Translate

jueves, 21 de octubre de 2010

Una remodelación inspirada en una tarde de domingo.

El domingo pasado, el Presidente del Gobierno afirmó ante los periodistas que no iba a haber una remodelación del gobierno, tan sólo iba a sustituir al Ministro de Trabajo. Hoy, tres días después, ZP anuncia una remodelación amplia del Gobierno y en la rueda de prensa ha manifestado que se le ocurrió el domingo por la tarde. Así pues nos encontramos con una remodelación improvisada al amparo de una tranquila tarde dominical y ante una mentirijilla más del personaje. No pasa nada, hombre, si al Presidente se le ocurre de repente que tiene que cambiar el gobierno pues se cambia y ya está. Una ocurrencia de última hora, una improvisación más no significan nada en un país que lo resiste todo. Cada cual es libre para determinar la seriedad y responsabilidad con que se toman determinadas decisiones y parece evidente el nivel utilizado para estas cosas por el Presidente del Gobierno.

Hace tan sólo dos años parecía fundamental, básico e imprescindible crear un ministerio como el de Igualdad. Los que osaban criticarlo eran unos retrógrados y, además, machistas. Hoy ya no hace falta el citado ministerio. Sus exiguas y discutibles competencias son integradas en el ministerio de sanidad. Y los ciudadanos no se merecen, al parecer, ni una explicación por la supresión de esta piedra angular de la política ministerial socialista. Claro que, desaparecido el ministerio de igualdad, abandonan el gobierno cuatro mujeres y sólo se incorporan dos. ¿No habíamos quedado en que la paridad era imprescindible?

Leire Pajín, esa estadista de verbo florido y natural, augur fallida de acontecimientos planetarios, brillante intelectual sin par en el orbe socialista, protectora de tránsfugas familiares, crisol de salarios múltiples, fustigadora de empleados de cruceros y portadora de una pulsera curativa denostada por la profesión médica pasa a ser la nueva ministra de sanidad, igualdad y políticas sociales. Increíble pero cierto. Es de suponer que entre la militancia socialista no había nadie con más capacidad y preparación para hacerse cargo de esta cartera ministerial o que sus destellos han cegado la visión del Presidente quien no ha podido, por tanto, vislumbrar otro candidato para el cargo, pero ahí está Dª Leire, para regocijo de su clan familiar.

Valeriano Gómez es el nuevo ministro de trabajo. Un viejo conocido para muchos vecinos de Rivas-Vaciamadrid y para los cooperativistas de Pablo Iglesias, (fiasco cooperativo en el que cientos de familias perdieron sus ahorros quedándose sin viviendas y del que no se rindieron cuentas como era de esperar), de la PSV o de lo que más tarde sería conocido en esa localidad como Casa Romanas, conjunto de viviendas en el que adquirirían casa varios militantes socialistas tras la supervisión, allá por los 80, del Ministerio de Trabajo en el que Valeriano Gómez trabajaba. Miembro a principios de los 90 de Fundescoop e IPADE, fundaciones de UGT que recibieron más de 1800 millones de Ptas. y vinculadas a la tristemente famosa PSV. Es de suponer que tras su participación en las manifestaciones contra la reforma laboral, el nuevo ministro se apresurará a dejarla en suspenso. ¿A que sí?

Rosa Aguilar es una incógnita. Su evolución resulta asombrosa. Poco tiene que ver aquel discurso que compartía en los años 90 con Julio Anguita con su posicionamiento actual en este Gobierno.

Rubalcaba, Trinidad Jiménez y Jáuregui tienen ya una acreditada trayectoria política que permite prever pocas sorpresas en el desempeño de sus nuevas responsabilidades.

En todo caso, parece que esta improvisada remodelación carece de coherencia con los planteamientos anteriores del Presidente del Gobierno. Da la impresión de que se trata de una huida hacia delante en la que se ha fortalecido a quien, en teoría, mejor puede tratar de enderezar una más que complicada tendencia electoral. No en balde Rubalcaba es un político con los colmillos retorcidos, intrigante y con muchos resortes del estado a su entera disposición.



Santiago de Munck Loyola

miércoles, 20 de octubre de 2010

El “gatillazo” de la reforma de la Ley Electoral. (2ª parte).

Una de las reformas propuestas para mejorar la representatividad de las instituciones ha sido formulada insistentemente por IU que se considera muy perjudicada por el actual sistema. Su propuesta incluye elevar el número de diputados del Congreso al máximo previsto por la Constitución, es decir, a 400 diputados. Con el sistema vigente, una vez asignados los diputados mínimos por provincias, dos, sólo quedan 248 diputados para distribuir según la población de cada provincia. Es evidente que aumentando el número de diputados a 400 se mejora la proporcionalidad ya que el número de diputados a distribuir según la población pasa de 248 a 298. Sin embargo, no es suficiente. La proporcionalidad puede mejorar reformando también el art. 162.2 de la LOREG asignando un diputado inicial por provincia en lugar de los dos actuales. Con ello, habría 348 diputados a distribuir según la población.

Con 400 escaños en el congreso y un diputado inicial por provincia en lugar de dos, podemos comparar cómo quedaría el reparto de escaños por circunscripción electoral en relación al sistema actual:
Con esta distribución (400 diputados y 1 diputado inicial por provincia) se mejora algo la representación y las diferencias se hacen menores, pero aún así no se resuelve la desigualdad:

- Ahora, en Madrid hay 1 diputado por cada 182.483 habitantes mientras que en Soria hay 1 diputado por cada 47.550 habitantes.

- Con 400 diputados y sólo 1 inicial por circunscripción, en Madrid habría 1 diputado por cada 130.345 habitantes, mientras que en Soria seguiría habiendo 1 diputado por cada 47.550 habitantes.

Es cierto que la diferencia disminuye mejorando algo la representatividad pero aún así resulta insuficiente. Con 400 diputados, en las 37 mayores circunscripciones electorales haría falta entre 100.000 y 130.000 habitantes para asignar un diputado. Mientras que en 15 circunscripciones habría 1 diputado con menos de 100.000 habitantes. Dicho de otro modo, habría 361 diputados que representarían a una media de 120.596 habitantes por diputado (las 37 mayores circunscripciones) y 39 diputados que representarían a una media de 82.319 habitantes por diputado. El problema se origina lógicamente por la asignación del diputado mínimo inicial (dos según la LOREG vigente) impuesto por la Constitución. Aunque insuficiente, se trata de una mejora en la calidad de la representación de los diputados y desdeñar esta propuesta, tal y como se ha hecho ya, escudándose en la inoportunidad del aumento del gasto en tiempos de crisis resulta un claro desprecio hacia el conjunto de los ciudadanos que contemplamos atónitos cómo se tira el dinero público en asuntos mucho menos trascendentes y que, desde luego, no afectan a la calidad democrática de nuestras instituciones representativas.

Santiago de Munck Loyola

El “gatillazo” de la reforma de la Ley Electoral. (1ª parte).

Hace dos días, se ha hecho público el acuerdo inicial entre los grandes partidos para reformar la Ley Electoral. A lo largo de casi dos años, una subcomisión del Congreso presidida por Alfonso Guerra ha estado trabajando en una amplia revisión de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG).

