Dicen que un día malo lo tiene
cualquiera. Y es evidente que el 17 de agosto de 2014, D. Arturo Balaguer,
asesor y miembro del Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Orihuela merced al “dedazo”
de la Alcaldía, no tuvo un día especialmente bueno o inspirado. Varios medios
de comunicación se han hecho eco del tuit que el periodista, o “agroperiodista”
como él mismo se denomina, publicó y en el que llamaba “putos españoles tarados”
a los madrileños que veranean en nuestras tierras con “niños maleducados”. Un
día malo lo tiene cualquiera, dicen, pero hay personas que por razón de su
cargo o de su profesión no pueden permitírselo. Es muy significativo el uso de
los insultos concretos que el “agroperiodista” emplea: “putos españoles tarados”.
El odio a lo español es evidente, amén de su fobia a los madrileños y a sus
niños. Lo extraño es que alguien con tan mala educación y sin complejo alguno
en hacer pública exhibición de la misma sea capaz de distinguir a un niño maleducado
de otro.
Un día malo lo puede tener
cualquiera, pero cuando, como en el caso que nos ocupa, no se procede a borrar
ese tuit, ni a pedir disculpas por ello, es que no se trata de un día malo,
sino de una determinada forma de ser y proceder, de una actuación consciente y
deliberadamente ofensiva lanzada contra los cientos de miles de madrileños que
veranean en nuestras tierras y que, en muchos casos, tienen una segunda
vivienda aquí. El Gobierno Municipal de Orihuela debería haber despedido ya a
este “maestro del agroperiodismo” y si no lo hace habrá que deducir que
suscribe sus palabras y sus insultos a esas decenas de miles de madrileños que
veranean en Orihuela, muchos de ellos propietarios de viviendas, que también
pagan allí sus impuestos al Ayuntamiento y no, precisamente, para que desde el
consistorio se les insulte.
Un día malo lo puede tener
cualquiera y alguien podría pensar que también ha sido ése el caso de José Juan
Zaplana, Secretario General del PP Alicantino, quien tampoco ha estado demasiado
afortunado a la hora de exigir el cese del D. Arturo Balaguer. Lo cierto es que
lo raro es que el Secretario Provincial de los Populares tenga un buen día.
Pero bien, centrándonos en el asunto, tras pedir correctamente el cese del asesor
y las públicas disculpas de la Alcaldía de Orihuela por los insultos a los
madrileños, el Sr. Zaplana ha aprovechado que el Pisuerga pasa por Valladolid
para meter una cuña en defensa de la impresentable propuesta del PP para
reformar deprisa y corriendo el sistema de elección de los Alcaldes. Así, el
Sr. Zaplana ha señalado que "El
problema de fondo es que en Orihuela decidieron la Alcaldía quienes perdieron
las elecciones [los Verdes apoyados por el PSPV]. Si quien gobernara fuera el
más votado, el PP, este individuo no habría tenido sitio en el Ayuntamiento y
nos hubiéramos ahorrado este sofoco. Si estas son las formas que utilizan
quienes llegan al abrigo de un gobierno de izquierdas, no las queremos".
Disciplinado mensajero, el Sr. Zaplana repite el argumentario oficial allí
donde tiene ocasión. No en balde, ante las negras expectativas electorales el PP se ha lanzado a una carrera suicida para reformar la Ley Electoral y evitar así la pérdida de muchas alcaldías, algo que motiva especialmente a cuantos no habiéndose ganado nunca la vida fuera del paraguas de la política ven peligrar su sustento.
No está de más recordar que el
problema de fondo es que en Orihuela hubo una mayoría de votantes que no
querían que gobernase el Partido Popular y que por eso el Partido Popular no
sumó más votos que el resto. El problema de fondo es que el Partido Popular no
ha podido ni tan siquiera promover una moción de censura en Orihuela porque
tiene a algunos de sus dirigentes locales imputados en presuntos casos de
corrupción. El problema de fondo es que 5 de los 12 concejales del PP están
siendo investigados, que la ex alcaldesa y actual portavoz del PP en el
Ayuntamiento, Mónica Lorente, está doblemente imputada, por el caso Brugal y
por adjudicar el contrato de una obra en una plaza cuando ya estaba inaugurada
y que otros cuatro ediles más también tienen cuentas pendientes con la
justicia. El problema de fondo es que éstas son las consecuencias de elaborar
las listas a “dedazo” y de practicar una política contraria a la idea de
regeneración democrática. El problema de fondo, en fin, es que hay más vecinos
de Orihuela que no querían que volviera a gobernar este PP que los que sí
querían.
Mucho habría que volver a hablar
sobre la elección directa de los Alcaldes, sobre cómo hacerlo, sobre si es
bueno o no que el PP incentive con ello el “frentepopulismo” o facilite que
BILDU pueda lograr más alcaldías, por ejemplo, pero traer a colación este tema
a propósito del impresentable comentario del asesor digital del Alcalde de
Orihuela es una simpleza oportunista que denota otro mal día.
Santiago de Munck Loyola