A medida que se acercan las elecciones, el ruido de los partidos políticos va aumentando. Estamos acostumbrados a que las campañas electorales se conviertan en una carrera de descalificaciones, en muchos casos de una gran simpleza, más que en un debate serio y constructivo sobre las diferentes propuestas de los programas de los partidos políticos.
España está en una situación sumamente delicada que algunos califican incluso de emergencia nacional. Hoy más que nunca es necesario que todos los partidos concurran a las elecciones con programas y propuestas claras en las que nos digan a los electores cómo piensan sacarnos de esta desastrosa situación.
Todas las encuestas vaticinan un claro triunfo del Partido Popular y un derrumbe del PSOE. De ahí que existan dos riesgos, dos tentaciones contrapuestas de enfocar la campaña electoral. Desde la perspectiva del Partido Popular es muy posible que la tentación estribe en ajustarse lo máximo posible a la “doctrina Arriola”: ya que el viento es favorable, mejor no hacer nada o hacer lo menos posible para no incurrir en errores o no movilizar el voto ajeno. Esta tentación, de prosperar, se traducirá sin duda en muchas inconcreciones programáticas, en no detallar medidas que pudieran resultar “dolorosas” aunque sean necesarias e inevitables. Por parte del PSOE la tentación puede traducirse en descentrar sus propuestas para captar los votos que pierde por su izquierda y centrar sus mensajes en la resurrección de viejos fantasmas: apelar el voto del miedo a ver si funciona una vez más. Parece que algunos editorialistas del Diario El País así como los habituales grupos de agitadores subvencionados ya están en ello.
Para quienes durante estos últimos años hemos seguido apoyando al Partido Popular lo que haga o diga el PSOE nos da más o menos igual, pero no ocurre lo mismo con la actitud que vaya a adoptar el Partido Popular. Desde una perspectiva de la regeneración democrática es perfectamente exigible la claridad, la transparencia y el compromiso electoral y programático. Desear un triunfo del Partido Popular no puede ser, ni mucho menos, la entrega de un cheque en blanco. El respaldo electoral debe venir avalado, en primer lugar, por la plena coherencia con los postulados mantenidos durante los años de oposición. Sería francamente decepcionante contemplar cómo se dan por amortizadas las críticas y propuestas sostenidas en el período de oposición. Y, en segundo lugar y en consonancia con la anterior, el respaldo electoral debería estar avalado por la presentación y oferta de un programa de gobierno claro, preciso, valiente y coherente.
Por ello, hay una serie de cuestiones que, a pesar de los que digan los bien retribuidos “gurús” electorales, el Partido Popular debería clarificar en la campaña electoral. A título de ejemplo, no estaría de más saber si, en caso de gobernar, el Partido Popular va a:
- Promover la reforma constitucional para garantizar la igualdad de derechos entre todos los españoles.
- Desarrollar las reformas legislativas precisas para garantizar un sistema educativo, un sistema sanitario y prestaciones sociales de ámbito nacional.
- Promover la ilegalización de todas las marcas de ETA.- Clarificar todas las dudas sobre el 11-M y depurar responsabilidades en el Ministerio del Interior.
- Eliminar la pseudo asignatura de Educación para la Ciudadanía.
- Profundizar en el sistema de incompatibilidades de los cargos públicos.
- Acabar con los privilegios fiscales de los parlamentarios.
- Reformar las administraciones públicas para acabar con las duplicidades.
- Reforzar la independencia del Poder Judicial y adoptar medidas para despolitizar la Justicia.
- Reformar la legislación sobre el aborto.
- Acabar con las tributaciones privilegiadas de las grandes fortunas (SICAV, etc.).
- Recortar o eliminar las subvenciones a Partidos, sindicatos y patronales.
- Aprobar la dación en pago de la vivienda en las ejecuciones hipotecarias.
- Reformar la legislación sobre menores.
- Reformar la legislación que atenta contra la igualdad de sexos.
- Poner en marcha el Plan Hidrológico Nacional.
- Garantizar la libre elección de lengua en la educación en todo el territorio nacional.
- Liberalizar realmente el Sector Eléctrico.
- Hacer aflorar los balances reales de las entidades bancarias.
- Garantizar la financiación de las entidades locales.
La lista de cuestiones que debería concretar el partido Popular no se acaba con estas que he apuntado. Quedan más que intentaré ir desgranando próximamente, aunque mucho me temo que la mayor parte de ellas no se clarificarán en la campaña electoral. Ya se sabe que las campañas no sirven de mucho y que se rigen fundamentalmente por cuestiones de marketing más que por la voluntad de apelar a la razón y al convencimiento.
Santiago de Munck Loyola
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