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lunes, 25 de mayo de 2015

La izquierda agradecida a José Ciscar y a JJ Zaplana.



Se veía venir. El desastre electoral del Partido Popular en Alicante estaba cantado. Un gran partido con miles, decenas de miles de afiliados, con un poder territorial como nunca ha disfrutado ninguna fuerza política en nuestra provincia se ha derrumbado. Sí, cierto, el PP ha ganado las elecciones, pero cuando se pierde tanto esta victoria sólo huele a fracaso. Y se lo han ganado a pulso. Por gestionar mal, por chulos, prepotentes y sordos. No se trata sólo de que el Partido Popular a nivel nacional haya traicionado de forma miserable a sus votantes haciendo exactamente lo contrario de lo que había prometido como en los temas del aborto, del trasvase, de las subidas de impuestos, del trato a los terroristas y a sus socios políticos, de la Alianza de Civilizaciones y tantos otras temas, sino que además aquí, en Alicante, los dirigentes populares han sido complacientes, cuando no cómplices, con conductas impresentables, con muchos casos de corrupción y hasta última hora.La falta de ejemplaridad de estos dirigentes, su falta de compromiso con la regeneración democrática, incluso su beligerancia con los defensores de la misma, ha sido de tal calibre que han cosechado un esperpéntico triunfo que va a servir para desalojar al Partido Popular de la mayor parte de los Ayuntamientos de la Provincia. Decenas de Alcaldes y concejales populares ejemplares, aunque cómplices con su silencio de los protectores de la corrupción, van a pagar las consecuencias.

Y es que hasta última hora han dado muestra de su desprecio hacia la gente y hacia los alicantinos en particular. En unas circunstancias en las que la ejemplaridad debería haber primado, lo que incluye apostar por medidas de decencia política como las incompatibilidades, el propio Presidente Provincial Popular, José Ciscar, no ha tenido escrúpulo ético alguno, no sólo en incluirse en puestos de salida en dos listas diferentes, encabezando la lista a las Cortes Valencianas y en el número 3 de la municipal de Alicante, sino de hacerlo precisamente en la de Alicante, siendo vecino de Teulada y sin siquiera trabajar en nuestra ciudad, poniendo así de manifiesto su absoluto desprecio a los vecinos de Alicante al usar la lista municipal para fines ajenos a la representación municipal.

Este siniestro personaje, que hace poco más de diez años no era del PP y que fue apadrinado en el mismo por el Sr. Camps (el de los trajes) y ascendido a la cúpula provincial gracias a los dedazos propios del PP y a la docilidad de la militancia popular que se traga a un chaquetero como nuevo líder si se lo “sugieren” desde arriba, no sólo se ha caracterizado por una pésima gestión como Consejero y Vicepresidente de la Generalidad Valenciana en general, sino como un claro enemigo de los intereses de la provincia marginándola presupuestariamente de forma continua.

A su pésima gestión puede ahora sumar la responsabilidad de un sonoro fracaso electoral con la inestimable ayuda de su mano derecha, el profesional de la política José Juan Zaplana al que no se le conoce otro oficio que el de trepar en cargos políticos. Los dos son los responsables de este fracaso, a los dos les ha perdido su prepotencia, su chulería, su desprecio a la democracia, a los ciudadanos y a la exigencia pública de ejemplaridad y transparencia. Representan lo peor de la clase política. Pero de algo podemos estar casi seguros los alicantinos, estos dos sujetos no van a pedir perdón a nadie, no van a dimitir e irse a su casa como sería lógico. Van a seguir enganchados a la “mamandurria” porque no saben, no pueden o no quieren hacer otra cosa. Y con tipos como éstos, el centro derecha seguirá huérfano. Cualquier día la izquierda les levanta un monumento.

Santiago de Munck Loyola

http://santiagodemunck.blogspot.com.es

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