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martes, 12 de octubre de 2021

9 de octubre, su Fiesta.

Pasados pocos días de la celebración del Día de la Comunidad Valenciana, el 9 de octubre, aún resuenan los ecos de las declaraciones de sus dirigentes políticos al respecto. Hay que resaltar que curiosamente la Fiesta de la Comunidad Valenciana conmemora el aniversario de la entrada en la ciudad de Valencia del rey de Aragón Jaime I El Conquistador en 1238. Sin embargo, la formación del Reino de Valencia no se culminó hasta 1304 y el territorio actual no adquirió la extensión presente hasta 1851 con la incorporación de Requena y Utiel. Por tanto, El 9 de octubre no conmemora un hecho histórico relevante para las tres provincias que integran la actual Comunidad Valenciana. 


Se trata de una fecha significativa para Valencia, como tan significativa es el 4 de diciembre de 1248 para los alicantinos, cuando se finalizó la conquista militar de la ciudad por parte de las tropas del Rey de Castilla Fernando III, dirigidas por su hijo el futuro Alfonso X el Sabio. El 9 de octubre, la Conmemoración de la Conquista de la ciudad de Valencia se convirtió en la Fiesta de toda la Comunidad Valenciana en 1982 cuando así se acordó con la aprobación del Estatuto de Autonomía, tras asumir un acuerdo en este sentido del año 1976 adoptado por la Mesa de Fuerzas Políticas y Sindicales del País Valenciano declarando esa fecha Día Nacional del País Valenciano. Una vez más la memez de la derecha tragando sapos.

 

Esa tendencia centralista de Valencia, esa propensión a uniformar a los demás territorios que integran la Comunidad según los criterios y patrones de Valencia es el principal obstáculo para la cohesión territorial y social de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Es una tendencia que se ha mantenido constante desde la creación de la Comunidad Autónoma cualquiera que fuese el color político del gobierno regional de turno y que se ha impuesto en el campo lingüístico, el cultural, económico o administrativo. Hoy en día, la diferencia entre la renta media de los alicantinos y de los valencianos es mayor que hace 40 años. Es un dato, un hecho cierto incontestable que pone de relieve el fracaso de una administración autonómica que aleja a sus ciudadanos de la convergencia social y económica.

 

Por ello, llama especialmente la atención el discurso del Presidente de la Generalidad Valenciana, Joaquín Francisco Puig Ferrer con ocasión de la Fiesta del 9 de octubre. Lejos de hacer un análisis de la realidad interna de la Comunidad que preside ha abogado por una revisión del Estado de las autonomías, una “segunda Transición” para encaminar a España hacia el federalismo. Señala que hay hacer reformas para avanzar “hacia una España justa y descentralizada ahora que hay un Gobierno sensible con la diversidad. Hay que asegurar el derecho a la diferencia sin diferencia de derechos”. Según Puig “el Estado de las autonomías ha sido un éxito y ha servido para afianzar el Estado del bienestar, pero hay que revisarlo porque tiene desajustes”, a saber “la falta de cogobernanza” y la “financiación” .

 

Nada hay más peligroso que un político incapaz de reconocer la realidad en la que vive. Reivindicar el federalismo puede ser hasta entretenido desde una perspectiva dialéctica, pero poco más. El federalismo implica por definición la igualdad de competencias entre los entes federados. ¿Es eso lo que de verdad reivindica el Sr. Puig y sus socios pancatalanistas? ¿Cree de verdad que sus amigos independentistas catalanes aceptarían una fórmula federal que acabaría con sus competencias autonómicas privilegiadas? Si lo cree es un descerebrado y si no lo cree, un cínico. Es difícil adivinar a qué reformas se refiere para “avanzar a una España más descentralizada” porque España ya cuenta con el estado más descentralizado del mundo y debería saber que cualquier paso en esa dirección sería la simple y llana disolución del Estado español. ¿Es eso lo que quiere? Tampoco parece muy coherente pedir más descentralización del Estado mientras él mismo practica la política contraria desmantelando servicios básicos en Alicante para trasladarlos a Valencia so pretexto de lograr una mayor eficacia de los mismos. Si busca eficacia en los servicios públicos ¿por qué no devuelve él mismo competencias al Estado?

