno.

En todo caso era una noche muy especial. Como lo era el levantarse al día siguiente. Nos despertábamos muy pronto y si alguno de los hermanos se había quedado dormido lo despertábamos rápidamente. Nos reuníamos e íbamos al cuarto de nuestros padres para despertarlos y para que se levantaran para bajar al salón a ver si había llegado San Nicolás. En alguna ocasión, el Santo tuvo dificultades de transporte y no llegó a tiempo. Ya se sabe, el mal tiempo en estas fechas en Bélgica es muy traicionero. Cuando estábamos todos de pie, bajábamos las escaleras. Mis padres delante con el bebé de turno en brazos. Detrás los más pequeños y por último los mayores. En perfecta formación. Al terminar la escalera y girar hacia el centro del salón empezaban las exclamaciones. Juguetes y dulces esparcidos por la habitación. Siempre parecía que había más de lo que en realidad había porque tanto San Nicolás, como los Reyes Magos, tenían la costumbre de sacar los regalos de sus cajas y ponerlos a su lado. Todo era brillo y color. No siempre coincidía el regalo con lo solicitado en la correspondiente carta, pero no nos importaba. En seguida, cada uno se hacía con su regalo y se enfrascaba con él. Y después del desayuno, a la calle, a jugar y a enseñarlo a los amigos.

Si el regalo era compartido como ocurrió con un coche de pedales o con una bicicleta BH, una buena táctica consistía en ponerse malo al día siguiente para no ir al cole y poder disfrutar en solitario tras una repentina mejoría. A mi me funcionó una vez, al menos.

Es difícil poder describir todo lo que pasaba por la mente y el corazón de un niño en esos momentos. Pero queda, sobre todo, una nostalgia impregnada de un profundo amor y ternura hacia quienes lo hacían posible, a los creadores de aquella magia e ilusión. Gracias.

Santiago de Munck Loyola.

sábado, 4 de diciembre de 2010

LA HUELGA DE LOS CONTROLADORES.

¡Buena la han montado los controladores! Miles de ciudadanos tirados en los aeropuertos, vacaciones rotas, reservas de hoteles canceladas, el espacio aéreo de todo el país cerrado y decretado el estado de alarma. Todo un caos generado por una impresentable huelga salvaje que va a generar cientos de millones de euros de pérdidas en una economía cada vez más cerca de ingresar en la UVI con una intervención europea. Sin entrar a valorar las razones de los controladores que, posiblemente sean muy respetables, lo que no es admisible es el método elegido para hacer valer sus legítimos derechos. La responsabilidad de estos profesionales ha brillado por su ausencia. Han chocado frontalmente con el gobierno del talante y las consecuencias las sufren todos los ciudadanos, vuelen o no, porque la imagen y la economía española han salido gravemente dañadas.

Y si grave es la actitud de los controladores no lo es menos la del Gobierno. Preguntado el Ministro de Fomento, Sr. Blanco, sobre las razones que han impulsado al Gobierno a aprobar el decreto causante del conflicto la víspera de un puente, se ha limitado a decir que los controladores llevaban tiempo saltándose los acuerdos y que “no acetaban (sic) la ley”. Ha añadido el inefable Ministro que hacían barbaridades tales como “computar como jornada trabajada las bajas por enfermedad”. Ignoraba yo que el tiempo que uno está de baja enfermo haya que trabajarlo una vez dado de alta, pero en fin, lo dice el Sr. Ministro. Desde luego no sé si los controladores “acetan o no acetan” la normativa en vigor y me es completamente indiferente para poder saber por qué el Gobierno ha elegido precisamente estas fechas para su decretazo, cuestión a la que no ha querido responder el Sr. Blanco. Del mismo modo, ignoro el “ojeto esato” (sic) de las negociaciones entre AENA y los controladores, pero me preocupa saber por qué este Gobierno no previó las consecuencias que podían acarrear sus decisiones. ¿Cómo es posible que el Gobierno no supiese que se iba a montar este jaleo? Si lo sabía y no hizo nada, mal y si no lo sabía peor.
Que por primera vez en la Democracia un Gobierno haya tenido que acudir a decretar el estado de alarma suspendiendo así derechos constitucionales es tremendamente significativo del estado de deterioro de la situación. Y que el Sr. Rodríguez Zapatero no salga a dar la cara lo es aún más. Por primera vez un Gobierno suspende derechos constitucionales y ¿no tiene nada que decir a los ciudadanos el Presidente del Gobierno? Es absolutamente increíble. El Portavoz del Partido Popular, Sr. Pons ya se ha ocupado en el día de hoy de recordárselo a la ciudadanía.

Pero, claro, no cabría preguntarse lo mismo del Jefe de la Oposición. ¿Acaso la promulgación del estado de alarma por primera vez en nuestra democracia no exigía una comparecencia pública inmediata del Presidente del Partido Popular? Yo creo sinceramente que sí. Como creo que es un error achacar al Sr. Zapatero lo mismo que hace el Sr. Rajoy, aunque las responsabilidades sean distintas. Como decía el Conde de Romanones: ¡Vaya tropa!

