Un somero examen de
los datos y cifras socio económicos pone en cuestión, muchas veces, la
eficiencia de las administraciones públicas y la propia capacidad de gestión de
muchos políticos. Y éso es lo que ocurre especialmente cuando echamos un
vistazo a la situación de nuestra provincia.
En primer lugar,
contrasta poderosamente el empuje, la capacidad y la creatividad de la sociedad
alicantina con los resultados de la gestión pública. Alicante es la cuarta
provincia de España no sólo por su población, superior incluso a la de varias
Comunidades Autónoma, sino que es, además, la cuarta por Producto Interior
Bruto. Y ello a pesar de que las inversiones públicas, tanto del estado, como
de la Generalitat Valenciana, en la Provincia han sido claramente insuficientes
y discriminatorias con respecto a las realizadas en otros territorios, es
decir, que Alicante está en el cuarto puesto a pesar de la falta de impulso de
las Administraciones Públicas o lo que es lo mismo soportando una pesada losa
pública.
Durante mucho tiempo,
se ha venido denunciando por parte de una parte de la clase política la discriminación
que suponía la escasa inversión anual de los Gobiernos de Zapatero. Según los
datos del estudio recientemente publicado de INECA, las inversiones anuales del
Estado han venido estando muy por debajo de la media nacional y esta anómala
situación, paradójicamente, no se ha corregido en el ejercicio 2013, con el
Gobierno del Partido Popular. La inversión del Estado por habitante en la
provincia de Alicante en 2013 está un 40% por debajo de la media nacional. Por
cada alicantino el Estado invertirá 132,53 euros, lo que supone 90,31 euros
menos que la media nacional. Siendo la cuarta provincia en número de habitantes
y en PIB, Alicante pasa a la posición 44 si se atiende al número de censados y a
la posición 14 si se atiende al PIB. Para que nos hagamos una idea, desde 2008 a 2013, la Provincia de
Alicante ha percibido del Estado 1.662 millones de euros menos de lo que
debería haber recibido atendiendo a su población.

Y si analizamos las
inversiones de la Generalitat Valenciana, de las que no se puede culpar a los
gobiernos de Zapatero, nos encontramos con que representando Alicante el 40% de
la población de la Comunidad Valenciana en los últimos cinco años sólo ha
recibido el 29 % de las inversiones de la Generalitat, es decir, 210 millones
de euros menos de lo que le correspondería por su peso poblacional. Señala el
estudio de Ineca que entre 2008 y 2012 la Generalitat Valenciana gastó en
infraestructuras 802,85 euros por cada castellonense censado; en Valencia la
suma equivale a 502,19 euros por persona; mientras que en Alicante la cifra
desciende a tan sólo 376,66 euros.
Se trate del Gobierno
central o del autonómico, gobierne el PP o el PSOE, se reproduce exactamente la
misma tendencia, el mismo criterio de discriminación hacia los alicantinos. No
valen excusas, las cifras cantan y las responsabilidades son tan evidentes que
es difícil encontrar justificaciones a las mismas.
Pero hay más cifras
que ponen en cuestión la justicia y la solidaridad de nuestro actual sistema
político en relación al trato que reciben los alicantinos. Un pensionista
alicantino recibe de media 741,57 euros mensuales mientras que la media
nacional es de 849,60 al mes y la regional es de 781,30 euros. Y en la
provincia hay con 293.743 pensionistas. El año pasado los magistrados de la
provincia de Alicante recibieron 5.645 procedimientos por desahucios, de los
que ordenaron un total de 5.373. A nivel nacional, los magistrados ordenaron
101.304 desalojos a lo largo del año pasado. Los datos colocan a la provincia
de Alicante como la tercera de España en lanzamientos de viviendas registradas
en los juzgados por lo que también salimos peor parados en la media.
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Nos cae ahora, si no
se remedia, le decisión del Gobierno de elevar hasta los 400 hm3 la reserva de
agua en los embalses de Entrepeñas y Buendía recortando entre 40 hm3 y 50 hm3 el
caudal anual disponible para trasvasar a Alicante y Murcia, poniendo en serio
peligro la continuidad del riego tan esencial para la agricultura de la
Provincia. Si escasa y cara es el agua para nuestra agricultura, tampoco
encontramos compensación en el agua para consumo doméstico que es una de las
más caras de España y la más cara si atendemos al tramo de contadores de 15mm y
consumo de 10m3 mensual.
Y si queremos seguir
analizando otras cifras nos encontraremos con resultados similares y
conclusiones parecidas. Alicante es lo que es gracias a su población, a su
sociedad más que gracias a la clase política. Y Alicante podría ser mucho más
si no fuera por quienes nos representan y nos gobiernan. Pero, sobre todo, se
quedan en el aire algunas preguntas, con estos datos ¿a qué c… se dedican
nuestros representantes provinciales? ¿Cómo se puede lograr que Alicante
alcance el peso que le corresponde ante la Generalitat o ante el Estado? ¿La
Provincia más dinámica, más abierta y cosmopolita de la Comunidad Valenciana
puede seguir así indefinidamente?
Santiago de Munck Loyola