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domingo, 31 de mayo de 2015

Alicante merece otro cambio más.


Que el Delegado del Gobierno de España en la Comunidad Valenciana, Serafín Castellanos,  sea detenido por la policía es, sin duda, un hecho extraordinario y, sin embargo, parece que los ciudadanos nos lo hemos tomado como una noticia más en este incesante goteo de escándalos derivados de la corrupción en nuestra Comunidad. Es tan larga la cadena de casos de corrupción y de escándalos propiciados por el PPCV que nos parece extraño el día en que no salta uno nuevo y muchos nos preguntamos quién será el siguiente. De la corrupción y de la forma en que la ha abordado el Partido Popular se acuerda ahora el Presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, al reconocer casi una semana después del varapalo del 24 de mayo  algunos de los errores que han podido influir en el mismo. Algunos prebostes populares aún andan hablando de errores de comunicación, de mala venta política, de la prensa enemiga,… pero siguen siendo incapaces de encontrar el verdadero mal de fondo, el origen de la corrupción y de la desafección ciudadana. 

Hace ahora un año, con ocasión del resultado de las elecciones europeas señalé en estas páginas lo siguiente: La fuga de estos 500.000 votantes es mérito también y ganado a pulso por Alberto Fabra, un líder artificial y sin palabra, por Serafín Castellano, por Javier Moliner, por Alfonso Rus, la personificación de la sutileza política y el pluriempleo, por José Ciscar y su acólito, JJ Zaplana, el dúo protector de imputados, y por la larga ristra, hasta 127, de cargos públicos populares imputados en diferentes casos de corrupción. Esos son los responsables del varapalo electoral levantino y, con seguridad, ninguno de ellos tendrá la decencia de dimitir. Este castigo electoral no es casual. Su origen está en la política de un PPCV escasamente democrático, controlado por rancias camarillas, en el que el afiliado no cuenta para nada y en el que la democracia interna no existe, lo que ha producido, como era de esperar, una delirante política que ha arruinado a la Comunidad Valenciana y un cúmulo de casos de corrupción a los que nadie ha sido capaz de poner freno.

Y este análisis es hoy plenamente vigente. El Partido Popular está en una situación muy delicada. Los culpables son en primer lugar toda esta larga lista de aprovechados, los Bárcenas, Granados, Ruses, Ratos, Fabras, Alperis, Ripolles y demás, en segundo lugar los consentidores e impotentes Rajoys, Cospedales, Císcares, Zaplanas y muchos otros miembros de la estructura popular, en tercer esa propia estructura estatutaria construida al servicio de esta casta y, por último, la propia militancia popular sumisa, obediente y acrítica, cómplice con su silencio y su fervor claquero. De ahí la enorme dificultad para que se produzca una auténtica regeneración de un partido tan importante para la estabilidad de nuestras instituciones. No hay que ir muy lejos para darse cuenta de que la regeneración del PP es una misión casi imposible. Basta tener en cuenta que en Alicante, por ejemplo, se ofrece para liderar esa regeneración Luis Barcala, un concejal estrecho colaborador de Sonia Castedo, cómplice político de la nefasta gestión y cómplice con su silencio de la persecución a los regeneradores del PP o basta considerar que José Ciscar, máximo responsable del desastre electoral, protector de imputados y un pésimo gestor que tanto ha perjudicado a nuestra Provincia desde Valencia, se postule ahora para liderar la Diputación, sin asumir responsabilidad alguna, o para liderar el PPCV.

El votante de centro derecha de Alicante debería ir asumiendo ya que el Partido Popular hace tiempo que no le representa, que su gestión no se corresponde con sus valores y principios y que está controlado por una mafia endogámica al servicio de intereses particulares y no de los generales. Debería asumir que en esas condiciones y con unos estatutos que impiden a las bases dirigir y controlar a sus dirigentes no hay regeneración posible del mismo. Los que están ya han demostrado su complicidad con los que han tenido que salir por la puerta de la justicia. Con ellos no se puede contar. Es una causa perdida.