Entre las novedades figura la exclusión de los residentes en el extranjero en las elecciones locales, la posibilidad de voto en urna en consulados y embajadas para los emigrantes, la desactivación del papel clave de los tránsfugas en las mociones de censura municipales, la mejora del sistema de concejo abierto que rige para los pequeños municipios, el adelantamiento del censo válido para unas elecciones evitando empadronamientos de conveniencia, la extensión de los criterios de pluralismo y proporcionalidad a las televisiones privadas, la prohibición de actos de inauguración en campaña electoral, la eliminación de publicidad política en precampaña, la exigencia de un aval testimonial de firmas a las formaciones sin representación parlamentaria que optan a escaños en Cortes o la reducción de los gastos electorales y la congelación de las subvenciones a los partidos.

Sin embargo, el principal problema que arrastra nuestro régimen electoral no se aborda: la vulneración de la igualdad de voto entre los españoles. Con el actual régimen electoral y con la reforma prevista el viejo axioma “un hombre, un voto” no se cumple. Según la provincia de que se trate hacen falta más o menos votos para conseguir un diputado, en ocasiones, hasta 6 veces más. Las provincias con menos población se encuentran sobre representadas. Se trata, ni más, ni menos, de una grave vulneración de los principios democráticos más esenciales: aquí no vale igual el voto de los electores. Y este hecho, guste o no, supone un déficit serio de legitimidad de las instituciones democráticas.

El marco legislativo en el que se sustenta nuestro sistema electoral viene determinado fundamentalmente por dos normas: la Constitución de 1978 y la Ley Orgánica del Régimen Electoral General de 1985.

En lo relativo al Congreso, el Art. 68 de la C.E. señala lo siguiente:

1. El Congreso se compone de un mínimo de 300 y de un máximo de 400 Diputados, elegidos por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto, en los términos que establezca la Ley.

2. La circunscripción electoral es la provincia. Las poblaciones de Ceuta y Melilla estarán representadas cada una de ellas por un Diputado. La Ley distribuirá el número total de Diputados, asignando una representación mínima inicial a cada circunscripción y distribuyendo los demás en proporción a la población.

3. La elección se verificará en cada circunscripción atendiendo a criterios de representación proporcional.

El Art. 162 de la LOREG señala por su parte lo siguiente:

1. El Congreso está formado por 350 Diputados.

2. A cada provincia le corresponde un mínimo inicial de dos Diputados. Las poblaciones de Ceuta y Melilla están representadas cada una de ellas por un Diputado.

3. Los doscientos cuarenta y ocho Diputados restantes se distribuyen entre las provincias en proporción a su población, conforme al siguiente procedimiento:

a. Se obtiene una cuota de reparto resultante de dividir por doscientos cuarenta y ocho la cifra total de la población de derecho de las provincias peninsulares e insulares.

b. Se adjudican a cada provincia tantos Diputados como resulten, en números enteros, de dividir la población de derecho provincial por la cuota de reparto.

c. Los Diputados restantes se distribuyen asignando uno a cada una de las provincias cuyo cociente, obtenido conforme al apartado anterior, tenga una fracción decimal mayor.

4. El Decreto de convocatoria debe especificar el número de Diputados a elegir en cada circunscripción, de acuerdo con lo dispuesto en este artículo.

Y el Art. 163 determina la aplicación de la Ley D’Hont para la asignación de escaños.

Por tanto, la Constitución determina los parámetros básicos que no pueden ser alterados sin la correspondiente reforma constitucional:

- El Congreso tendrá entre 300 y 400 diputados.

- La circunscripción electoral es la Provincia.

- La Ley electoral asignará una representación mínima por provincia.

- La asignación de escaños se hará atendiendo a criterios de proporcionalidad.

Por su parte la LOREG limita el número de diputados a 350, establece un mínimo de 2 diputados por provincia dejando, por tanto, sólo 248 escaños para repartir según la población e introduce la Ley D’Hont para suavizar la proporcionalidad y primar a los grandes partidos favoreciendo la formación de mayorías. Por tanto, se sacrifica la representatividad en beneficio de la gobernabilidad.

Reformar la Constitución en este campo sería muy difícil pero se puede mejorar el nivel de representatividad sin hacerlo. Y la ocasión está ahí y ahora con la reforma de la LOREG. Aunque el principal obstáculo radica en que precisamente los dos grandes partidos no comparten la necesidad de mejorar la calidad democrática de las instituciones representativas. Hoy por hoy, el sistema vigente cumple su función principal para ellos: asegurarles más representación de la que el pueblo soberano les concede.

Santiago de Munck Loyola.

viernes, 15 de octubre de 2010

LA RECETA DE DÍAZ FERRÁN.

El presidente de la CEOE y ex dueño de Marsans ha afirmado que para salir de la crisis económica hay que "trabajar más y, desgraciadamente, ganar menos". Pues ¡qué bien! A tenor de sus palabras habrá que deducir que eso es precisamente lo que no hizo él mismo cuando dirigía su grupo de empresas, visto el resultado que obtuvo, es decir, la quiebra de las mismas. No sé si se habrá dado cuenta este señor, al igual que muchos políticos, que los trabajadores españoles ya no pueden cobrar menos de lo que cobran. Los salarios españoles están por debajo de la media europea mientras que el coste de la vida sigue subiendo y convergiendo con los precios de los países de nuestro entorno.

Hay millones de familias en España, afortunadas por tener trabajo e ingresos, a las que cada vez les cuesta más llegar a fin de mes, a las que ya no se les puede rebajar más sus ingresos. Cada vez que se produce una subida de tasas o de impuestos indirectos, los políticos de turno nos vienen con el cuento chino de que tenemos que homologarnos con Europa y que la presión impositiva debe converger con la presión fiscal europea. Vale, pero ¿y los servicios públicos y las prestaciones sociales? ¿No deberían también homologarse? ¿Y los salarios y pensiones? ¿No deberían también homologarse?

Sinceramente me parece una desfachatez que el Sr. Díaz Ferrán nos venga ahora con esta receta “milagrosa” para salir de la crisis. A lo mejor habría que estudiar y considerar otras alternativas. En todo caso, parece evidente que no se trata de trabajar más, sino de trabajar mejor, de ser más productivos y tratar así de reducir el diferencial cada vez mayor que nos separa de nuestros socios económicos. Sin una mejora de la productividad no podemos ser competitivos. Y para mejorar nuestra competitividad no es preciso trabajar más. A lo mejor hay que empezar por reducir los tremendos beneficios que obtienen las grandes empresas y reinvertirlos en investigación y en nuevas tecnologías. A lo mejor los empresarios deben dejar de vivir, muchos de ellos, de las subvenciones públicas y beneficios fiscales mientras están engordando sus cuentas de resultados. A lo mejor, los empresarios, los grandes empresarios, deben estimular la productividad mediante una progresiva participación de sus trabajadores en los beneficios de su empresa.

Que el Presidente de una Patronal que necesita de las subvenciones públicas para mantener la estructura de la CEOE venga ahora con esta receta parece una auténtica burla al sentido común. Que la Patronal en la que están integradas las mayores empresas de España, empresas cuyos directivos y propietarios disfrutan de una posición económica absolutamente privilegiada, se esté nutriendo de subvenciones públicas, es decir de dinero puesto por todos los contribuyentes incluidos los trabajadores a los que se pide trabajar más por menos salario, resulta de una desvergüenza imposible de justificar. Y que esta situación se mantenga mientras se congelan pensiones o se rebajan salarios a los empleados públicos es de una incongruencia total.


