Navegando por Internet me he llevado una sorpresa agradable: parece que no soy el único al que no le gustan los anuncios de Movistar. Bueno, no es que no me gusten, es que me repugnan y me parecen vomitivos. Son esos anuncios en los que un colectivo asambleario discute y propone las nuevas tarifas telefónicas de esta compañía.
O bien se trata de anuncios-guiño al movimiento 15 M o bien se trata de parodias del mismo, depende del punto de vista del espectador. No soy precisamente un simpatizante de este movimiento, pero me parece que, en todo caso, en dicho movimiento han participado y participan miles de ciudadanos, en su inmensa mayoría bienintencionados, que se merecen un respeto. Sean cuales sean sus ideas y sus propuestas, sea cual sea su color político y al margen de la posible instrumentalización que de este movimiento alguna fuerza política ha tratado de aprovechar, lo cierto es que los anuncios de esta compañía, exponente donde los haya del capitalismo más antisocial, son una burla en toda regla, burla que no se merecen la mayoría de los ciudadanos que forman parte del mismo.
Y, si no se trata de una burla, peor aún si cabe. Porque parodiar el sistema asambleario o emular su supuesto funcionamiento para hacernos creer que las tarifas de esta compañía son permeables a la sensibilidad social es tomarnos a los ciudadanos por tontos. Se trate de anuncios-guiño o de anuncios-parodia del 15 M , Movistar puede contar con un posible cliente menos, un servidor.
Tiene su miga que esta compañía que ha dado evidentes muestras de carecer de lo que se conoce como responsabilidad social corporativa nos empache con estos vomitivos anuncios burlándose del conjunto de los ciudadanos. Es esta misma compañía, la que ahora se disfraza de entidad asamblearia y social, la que hace tan sólo unos meses puso en marcha un ERE para poner de patitas en la calle a miles de sus empleados. Y lo hizo no porque tuviera pérdidas, no. Lo hizo para aumentar sus beneficios en un momento de grave crisis económica y cargando con ello una buena parte del coste de esa operación a las ya maltrechas arcas del Estado. Todo un ejemplo de actitud insolidaria, de descarnada optimización del beneficio económico y de inmoralidad social.
Podrían los señores directivos de Movistar, ya que tanto creen en los movimientos asamblearios, en la democracia y en participación ciudadana, someter de verdad su ERE a consulta popular. Bueno, y sin ir tan lejos, si tienen un poco de decencia podrían someter sus tarifas, tal y como parecen hacer en los anuncios, a una verdadera consulta popular. ¡A que no hay lo que hay que tener! Nos íbamos a reír un rato con el resultado.
Bazofias publicitarias hay muchas, pero esta se lleva la palma. ¡Chapeau, señores de Movistar! Cuenten con uno menos.
Santiago de Munck Loyola.
Estas grandes compañias, lo que debrían hacer es tener menos subcontratas y contratar más. Es vergonzoso que se favorezca la subcontratación de esta manera, un subcontratado hace la misma o más faena que su igual en telefonica pero cobrando la mitad. Pero como los que mandan en las subcontratas son colegas de los jefes de Telefonica se sacan un buen pico por el trabajo, es una vergüenza...
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