Por eso, hoy más que nunca, se hace imprescindible abrir un proceso de convergencia y de encuentro entre todos aquellos que piensan que Alicante necesita una opción política capaz de representar los valores y principios del centro derecha, una opción política regeneradora, plenamente democrática, enraizada en los problemas y necesidades de la gente, sin hipotecas con Madrid, Valencia o Barcelona para defender a esta provincia, capaz de levantar una alternativa sólida frente a una izquierda radicalizada y populista y dispuesta a sacrificar los localismos y los personalismos por un proyecto superior, alicantino y español. No es una tarea fácil, ni mucho menos. Es una tarea ambiciosa y compleja que requiere mucha generosidad y altura de miras, que exige muchas cesiones y esfuerzos pero que es imprescindible para ofrecer a los alicantinos una opción limpia, decente y con futuro.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 28 de mayo de 2015

¿Seguimos?


Siempre es más fácil analizar los resultados de unas elecciones cuando se hace desde la perspectiva del observador imparcial que cuando se hace, o al menos se intenta, desde la posición de quien ha participado en el proceso como es mi caso. Difícil es también realizar la autocrítica con cierta objetividad y más aún hacerla pública, pero creo que debo intentarlo para no caer en viejos hábitos que algunos, aunque hayamos nacido bastante antes del 78, intentamos no reproducir. He de dejar constancia de antemano que estas reflexiones las formulo a título personal y que no son, en modo alguno, las que en su momento haya de exponer Esperanza Ciudadana.

Esperanza Ciudadana ha participado por vez primera en unas elecciones municipales y autonómicas y los resultados obtenidos han sido malos. Hay que decirlo así de claro. Esperábamos algo más de lo que hemos obtenido. Son muchas las circunstancias y los factores que han podido influir en estos resultados y que los pueden explicar.

Cuando decidimos participar en estas elecciones éramos muy conscientes de la enorme dificultad que entrañaba. Se trataba de un gran reto para un partido con apenas 5 meses de existencia, con muy pocos recursos económicos, pequeño y desconocido para los alicantinos. Un partido nacido como proyecto a medio y largo plazo y con una dirección aún provisional. Pero aceptamos ese reto y, además, intentamos por todos los medios aunar esfuerzos con otras pequeñas formaciones políticas con afinidad ideológica. Firmamos el 3 de marzo un acuerdo de coalición con Demócratas por Alicante y con Iniciativa Independiente de Alicante. Esta última fuerza política a los diez días rompió unilateralmente las normas de designación de candidatos que nos habíamos dado en la coalición y consecuentemente fue expulsada.

Por tanto, la andadura de la coalición empezó con dificultades. Surgirían otras más tarde pero con diálogo y cesiones mutuas pudimos poner en marcha la candidatura municipal de la coalición “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” y poco después, aunque inicialmente no estaba prevista, la candidatura autonómica de Esperanza Ciudadana.

Quizás haya sido éste nuestro primer error, lanzar una candidatura con tan poco tiempo y tan escasos medios pero ¿qué sentido tiene un partido político si no participa en las elecciones? Las elecciones se presentaban como una oportunidad para darnos a conocer y para dar a conocer nuestro programa. Y ahí estuvo nuestro segundo error de cálculo: no valorar de antemano el vacío informativo de la mayor parte de los medios de comunicación alicantinos, vacío del que hemos sido objeto las dos terceras partes de las candidaturas que participaban en estas elecciones. Es evidente que gran parte de los medios no han apostado ni por la pluralidad política ni por la objetividad informativa. Si no sales en los medios no existes, si los medios te ignoran el votante no puede saber que hay otras alternativas a las consagradas por los periodistas. De nada han valido las decenas de notas de prensa remitidas a los medios con las propuestas de programa o las ideas de Esperanza Ciudadana porque, salvo alguna excepción, no han llegado a los alicantinos.

Hemos dado nuestros primeros pasos y hemos tropezado. Y estaríamos incumpliendo con nuestro deber cívico si no nos levantamos e intentamos empezar a caminar de nuevo, a aprender a hacerlo. Los principios que defendemos no están representados en la vida institucional surgida tras las elecciones. La defensa a ultranza de nuestra provincia frente a la discriminación de Madrid y Valencia, la regeneración de las instituciones y de la vida política y la defensa de principios y valores como la defensa de la unidad de España, el fortalecimiento de la igualdad de derechos de los españoles independientemente del territorio donde residan, la devolución de competencias al Estado como las de educación, sanidad o justicia, la libertad de educación, la defensa de la vida, la firmeza frente los terroristas y sus cómplices, la reducción de la presión fiscal, la reducción del sector público, la no injerencia política en el mundo cultural y creativo, la solidaridad o la igualdad de oportunidades para todos, por citar algunos, no se encuentran de forma conjunta en los programas de ningunos de los partidos presentes en la vida política alicantina.

