¡Sí! Se puede maquillar un curriculum vitae hasta que
cualquier parecido con la realidad sea pura coincidencia.
¡Sí! Se puede montar una empresa para facturar trabajos
realizados para gobiernos extranjeros y pagar así muchos menos impuestos de los
que se deberían pagar en el caso de cobrarlos como persona física.
¡Sí! Se puede recibir dinero de gobiernos que ahorcan a los
homosexuales o que han reducido a la mujer a la categoría de ciudadanas
inferiores.
¡Sí! Se puede insultar y ofender a millones de españoles
calificando al himno español de "cutre pachanga fachosa" y quejarse,
alardeando de ignorancia, de tener que soportar, "día tras día, el
nacionalismo español y su bandera monárquica y postfranquista".
¡Sí! Se puede camuflar una productora que ofrece
servicios empresariales como una asociación sin ánimo de lucro y pagar sueldos
de miseria.
¡Sí! Se puede entrar a dedo en un Ayuntamiento con 24
años para “asesorar” sin aportar más mérito que el carnet del partido y la
condición de hija de un concejal.
¡Sí! Se puede mentir públicamente afirmando que no
estaba presente en una mesa de contratación en la que se adjudicaban
sustanciosos contratos a la empresa del hermano y mentir afirmando que las
decisiones las tomaban los técnicos.
¡Sí! Se puede incumplir un contrato con la universidad
mientras se trabaja para el partido y mentir alegando que se trataba de un
simple defecto administrativo.
¡Sí! Se puede justificar y mostrar hasta benevolencia
con los asesinos etarras sin ruborizarse lo más mínimo.
¡Sí! Se puede hablar sin pudor alguno de personas “de
clase inferior a la nuestra” y justificar el empleo de la violencia física.
¡Sí! Se puede participar en boicots en la universidad
para impedir la libertad de expresión de determinados líderes políticos y
después pasearse por las televisiones dando clases de democracia a los demás.
¡Sí! Se puede prometer lo imposible a los ciudadanos
sabiendo que lo es con tal de arañar votos.
¡Sí, se puede! Se puede todo
eso y mucho más. Tic, tac, tic, tac, … Y lo veremos. ¡Sí, claro que se
puede! Y todos pagaremos el precio. Quizás demasiado alto. Se puede, pero ¿Se
debe?
Santiago de Munck Loyola
¡Sí!, tambien se puede presumir de ser exquisito en politica, pretender parecerlo, y ser contrariamente distinto a lo que presumen!
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