Santiago de Munck Loyola

miércoles, 13 de octubre de 2010

ABUCHEOS.

Vaya por delante que no me gustan los abucheos y los insultos contra nadie y menos aún contra el Presidente del Gobierno en una ceremonia institucional que debería servir de vínculo de unión entre todos los ciudadanos. La Fiesta Nacional, la Fiesta de la Hispanidad no creo que sea el momento idóneo para expresar el justificado hartazgo ciudadano hacia una desastrosa política desarrollada por el actual Presidente del Gobierno. Como tampoco creo que la forma en que se festeja este día sea la más adecuada cuando ya en mayo se realiza un desfile y se rinde homenaje a las Fuerzas Armadas y a los caídos en el cumplimiento de su deber. Quizás un desfile ciudadano u otro tipo de actos servirían mejor al propósito de rendir homenaje a la Fiesta de la Hispanidad, pero ése es otro debate.

Pero lo que verdaderamente llama la atención es que los dirigentes socialistas se rasguen ahora las vestiduras porque unos cuantos ciudadanos expresen ruidosamente y en el legítimo ejercicio de sus derechos su repulsa y desagrado hacia el Sr. Rodríguez Zapatero. Que el Sr. Blanco esté indignado y salga ahora hablando de actuaciones planificadas de la “derecha extrema” resulta gracioso y un auténtico ejercicio de hipocresía. Que la Sra. Chacón plantee ahora medidas para impedir que los ciudadanos vuelvan a expresar su opinión de esta forma también resulta, cuando menos, curioso. Porque hay que recordar que hasta el día de hoy el Sr. Zapatero se ha negado a condenar no ya los constantes abucheos e insultos que recibió su antecesor y sus ministros, sino las docenas de ataques físicos sufridos en las sedes del Partido Popular. Hay que recordar igualmente que muy pocos dirigentes socialistas, por no decir ninguno, han condenado los abucheos, insultos o agresiones que con frecuencia los militantes de izquierdas regalan a los dirigentes del Partido Popular en cuanto encuentran la más mínima ocasión para ello. Y ejemplos de ello hay para aburrir. Ejemplos que ponen de manifiesto un ambiente de radicalismo e intolerancia que deberían permitirnos hablar también de “la izquierda extrema”. En la campaña electoral de 2006, militantes del PSC participaron en una agresión a Acebes y Piqué. La esposa de Carod Rovira animaba el patio tildando de "hijos de puta" a los populares e ICV alentaba a su militancia juvenil con el eslogan "fóllate a la derecha". Mariano Rajoy en El Mercat de Collblanc de L'Hospitalet de Llobregat fue recibido en junio de 2006 con gritos, abucheos y una estruendosa 'cacerolada'. Rajoy, que entró al mercado por la puerta trasera, no pudo acabar su visita y se vio obligado a salir por un lateral.

En las Universidades que deberían ser santuarios de la libertad y la tolerancia se han venido sucediendo las agresiones de la izquierda durante los últimos años. En diciembre de 2008, Piqué fue abucheado e intentaron impedir que pudiera ejercer su derecho a la libertad de expresión. Lo mismo que hicieron con Aznar en Oviedo hace unos meses. Y qué decir de los constantes insultos y agresiones que ha tenido que soportar durante meses la Presidente de la Comunidad de Madrid o sus Consejeros cada vez que acudían a un centro hospitalario. Insultos, abucheos y agresiones que siempre han contado con el silencio cómplice de la izquierda española. Parece que lo que funciona es, como siempre, la Ley del Embudo. Y creo que ése no es el camino correcto. Libertad para todos. Respeto para todos. Y las urnas para decidir cuando toque.



Santiago de Munck Loyola

jueves, 7 de octubre de 2010

LO QUE LOS CIUDADANOS NO DAN, QUE NO LO DÉ EL ESTADO.

La fortaleza y vitalidad de una sociedad democrática puede medirse por la variedad, independencia y fuerza del tejido asociativo que la compone. Hay una gran diferencia entre la pluralidad e independencia de los movimientos y asociaciones que se generan y desarrollan en las sociedades anglosajonas y el tejido asociativo que sobrevive en nuestra sociedad. Muchas veces, a lo largo de la historia, los movimientos asociativos en aquellas sociedades han servido de contrapeso al poder político, controlándolo y moderándolo gracias, fundamentalmente, a su enraizamiento social y a su independencia.

Sin embargo, en España, la tendencia que se manifiesta en la mayoría de las ocasiones es la inversa: es el poder político, en cualquiera de sus niveles, el que intenta moderar y controlar al movimiento asociativo. Y lo hace principalmente a través del control económico del mismo, a través de la subvención. La ausencia de una identificación fuerte entre las asociaciones y los ciudadanos, la tendencia al crecimiento burocrático de esas organizaciones y la falta de una auténtica conciencia social asociativa conduce a una evidente debilidad estructural de las mismas que les impide funcionar sin ayudas económicas externas y, por tanto, a depender económicamente del poder político para poder subsistir. Papá – Estado pone el dinero de los ciudadanos, que evidentemente no quieren voluntariamente asociarse, al servicio del funcionamiento de esas mismas asociaciones y movimientos ignorados por los contribuyentes. Y así cientos de millones de euros salen de las arcas públicas para subvencionar todo aquello que los contribuyentes no quieren mantener en su vida cotidiana.

Claro que quienes dirigen el Estado padecen el mismo problema. Lo mismo pasa con aquellas entidades que debían ser la columna vertebral de la participación y la democracia: los partidos políticos y los agentes sociales. Recién estrenada nuestra democracia y recién salidos de la clandestinidad podría considerarse no sólo normal, sino absolutamente necesario, que partidos políticos y agentes sociales recibiesen ayuda económica para funcionar y poder consolidar un régimen político participativo. Pero, transcurridos más de 30 años ¿sigue siendo necesario? Los partidos políticos han recibido del Estado en 2010 cerca de 84 millones de euros y en 2011 recibirán más de 131 millones de euros. A esas cantidades hay que sumar, además, las percibidas de las CCAA y de los Ayuntamientos que financian a los grupos municipales (y hay más de 8.000 ayuntamientos en España) ¿Cómo es posible que un Partido como el PP que dice contar con más de 700.000 afiliados necesite del dinero del contribuyente para sobrevivir? ¿Es que el PSOE, el PP, IU y los demás partidos no pueden vivir sin dinero público? Si después de 30 años, los ciudadanos no quieren mantenerlos voluntariamente es que algo se ha hecho muy mal en nuestra democracia. Sus lujosas sedes, sus desaforados gastos electorales, sus cientos o miles de empleados deberían ser sostenidos exclusivamente con el esfuerzo y el compromiso de sus afiliados. Y deberían ajustar sus estructuras y gastos a su capacidad de movilización de adhesiones y, por tanto, de financiación. Lo demás es una farsa a costa del contribuyente.