¿Tenemos que seguir como partido? Creo sinceramente que sí, que es necesario hacerlo porque somos diferentes y queremos seguir siéndolo.

Santiago de Munck Loyola


lunes, 25 de mayo de 2015

La izquierda agradecida a José Ciscar y a JJ Zaplana.



Se veía venir. El desastre electoral del Partido Popular en Alicante estaba cantado. Un gran partido con miles, decenas de miles de afiliados, con un poder territorial como nunca ha disfrutado ninguna fuerza política en nuestra provincia se ha derrumbado. Sí, cierto, el PP ha ganado las elecciones, pero cuando se pierde tanto esta victoria sólo huele a fracaso. Y se lo han ganado a pulso. Por gestionar mal, por chulos, prepotentes y sordos. No se trata sólo de que el Partido Popular a nivel nacional haya traicionado de forma miserable a sus votantes haciendo exactamente lo contrario de lo que había prometido como en los temas del aborto, del trasvase, de las subidas de impuestos, del trato a los terroristas y a sus socios políticos, de la Alianza de Civilizaciones y tantos otras temas, sino que además aquí, en Alicante, los dirigentes populares han sido complacientes, cuando no cómplices, con conductas impresentables, con muchos casos de corrupción y hasta última hora.La falta de ejemplaridad de estos dirigentes, su falta de compromiso con la regeneración democrática, incluso su beligerancia con los defensores de la misma, ha sido de tal calibre que han cosechado un esperpéntico triunfo que va a servir para desalojar al Partido Popular de la mayor parte de los Ayuntamientos de la Provincia. Decenas de Alcaldes y concejales populares ejemplares, aunque cómplices con su silencio de los protectores de la corrupción, van a pagar las consecuencias.

Y es que hasta última hora han dado muestra de su desprecio hacia la gente y hacia los alicantinos en particular. En unas circunstancias en las que la ejemplaridad debería haber primado, lo que incluye apostar por medidas de decencia política como las incompatibilidades, el propio Presidente Provincial Popular, José Ciscar, no ha tenido escrúpulo ético alguno, no sólo en incluirse en puestos de salida en dos listas diferentes, encabezando la lista a las Cortes Valencianas y en el número 3 de la municipal de Alicante, sino de hacerlo precisamente en la de Alicante, siendo vecino de Teulada y sin siquiera trabajar en nuestra ciudad, poniendo así de manifiesto su absoluto desprecio a los vecinos de Alicante al usar la lista municipal para fines ajenos a la representación municipal.

Este siniestro personaje, que hace poco más de diez años no era del PP y que fue apadrinado en el mismo por el Sr. Camps (el de los trajes) y ascendido a la cúpula provincial gracias a los dedazos propios del PP y a la docilidad de la militancia popular que se traga a un chaquetero como nuevo líder si se lo “sugieren” desde arriba, no sólo se ha caracterizado por una pésima gestión como Consejero y Vicepresidente de la Generalidad Valenciana en general, sino como un claro enemigo de los intereses de la provincia marginándola presupuestariamente de forma continua.

A su pésima gestión puede ahora sumar la responsabilidad de un sonoro fracaso electoral con la inestimable ayuda de su mano derecha, el profesional de la política José Juan Zaplana al que no se le conoce otro oficio que el de trepar en cargos políticos. Los dos son los responsables de este fracaso, a los dos les ha perdido su prepotencia, su chulería, su desprecio a la democracia, a los ciudadanos y a la exigencia pública de ejemplaridad y transparencia. Representan lo peor de la clase política. Pero de algo podemos estar casi seguros los alicantinos, estos dos sujetos no van a pedir perdón a nadie, no van a dimitir e irse a su casa como sería lógico. Van a seguir enganchados a la “mamandurria” porque no saben, no pueden o no quieren hacer otra cosa. Y con tipos como éstos, el centro derecha seguirá huérfano. Cualquier día la izquierda les levanta un monumento.

Santiago de Munck Loyola

http://santiagodemunck.blogspot.com.es

domingo, 24 de mayo de 2015

El Partido Popular de la CV denunciado por no respetar la jornada de reflexión.