Santiago de Munck Loyola

jueves, 2 de diciembre de 2010

SOY CULPABLE Y PAGO EL CANON DIGITAL.



Lo confieso: soy adicto a hacer fotografías, a hacer películas con mi videocámara, a escribir, a usar el teléfono móvil y a navegar por Internet. Cada vez que viajo o participo en alguna reunión familiar uso la cámara de fotos o la de video, a veces la del móvil. De vez en cuando me pongo a escribir y a diario navego por la red. Estas aficiones me han convertido en un presunto delincuente y por ello tengo que pagar un canon a los indigentes artistas españoles. Lo confieso, soy culpable. No lo puedo evitar.

Para satisfacer estos bajos y perniciosos instintos decides ir equipándome poco a poco. Ya tienes un móvil porque has aprovechado los puntos acumulados aunque, como querías el último grito, te ha tocado pagar un poco. Este, además de pantalla táctil tiene una estupenda cámara. Te compras un ordenador con los complementos que parecen necesarios para poder desarrollar estas criminales aficiones. Cuando no entiendes mucho de esto siempre hay algún buen amigo o en las grandes cadenas un amable dependiente, normalmente muy joven que te mira con aire de suficiencia y de comprensión ante tu ignorancia, que te va aconsejando sobre lo que te puede ser más útil:

.- ¿Qué uso le va a dar al equipo, señor?

.- Pues, no sé, el normal, archivar fotos, videos, documentos, usar Internet…

.- ¿Y se quiere gastar mucho?

.- La verdad es que cuanto menos mejor, pero, vamos, tampoco me dé un saldo, quiero algo práctico, bueno y que no sea muy caro.

Amablemente, te aconseja un PC con grabadora, con un escaner, con una memoria externa por seguridad, una impresora y, como es barato, te llevas de paso una memoria USB que “viste mucho”. Al llegar junto a la caja ves las ofertas de CD y DVD y te llevas unos cuantos, dos caja de 10 unidades. Pagas, te dan la factura con el precio, IVA incluido, pero no pone nada de un canon. Pasado un tiempo y recuperado del “sablazo” compras una cámara de video y, de paso, una cámara fotográfica digital. La misma operación, amable dependiente, sabios consejos y paso por caja. Ya has reunido suficientes piezas para empezar tu carrera delictiva. Ya te puedes convertir en un creador, en un cineasta doméstico, en fotógrafo casero y perder las horas por Internet. El equipo ha costado una pasta, IVA incluido, pero ha merecido la pena para poder dar rienda suelta a tu capacidad creativa.


Haces tu primera foto, la vuelcas en el ordenador, una copia en la memoria externa, haces una copia en CD y la imprimes. O lo mismo con tu película. ¡Qué satisfacción! Y ahora echas cuentas. 9 € por el escaner, 7,95 € por la impresora, 19,40 € por el PC, 1,10 € por el móvil, 12 euros por la cámara de fotos, 12 € por la cámara de video, 12 € por la memoria externa, 3,15 € por la memoria USB, 2,20 € por los CD y 4,40 € por los DVD. Total 83,20 € o lo que es lo mismo 13.843 de las antiguas pesetas. ¡Jo, qué barato! Pero, no, los 83,20 € no son el precio, es el canon digital que has pagado por convertirte en autor, es el dinero que pagas a la SGAE, a los artistas de la ceja. ¡Oiga, pero si aquí el autor soy yo! ¡Soy yo el que ha hecho la foto o la película! ¿Por qué tengo entonces que pagar derechos de autor a Ramoncin, Teddy Bautista y compañía? ¿Por qué estos individuos se tienen que aprovechar de mi creatividad? ¡Ah, se siente! El Gobierno lo ha decidido así. Usted dice que ha comprado todos esos artilugios electrónicos para hacer sus fotos y pelis, pero por Ley, el Gobierno, sus asesores como Aldo Olcese y la SGAE presumen que usted miente y que lo que va a hacer es piratear el trabajo artístico de otros. Así que usted es un mentiroso y presunto y potencial delincuente y tiene que pagar por ello. ¡Faltaría más!


¡Oiga! ¿Y por qué en cada factura además de especificar lo que pago por IVA no figura lo que me hacen pagar para la Bardem y compañía? ¡Hombre, no sea quisquilloso! ¿Qué quiere, que cada vez que un vecino compra uno de estos aparatos recuerde a quién y gracias a quién paga de más?

Esto pasa por tener aficiones artísticas tan perversas. Es mejor dedicarse a la pintura al óleo, a la acuarela o al carboncillo. Las de toda la vida. Aunque, pensándolo bien, un pincel, un lienzo y pinturas son instrumentos de reproducción potencialmente delictivos. ¿A qué están esperando para aplicarles un canon en nombre de la igualdad constitucional? Este no podrá ser digital, pero manual desde luego. ¡Venga, Aldo, Ramoncin, Bardem, manos a la obra!.

Santiago de Munck Loyola.