Y otro tanto cabe decir de sindicatos y organizaciones empresariales. UGT y CCOO, ellas solas, han manejado 193 millones de euros de fondos públicos en 2009. En el presente año, CEOE recibirá 13, 29 millones de euros de subvenciones para fines como el capítulo de formación; las ayudas destinadas a apoyar la promoción de las empresas en el exterior o en concepto de representación institucional de la patronal. ¿No deberían sostenerse con las cuotas de sus afiliados? Yo creo que sí. ¿Qué clase de empresarios tenemos que necesitan del dinero de los contribuyentes para mantener su asociación? Estos empresarios que se reparten miles de millones de euros de beneficios de sus empresas, que viajan en aviones privados, que disfrutan de enormes fortunas ¿necesitan del dinero recaudado a los asalariados para mantener sus lujosas sedes? ¿Qué clase de estado mantenemos que da dinero a los millonarios cuando hay tantas necesidades básicas sin cubrir?

Y qué decir de las mutimillonarias ayudas entregadas a las entidades financieras. Las cifras son tan escandalosas como la ausencia de transparencia sobre el procedimiento seguido.

Lo cierto es que partidos políticos y agentes sociales no cuentan con el respaldo popular suficiente como para autofinanciarse y usan el estado para hacerlo. La brecha entre su posición y la realidad social es cada vez mayor. Pero, claro, ahí no acaba la cosa. La regla imperante es que todo aquello que no es respaldado por el ciudadano recibe del Estado lo que los ciudadanos le niegan. Que la gente no ve películas españolas, pues no pasa nada, a tirar de subvenciones. Así, el 40 % de las películas que se ruedan en nuestro país no se estrenan o tienen menos de 100 espectadores. El Ministerio de Cultura en 2008 repartió 85 millones de euros, 87 en 2009 y en 2010 estaba previsto subir la cifra hasta los 89,4 millones de euros. Es decir, las entradas de cine que no pagan los ciudadanos porque el cine hecho no les gusta son pagadas con creces por el Estado. Ah, y 600.000 euros para los guionistas en 2010. Luego resulta que según la Inspección Tributaria el cuarto grupo de profesionales que más defrauda a Hacienda es el de los Artistas. ¿Por qué hay que subvencionar al cine que los ciudadanos no quieren ver? ¿Se subvenciona a los escritores, a los pintores, a los escultores o a los compositores? ¿Por qué unos sí y otros no?

Y hablando de subvenciones se podría seguir extendiendo la lista de beneficiarios. Hay muchos. Pero lo cierto es que los recursos son cada vez más escasos y que es preciso de una vez decir basta ya. No se puede seguir ordeñando más la vaca estatal porqué está exhausta. Y existen sectores sociales mucho más necesitados que los partidos políticos, los agentes sociales o los artistas. Es hora de que el Estado y los que lo dirigen sean de verdad solidarios y justos. Así no se puede seguir.

Santiago de Munck Loyola

domingo, 3 de octubre de 2010

MIEDO A LA LIBERTAD.


Vivimos en la era y en la sociedad de la comunicación. Gracias a la TV, la radio, los periódicos, revistas e Internet el ciudadano está más y mejor informado que nunca. El más mínimo acontecimiento de interés desarrollado en un extremo de la tierra puede ser conocido en cuestión de segundos en el extremo contrario, a miles de kilómetros. Nunca han existido tantos cauces y medios para que las noticias, las ideas y las opiniones circulen de una parte a otra del planeta. Gracias a ello, hoy el ciudadano de los países desarrollados está, si así lo desea, mejor informado que nunca. La libre circulación de las ideas es una sólida base para el desarrollo de la libertad. Un ciudadano bien informado puede elegir mejor en todos los aspectos de su vida; su capacidad de elección se ve tremendamente ampliada para poder elegir y decidir. No en balde, la libre circulación de ideas siempre ha sido un objetivo a batir por las sociedades totalitarias y por los grupos intolerantes. A menos información, menos capacidad de elección y menos libertad individual y social.

Y me pregunto: en esta sociedad plagada de “autopistas de la información” ¿para qué es necesaria la existencia de los llamados piquetes informativos cuando se desarrolla una huelga? ¿Para informar? ¿Realmente piensan los líderes sindicales que los ciudadanos necesitan ser informados mediante la presencia de grupos de personas a las entradas de los centros de trabajo? Evidentemente, no. Hoy en día, en nuestra sociedad, la existencia de estos piquetes es un verdadero anacronismo, al menos, en cuanto a su denominación.


No nos engañemos, los piquetes no están para informar, ni mucho menos. Están para coaccionar a los ciudadanos. Su razón de ser es lograr el mayor número de adhesiones forzadas a la convocatoria de una huelga, contribuir al éxito de la huelga mediante la coacción, la amenaza y, en no pocas ocasiones, la violencia.

Una huelga convocada con tres meses de antelación para protestar por unas medidas adoptadas por un gobierno, no necesita de más información que la ampliamente proporcionada por los propios convocantes y los medios de comunicación. Y a partir de ahí cada ciudadano debería poder elegir si secunda la huelga o si prefiere ir a trabajar. Pero es evidente que a los sindicatos no les gusta que cada individuo pueda elegir lo que quiera y para impedirlo se emplean a fondo. Tienen miedo a la libertad, ni más, ni menos. Y, si para lograr sus propósitos, el éxito de su convocatoria de huelga, tienen que pisotear la libertad o las leyes, lo hacen. La declaración de uno de los líderes madrileños de la UGT fue muy ilustrativa: “el derecho a la huelga existe, pero no existe el derecho a no hacer huelga”. Y se queda tan ancho.

Causa sonrojo que en algunos municipios se reivindique un aplastante triunfo de la huelga cuando se ha coaccionado a los ciudadanos e incluso desde el Ayuntamiento se han incumplido los servicios mínimos a la comunidad a instancias del poder político. Y qué decir ya cuando algunos piquetes “informativos” son encabezados por el concejal de seguridad ciudadana. A ver qué comerciante cuyo establecimiento es atacado llama y es atendido por la Policía Local.

El 29 de septiembre había muchos motivos para ir a la huelga, es verdad, pero hace dos o tres años también. Sin embargo, los sindicatos convocantes ahora han venido permaneciendo en silencio y apoyando al gobierno cuya política no ha hecho otra cosa que agravar la crisis. Es normal que muchos ciudadanos no quisieran respaldar la convocatoria de unos sindicatos cómplices del gobierno, ahora aparentemente arrepentidos.

Si queda una cosa clara es que la libertad individual debe estar por encima del logro de los objetivos sindicales. No hace falta más información que la que circula libremente en nuestra sociedad. Y, si lo que se quiere es institucionalizar la coacción sindical a las libertades públicas, llamemos a las cosas por su nombre, sin eufemismos: piquetes coactivos y todos nos entenderemos mejor.


Santiago de Munck Loyola.





sábado, 2 de octubre de 2010

PORQUE ME DA LA GANA…

Internet es a los cobardes lo que las alcantarillas a las ratas: un cauce idóneo para amparados en la oscuridad, el anonimato, esparcir su porquería. Sólo hay dos razones para que alguien no firme lo que escribe: la cobardía y la falsedad de lo que escribe. Y un anónimo internauta ha encontrado este humilde blog y se ha puesto a ello. Tengo que decir que gracias a él y a las dos notas que ha publicado en otra página se han disparado las visitas a este blog por lo que voy a aprovechar tanto visitante para precisar algunas cosas que son de sentido común, pero que parece que a este talibán e inquisidor de la red le molestan. En la primera nota, este progre de pluma ligera y escaso conocimiento apuntaba como una posible explicación de las razones por las que escribo el que me queda poco de vida.

