Desde que se celebraron las últimas elecciones generales y, en especial, desde la formación del gobierno social-comunista gracias al apoyo de los separatistas vivimos en un ambiente político bastante crispado y tenso. Es cierto que el nuevo gobierno ha puesto en marcha una agenda política y legislativa que no fue respaldada por la mayoría de los electores, pero que se ve convalidada por una mayoría parlamentaria más que suficiente.
Sin embargo, da la sensación y así se nos transmite de que nos encontramos ante una situación de excepcional gravedad, no tanto porque el nuevo gobierno vaya a aplicar una agenda radical e izquierdista, sino porque para poder hacerlo va a comprar el apoyo de los independentistas con cesiones que van a suponer el fin de la unidad de España y, por consiguiente, de la propia nación española. Y tal como van las cosas es muy probable que vaya a ser así. Pero de ser así ¿cómo está actuando la oposición? ¿qué está haciendo el centro derecha español?
Somos muchos los ciudadanos que creemos en la libertad política, económica y social, en la soberanía nacional, en la unidad de España, en la igualdad de derechos y obligaciones de los ciudadanos, en el respeto a la Ley, en la solidaridad territorial y social o en la persona como centro de toda acción política que necesitamos un proyecto político plenamente democrático, abierto, participativo, de carácter nacional y con capacidad de integración territorial. Y, al contrario de lo que muchos analistas políticos afirman, no se trata de una competición para ver qué partido absorbe a otro. Se trata de una refundación del espacio de centro derecha, de una integración gradual y progresiva de los diferentes partidos que lo integran: coalición, confederación, federación y partido. Es cierto que a la vista del panorama actual y de los mini liderazgos que pueblan el centro derecha se antoja un objetivo inalcanzable. Pero, no cabe ninguna duda de que mientras “las derechas” sigan compitiendo entre si sus verdaderos adversarios políticos seguirán desguazando nuestra patria.
Santiago de Munck Loyola
La derecha, el centro-derecha, la democracia cristiana, los liberales, los liberales-conservadores, los conservadores, estimado amigo Santiago, jamás van a aprender la lección que nos dio el periodo del 32 al 36: la CEDA, que había ganado con una amplia mayoría presentándose como candidatura única, se fue disolviendo y en las elecciones de 1936, la mayoría de los partidos que antes componían esta coalición previa, ya no pertenecían a la CEDA.
ResponderEliminarPucherazos aparte, las elecciones de 1936 tenía que haberlas ganado el centro-derecha por una mayoría aplastante.
Dos años nada más a lo largo de todo el siglo XX.
Y así se escribe la historia y así se escribirá siempre.
Previo a las elecciones de abril de 2018 escribí un extensísimo artículo que se titulaba “EXPLICACIÓN DE CÓMO EL CENTRO-DERECHA PUEDE GANAR LAS ELECCIONES” que se puede resumir en un desesperado grito de "coalición, coalición y coalición"... "Porque si no hay coalición previa a las elecciones y acuerdo entre los partidos de centro derecha, seremos nosotros los votantes, los responsables únicos del legado que le dejemos a nuestros hijos y nietos".
Obviamente, amigo Santiago, no hubo coalición previa ni en esas elecciones ni en las siguientes.
Apenas somos una pequeña voz en esta orquesta, gigantesca orquesta de coros cacofonicos cuyo único director es el Grupo de Bilderberg. Y el Grupo de Bilderberg ya ha tomado su decisión para nosotros.
Esa inaplazable necesidad, amigo Santiago, refundar el centro-derecha, es tan inalcanzable cómo vaciar el océano con una cucharilla...
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