 

Si algo necesitan hoy los ciudadanos españoles son las políticas y las reformas necesarias para garantizar, no ya derechos o competencias concretas a determinados territorios, sino a los propios ciudadanos de modo que todos tengamos los mismos derechos y las mismas obligaciones en cualquier parte del territorio nacional. Y en ese mismo contexto de igualdad es donde cabe hablar de financiación autonómica porque es evidente que el actual sistema es injusto, pero que el Sr. Puig hable del problema de la infrafinanciación de la Comunidad Valenciana para, de paso, volver a la carga con su obsesión por la baja fiscalidad de la Comunidad de Madrid cuyo gobierno, según parece, gasta menos y mejor que el valenciano, mientras olvida la infrafinanciación de la Provincia de Alicante es, cuando menos, paradójico. El Gobierno del Sr. Puig, (PSOE, Compromís y Unidas Podemos) ha invertido en la provincia de Alicante en obras públicas la mitad de dinero que en la de Valencia desde junio de 2019 hasta septiembre de 2021: De 1.159,02 millones de euros en licitaciones, Alicante ha recibido el 29%, Valencia el 57% y Castellón el 14% restante. Y lo mismo ocurre en las demás áreas del gasto público.

 

En definitiva, el día de la Fiesta de Valencia ahora Fiesta de la Comunidad, los alicantinos no podemos olvidar ni la política centralizadora y uniformadora de la Generalidad Valenciana, ni la permanente discriminación presupuestaria negativa a la que, al parecer, estamos condenados. La Generalidad Valenciana es nuestro gobierno regional pero nos trata desde sus inicios como si fuésemos ciudadanos de segunda y esto tiene que acabar. Alicante no es Valencia, no somos valencianos. Somos Alicantinos, tenemos raíces plurales y plural es nuestra identidad. Nuestro bienestar y progreso dependen de poder decidir aquí nuestro futuro porque mientras lo sigan decidiendo en Valencia seguiremos perdiendo las inmensas oportunidades que nuestra tierra nos brinda.

 

Santiago de Munck Loyola

1 comentario:

  1. Completamente de acuerdo en tu aportación historiográfica, (especialmente en la que se refieren al empobrecimiento de Alicante respecto a Valencia) y con tus conclusiones finales respecto a la desgracia histórica de que Ximo Puig siquiera haya obtenido un Poder que jamás debió haber tenido (del mismo modo que pasó con Joseph Stalin o Adolph Hitler).


    Destacar que independientemente de la fecha de 1982, decir que fue en 1976 cuando los parlamentarios valencianos (de las Cortes Constituyentes) se pusieron de acuerdo para marcar definitivamente en el calendario el día 9 de octubre como jornada de afirmación autonómica. De este modo nació el Día Nacional del País Valenciano, lo que hoy conocemos como “Día de la Comunitat Valenciana”, oficialmente desde 1982.


    En este día se conmemora la entrada del rey Jaume I en la ciudad de Valencia en el año 1234, pero no fue hasta cien años después de la conquista de Valencia, en 1338, que el Consell de la ciudad organizó una procesión de conmemoración institucionalizada para pedir a San Dionisio el fin de la hambruna por la que atravesaba la ciudad tras un período de malas cosechas.


    Desde el primer momento, la celebración ha tenido dos principales motivaciones: dar gracias a Dios por la liberación del «Yugo musulmán» y por la incorporación del Reino a la civilización cristiana. Y Desde entonces, se propuso hacer la misma procesión todos los 9 de octubre y en 679 ocasiones Valencia ha rememorado la fecha. PERO SIEMPRE POR VALENCIA, NO POR LAS OTRAS DOS PROVINCIAS DEL REINO.


    Así que la incultura de los políticos a las que te refieres no solamente viene de ahora. Ya en 1976, los parlamentarios valencianos que iban a componer las Cortes Constituyentes no tenían ni puñetera idea de lo que tenían que celebrar ni el por qué.


    Y de cualquier forma amigo Santiago, independientemente de que a prácticamente todos los presidentes de la Generalitat Valenciana les haya importado un rábano Alicante (o Castellón en menor medida), el caso de que el acceso al Poder del impresentable Ximo Puig y toda su cohorte podemita-pancatalanista, ha supuesto la sustitución de la antiquísima “identidad valenciana” por una copia barata de una inexistente y vacía “identidad catalana”.


    Y esta “APROPIACIÓN INDEBIDA”, querido amigo, ya viene de lejos. Para muestra, un botón es el editorial del gran Vicente Blasco Ibáñez titulado “LA LEPRA CATALANISTA” del jueves 13 de junio de 1907 en el periódico “EL PUEBLO. Diario Republicano De Valencia”.

    https://russafi.blogspot.com/2009/08/la-lepra-catalanista.html

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