A pesar de lo indigno y miserable del comentario, ironizando conscientemente sobre el sufrimiento ajeno, algo que ya de por si califica la catadura moral del sujeto, decidí enviarle un mensaje privado para aclararle algunas cosas y le dije que elegía ese cauce debido a mis circunstancias familiares en relación a la grave enfermedad que padezco. La respuesta del nuevo Torquemada fue una segunda nota que empieza así: Cuando alguien tiene algo que ocultar dice en privado lo que no se atreve a decir en público, personalmente me parece de una cobardía total, esto es el caso de De Munck, que a través de un MENSAJE PRIVADO a ciudadanoripense ha hecho. Hay que ser inmoral para éso. Pero sobre todo, hay que ser cínico para acusar a alguien de cobardía total cuando el acusador se esconde detrás de un seudónimo para ensuciar y no dar la cara. ¿Cómo puede un sujeto así acusar a alguien de cobardía? Yo firmo y rubrico lo que escribo. No necesito esconderme tras un seudónimo porque, equivocado o no, asumo lo que escribo. Pero en fin, cada cual es esclavo de la formación que ha recibido y de su ideología así que viniendo de donde viene el ataque era de esperar.

En todo caso, deseo dejar constancia de que este es un blog personal en el que escribo sobre temas de actualidad o sobre mis vivencias. Parece increíble que se demande a alguien las razones o motivos por los que escribe y sobre lo que escribe. Parece mentira que en esta sociedad haya que justificar por qué se escribe. Es muy fácil de entender, sobre todo para quien cree en la libertad de pensamiento y de expresión. Escribo por la misma razón que escribe mi censor ripense: porque estoy en mi derecho y porque me da la gana. Y escribo sobre lo que se me antoja. Así de fácil, así de sencillo. Y del mismo modo que uso esa libertad, existe la libertad para no leerlo. Pero cuestionar esa libertad y tratar de amordazarla es una práctica totalitaria propia de otras latitudes y regímenes políticos, seguramente muy queridos por este involuntario promotor de mi blog.

Parece que le molestan profundamente los artículos publicados en los que relato algunas irregularidades del Ayuntamiento de Rivas. Encuentra que se trata de “confesiones a destiempo” y me acusa, en su ignorancia y simpleza, de haber sido cómplice de esos hechos. Afirma que para él es lo mismo un cómplice que un encubridor. Claro, que con su fina técnica jurídica debe ser lo mismo un asesinato que un homicidio, o un robo que un hurto. No sabía yo que el momento o la oportunidad de escribir sobre algo requería de un permiso previo de este intelectual ripense.

Pero, lo importante es algo que él deliberadamente obvia y que deseo subrayar a los lectores: todos los hechos relatados sobre irregularidades en la gestión socialcomunista del Ayuntamiento de Rivas, todos sin excepción, fueron en su día denunciados por el Grupo Popular en los medios de comunicación mediante artículos y notas de prensa (ahí están las hemerotecas para demostrarlo) y además ante el propio Gobierno Municipal mediante escritos, mociones, preguntas o ruegos en el Pleno (y ahí están el Registro Municipal y las Actas de los Plenos para acreditarlo). Por tanto, la ridícula acusación de complicidad formulada cae por su propio peso. Ni complicidad, ni encubrimiento. Y si miento en algo, como yo sí firmo lo que escribo, ahí están los tribunales.

Hace ya siete años que me retiré de la política activa y, por tanto, resulta incomprensible el protagonismo y la atención que me dedica este detractor tan cargado de odio como de ignorancia pero, sinceramente, la discrepancia sobre la valoración de unos hechos no se resuelve con métodos tan indignos. Supongo que debe pensar que recordar estas irregularidades puede poner en juego sus intereses materiales o que tiene que hacer méritos ante el politburó. Pero ha errado con el objetivo. Sé que no estoy en posesión de la verdad absoluta, pero es mi verdad y sobre ella escribo. Podré estar equivocado y si es así solo hace falta rebatir con datos mis afirmaciones. Las descalificaciones no demuestran que las irregularidades no hayan existido, sólo sirven de cortinas de humo y cuando, además, el que las formula se esconde tras un seudónimo es que está mintiendo. Lo cierto es que con tanta promoción tendré que considerar la posibilidad de “monetizar” el blog y rentabilizarlo.

Santiago de Munck Loyola

P.S. Se me olvidaba, para que el lector pueda caracterizar mejor la categoría moral de mi inquisidor tengo que decir que mediante dos seudónimos distintos ha solicitado que le agregue como amigo en mi página de facebook. Todo un ejemplo de coherencia.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Islamofobia.

Hay temas de actualidad de los que resulta difícil opinar con absoluta libertad sin despertar recelos o animadversiones furibundas. Lo políticamente correcto constituye una protección perfecta para eludir la polémica y permanecer a salvo de las críticas pero, en definitiva, es una soga idónea para estrangular la libertad de pensamiento y la libertad de expresión. El Islam y las repercusiones de su presencia y expansión en las sociedades occidentales es uno de esos temas de actualidad que se trata, con honrosas excepciones, con delicadas pinzas. La reciente decisión francesa de prohibir el uso del burka en lugares públicos ha desatado multitud de comentarios en los que, de una forma u otra, se han mezclado y confundido conceptos como islamofobia, xenofobia o racismo.
Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua por racismo se entiende la exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros y, en segundo lugar, la doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior. Por xenofobia el odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros. La palabra islamofobia no está aún incluida en el diccionario pero de su composición podemos deducir que su significado más preciso es el de horror o temor al Islam, a la religión musulmana. Sin embargo, en Wikipedia encontramos la siguiente explicación: Islamofobia (neologismo del inglés Islamophobia, compuesto por las raíces del árabe islām y del griego φόβος, phobos, miedo o temor) es un término controvertido con el que sus proponentes hacen referencia a los sentimientos de hostilidad hacia el Islam y, por extensión, hacia los musulmanes. Según esta enciclopedia, el término "islamofobia" se utiliza también en los siguientes contextos:
• Actos ofensivos y sentimientos negativos hacia exclusivamente la confesión islámica.
• En países occidentales, la actitud xenófoba hacia los musulmanes en general y en particular, hacia los ciudadanos de origen árabe o magrebí.
En 2005 aparece otra definición de islamofobia muy utilizada, formulada por el Consejo de Europa en su publicación Islamophobia and its Consequences on Young People. Aquí, la islamofobia es considerada como el temor o los prejuicios hacia el Islam, los musulmanes y todo lo relacionado con ellos. Ya tome la forma de manifestaciones cotidianas de racismo y discriminación u otras formas más violentas, la islamofobia constituye una violación de derechos humanos y una amenaza para la cohesión social.
Como puede verse en estas definiciones se confunden conceptos distintos, el temor o miedo al Islam con el temor o miedo a lo extranjero y ambos con la hostilidad hacia grupos étnicos. Por tanto, es evidente que estamos ante tres conceptos muy diferentes entre si, aunque hay una gran tendencia en los medios de comunicación y en la opinión pública a confundirlos.
No soy racista, como tampoco soy xenófobo y, sin embargo, me da miedo el Islam. Me dan miedo conceptos, costumbre y actitudes propias del Islam con independencia de que quien las practique sea español, belga o iraní y con independencia de que sea blanco, negro u oriental. Dicen que no se puede generalizar y que hay un Islam moderado. Es posible que sea así. Es verdad también que no en todos los países islámicos se aplican las mismas costumbres ni las mismas leyes, pero hay notas distintivas del Islam que no sé cómo se pueden moderar.
Me da miedo la posición de sumisión que tiene la mujer, me da miedo la penalización del adulterio o de la homosexualidad, los castigos corporales (mutilaciones, latigazos o amputaciones), me dan miedo las lapidaciones de presuntas adúlteras o los linchamientos de adolescentes considerados homosexuales, me dan miedo las condenas a muerte por delitos de expresión o de fe religiosa, etc. Y eso es la islamofobia, el miedo o el terror a esas disposiciones.
Es el caso de la posición de la mujer considerada inferior al hombre. Un ejemplo lo encontramos en la azora, IV de El Corán, versículo 38, en el que se puede leer: Los hombres están por encima de las mujeres porque Dios ha favorecido a unos respecto de otros, y porque ellos gastan parte de sus riquezas en favor de las mujeres. Las mujeres piadosas son sumisas a las disposiciones de Dios; son reservadas en ausencia de sus maridos en lo que Dios mandó ser reservado. A aquellas mujeres de quien temáis la desobediencia, amonestadlas, confinadlas en sus habitaciones, golpeadlas. En la azora II, versículo 228, se dice: Los hombres tienen sobre ellas preeminencia. En el Islam el hombre puede tener al mismo tiempo cuatro mujeres. La mujer sólo puede casarse con un varón. El testimonio de una mujer vale judicialmente la mitad que el de un hombre. En la azora II, versículo 223 de El Corán, se afirma: Vuestras mujeres son vuestra campiña. Id a vuestra campiña como queráis, pero haceos preceder. ¿Cómo se desarrollan de forma moderada estos preceptos? ¿Cómo pueden compatibilizarse con la absoluta igualdad jurídica entre sexos consagrada en nuestra ley civil?

