O el nivel de imbecilidad entre
buena parte de la clase política y de la periodística está rebasando los
límites de lo tolerable o bien su desprecio al nivel medio de la inteligencia de
los ciudadanos raya el insulto. Me inclino a pensar que las dos posibilidades
son compatibles porque todo imbécil suele pensar que los demás somos tontos.
Hay muchas cosas que se pueden
criticar de Vox pero que tantos políticos y periodistas fijen ahora su mirada y
lancen sus críticas sobre el hecho de que esta formación haya fichado a
militares retirados para encabezar algunas de sus candidaturas provinciales no
sólo es ridículo, sino que también es mentar la soga en la casa del ahorcado, además
de regalarle a Vox más propaganda.
Así, el inefable secretario
organización del partido ultra Podemos y ex afiliado de Ciudadanos, Pablo
Echenique, se ha despachado con la siguiente frase “El 23-F entraron al Congreso disparando. El 28-A quieren entrar
votando. Se dejarán la pistola en casa, pero es lo mismo”. Su sesudo
comentario político no tiene desperdicio, pero olvida que Podemos presentó en
2015 como candidato al general del Ejército del Aire José Julio Rodríguez como número dos de la lista electoral de
Podemos al Congreso de los Diputados por Zaragoza y que en las generales de junio
de 2016, lo volvió a presentar como candidato, en esa ocasión como cabeza de la
lista de Unidos Podemos por Almería, cosechando por cierto en ambas ocasiones
un sonoro fracaso. Con este militar parece que no había problema alguno. Debe
ser que no tenía pistola que dejar en casa.
Y como siempre hay quien tiene
que opinar de todo, también ha salido ese portento de Ministra de Defensa, la
ex juez Margarita Robles a contar lo suyo. Margarita Robles, en un acto
reciente. "Las decisiones personales
que cada uno pueda tomar son respetables", ha dicho este lunes comentando
los fichajes de Vox. ¡Faltaría más! Y a continuación otra obviedad “las Fuerzas Armadas están al margen de
cualquier discusión política… la neutralidad política…es la clave de su labor…Si
por algo se caracteriza el Ejército es por su carácter apolítico. Defienden a
todos los españoles sin excepción para garantizar sus derechos y libertades.
Que nadie venga a dar ejemplos a nadie de lo que es España". En primer
lugar, cuando un alto responsable político suelta obviedades es mejor que guarde
silencio. En segundo lugar hay plantearse si existe alguna necesidad de
pronunciarse públicamente sobre el libre ejercicio de los derechos políticos de
ciudadanos que en su día fueron miembros de las Fuerzas Armadas cuando, al
mismo tiempo, parece que no existe la misma necesidad de pronunciarse sobre los
jueces, como ella misma, que entran y salen del mundo partidista de la política
sin ningún problema. Y, como cuestión de fondo, constituye un error monumental
decir que el Ejército tiene un carácter apolítico.
No se puede confundir apolítico con apartidista.
Este debate sobre los fichajes concretos
de los partidos políticos de cara a unas elecciones generales está soslayando
el problema de fondo. Algo falla en la estructura y organización de los
partidos políticos cuando no son capaces de generar en su interior liderazgos
políticos suficientemente atractivos y capacitados como para optar a cargos
representativos en unas elecciones y se ven obligados a recurrir a personajes,
más o menos conocidos, con el reclamo de suculentos cargos y en detrimento de
los siempre abnegados militantes cuyas legítimas aspiraciones políticas se ven
truncadas por el mercadeo electoral. Porque no hay que olvidar que estos
fichajes, ex militares, jueces, periodistas o deportistas, nunca se han “pringado”
en el duro trabajo de la militancia política. Sólo están disponibles para los
partidos a pocas semanas de unas elecciones para optar a un cargo retribuido.
Veni, vidi, utinam vici y a cobrar.
Santiago de Munck Loyola
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