23-5-2015
NOTA DE PRENSA

El Presidente de Esperanza Ciudadana y candidato a la Alcaldía de Alicante, Santiago de Munck Loyola, ha presentado esta tarde una denuncia en la Comisaría de la Policía Nacional contra el Partido Popular por vulnerar la jornada de reflexión al emitir a lo largo de toda la jornada anuncios dinámicos en pantallas electrónicas situadas en la confluencia de la Calle Reyes Católicos con la Av. Del Doctor Gadea, en pleno centro de Alicante.

En efecto, el Artículo 144 de laLey Orgánica 5/1985, de 19 de Junio, del régimen electoral general, relativo a los delitos en materia de propaganda electoral, señala que 1. Serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año o la de multa de seis a veinticuatro meses quienes lleven a cabo alguno de los actos siguientes:
a)      Realizar actos de propaganda una vez finalizado el plazo de la campaña electoral.


El Candidato de “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” ha declarado que “parece que algunos no entienden las reglas de la democracia sin hacer trampas, cuando no financian ilegalmente sus campañas, se saltan las jornadas de reflexión. Es hora de acabar con tanta impunidad”.

viernes, 22 de mayo de 2015

La hora del cambio decente.



Hoy es el último día en que los candidatos podemos pedir el voto para las próximas elecciones municipales y autonómicas. Han sido días agotadores y llenos de tensión para muchos, sobre todo para quienes intentamos ofrecer alternativas desde modestas formaciones políticas como es el caso de “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante”. A veces, aparece cierto sentimiento de frustración al comprobar que nuestros esfuerzos por transmitir nuestras propuestas e ideas a los votantes no encuentra eco alguno en la mayoría de los medios de comunicación, más interesados en su cuenta de resultados que en la pluralidad política. Y quiero aprovechar la ocasión para agradecer a los compañeros, amigos y ciudadanos que se han volcado en esta campaña con tanta generosidad. 

Hemos asistido a una campaña electoral con un tono más nacional que local. A veces da la sensación de que quienes se presentan a candidatos a las alcaldías son más bien Rajoy, Sánchez, Díez o Rivera que los miles de candidatos anónimos que pueblan las listas electorales. No se ha hablado casi de los problemas que afectan a los municipios españoles, a su financiación, a su viabilidad o a sus imprescindibles reformas.

En Alicante, “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” ha hecho un gran esfuerzo, dentro de sus limitadas posibilidades, para dar a conocer las propuestas de su Programa – Contrato. Propuestas muy realistas que afectan a todas las áreas de competencia de la vida de una gran ciudad como la nuestra. No hemos realizado promesas incumplibles, no hemos hecho “guiños” a nadie para “secuestrar” su voto. Hemos puesto sobre la mesa propuestas realizadas desde el sentido común, para solucionar los problemas más inmediatos y acuciantes de los vecinos y para construir una ciudad de prestigio, pujante, emprendedora, solidaria y más humana.

Es hora de pasar una negra página en la historia de Alicante escrita por el Partido Popular, una página que ha puesto en evidencia a Alicante ante toda España hasta el punto de convertirlo en un referente de corrupción. Es hora de exigir al Partido Popular, a sus máximos dirigentes provinciales y locales, que pidan perdón a los alicantinos. Es hora de que dejen sus responsabilidades de gobierno para dedicarse a sanear y a recomponer a un partido que debía haber estado defendiendo los intereses generales de los alicantinos y no los de un capo, que debía haber estado gobernando desde la fidelidad a un programa y a unos principios en vez de venderlos al mejor postor.

Es hora también de tirar de las orejas a una oposición que, salvo honrosas excepciones, ha sido incapaz de ejercer con firmeza y dignidad las funciones para las que fue elegida por los votantes y que, perdida en sus disputas internas, ha sido incapaz de construir una alternativa sólida y creíble para Alicante.

Es hora de ignorar a los oportunistas que al rebufo de tendencias electorales nacionales aparecen ahora ofreciendo mágicas soluciones mientras que durante los últimos cuatro años, ni estaban, ni se les esperaba.

Es hora, en definitiva, del cambio decente, de apostar por quienes estamos avalados por nuestro compromiso con la regeneración democrática, con la defensa a ultranza de los intereses de Alicante frente a la Generalidad Valenciana y el Estado, con la solución a los enormes problemas diarios que agobian a gran parte de los alicantinos. Es hora de iniciar una nueva etapa presidida por la ejemplaridad, la honradez y la eficiencia en la gestión de nuestras administraciones.