El Corán es el texto sagrado del Islam. Es el libro que contiene la palabra eterna de Alá y, en consecuencia, única norma de conducta en esta vida. El Corán es infalible, inmutable, eterno y aplicable, como norma de vida, en cualquier época, lugar o circunstancia. Poner en cuestión alguna de las suras, o azoras, del Corán es herético y lleva aparejada la condena a muerte en la inmensa mayoría de los países musulmanes.

En los países occidentales, dos períodos han sido decisivos en la evolución del pensamiento: el renacimiento con el paso de una visión teocéntrica a otra humanista y la ilustración. Ningún período similar se ha dado en el mundo islámico por lo que religión y política, ley religiosa y ley civil se confunden íntimamente eliminando las libertades individuales y colectivas. En las sociedades occidentales la libertad de conciencia y la libertad religiosa son, junto a otra serie de derechos humanos, derechos básicos e irrenunciables, pero tienen un límite: la supremacía de la ley civil. ¿Es compatible el Islam con nuestras leyes? ¿Es compatible con todos y cada uno de los derechos consagrados y protegidos por nuestra Constitución? Sinceramente, creo que no.

jueves, 23 de septiembre de 2010

EL VICTIMISMO COMO SEÑA DE IDENTIDAD.


Las dictaduras, para acallar la oposición interior, y los nacionalismos, para justificar su propia existencia, comparten una estrategia común: señalar la existencia de un enemigo exterior y aparecer ante la opinión pública como víctima de sus acciones. De esta forma tratan de forzar la identificación con los sentimientos de la población prescindiendo de cualquier racionalidad. La apelación al sentimiento en lugar de a la razón y la identificación con el mismo a través de la exaltación del presunto daño infligido a la presunta víctima logra que gobernantes y ciudadanos cierren filas frente a un imaginario enemigo, relegando a un segundo plano cualquier divergencia entre ambos. Y esta estrategia ha sido y es constantemente usada por la izquierda de Rivas-Vaciamadrid y aparece con mayor intensidad cuando se aproximan períodos electorales. Todo vale con tal de trasladar a la población que el enemigo es el Partido Popular y que Rivas-Vaciamadrid es una isla, una reserva constantemente atacada por políticas “antisociales”. Así, no hay que hablar nunca de los errores propios, de la mala gestión, de la corrupción institucionalizada, de los constantes abusos partidistas sobre los bienes públicos. Lo importante para la izquierda ripense es culpar de todo al Partido Popular y, por supuesto, criminalizar a los vecinos que se identifiquen con el mismo hasta extremos verdaderamente ridículos. La agenda política ripense es marcada por la izquierda no en función de los problemas del municipio, sino de aquellos temas de actualidad que debidamente manipulados puedan mejor producir réditos electorales. Con ello se despiertan miedos, recelos, sospechas o cualquier sentimiento que escape a la lógica de la razón.

Así, antes de 1995, el tema prioritario de la agenda municipal fue la Planta de Residuos de Valdemingómez, la incineradora. Se asustó a la población todo lo que se pudo, se emplearon todos los medios necesarios para ello y culpando siempre al Partido Popular de una iniciativa nacida en el seno del PSOE cuando gobernaba Madrid en coalición con IU. Pasaron las elecciones y se olvidó la incineradora. Ya no hacía falta hablar más de ella. También, en aquellos años, el Ayuntamiento ripense pareció escandalizarse por el realojo de gitanos en la Cañada Real reclamando toda una serie de políticas sociales al Ayuntamiento de Madrid, políticas sociales que, por cierto, brillaron por su ausencia cuando decenas de gitanos rumanos se asentaron junto al Casco Urbano y fueron expulsados por Fausto Fernández.

A partir del 95, con Ruiz Gallardón en la Comunidad de Madrid, y del 96, con el Gobierno de José María Aznar, se amplió notablemente el catálogo de “casus belli” para incluir en la agenda municipal. Ya no tenían que limitarse al Ayuntamiento de Madrid. Que la Comunidad de Madrid quería traer el Metro a Rivas, pues a movilizarse en contra o casi en contra: que si los horarios no son buenos, que si el billete es caro, que si quiero más paradas,…En fin, que para la izquierda ripense el Metro era una chapuza y era mucho mejor no tenerlo.
Que el Ministerio de Fomento ampliaba en un carril la autovía hacia Madrid facilitando así los desplazamientos en la zona, pues movilización al canto: que si es una chapuza la ampliación, que si es cara,… Lo de siempre. Y así se llega a las elecciones municipales del 99 con la ciudadanía mosqueada ante tanta “chapuza” pepera.
Después se organiza el lío padre. Teresa Moreno Maya, alas Tany, la gitana que asesinó a su marido con un tiro en la cabeza “a cañón tocante” ha sido condenada y el malvado gobierno de Aznar no la indulta. Movilizaciones al canto, el dinero de los contribuyentes ripenses corre para proporcionarle un piso, escolta policial, etc. Se concentra a los niños de los colegios junto a la Tenencia de Alcaldía, frente al despacho municipal del PP, y se les señala lo malo que es el PP y Aznar y lo buena que es Tany y la izquierda de Rivas, reserva materialista de occidente. Llega el indulto en diciembre del año 2000 y adiós Tany. Ah, pero Aznar y el PP siguen siendo muy malos. Decenas de mujeres son asesinadas por la violencia machista. ¿Los responsables? Aznar y el PP. Y así, por cada asesinato, una moción en el Pleno condenándolo y, de paso, la política del Gobierno Aznar que no soluciona el problema. Ahora con Zapatero el problema, pese a las reformas legislativas, sigue ahí, siguen muriendo decenas de mujeres a manos de sus parejas. ¿Cuántas mociones ha presentado la izquierda al Pleno del Ayuntamiento para condenar los malos resultados de la política de Zapatero? Ninguna. Y la prensa local, calladita. Y, como corolario, la Guerra de Irak y el Prestige. Cualquiera diría que Busch había invadido Rivas y que el Prestige se había hundido en la laguna del Porcal. De perlas para la izquierda ripense. Ya no se habló de otra cosa. La política exterior era competencia del Ayuntamiento y la ocasión fue de oro para criminalizar a los vecinos simpatizantes del PP.

Así es como en Rivas-Vaciamadrid se encaran las convocatorias electorales. Creando falsas víctimas y criminalizando a vecinos por sus ideas. De la corrupción, del abuso de poder, del uso fraudulento y partidista de los bienes públicos, del despilfarro o de la especulación urbanística no se habla. ¿Para qué? Eso no existe en el paraíso de la izquierda madrileña.

Santiago de Munck Loyola

LAS ELECCIONES MUNICIPALES DE 2003.




Durante los 14 años que tuve el honor de presidir el PP de Rivas-Vaciamadrid nunca tuve que vivir una etapa tan dura y desagradable como la correspondiente a la precampaña y campaña electoral de la municipales del 25 de mayo de 2003. En un contexto personal y familiar difícil el escenario era todo menos alentador.

Dos factores fueron decisivos para ello. De una parte, la técnica habitual de la izquierda ripense consistente en municipalizar como eje de campaña temas ajenos a la vida municipal criminalizando a los miembros del Partido Popular. De otra, la división interna provocada por quienes no aceptaron los resultados de la democracia interna del Partido en virtud de los cuales yo volvía a ser candidato.

La Guerra de Irak y el Prestige fueron los argumentos principales de la precampaña. La izquierda de Rivas que con Felipe González había bendecido la participación española en la Guerra del Golfo no estaba ahora dispuesta a que se hablara de los problemas del municipio, de las carencias, de la corrupción en el Gobierno Municipal o de propuestas de futuro. Sólo se podía hablar de la Guerra de Irak y del Prestige. Y para ello movilizaron todos sus recursos y desplegaron sus habituales técnicas de distracción. Ni una palabra de condena para Sadam Hussein y su genocidio. Toda la artillería contra Aznar y el Partido Popular. Parecía que los culpables de las decisiones del Gobierno de la Nación eramos los modestos concejales del pueblo y los militantes y simpatizantes de nuestro Partido. Y no se cortaron a la hora de incitar al odio y de criminalizarnos con todas las armas posibles. Todo con tal de no hablar de su ineficacia y corrupción. Hubo en el mes de abril un tenso Pleno sobre la Guerra de Irak (como todo el mundo sabe la política internacional es competencia de los municipios) al que llevaron a sus huestes con el fin de intimidar e insultar a los concejales del Partido Popular. Más de 100 individuos ocuparon el salón de plenos y con la complacencia del Alcalde y sus concejales nos insultaron e increparon. Nos dijeron de todo: asesinos, hijos de puta e incluso algún escupitajo nos llevamos al salir por el estrecho pasillo que nos dejaron entre aquellos elementos. Recuerdo especialmente los gritos y la cara deformada por el odio de Luis Vega, empresario marxista ampliamente beneficiado por el Gobierno Municipal. Tengo que decir que los concejales del PP aguantaron el tipo y especialmente Omar Cuadrado que con mucha gallardía defendió las posiciones del Partido. Bueno, todos no. José Alfonso Díaz Blázquez (al que dedicaré un artículo especial sobre sus andanzas) sufrió un ataque de deslealtad y se negó a apoyar al Partido Popular. En ese ambiente de odio fomentado por socialistas y comunistas no es de extrañar que nuestra sede local sufriera varios ataques durante aquellos meses.

Junto a este panorama, surgieron los problemas internos cuyo origen ya he explicado en un artículo anterior. De una parte, en la Regional, gente como Gádor Ongil y Romero de Tejada me presionaban constantemente para que incluyera a José María García como número 2 de la lista quien en diciembre había manifestado a la prensa que nunca iría en una lista encabezada por mi. Siempre dije que podría incorporarse a la lista si rectificaba o desmentía esa noticia y siempre se negó. Más tarde, cuando se le ofreció el número 3 de la lista declinó la oferta. Y el tiempo pone a cada uno en su sitio. Hoy él está en un puesto directivo del Ayuntamiento por decisión expresa del Alcalde de IU. Por algo será.

Pero tanto él como sus aliados desplegaron todos los medios necesarios para erosionar al máximo los resultados que pudiera obtener el PP. Ya en diciembre, en la comida municipal con la tercera edad, la tránsfuga Martín Bermúdez se sentó en la misma mesa en la que yo estaba y, como si nunca hubiera pasado nada, trató de convencerme de que incluyese a José María en la lista. Pésimo avalista tenía José María. Tres meses después, hube de enfrentarme con la querella de la tránsfuga. Una querella sin fundamento no sólo contra mí, sino contra el PP que aparecía como querellado en un alarde de ignorancia jurídica. Nunca prosperaría esa querella en la que pedía nada menos que 50 millones de Ptas de indemnización como se demostró meses más tarde, pero el ruido mediático y el efecto negativo para el PP estaba conseguido.

Y llegó la campaña. Los seguidores de José María o descontentos por otras causas se negaron a hacer campaña y a ayudar. Algunos no acudieron a las mesas electorales a las que se habían apuntado como apoderados o interventores. Otros, sencillamente se negaron desde un principio. Luis Pardillos Checa que hoy es incomprensiblemente concejal me escribió una carta el 12 de mayo en la que decía que no ayudaba en la campaña porque en la lista no figuraba Antonio Martínez Vera. Y mira por donde, semanas antes los miembros del Comité, entre ellos Luis Pardillos, habían rellenado una encuesta anónima proponiendo nombres para la lista y Martínez Vera no había logrado ni un solo voto. Es decir, ni Luis Pardillos le había votado. Todo un ejercicio de cinismo. Incluso envió varias cartas a los afiliados descalificando al Presidente local. El día de las elecciones dejó colgada su mesa electoral. José María, según testimonio del candidato del CDS, promovió el voto negativo contra el PP y junto con José Alfonso, como ya no iban en la lista, tampoco ayudaron en la campaña y se negaron a ser interventores o apoderados. ¿Para qué si no iban a obtener beneficio personal alguno? Gema Rodríguez Casero que hoy trabaja para el Grupo Popular hizo campaña en contra del PP, se negó a ser apoderada o interventora, llegó a Insultar a los apoderados del Partido Popular del Colegio Electoral Las Cigüeñas, D. Luis Gil y D. Javier Ortiz, el día de la votación, promovió el voto nulo y lo ejecutó ante los apoderados del Partido Popular el día de la votación pegando en público una fotografía del concejal José María García sobre la papeleta del Partido Popular. Nicolás Rodríguez, miembro del Comité Electoral, vulneró el secreto de sus deliberaciones y se dedicó a torpedear constantemente con insultos y descalificaciones a los candidatos la campaña. Paz de las Pozas, Antonio Manuel Pérez Quijano, Pablo Segador Mascaraque, Celso Arenal Montalvillo y Jesús Bermúdez todos ellos miembros del Comité ejecutivo local fueron otras personas que incumplieron sus obligaciones y no ayudaron ni en la campaña ni en la Jornada electoral. Bochornoso.