Por todo ello, desde esta humilde página, pido al lector una vez más su voto y su apoyo el próximo domingo día 24 de mayo para “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante”.

Santiago de Munck Loyola


jueves, 21 de mayo de 2015

EL DEBATE MUNICIPAL EN ALICANTE QUE NO FUE.


Así son las cosas. Los medios de “comunicación” no nos han invitado a los partidos nuevos y pequeños a participar en los debates entre candidatos. Dejando al margen las razones crematísticas que se esconden detrás de esta apuesta contra la pluralidad informativa y política, lo cierto es que han hecho un flaco favor a la riqueza democrática de nuestra ciudad.

Yo me he quedado con las ganas no sólo de poder explicar las propuestas de mi formación política “Esperanza Ciudadana – Juntos por Alicante” sino también de hacer balance, que es lo que procede, cuando se cierran cuatro años de un determinado gobierno municipal. Y me he quedado con las ganas de decir a otros candidatos un par de cosas.

Aunque sirva de poco voy a darme el gusto de dejar aquí algunas consideraciones que habría dejado en un debate si hubiese sido invitado. A la representante del PP, el partido que ha gobernado los últimos años, la candidata Asunción Sánchez Zaplana, que se atreve en un alarde ignorancia política a ir diciendo que es antidemocrático que los demás partidos quieran apearle del poder, le habría preguntado que de qué guindo se ha caído o que si no sabe que las elecciones son precisamente para eso, para elegir a un gobernante y no necesariamente al mismo, que para eso ya está Cuba. Le habría dicho que lo antidemocrático es haber manchado el buen nombre de Alicante como lo ha hecho el Partido Popular y no pedir perdón por ello a los alicantinos, que lo antidemocrático es haber sido nombrada candidata a dedo desde Madrid y no por los afiliados populares alicantinos, que lo antidemocrático es encabezar una lista con gente como el Sr. Ciscar que no cree en la regeneración democrática, que ha protegido a los responsables de los escándalos en el Ayuntamiento, que figura en los informes de la Guardia Civil como uno de los que pagaba con dinero negro a la trama Gürtel y que va en la lista, sin vivir ni trabajar en Alicante, para saltar a la diputación porque, en realidad, los vecinos de esta ciudad le importamos un pimiento. Y, por último, le habría dicho que su programa, sus promesas, valen lo mismo que las que Rajoy hizo en 2011 a todos los españoles, es decir, que son papel mojado.

Al candidato socialista, Sr. Echávarri le habría preguntado sobre la inexistente labor de oposición del grupo socialista durante estos últimos cuatro años en los que, en vez de ocuparse de los problemas de la ciudad, se han dedicado a pelearse entre ellos y a dinamitar cualquier posibilidad de una alternativa al Gobierno de Sonia Castedo. ¿Han arreglado ya sus problemas internos los socialistas o se trata tan sólo de una tregua a ver si “pillan cacho”? Y, por supuesto, le habría recordado que sobre honestidad y regeneración poco tiene que decir porque su silencio sobre los desmanes socialistas en Andalucía ya lo dice todo sobre su honestidad intelectual. Ah y también le habría reiterado una pregunta que ya le he venido formulando infructuosamente en las redes sociales ¿Sigue el Sr. Echávarri apoyando la propuesta del PSOE de despojar de la propiedad de sus viviendas a las casi 1000 familias de Rocafel? ¿Sigue queriendo el Sr. Echávarri, como el PSOE, demoler estas viviendas?

Y al Sr. Candidato de Ciudadanos no le habría preguntado nada nuevo, bastaría haberle preguntado lo mismo que al candidato socialista porque no en balde hasta hace dos meses él era militante del PSOE. Bueno, sí, quizás podría haberle preguntado ¿dónde estaba mientras que nuestra ciudad era noticia por los escándalos de corrupción? ¿Por qué estaba de perfil y no defendía a nuestra ciudad?

En fin, el debate que no fue podría haber sido mucho más ilustrativo del que diseñaron los medios de comunicación, pero no lo han querido. Al menos me quedo a gusto dejando alguna de las cosas que me habría gustado expresar, aunque hay bastantes más. Otra vez será.

Santiago de Munck Loyola