Esa fue la realidad, la triste realidad. Nunca, ni en mis peores pesadillas, habría podido imaginar de lo que estos compañeros y “amigos” podían llegar a hacer contra el partido Popular. La no aceptación de la democracia interna, las ambiciones y las ansias inexplicables ante unas expectativas electorales modestas, la traición a unas siglas y a los compañeros fueron su norma de conducta. Su objetivo era evidente: erosionar al máximo los resultados electorales del PP para forzar mi salida. Esfuerzo inútil y repugnante porque mi marcha hacía tiempo que estaba decidida por mi mismo.

Santiago de Munck Loyola.

martes, 21 de septiembre de 2010

Por qué me fui.

Conversando hoy con Marisa, la Presidente del PP de Rivas-Vaciamadrid, me he dado cuenta de que desconocía muchas cosas sobre las causas de mi dimisión como Presidente del Partido a finales del año 2003. Y al igual que ella, la mayoría de los afiliados de entonces no llegaron a saber las razones que me impulsaron a tomar aquella decisión. Bien es cierto que entonces no quise dar demasiadas explicaciones considerando la tensión que existía en el Partido, pero transcurridos ya siete años y calmadas las aguas creo que debo saldar aquella deuda y aclarar las cosas para quienes aún me preguntan de vez en cuando.

Tras las elecciones de 1999 en las que el Partido Popular se estancó en los resultados electorales repitiendo prácticamente los de 1995, entendí que, tanto para el Partido, como para mi mismo, sería buena una renovación de la candidatura para las siguientes elecciones. Yo ya había sido candidato en 1991, 1995 y 1999 y aunque entonces tenía 41 años pensé que era hora del relevo. Como decía Aldo Moro “el Gobierno desgasta pero la oposición mucho más”. Así que en compañía del Secretario General Local y amigo, José María García y del concejal y amigo también, César Rubio mantuve una reunión con el Secretario Regional, Ricardo Romero de Tejada. Le trasladé mi deseo de no volver a repetir candidatura y de formar parte de la lista para la Asamblea en 2003. Romero de Tejada con quien no me llevaba bien aceptó encantado la propuesta y acordamos que José María, si era respaldado por los afiliados, sería candidato en 2003 y que yo iría en las listas de la Asamblea. Y con ese propósito seguimos trabajando en el Ayuntamiento y en el Partido. A finales de 2002 designaron a Esperanza Aguirre como candidata a la Comunidad. Me llamó al Senado y me preguntó qué iba a hacer. Le dije que no iba a ser candidato y que quería ir en las listas de la Asamblea si ella no tenía inconveniente. Me dijo que quería tener gente de su confianza en los pueblos y me pidió que encabezase de nuevo la lista. Le señalé que Romero de Tejada no me quería de candidato y le conté el acuerdo al que habíamos llegado. Me respondió que ella se ocuparía de Romero de Tejada.

Nada más volver de dicha reunión le conté a José María la conversación y le noté muy raro. No le gustaba en absoluto. Dos días después me llamó Romero de Tejada, me recriminó en tono jovial que le hubiese dicho a Esperanza que no nos llevábamos bien y me dijo que me apreciaba tanto que iba a ser candidato de nuevo. Y ahí saltó la sorpresa: me enteré entonces de que al día siguiente de habernos reunido los tres con Ricardo éste había llamado a José María García y le había dicho que fuera organizando su equipo discretamente y que se olvidase de mi, que no iba a ser diputado. Mi gran amigo José María hizo exactamente eso y me ocultó la faena que me estaban preparando en la regional. El problema estaba en que la designación de Esperanza había roto todos los esquemas. José María no se resignó. Planteó su candidatura ante el Comité Ejecutivo y perdió por 9 votos frente a 12. Impugnó la votación, se repitió y entonces solo obtuvo 3 votos. Después declaró públicamente que no quería ir en mi lista, a continuación que sí quería y más tarde que si era detrás de una mujer no iría. Y así fue, no fue en la lista. Ni él ni los pocos que le apoyaban aceptaron los resultados, dividieron al partido y llegamos a la campaña hechos unos zorros. Aún en marzo, Esperanza Aguirre, plenamente consciente de la presión a la que me estaban sometiendo, me ofreció en un acto electoral en Arganda del Rey, delante de varias personas, ir en la lista autonómica y abandonar la candidatura municipal, pero a esas alturas no podía aceptar su ofrecimiento. El mismo día de las votaciones algunos de los seguidores de José María, como Nicolás Rodríguez, se dedicaron a insultar a los apoderados e interventores del Partido Popular y a repartir papeletas del PP nulas. A la barriobajera y dura campaña de la izquierda ripense a lomos del “no a la guerra” había que añadir la no menos suave de algunos “compañeros” de Partido.

Al día siguiente de las elecciones presenté mi renuncia como Portavoz municipal y como Presidente del partido a Pío García Escudero. Como Portavoz se pudo hacer efectiva automáticamente, sin embargo, como Presidente aún tuve que esperar hasta noviembre por expreso deseo de Romero de Tejada.

14 años como Presidente Local y 12 años como Portavoz Municipal eran más que suficientes. Y no es que me faltasen ideas y ganas para seguir adelante, pero, por una parte, el Partido necesitaba ya un nuevo liderazgo y por otra sí que me faltaba ilusión y fuerzas para enfrentarme con un sector minoritario del Partido cuyos cabecillas, hasta hacía poco habían sido presuntamente mis amigos, y de pronto se habían convertido en fieras capaces de amenazar e insultar a mi y a mi familia. Recuerdo con tristeza la última Asamblea que convoqué para evaluar los resultados electorales y anunciar mi renuncia. No podré olvidar los insultos y gritos de personas como José Alfonso Díaz Blázquez o Gema Rodríguez Casero que siempre habían contado con mi afecto. Tanta mezquindad y tanta traición eran difíciles de soportar.

Me fui porque creí que era lo mejor para el Partido, para mi familia y para mi. Y me hace gracia que, a estas alturas, haya algún individuo, como Miguel Ángel García Nieto cuya carta de presentación al afiliarse en Rivas fue ofrecer comisiones del 3%, se haya atribuido algún “mérito” en mi marcha como consecuencia de sus inexistentes relaciones en Génova. Pero, en fin, bufones los hay en todos sitios.

Cerré entonces una intensa y emocionante etapa de mi vida y emprendí un nuevo rumbo profesional como Secretario de un Ayuntamiento. No me arrepiento aunque quizás debería haber sido más explícito con el conjunto de los militantes, con tantas y tantas buenas personas que me otorgaron repetidamente su confianza. A todas ellas, gracias una vez más.

Santiago de Munck Loyola.